DESDE LA TORRE
Ahora que está de moda la Copa de Europa 2016, conseguida
por el equipo portugués, traemos aquí el recuerdo del Monasterio de San
Jerónimo, que fue fundado por un fraile portugués, de nombre Fray Vasco. En
1405, fray Lorenzo, enviado de Fray Vasco, recibió la ayuda de Inés Martínez,
viuda de Diego Fernández de Córdoba, alcaide que fue de los Donceles y aguacil
mayor de Córdoba, y su hijo Martín Fernández de Córdoba, vecinos en la
collación de San Nicolás de la Villa, otorgan que dan a fray Lorenzo, profeso,
de la Orden de San Jerónimo y con poderes de fray Vasco, prior y monje profeso
de la misma Orden, los bienes necesarios para la fundación. Doña Inés entrega
una huerta en la Sierra, lindando con Córdoba la Vieja, y con la antigua ciudad
de MEDINA AZAHARA. Esta huerta era propiedad de doña Inés desde 1387, y que la
añade a la que Martín Fernández de Córdoba, también les dona para que sirva
para la manutención de los frailes.
La primera visión que yo tuve del Monasterio fue desde la
Torre de San Lorenzo, cuando de pequeños subíamos con ilusión a repicar las
campanas. Eran los tiempos de Pepe Parejas, de Pepe Quiles, de Pepe Bojollo, de
Antonio Ruiz, y de don Pedro Muñoz Adán y don Antonio Campos, como párroco y
coadjutor. Entonces había cola entre los más pequeños del barrio por subir a la
torre y poder tocar las campanas.
El subir algún día a la Torre de la parroquia era como
una especie de reválida que todos queríamos tener en nuestra juventud.
Las vistas que nos ofrecía la Torre y si mirabas para la
izquierda, era el meandro que hacía el río Guadalquivir desde la Cerámica "La
Madrileña" hasta la altura de los Peñones de San Julián. (Ambas
referencias hoy desaparecidas). Más para el centro podías comprobar que el
punto más alto de Córdoba, era la cúpula de la Iglesia de Santa Victoria, que
fue el primer centro educativo levantado en Córdoba para atender a las mujeres.
Su construcción fue realizada a mitad del siglo XVIII, por los arquitectos
franceses Luis Gilber y Baltasar Drevetón. La cubierta de la Iglesia, nos
recuerda a una espléndida que vimos en la bonita localidad granadina de Montefrio.
En este Colegio de Santa Victoria, estuvo de monja
profesa la sobrina de José M. Gallegos Rocafull, Carmen Lapaya Gallegos, que después
de andar por varios conventos de España, terminó por la zona de Valencia, con
cerca de 90 años, sin memoria para recordar nada. Y ya que mencionamos a José
M. Gallegos, diremos que tenemos documentos que nos acreditan que este destacado
canónigo de la Catedral de Córdoba, fue expresamente invitado por la Marquesa
del Mérito a un acto que ésta había organizado en el marco del Circulo de la
Amistad, con la presencia de su majestad el rey Alfonso XIII. El acto era una
especie de convención de los olivareros de Andalucía, y que sorpresivamente
terminó con un duro e inesperado discurso del rey. Esto ocurrió en 23 de mayo
de 1921.
Y siguiendo con la visión de la Torre, te recreabas en
ver las palmeras que aparecían por los patios del casco antiguo y en aquellos
tiempos llegamos a contabilizar unos 38 palmeras, Antonio Granados Crespo, con
sus anteojos los tenía perfectamente localizadas.
También podíamos ver a los lejos como subía airosa aquella
torre de hierro, que en la Emisora EAJ-24, quisieron construir como antena. Aquella torre metálica, en estructura de arranque
en perfil U de 120, y angular de 100 en la base, terminaba a menos a los 68
metros, sobre remate en angular de 50 mm. No cabe duda de que era un elemento
que rompía el paisaje, sobre todo cuando echabas la mirada Realejo para arriba.
Luego y mirando hacía el Este, además de ver la Torre de la Universidad
Laboral, podías observar la chimenea incansable de la fábrica de Cementos
ASLAND, que por momentos cambiaba el tono del color. Y ya a modo de remate,
orientábamos nuestra mirada al paisaje de la Sierra, en donde descansaba la
mirada contemplando dos lugares que te causaban misterio y atracción, como eran
las Ermitas y más a lo lejos, el Monasterio de San Jerónimo.
