AQUELLAS
OLLAS.........
En la época de las cartillas de
racionamiento, (1937-1952) había que ponerse en cola para retirar el pan. Pero
a los que eran los primeros, siempre el dueño del horno de San Lorenzo, solía
dar una ración de más, lógicamente pagada, pero algo era algo. Había gente que
se quitaba de en medio "las colas" vendiendo las cartillas de
racionamiento, y es que había como siempre "pajarillos" que
negociaban con todo y sobre todo con el estraperlo.
Por otra parte el poder comprobar en aquellas
Tómbolas el utillaje de ollas y cacerolas esmaltadas llenaba la ilusión de las
amas de casa, que por aquellos tiempos se carecía de casi todo. Recuerdo que se
llegó a poner una Tómbola Benéfica en San Lorenzo (1955), y las estanterías de
regalos aparecían repletas de ollas y cacerolas esmaltadas que había prestado
en "depósito" LA PORCELANA. que entonces funcionaba en las Margaritas.
Eran tiempos de escasez y de estraperlo y en
la calle Ocaña, que era una calle poblada en la antigüedad por bastantes moriscos
"Padrón de 1578", En dicha calle había un señor que se dedicaba al
estraperlo, y de esta forma entrabas en su casa y tenía "gloria
bendita", como se solía decir, pues allí había todo lo que se pudiera
desear y consumir. Pero al parecer de casi nada le sirvió pues en el año 1955,
sería don Juan Novo, el cura de la parroquia de San Lorenzo, el que con su
altura lo descolgó de una viga del techo de su casa, de donde además de colgar
chorizos, morcillas, y toda clase de chacinas, terminó por colgarse él.
Precisamente, para poder bajarlo de allí, hubo que utilizar varios cubiletes
apilados unos contra otros, que estaban llenos de melocotones, membrillos,
tomates y otras frutas y verduras de aquella época.
En aquellos años de dificultades después de
la guerra, a este país, a los españoles que estábamos aquí nos hicieron un
bloqueo, por lo que la entrada de alimentos era muy escasa, y además hasta que
se empezó a organizar el campo, todo eran dificultades en los suministros
agrícolas. En contradicción con lo que suele ocurrir ahora en que todo el mundo
sensible y principalmente las ONGS, se oponen a cualquier bloqueo por razones
humanitarias. En aquella ocasión buena parte de los que perdieron la guerra,
insistieron en apoyar estos bloqueos, para intentar estrangular el gobierno del
dictador que había ganado la guerra.
En aquella ocasión, casi todo el mundo,
incluso los exiliados españoles, pedían rigor total en el bloqueo y esto sin
duda, hizo que el hambre, y las dificultades de la población se prolongaran aún
más. Tuvieron que ser los tan denostados americanos, los que llegaron a España,
con su LECHE EN POLVO, su MANTECA, su QUESO, y la CARNE enlatada, para la mucha
gente que lo necesitada y que unido a la ayuda que también prestó el general
Perón desde Argentina, supuso un alivio para el hambre de la población.
Y es que en aquella España, que terminaba una
guerra, había muchas faltas de alimentos y otros abastecimientos. Nuestro
profesor de la clase 4ª, don Alfonso Jurado, contestó en 1954, a dos de los
alumnos más espabilado de la clase, se trataba de los compañeros Antonio
Gordillo Rojas y Jaime Linares Salido, que le hicieron una pregunta sobre el
citado tema, y él contestó:
"España ha terminado una guerra con
muchos muertos de uno y otro bando, y con muchas dificultades, los que han
perdido la guerra no se resignan y da la impresión de que se quieren vengar con
el hambre de todos los españoles, partidarios o no del dictador que nos
gobernaba.".
Pero España, después de aquella tremenda
experiencia de la guerra, se fue adaptando a la realidad, de que había un Jefe,
que después de haber ganado la guerra, era el que mandaba en España, por tanto,
nuestro país era como un gran barco, que tenía un capitán, y que el barco
estaba lleno de multitud de personas, que unas odiaban al capitán y otras pues
a lo mejor le toleraban con todas sus fuerzas. Pero todas aquellas personas
eran conscientes de que tenían que remar en el mismo sentido para que el barco
de España, no se fuera a pique.