Nuestro mayores nos recordaban las habas que daban los
ermitaños, a los que se acercaban al Desierto de Belén, en busca de algo de
comida. También nos relataban la de parejas que iban a "meter el
dedo" en el sillón que mandó construir el obispo Trevilla, aquel obispo
que acusaron de "afrancesado" por el contenido de una pastoral,
durante la ocupación francesa. Y como no, nos hablaban de "la calavera de
la entrada" con la frase de: "Como te ves yo me vi, piensa y no
peques más". También nos recordaban al Corazón de Jesús y las tormentas, y
nos recordaban que en los Talleres García Rueda, de Puerta Nueva, había una
réplica moldeada en escayola.
En cambio el Monasterio, resultaba más lejano y
desconocido y sólo los que iban para trabajar a las fábricas de la ELECTRO
MECANICAS Y CENEMESA, podían verlo en su camino diario por la antigua carretera
de Palma del Río.
Allí estaba el Monasterio, estoico y desafiante al
tiempo, en medio de aquellos cerros y la pendiente por donde hasta los arroyos
se precipitaban a mayor velocidad de la requerida por el propio agua. Recuerdo
que en una ocasión Miguel Serrano, "El artillero" nos habló del "RODADEROS
DE LOS LOBOS", en donde una vez se precipitó cuando era mozuelo buscando
madroños en compañía del "Laña", Ríos, Santos y Fimia, que anduvieron
por allí de perol.
Allá por el año 1952, fuimos con mi madre al Economato de
la Electro Mecánicas, y fuimos andando
por las vías de los Olivos Borrachos, y al cruzar a los "Olivillos de don
Félix" se desencadenó una tremenda tormenta con gran aparato eléctrico y un
tremendo aguacero. Era una tarde de septiembre y aquello nos sorprendió como
cosa inesperada, por lo que tuvimos de refugiarnos en "Las Delicias"
un Bar de carretera que había junto a las obras en construcción del Silo del
Servicio Nacional del Trigo. Al igual que nosotros se refugiaron dos trabajadores
municipales que estaban sembrando unas acacias a un lado y otro de la carretera.
También se pusieron a resguardo un grupo de chavales ya algo mayores que
jugaban a la pelota, y quiero recordar que entre ellos se encontraba Pepín Luna,
que luego sería un buen profesional tornero en CENEMESA.
Los relámpagos abrían el cielo en unos colores azules y
amoratados, y allá al fondo del paisaje, sin el Parque Figueroa aún, se podía
ver un Monasterio de San Jerónimo, impasible y pétreo, ante la gran cantidad de
chispas que debieron caer por aquella zona. Cuando terminó la lluvia y aquella
tormenta, continuamos hasta la Calle Mercadillo situada junto a la "Venta
de San Francisco", en donde estaba el Economato. Luego mi madre nos
enseñaría el Campo de Fútbol de la Electro Mecánicas y al ver aquel campo un
señor que había allí nos recordó que no hacía muchos años en el 1950, el equipo
de la Electro Mecánicas venció al Real Betis Balompié por uno a cero. Y ya
generalizando mi madre nos apuntó que por allí cerca estaba el campo de
aterrizaje del Marqués del Mérito.
LA PRIMERA LECTURA
Un pariente mío, Gabriel González Ruiz, que era un gran
profesional de la construcción y un amante de la lectura, me facilitó una
historia de Córdoba de Antonio JAEN MORENTE, que al mencionar el Monasterio
como un monumento importante de Córdoba, citaba a dos autores que hablaban de
la Orden de los Jerónimos, y en especial del padre Sigüenza.
El citado libro se adquirió en la "LIBRERÍA DE
OCASION" propiedad de Gumersindo Martín, el marido de la jeringuera de la
Plaza de San Salvador. La plaza se remodeló y cuando llegó la democracia,
"LA LIBRERIA LA OCASION" se convirtió en una churrería. Pero antes de
todo esto, los vecinos de esta Plaza, pudieron ver como el padre de la
jeringuera, se lanzaba a la calle desde el balcón que soportaba el cartel de la
librería.
Allí en aquella pequeña casa, tenía su despacho de
abogado, Juan Martínez Bjorkman (1921-2000), el socialista que estaba llamado a
ser el candidato a la alcaldía de Córdoba, por el PSOE, pero al final eligieron
a otro candidato, que al parecer el único mérito más destacado que tenía, era el
haber organizado una devota excursión a Fátima, con el Grupo de Empresa de la
Caja Nacional, en aquellos Sindicatos Verticales.
El citado abogado del PSOE, fue siempre un político que
al parecer tenía el defecto de "pensar" y eso no es consentido en la
mayoría de los partidos.
Martínez Bjorkman, desde la ondas de la Cadena Ser,
criticó en aquellos coloquios que mantenía con "Curro" el que fuera
concejal de cultura del Ayuntamiento, y con el secretario de ASAJA, un tal
Medina Perales, la contaminación que había en el subsuelo desde el Parque
Joyero, hasta los Olivos Borrachos. Al parecer una vez más, nadie le hizo caso,
y la Estación de su ubicación inicial por poco la ponen en el mismo Campo de la
Merced.
Igualmente criticó duramente, de que la izquierda no
podía ser beligerante, ni con la cultura, ni con la ecología, por haber
disimulado estos terrenos contaminados y haber tapado los importantes restos
romanos que aparecieron al hacer la Estación de Autobuses.
En aquellos tiempos y sobre el tema de la contaminación
le preguntamos a Enrique Bermúdez Casablanca, maestro de taller de CENEMESA, que
trabajó bastante con los pequeños transformadores de distribución, y nos dijo:
"En el sumidero que había en la Huerta, se vaciaban todo el PYRALENO Y EL
ACEITE, de los transformadores que se reparaban en CENEMESA.
También llegaría a presenciar el político socialista,
como en la farola-fuente, que había enfrente de su despacho, se quedaba
prácticamente colgado el SEAT 600, del farmacéutico Fernando Valverde, eso era
a mediados de los años 1950.
Como persona notable de la Plaza de San Salvador, se le
vio junto a don Fernando Kindelán, jefe de la Farmacia Municipal, con motivo de
aquel accidente protagonizado por un autobús de la línea "CAÑERO-PLAZA DE JOSE ANTONIO", que
al intentar girar hacia la Calle de San Pablo, se metió dentro de la Confitería
San Pablo, que estaba situada entre la Relojería de Luis Castillejo y Toldos
Estévez. (Ahora Compañía de Seguros).
LA OBRA DEL MONASTERIO
La construcción del Monasterio con los medios que
existían en aquellos tiempos se hizo lenta y penosa, lo primero que se
construyó en 1405, fue adaptar la casa que ya poseía la heredad con fuente y
todo en el oratorio que fue incluso bendecida por el Obispo.
Durante el priorazgo de fray Alfonso de Baena, se edificó
la enfermería, la cocina definitiva y se colocan las primeras piedras para la
iglesia. Aquí los frailes como en periodos anteriores son ellos los que llevan
el peso de la obra, y realizan labores de acarreo de materiales y escombros.
Hay que tener en cuenta que el esfuerzo que debieron suponer aquellas obras fue
impresionante, ya que a la montaña, o ladera le tuvieron que hacer un asiento
de unos 6.700 metros cuadrados, y debió de ser impresionante "el
imaginario cubo" que hubo que rebajar en la montaña para asentar el
monasterio. En cálculos aproximados se pueden estimar en unos 300.000 M3 de
escombros, que debió suponer unas 480.000 toneladas de peso, y todo ello
acarreado con borriquillos, lo que nos habla de unos 652.000 portes y unos 60
millones de paladas aproximadamente para cargar los cerones de aquellos borriquillos.
Posiblemente toda esta tierra o escombros sirvieron para
tapar aún más los restos de la ciudad palatina de Abderramán III, la singular
MEDINA AZAHARA, que por aquellos tiempos no había ni idea de donde estuvo
ubicada. Precisamente en aquellas lógicas excavaciones se encontraron restos
romanos lo que hizo suponer a muchos eruditos que allí debió de estar la
Córdoba romana erigida por el pretor Claudio Marcelo. El mismo Ambrosio de
Morales que llegó a estar en el convento creía fuertemente esta teoría, por lo
que fue desafortunado en su intuición.
Sería en el siglo XVII cuando Pedro Díaz de Rivas
(1587-1653) ya intuyó la situación de
MEDINA AZAHARA. Pero el mérito de su confirmación definitiva se debe a don
Pedro Madrazo y Kuntz (1816-1898), el que en 1853, y después de sus múltiples
traducciones y lecturas de documentos árabes, llegó a situar su ubicación
definitiva. A pesar de todo ello, no sería hasta 1911, en que se realizan las
primeras excavaciones, y se pudo confirmar la citada ubicación. Posteriormente
sería el arquitecto don Félix Hernández Giménez (1889-1975), el que a partir de
1944, emprendió de lleno las excavaciones. Hay que hacer constar que en estas
excavaciones colaboró de forma importante un joven Manuel Ocaña Jiménez
(1914-1990), que ya por aquellos tiempos empezó a destacar como experto en
inscripciones árabes. Don Manuel Ocaña, fue trabajador de CENEMESA y también
colaboró en las obras de restauración de la gran Alhambra de Granada, llevada a
cabo por el arquitecto don LEOPOLDO TORRES BALBAS. (1888-1960).