Así de esta forma, el barco cogió un ritmo de
trabajo que cada vez estaba más garantizada su puesta a flote. Ahí terminó la
explicación de aquel sencillo maestro de escuela, que hablo con su verdad en la
boca".
Pero mientras esto ocurría en España, muchos
españoles, algunos "ávidos de coronarse de poder", andaban por Europa
apoyando bloqueos y soluciones para que España, y los que estaban allí, no
pudieran tener acceso a unos suministros lógicos. Lástimas que las ONGS que
ahora son tan activas, en aquellas épocas aún no estaban inventadas, y por ello
poca gente a escala internacional se preocupó de los que sin haber conocido la
guerra, habíamos nacido en aquél país llamado España, con todas sus carencias y
limitaciones.
Mi padre y sus vecinos, Miguel Morrugares,
Francisco Serrano, Gabriel González, Mariano Páez, Carlos Velasco, al igual que
el resto de vecinos de la Calle, se
decidieron por trabajar y ayudar a mantener a flote este barco que era España,
y que en su bodegas, y a ras del agua, estaban los más desprotegidos.
Con trabajo, dedicación y la entrega de la
mayoría de estos pasajeros, el Barco, con el timón siempre en manos del
autoritario Franco, fue avanzando todo su camino, lo que supuso una gran
mejoría para todos los viajeros del Barco.
Mientras estos iba ocurriendo en España, La
oposición en su mayoría algunos "niños de papa" y pertenecientes a la
burguesía española, que lo único que querían de España era recuperar el poder,
llegaron incluso a reunirse en Múnich, (1960) y pidieron que las Instituciones
Europeas, le negaran todo a España, y con ello a los españoles que estábamos
dentro de este Barco.
Aquello fue una forma de
"maltratar" a unos 30 millones de españoles que había en España, y
muchos que ya no habían conocido nada de la guerra. A aquella reunión de
notables los únicos que no asistieron fue el PCE, quizás porque al estar en
contacto con la gente en el día a día dentro de España, interpretó que todas
esas reuniones eran absurdas.
Si se repasa los nombres de estos 118
asistentes a la reunión de Múnich, así como el nombre del coordinador Salvador
de Madariaga, podemos decir que en su mayoría, al estallar la guerra, todos se
fueron al extranjero, por lo que no tuvieron que soportar ningún frente de
guerra, ni pegar ni un tiro. Y también casi podíamos confirmar que tampoco
echaron las horas extraordinarias trabajando que por ejemplo llegaron a echar
los compañeros: Blas Pérez, Antonio Ávalos, José Casas, Juan Gómez, Puerto
Hidalgo, Justo Cerezo, Rafael Becillas, Antonio Hernández, Manuel Losada, y
tantos y tantos, que sin poder ver al capitán del Barco, no tuvieron más
remedio que trabajar para superarse y evitar las necesidades.
Pero a pesar de todos estos problemas
políticos, la gente joven que no había conocido la guerra, distraía el hambre
con infinidad de juegos, y algunos de cierta violencia, se jugaba al
"LÁTIGO", que consistía en formar una cola de nenes, todos cogidos de
la mano, y por lo general los mayores se colocaban en cabeza. Al no haber
prácticamente circulación de coches, se podía correr por cualquier calle o
plaza. Cuando la fila o la cola, había tomado cierta velocidad, el primero, por
regla general de los más fuertes y mayores, pegaba una especie de
"Latigazo", con tal violencia,
que desde media cola para atrás, todos salían disparados, sin saber muy
bien en donde "IBAN A TERMINAR". Las madres estaban en contra del
"LÁTIGO", porque por lo general a los más pequeños y débiles, siempre
los ponían al final en la cola, y ellos eran los que "volaban" al
transmitirse a todos el efecto látigo.
Eran tiempos de carencias de todo tipo.