Y siguiendo con San Jerónimo, diremos que 1470, será el
obispo don PEDRO DE CORDOBA Y SOLIER, el que dona dineros para la adquisición
de madera para la construcción de los andamios, con estas donaciones y con la
posibilidad de "comprar enterramientos" dentro del recinto de la
iglesia, sería la manera de financiar esta obra. Esta madera con toda seguridad
tuvo que ser de la finca "EL NEGRETE", pues desde hace muchos años
allí abunda el castaño, que es la madera
adecuada para los andamios.
Hay que reseñar que durante el periodo de fray Antón de
Hinojosa, fue cuando Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, que apenas
tenía 17 años, pidió ingresar en este Monasterio y sería el mismo fraile el que
le convenció de que su mundo estaba en otro lugar.
LOS DOCUMENTOS
En el Archivo provincial existe documentación muy
completa con todos los apuntes necesarios para justificar las propiedades que
acumuló a lo largo de más de 400 años el Monasterio: Estos libros se llaman
"cartularios", "tumbo" "becerro" o como se le
quiera llamar.
Pero yo quiero señalar la abundante documentación que hay
dispersa por distintos archivos de Córdoba, además del provincial.
ALGUNOS EJEMPLOS DE DOCUMENTOS
01.-Documento en donde se refleja la donación por parte del
Alcaide de los
Donceles para la fundación del Monasterio.
1405, mayo, 10. Córdoba
AHN.- S. Jerónimo. Secc. Clero. Códice 233-B.
02.-Documentos que hablan y enumeran los distintos estatutos
de la Orden de San
Jerónimo, hasta 72 estatutos.
1415.
AMC. Caja de Hierro. Mss. "De los religiosos
notables y de las Constituciones
S. Jerónimo Pergamino. 46 folios.
03.-Documento en el que queda reflejado el protocolo para la
elección de prior
1418. San Bartolomé de Lupiana-Guadalajara
AHN.-Códice 233-B fol.64. Procedencia. S. Jerónimo de
Valparaiso. Copia.
04.-Documento que expresa la forma en que los superiores
daban la profesión a los
frailes que querían profesar.
1431, diciembre, 25. San Jerónimo de Valparaiso Fray Miguel Tatum.
AHN.- Códice 233-B. Procedencia. S. Jerónimo de
Valparaiso.
05.-Uno de los muchos documentos en el que se solicita
derecho de enterramiento
dentro del Monasterio, a cambio de una donación.
[1475, diciembre
22. Córdoba].
APCO.- Oficio 14,
n. 8-144
Estos documentos
son una ínfima parte de los que hemos consultado, y se pueden apreciar la
cantidad de testamentos que favorecen al Monasterio, y la gran cantidad de
solicitudes de enterramiento. En 1480, ya había más de 100 personas con
sepultura en el Monasterio.
Pero no cabe duda de que ese patrimonio, será siempre
reflejo del prestigio que la Orden de San Jerónimo gozó en Córdoba. Y no cabe
duda de que les tocó vivir una época, en que la nobleza, y la gente pudiente,
se prestaran a donar cantidades, y propiedades, primero para la fundación del
Monasterio y posteriormente para su sostenimiento.
Y es que en aquellos tiempos la idea del Cielo tenía
mucha más importancia que ahora, en donde según nos dicen "LA MISERICORDIA
INFINITA", lo perdona todo. Aquellas gentes, con sus donativos, rezos,
misas y plegarias, querían asegurarse una especie de "PASAMANOS DIRECTO PARA
SUBIR MÁS DERECHOS AL CIELO".
VISITAS IMPORTANTES
Desde la reina Isabel la Católica, pasando por otros
reyes, Felipe II, Felipe IV, fueron muchos los visitantes ilustres que tuvo el
monasterio. Y entre los visitantes ilustres cabe citar a Fleming (1881-1955),
sería en 1948 y entre los "tramposillos" cabe citar a ERNEST HEMINGWAY (1889-1961). Sería en la
feria de 1959, en la que vino a Córdoba para ver torear a sus dos grandes
amigos, los toreros y cuñados, ANTONIO ORDOÑEZ y LUIS MIGUEL DOMINGUIN, que
completaban cartel con JAIME OSTOS.
Es curioso este HERMINGWAY, que estuvo en España formando
parte de la Brigada XV, aquella que salieron huyendo como conejos, y que en
1959, aceptara una invitación según diría él a la Revista LIFE: "Vine a
Córdoba a ver torear a mis amigos y Pepe Mérito, me invitó a pernoctar tres
días en su monasterio". De pronto al Premio Nobel se le debió olvidar que
el tal Pepe Mérito, el señor LÓPEZ DE CARRIZOSA, fue una de las personas que le
gestionó a Franco el avión que por 118.000 libras de alquiler le llevaría de
Canarias a Marruecos, en donde se pondría al frente del Alzamiento Nacional,
que empezó en África en 1936. Pero al margen de eso, este impresentable se
dedicó a tirar por tierra a Manolete, cuando afirmó que: "Manolete era un
torero de trucos baratos".
Este vivales según las memorias de destacados
socialistas, poco apareció por los frentes de batalla, formó parte del Batallón
Abraham Lincoln y que erróneamente se le llamó Brigada y casi todos sus
componentes eran simpatizantes o miembros del partido comunista. Su instrucción
militar fue muy pobre pues estuvo a cargo de Robert Hale y Oliver Law que no eran
ni militares. Sólo al final cuando se hizo cargo de ella Steve Nelson, fue
cuando adquirió alguna seriedad para el combate. Lo que si recogen bastante
autores es que en la Batalla de Gandesa, corrieron para atrás más de la
cuenta. El nunca estuvo en el frente de verdad, y cuando estaba en Madrid, el célebre Bar Casa Chicote, era su "trinchera" o cuando no, el Hotel Rialto.
Este personaje como corresponsal de guerra no destacó
nada y en general la Brigada XV, tampoco se lució, a éste hombre lo que le dio
fama fue su novela: "POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS" título que
secuestró de un autor clásico del siglo XVII. En esta novela recrea escenas de
la batalla en el frente de Segovia y pone nombre a personajes propios y vivos
que actuaron en la misma. Pero eso sí, quizás se le olvidó en la novela, el
recrear la huida o la espantada, que dieron muchos políticos y dirigentes del
Frente Popular, cuando huyeron por todos los medios posibles, dejando
abandonados, a miles de combatientes en las Bolsas de Mérida y el frente de Alicante.
Y para rematar su presencia en España y con la anuencia
de Antonio Ordoñez y Luis Miguel Dominguín, (cobardes compañeros), llegó a
escribir que Manolete fue un torero de "trucos baratos".
La actitud y las frases de este vividor indispusieron a
los buenos aficionados al toreo, en donde se encontraban los más acreditados
críticos y los propios toreros, pero sería LA VOZ DE GRANADA, emisora de Radio,
la que el día 2 de febrero de 1961, organizó un programa de conexión nacional
en donde se hizo un desagravio al torero cordobés. A los pocos meses en julio
de ese mismo año, el Premio Nobel se suicidaba en Idaho Estados Unidos.
EL MONASTERIO LUGAR DE CONFIANZA
En aquellos años 1450-1469, las enormes disputas entre
los aspirantes al trono, los Alonso de Aguilar y el conde de Cabra, su primo.
En estos enfrentamientos hasta hubo quien incendió el Palacio del Obispo, don
PEDRO DE CORDOBA Y SOLIER, que tuvo que refugiarse en el Monasterio de San
Jerónimo.
Sería la reina Isabel la Católica la que erigió este
Monasterio, como lugar de mediación y confianza en aquellos conflictos de los
políticos de la época que no eran otros que los partidarios de Alonso de
Aguilar y su pariente el Conde de Cabra.
El Monasterio fue elegido "como banco depositario"
para recolectar fondos, plata, y otras cosas de valor, para financiar la guerra
de Granada.
Los políticos de aquella época como por ejemplo los
Alonso de Aguilar, cambiaban de bando según les interesaba. Y es que esa máxima
se ha dado siempre en política, y me trae a la memoria a los Salinas, apellido
ilustre en Córdoba, que supieron destacar en la monarquía de Alfonso XIII, la
dictadura de Primo de Rivera, la segunda República, la dictadura de Franco, y
la nueva democracia. Y como no, en la misma Iglesia.
El caso más reciente que tenemos es el de José Miguel
Salinas, el que fuera vicepresidente de la Junta de Andalucía por el PSOE, éste
hombre mientras su partido proclamara a los cuatro vientos la "EDUCACIÓN
LIBRE Y PÚBLICA" él se entretenía de ser él precursor, siendo dueño o
patrono del Colegio BRITANICO, el Colegio más caro de Córdoba, en donde el
tener un hijo costaba al mes "EL SUELDO MENSUAL QUE COBRA UN OBRERO".