En los improvisados ambulatorios de la
incipiente Seguridad Social, se agolpaban las madres en su mayoría con los
críos pequeños, ya fuera en Mármol de Bañuelos, (Foto León), en la Calle
Montañas y más modernamente en aquél Ambulatorio llamado del 18 de Julio que se
instaló en la Calle Hermanos López Diéguez, en lo que fueron los Jardines
posteriores de la casa de los Cabrera de la Plaza de San Andrés.
Nuestras madres, en época que no había ni móviles,
ni radio, ni televisión, aprovechaban aquellos momentos de espera en la
Consulta para hablar de lo divino y lo humano. Muchas veces salió a relucir el
tema de la Olla de los Garbanzos, y los problemas que debido a la sequía
ocasionaba el agua del Río que al parecer los "ponía muy duros". De
allí todo el mundo aprendía de que había que ir a por agua para los garbanzos a
la Fuente de las Dueñas, a la Fuente de la Palomera o al Cuartel de Veterinaria
que había en Regina.
Y es que el "COCIDO", era la comida
por excelencia para las tardes- noches de la mayoría de los hogares populares
de Córdoba. Hoy poner un "COCIDO" y con la cantidad de cosas que se
le echan resulta una comida cara de poner. Pero en aquellos tiempos eran los
garbanzos, una poca berza, un poco de tocino fresco, otro de tocino añejo y una
poca carne de "GUAPO", era todo lo que llevaba aquella comida, que se
empezaba por remojar los garbanzos en los que se llamaba "ECHAR LOS
GARBANZOS EN AGUA AL SOL", los cuales se ponían en cualquier del Patio
junto a las macetas. Luego y después de
fregar los cacharros y los lebrillos de aquella cocina comunitaria, se ponía la
"OLLA A HERVIR" y cuando sonaba en la Torre de la Iglesia el toque de
"VÍSPERAS", eran muchas las mujeres las que decían. "¡¡EA, GRACIAS
A DIOS QUE YA TENGO MI OLLA HIRVIENDO!!".Lógicamente la olla de cocido se
comía de noche, sin más nada, pero de verdad que sabía a gloria.
La "Olla del Cocido" llegó a tener
tanta importancia que en los años de 1948, nos contaba Rafael Espejo Jiménez,
que junto a unos cuantos de jóvenes más del Barrio participaban en una
Fiesta-Baile que se daba en la Calle de los Frailes. Aquello era un Bautizo y
el padre de la criatura había puesto una vieja gramola para que sonaran unos
discos, y con ello que la gente joven del Barrio disfrutara de aquél Baile. La
casa tenía una zona del Patio emparrada (Había una enorme parra), y lógicamente
algunas parejas les gustaba disimularse bailando debajo de la intimidad de
aquella parra. De pronto y de una galería corrida que había en la segunda
planta de la casa, sonó una voz como un enorme estruendo diciendo: ¡¡MI OLLA,
MI OLLA!!, y es que al pobre Ignacio, que así se llamaba el vecino le habían
quitado de la cocina común, su "OLLA DEL COCIDO". Como es natural se
paró la música y todo el mundo se preguntó que a donde había ido a parar la
"OLLA DEL COCIDO" de aquél pobre jubilado.
Poco a poco se fue evolucionando y ya hasta
se comían "Patatas al Columpio", y es que en aquellos (1950-60), los
besugos y el bacalao estaba en la dieta habitual de la gente con pocos medios.
Hoy las cosas parecen que se han cambiado, comer besugos y bacalao, pertenece a
una cocina de distinción, que en algunos sitios ya la llaman la cocina de “los
fogones”. (¿) Pero no nos vamos a referir al bacalao propiamente dicho, sino a
la “cola del bacalao” que se quemada oportunamente para quitarle las
vellosidades del pescado seco. Este tipo de "bacalao" era que se
solía echar como “única carne” a las patatas guisadas. Con ello se preparaba el
plato “patatas al columpio”. Lo del "columpio", es porque los trozos
de patata al haber poca carne e ingredientes, se “columpiaban en el caldo”. No
obstante estaban muy buenas.