AMBROSIO DE MORALES (1513-1591)
En el Monasterio de San Jerónimo ingresó AMBROSIO DE
MORALES, personaje importante de la historia y la cultura de Córdoba. Este
ingreso sería en 1533, y a éste hombre se debe una estupenda descripción de la
Mezquita-Catedral, edificio al que profesó una dedicación importante. A pesar
de que se equivocara a la hora de situar la ciudad de MEDINA AZAHARA, fue un
gran historiador. Se cuenta de él que una vez que ingresó en el citado
Monasterio y para evitar "malas tentaciones" se hizo amputar sus
partes con la puerta de un pesado arcón. Aquello fue considerado como un hecho
no razonable y fue expulsado de la comunidad.
LA DESAMORTIZACION
Las distintas desamortizaciones culminaron en España con
la llamada de Mendizábal de 1835, por la que los frailes tuvieron que abandonar
el Monasterio, y entonces, La Hacienda pública, entre unos intentos y otros de
buscarle una utilidad, ya fuera como "lazareto" o
"manicomio", como pretendían El Ayuntamiento o la Diputación, ninguna
cuajó. Llegamos al año de 1861, en que el perito RAFAEL DE LUQUE FUENTES,
maestro de obras de la Real Academia de San Fernando, emite un informe de la
situación calamitosa y abandonada del edificio.
El Ministerio de Hacienda deseoso de "vender"
el Monasterio, y cansado de las dudas del Ayuntamiento y la citada Diputación
para hacerse con el edificio, decide su venta en pública subasta. De un precio
de salida inicial de 52.874 escudos, se pasó hasta una tercera subasta a 37.011
ducados, que también resultó fracasada. Sería en una cuarta subasta llevada a
cabo el 27 de mayo de 1871, cuando por 72.701 pesetas, se adjudicó el
Monasterio a doña JOSEFA NUÑEZ del PRADO y VIRNEZ de Segovia, marquesa viuda de
GUADALCAZAR. Ya en una anterior subasta su marido había adquirido la huerta que
rodeaba el entorno.
En realidad estos nuevos dueños no se preocuparon mucho
del Monasterio, pues en una visita realizada al mismo en 1901, por Rafael
Ramírez de Arellano, el Padre Pueyo, J. Aparicio, párroco de San Andrés, el arquitecto
Adolfo Castiñeyra, el pintor J. Casares, el arcipreste de la Catedral don
Manuel Torres y Torres, y Mateo Inurria que ya portaba una cámara fotográfica.
Esta comisión publicó un informe en el Boletín de la Sociedad Española de
Excursiones, en donde vinieron a señala el lamentable estado en que se
encontraba este singular edificio de Córdoba.
En 1912, el Monasterio fue adquirido por JOSÉ MARÍA LÓPEZ
DE CARRIZOSA Y GARVEY, Marqués del Mérito, que se había casado con la cordobesa
CARMEN MARTEL Y ARTEAGA, hija de los Condes de Torres Cabrera, y ellos fueron
los que poco a poco fueron restaurando el Monasterio, sobre todo dada la gran
iniciativa cultural de la esposa.
EL MONASTERIO Y LOS CORDOBESES
En aquel año de 1962, en CENEMESA y en la División de
APARELLAJE, habían llegado un amplio grupo de técnicos a los que se llamó
"LOS SEVILLANOS" pues en su mayoría eran todos de Sevilla. Como hemos
dicho eran gente que valía técnicamente mucho y por esa razón gozaban de un
nivel de sueldos muy por encima del resto del personal técnico. Además gozaban
de unas prerrogativas muy especiales, ya que incluso además de un buen sueldo
concertado, gozaban de una serie de permisos por asuntos particulares sin
límite alguno, en contraste con cualquier empleado normal de fábrica, que de no
ser justificado el permiso se lo descontaban del sueldo.
Quien no recuerda a Evaristo Acevedo, a Martínez Reyes, a
Ortiz Calderón, a Rafael Roelas, a Rodríguez López, a Manuel Rodríguez, a Juan
Amorós, a Manuel Rubia, a Gabriel Álamo. Ellos ocupaban un lugar en las oficinas
de privilegio, pues desde unas amplias cristaleras, podían observar perfectamente
la Sierra y el Monasterio de San Jerónimo.
La fábrica de APARELLAJE, empezó a funcionar y los "sevillanos"
vieron como los pocos técnicos que había aquí iban aprendiendo poco a poco.
Esto les hizo precipitarse en pedir nuevos aumentos de sueldo. El valedor de
éste personal fue el ingeniero FELIPE RONDA AGRA, al que le pusieron el apodo
de "el niño bobo". Este ingeniero, descendiente del escultor Zuloaga.
Profesionalmente era un ingeniero con mucha aureola, y estaba al frente del
departamento de fabricación de la citada fábrica de Aparellaje.
Todos estos "Sevillanos" procedían de una
fábrica situada en la zona de San Jerónimo de Sevilla, junto a la antigua
Estación de Córdoba. En dicha fábrica se llegó a fabricar la
"popular" Moto GUZZI HISPANIA.
Pero el director de fábrica un tal Cristóbal Mayendía,
les contestó poco menos que nada a aquellas peticiones de SUBIDA DE SUELDO, y
poco menos les vino a decir "Que ya tenían bastante con ocupar la zona más
privilegiada de fábrica, desde donde podían observar con toda tranquilidad la
Sierra de Córdoba y el Monasterio de San Jerónimo".
Al final los "sevillanos" optaron por marcharse
después de permanecer largos días sentados desde sus mesas, y mirando en
actitud de brazos caídos, hacia el Monasterio de San Jerónimo.
Sólo quedó un tal Manuel Ortiz Calderón, que aparte de
ser un buen técnico, sólo se preocupó, de hacer cuadrantes para repartir las
horas extras.
EL MONASTERIO LUGAR AÑORADO.
Viniendo un día en el autobús de fábrica me decía Rafael
Ruiz Lucena, que en Córdoba cualquier ciudadano, que a lo lejos contemple
nuestra maravillosa Sierra, se quedará prendado de dos lugares que destacaban
sobre los demás. En primer lugar La ERMITAS, lugar idílico por su entorno, su
historia, y los maravillosos parajes que las rodean. ¡Quien no ha soñado tener
una casa por aquellos lares!
Finalmente podemos observar el Monasterio de San
Jerónimo, algo más alejado, pero siempre próximo. Allí da la sensación de que
el tiempo se enaltece de su antigüedad y del valor de la piedra y de los
tiempos acontecidos. No hay cordobés que se precie, que no haya soñado alguna
vez de un perol por estos alrededores, en donde el paisaje te ofrece el
heliotropo silvestre, el cantueso, el tomillo, la jara y también se prodiga la
esparraguera. Allí podemos ver igualmente los arboles soñados de nuestra
infancia, como eran el algarrobo y el almezo y puedes ver a arroyuelos que
confunden sus aguas entre piedras, hoyos y los vuelos de zorzales y de
perdices.
EL MONASTERIO Y LOS ESPARRAGUEROS
En una ocasión y después de tomar café en el Bar los
Almendros, en donde nos atendió como siempre el singular Rafael Peña Hidalgo,
el hombre que más planos pudo manejar en toda la CENEMESA. Empezamos a bajar
por la finca el HORNILLO, no sin antes echarle un vistazo al imponente campo de
los almendros en flor que por allí abundan. Poco a poco, fuimos disfrutando de
las esparragueras que nos salían al paso. El primero que iba bajando por aquella
empinada pendiente, era JESUS BARBA, con diferencia el más hábil de todos
nosotros, después iba ÁNGEL GONZALEZ "EL CALVI", luego LUIS HERNANDEZ
y su cuñado, y más a la cola y como siempre, PACO LUQUE "EL PELA" con
el resto de los que íbamos en aquella excursión de espárragos. Por laderas
abajo de San Jerónimo, un paisaje, bello y singular, en donde el almezo, la
retama y las abundantes esparragueras, rivalizaban entre sí, para embellecer el
recorrido del Arroyo "EL MESONERO", uno de los arroyos que con toda
seguridad, en tiempos antiguos, debieron alimentar, con las aguas del BEJARANO
Y LA FUENTE DEL ELEFANTE, la ciudad palatina de MEDINA AZAHARA.
Era normal que cada vez que ibas por el campo con JESUS
BARBA, de pronto lo sintieras dar gritos de "¡VENIROS PARA ACA! QUE AHÍ
HAY MUCHA GENTE", y esa era la táctica que empleaba para engañar a los que
por las LADERAS DE SAN JERONIMO, subían para coger espárragos, su objetivo era
desviarlos del sitio en que nosotros estábamos buscando. Nunca podré olvidar
que en una de aquellas ocasiones, fue el grupo de Victoriano Lozano, que con
sus amigos, Paco Ponferrada, Juan Pozo, Paco Osuna y Pepe Aguilar, pretendían
llegar hasta donde estábamos nosotros. Aquellas voces de Jesús Barba, los
desvió.