Y es que aquellos
tiempos además del hambre también estaba el problema el frío. Cuando apretaban
los fríos y la lluvia, escaseaban el carbón y el picón, es decir que había más
demanda que oferta, lo que daba lugar a unas colas interminables, que la
mayoría de las veces acababan cuando se terminaban las existencias. El picón
era imprescindible para calentarse sobre todo en los barrios populares, pues no
se disponía nada más que de “LUZ DE PERRA-GORDA", por tanto la posibilidad
de un enchufe para una resistencia era impensable. Algunos se las ingeniaban
con el famoso “ladrón” cogido a la bombilla, pero eran los menos. Aparte que
los sueldos no estaban para consumo de electricidad.
En una ocasión se
planteó un pequeño problema con el piconero Rafael de la Haba “El Cojo”, el
cual le solía traer dos veces en semana dos sacos de picón al piconero Rafael
Gordillo, pero en esta ocasión de escasez los vendió en la "VENTA DE
VARGAS", en el Brillante, al doble de su precio, por lo que le echaron una
bronca espectacular. Ello motivó que dejara el picón y se dedicara a los
conejos que los cobraba a 14 pesetas unidad..
Corría el año de 1954
y en el establecimiento de "CASA CARIDAD" en la esquina de la
"Calle de la Muerte" con la Calle los Moriscos, solía vender estos
conejos, muchas veces para hacerle la competencia a la tienda de Ultramarinos
de Ángel de la Peña, que en la esquina de la Calle Muro de la Misericordia, solía comprar los conejos y los
sacos del picón de varios piconeros.
A últimos de los años
50, aparecieron las cocinas de “petróleo” y todo el mundo empezó a equiparse
con aquellas ventajas. En la Plaza de Cedaceros, se encontraba la Meca de estas
cocinas. Las había de todos los tipos y colores. No obstante al escasear el
llamado “petróleo”, había que formar unas colas impresionantes. Recuerdo que en
la calle Santa María de Gracia, y en lo que fue la Barbería, de Juan Navarro,
(que abandonó el oficio de barbero y se colocó de portero del Circulo de
Labradores. Allí además de labores de etiquetado portero se dedicó a vender el
simpático KUBANITO, que llegaba de Algeciras). Se instaló un despacho de venta
de petróleo que estaba más cerrado que abierto. Para formar la cola previa a la
apertura del despacho, cualquier lata pequeña, una piedra u otra cosa, servía
para guardar la vez. Mucha veces eran los chiquillos los encargados de guardar
su sitio a cualquier vecina que le daba su propina por guardar la cola. Cuando
llegaba el encargado del despacho, antes de entrar "oteaba el horizonte"
y en función de la gente que había, establecía un cupo para todos.
El dueño era un
guardia civil retirado que vivía en Cañero, (primera calle a la derecha), muy
cerca en donde vivían los Olmo, que tenían a su cargo el Bar de la Universidad
Laboral por aquellos tiempos (1957-1965). Con el paso del tiempo y después de
la visita del presidente americano “IKE” aumentó el suministro y ya este
combustible se repartía incluso a domicilio. En San Lorenzo el que lo repartía
con su “triciclo” era Rafael Aroca, el “Bizco”, que era un excelente vecino
cercano al “artillero”.
Estas cocinas apenas
duraron más de una década, pues daban un olor muy asfixiante, a gas oil,
llegando a meterse incluso muchas veces el dichoso olor hasta en la "Olla
del Cocido". Hubo personas que se negaron en rotundo a utilizar este tipo
de cocinas y al final salieron ganando.
En el año 1959, visitó España el presidente
americano “IKE”, y aquello supuso una puerta abierta de ayudas al gobierno de
la dictadura. Pero por lo que hace alusión a la leche americana, esta empezó a
llegar de forma masiva en unos bidones de cartón fuerte, y que se distribuyeron
por todos los colegios y centros benéficos. Con esta ayuda la población juvenil
e infantil empezó a tomar leche de forma sistemática Esta toma sistemática de leche erradicó
muchos sabañones y pupas de la chiquillería. Es curioso que de estos bidones
que fueron tan importantes para la juventud española, no quede ningún recuerdo
fotográfico.
El depósito de distribución de esta leche,
estaba ubicado en una nave que existía en medio del campo, en lo que hoy se
llama “Polígono de Pedroches”. Esa nave, medio abandonada, fue anteriormente
“La famosa fabrica de la Mica”, lugar en donde se fabricaba esa fibra aislante
que se utilizaba muy frecuentemente por aquellos años (1950), y que en plan
casero muchas mujeres se dedicaban a "abrir mica". Este aislante era
el que iba en las planchas eléctricas de entonces. En la Calle Roelas, había
una mujer llamada María, a la que todo el mundo la nombraba como María la de la
Mica, porque era una de las que trabajó en esa labor.
El hombre que estaba a cargo de este almacén
era un simpático “cojo” que tenía una pata de palo. Su vivienda era una pequeña
dependencia "pared con pared" con un transformador que había cerca de
la nave.
Era un hombre de pocas palabras y en las
muchas veces que fuimos a recoger el "pedido del mes", nos vigilaba
como un poseso. Una vez le quitamos una lata de mantequilla y no la comimos en
medio del portalón. En aquellos tiempos, Rafael Ordoñez, nos facilitaba el
camión de su bodega para transportar la leche en polvo, y más de una vez el
dueño del Bar Rafae de la judería, hizo de chófer del citado camión.
En aquellos tiempos se hacía cola por todo, y
como es natural en los cines también se guardaban muchas colas, sobre todo
cuando la película de que se trataba era un esperado estreno en el cine de
verano. El cine que por aquellos tiempos solía echar las mejores películas, era
el cine Florida, que estaba situado en la frontera natural de las Costanillas,
en la llamada Plaza del Huerto Hundido. Por cierto que los que mandan han
querido dejar como recuerdo del cine, una fuente en casi la mitad de la Plaza,
que por su color y arquitectura, nos trae el recuerdo de “UN ATAUD MOJADO”,
salido de cualquier película del Oeste.
Recuerdo que en este cine estaba muy cerca de
los dominios de los hermanos “Botijo”, del “Leyes”, de “Cuello lata”, de los
Ojeda, de los Gordillo, de los Maldonado, de los Trujillos, de los Arrabal, de
los Sánchez y otros clásicos de aquellas épocas.
De las películas que recuerdo que se formó
más cola, fue una que se titulaba: “Marineros no miréis a las chicas", en
la que intervenía RENATO CARAZZONE, Y ABE LANE, la cola fue impresionante y
tuvo que intervenir la “guardia de asalto”, con sus porras, para evitar que los
frescos de siempre se colaran.
Al grito de la gente de: “Que se cuela, que
se cuela” e inmediatamente los guardias actuaban con contundencia. No obstante
había otros “niños bien”, que al disponer siempre de dineros suficientes en el
bolsillo, llegaban al amigo de turno y con hábiles señas, bien guiñando o con
las manos, le incitaba a que le sacara algunas entradas ya que estaba a punto
de llegar a la taquilla. Ese detalle, no estaba
permitido para la mayoría de nosotros, pues al tener el dinero justo, no
podías sacarle entradas a nadie, ya que te exponías a que te tuvieran que dar
el dinero y te podía ver el policía. Para muchos de nosotros y en nuestra vida,
era la única vez que se temió la actuación de los policías.
Otras películas que tuvieron muchas colas,
fueron “LA HERIDA LUMINOSA” Y “HELGA”, pero ya no eran películas de jóvenes que
eran los que formaban los tumultos. Al cine Astoria de verano y al Cine Iris de
invierno les tocó la lotería con aquellas películas.
Los internados y empleados de la Residencia
Teniente Coronel Noreña, podían presenciar todos los días y a las diez de la
noche, la gran cola que se formaba con
las luces de los coches que salían de la SECEM Y CENEMESA, y pasaban junto al
Silo. Aquella cola duraba por lo menos diez minutos y eran cientos y cientos de
coches, motos y bicicletas, pertenecientes a los trabajadores que salían del
relevo de tarde y circulaban por la antigua carretera de Palma del Río, en
dirección al Viaducto. Hoy desgraciadamente esa cola no se puede ver, pues no
está ni la Residencia, y queda muy poco de aquellas fábricas.