He querido destacar a Jesús Barba, conductor de CAMPSA,
que durante muchos años demostró a sus amigos de PEDRAJAS, y en CASA RAMON, que
era un auténtico campeón cogiendo espárragos, zorzales, pajaritos, y cualquier
cosa que diera el campo. Al igual que para los peñistas se inventaron el trofeo
"El POTRO DE ORO", para este
hombre tendría que haber creado un "ESPARRAGO
DE ORO".
En otra ocasión llegamos al Monasterio por la parte de
atrás y pudimos observar que una parte del muro de contención que daba al Patio
de la Iglesia, tenía una enorme brecha, nos acercamos y pudimos ver que los
estragos de la lluvia habían provocado el desprendimiento de una enorme piedra,
que a cálculos debía de pesar unos 26.000 kg. La cerca fue arreglada y en
aquella reparación intervino la Junta de Andalucía, previa gestión del marido
de la marquesa, don Henri, que fue acompañado por el eficaz chofer Antonio Mata
Mena, sobrino de Juan Barasona.
EL MARQUÉS DEL MÉRITO
Don JOSÉ LÓPEZ DE CARRIZOSA Y GARVEY, y su esposa MARÍA
DEL CARMEN MARTEL Y ARTEAGA, casados en 1891, compran un palacio en las esquina
del Gran Capitán en 1899, con una visión o buena información de que dicho
inmueble de unos 2.500 m2, se iba a quedar en un lugar privilegiado cuando se
comunicara el Gran Capitán con la Ronda de los Tejares. En los años 1930, este
Palacio fue adquirido por la administración para convertirlo en gobierno civil.
Allí y delante de ese Palacio el 15 de noviembre de 1923, se pondría la Tribuna
para acoger a las personalidades que vinieron a Córdoba a inaugurar el
monumento al Gran Capitán.
Aunque los marqueses del Mérito poseían casa en Jerez y
Madrid, casi todos sus hijos nacen en este palacio de Córdoba. JOSÉ LUIS LÓPEZ
DE CARRIZOSA Y GARVEY, muere en 1927, en Jerez en donde es enterrado. Su esposa
MARIA DEL CARMEN MARTEL Y ARTEAGA, muere en 1937, igualmente en Jerez y allí es
enterrada. Por lo que su hijo JOSE Mª. (1895-1963), hereda el título de marqués,
el negocio de las bodegas y el propio Monasterio. Uno de los vinos más famosos
y más antiguos de esta Bodega "EL AMONTILLADO FINO" (1876).
MAS
CHORIZO QUE ARROZ
En el
Colegio Salesiano, fue en la época en que llegó D. Jesús Amable Vicente, septiembre
1952, y se quiso premiar a los alumnos del Colegio de los gratuitos, que salían
en el Cuadro de Honor y para ello les dieron UN PEROL, de esta forma atendían
a la invitación de la familia de los Jiménez Ortiz, (cooperadores
salesianos), dueños de la finca la
Gorgoja de Villarrubia (Córdoba).
Recuerdo
que aunque el perol fue a la citada finca, para todos en el Colegio el
comentario fue de que iban al Monasterio de San Jerónimo, quizás por la
proximidad de la finca a esa zona de las afueras de Córdoba.
Aunque
en un principio estaban invitados los alumnos de todas las clases, a última
hora y por meter a algunos “invitados especiales”, nos dejaron atrás a varios
de la clase primera. En aquel perol yo había puesto mucha ilusión pues nos
brindaba una oportunidad de oro, para además de ir al campo, poder hartarnos de
comer. De aquel perol disfrutaron, Joaquín Pérez “Joaquinito”, Urbano Milla
“El Cheles”, Antonio Benítez, José Estévez, Antonio Pérez, José Arjona, José
Sánchez y Bernardo Palacios. En representación de los mayores. El autocar se
completó con el resto de alumnos de las clases inferiores.
Aquel
día, yo desde mi casa, no hacía nada más que lamentarme ante mi madre, de la
oportunidad, que sin saber por qué, había perdido. Así que estuve todo el día
pendiente de la vuelta del pequeño autocar que los había llevado hasta la
citada finca. Sobre las seis de la tarde y ya de vuelta, paró el autocar cerca
del Colegio, (Junto a la Casa del taxista Rafaelito “El Largo”), y
empezaron a bajar los "camperos" sonrientes y satisfechos de haberse
hartado de comer. Nada más ver a mi hermano Pepe, mayor que yo, le pregunté:
¿Qué Pepe, como ha estado el perol? Y él, por toda contestación me dijo: “¡¡Manolo!!, MAS CHORIZO QUE ARROZ”,
aquella contestación fue el resumen perfecto a lo que yo ansiaba conocer.
En aquellos tiempos, el comer más chorizo que arroz era todo un lujo.