Solo queda el Silo de forma testimonial y el
Bar las Delicias, muy cerca de los Olivillos de don Félix. Para no estar, no
está ni la alegría que suponía ver a tanta muchacha joven que trabajaban en
CREACIONES DÍAZ, y que llenaron una época con su colorido, sus peinados y sus
vestimentas.
Cuando el Córdoba subió a Segunda después de
su partido en Cartagena, se formaron grandes colas, de aficionados para sacar
los abonos. Fueron colas excesivamente largas para un club que dice que estaba
informatizado.
También se recuerdan la colas que se formaban
para entrar a ver los partidos importantes del Córdoba, en primera división.
Sobre todo los del Real Madrid y El Barcelona. Posiblemente la mayor cola se
formó en el año 1954-55, con la visita del Real Madrid, que jugó un famoso
partido, con motivo de la I Semana Deportiva, organizada por el Ayuntamiento.
El resultado de partido fue: Córdoba 6, Real Madrid 12. El encuentro fue una
borrachera de goles y pudimos ver al mejor Di Stéfano, jugar durante el primer
tiempo. La entrada nos costó a los chavales DOS PESETAS Y DIEZ CÉNTIMOS, los
diez céntimos eran para el fútbol base. Las entradas después de mucha cola, las
sacamos en la Calle la Feria, en las primeras Oficinas del Club.
En aquellos años de la refundación del
CÓRDOBA CF. Las Oficinas del Club se ubicaron en las que fueron las
instalaciones de los Laboratorios "La MEDICAL", aquellos laboratorios
que popularizaron en Córdoba el "ANTICARIOL", aquella pasta dental,
que a todas horas nos recordaba la Emisora Radio Córdoba, mientras comenzaba su
sección de discos dedicados, y que siempre nos obsequiaban con las jotas de
Ricardo Solanas y un tal Campos Serrano de Cabra..
Luego ya con el paso del tiempo, las entradas
íbamos a adquirirlas a San Pedro, a Casa Villosla, que era el sitio más cercano
que teníamos de comprar las entradas, y también se formaban sus colas. Ya con
menos colas se vendían las entradas en el Bar San Cayetano, que fue el Bar
familiar en donde Pepe Marín, después de abandonar unos hábitos primerizos de
fraile del Carmen de San Cayetano, se orientó por el negocio de la hostelería,
llegando a tener éxito con su célebre Restaurante el CABALLO ROJO que es como
una insignia de Córdoba. Posteriormente el Bar San Cayetano, vio como se
formaban colas en su casa de personas que ansiaban en coger el autocar que le
llevara a los distintos lugares de España y el extranjero, principalmente para
Barcelona y Alemania. De agilizar estas colas de viajeros se encargó durante un
buen tiempo Nicolás Oñoro, que abandonó el trabajo de adaptar camas metálicas,
para dedicarse a traer y llevar emigrantes. De estos viajes uno de los que más
sabe en Córdoba aparte de Sánchez Navas, es el amigo Genaro de Jardín del
Alpargate.
LA OLLA DE LA POLÍTICA
A España históricamente no se le ha perdonado
nunca nada. El Estado de las Autonomías, con la entrega de las transferencias
de Educación, ha dado lugar a que gente sin escrúpulos y sectarios les hayan
"cambiado a las nuevas generaciones" la Historia de España, y en vez
de transmitir por ejemplo la grandeza del imperio español en el siglo XVI, sólo
han sabido transmitir ODIO y que se sienta vergüenza hasta de ser español.
Aquí en España desde hace mucho tiempo somos
más "papitas" que nadie, y de hechos que ocurrieron a nivel mundial,
nosotros hemos hecho "asuntos únicos y principales" como por ejemplo
la expulsión de los judíos en 1492. Todo el mundo comenta aquella expulsión cuando
en toda Europa esta se llevó a cabo y nadie dice nada.
Y es que con la llegada de los Borbones en el
siglo XVIII, llegó el dardo envenenado de la hispanófoba ilustración francesa;
para Francia siempre fue útil todo lo que fuera perjudicial para España. Pero
nuestras élites intelectuales "copiaron" a los ilustrados franceses y
propiciaron una aceptación que sostenía que la Inquisición Española fue el
hecho religioso más intolerante que había existido, cuando eso no fue así. La
intolerancia religiosa se la tendrían que colgar los pueblos protestantes, que
fueron más perseguidores que la propia Inquisición, y a la historia me remito.
Y es que España en aquel siglo XVI, concitó
muchas envidias y por ello nos fueron continuamente pasando factura. Y lo
lamentable es que nuestros intelectuales se hicieron eco de toda aquella
"LEYENDA NEGRA", hasta el punto de que para ser intelectual en
España, había que ser crítico a la fuerza en contra de ella.
Lástima que fuera lo único que se imitó de la
Ilustración, porque la Ilustración francesa trabajó siempre a favor de la
creación de Francia como potencia. Voltaire se pasó la mayor parte de su vida
exiliado de una Francia que prohibió sus obras. ¡Pues en Voltaire no hay una
sola crítica a su país! Podría haber dicho que allí se persigue la libertad y
la cultura. Pero no sólo él, ninguno de los intelectuales galos de la
Ilustración escriben algo contra Francia, al revés: para ellos es el país más
hermoso de Europa, donde hay más libertad y donde brillan las luces y la razón.
Sánchez Dragó escribió el ensayo ‘Y SI HABLA
MAL DE ESPAÑA, ES ESPAÑOL" en el que retrata nuestros complejos y
leyendas. ¿Acaso somos los españoles los principales entusiastas de la leyenda
negra?
Y es que es lamentable el seguidismo de los intelectuales
de la generación del 98, que ayudaron a asimilar y propagar el relato
envenenado cocinado al fuego y el odio de la ilustración que se empeñó en poner
a España culpable casi de todo.
El propio descubrimiento de América una gesta
que cualquier país hubiera explotado a su favor, para España lo convirtieron
hábilmente como en una "Pozo envenenado" que nadie con poder se ha
esforzado en explicar adecuadamente.
Y algo de eso pasa en Cataluña, en donde
históricamente confunden una simple
"Guerra entre "AUSTRIAS Y BORBONES" por la sucesión en
España. como la "GUERRA DE SU INDEPENDENCIA" que nunca existió.
Pero es que además algunos colectivos
"marxistas" se les llena la boca de DEMOCRACIA, DE DIÁLOGO, DE
LIBERTAD Y URNAS, cuando la historia muy reciente, nos lleva a historias
próximas y reales en EUROPA, como ocurrió en 1956, en Hungría en la que el
Pueblo Húngaro, pidió eso: URNAS, LIBERTAD Y DEMOCRACIA, para poder decidir
como un pueblo "SOBERANO", y los comunistas le enviaron por todo
"DIÁLOGO· los TANQUES y miles y miles de soldados para APLASTARLOS..
Y evidentemente obviamos citar otras
situaciones parecidas más allá del llamado TELÓN DE ACERO, en donde el concepto
de Libertad era poco menos que un "VICIO CAPITALISTA", y había que
desterrar y aislar CON MUROS COMO LOS DE ALEMANIA, o como fuera..
,
Por ello es de pena
que España sea atacada desde todos los ángulos, y por políticos de tres al
cuarto, para los que vale más "EL VENENO FÁCIL DE SUS PALABRAS", que
la posible razón histórica.
Pero no cabe duda que
la gran culpa es de los políticos, capaces, preparados y conocedores de la
VERDAD, que han conocido esta situación, y por "COMODIDAD POLÍTICA",
o por dejarse llevar por la corriente que da los votos, HAN CALLADO DE FORMA
IMPUNEMENTE, convirtiéndose EN POLÍTICOS DE PAN Y OLLA. Y así está ESPAÑA, que
te da por gritar "ARRIBA ESPAÑA", y a lo mejor hasta te pegan.