viernes, 12 de febrero de 2010

"LETRAS DE PELOTEO"

Letra de “Peloteo”, es la terminología que se le da a las letras que el Librado emite sin que medie ninguna transacción comercial que la origine, sino con la única intención de obtener una financiación mediante el descuento de la misma. En definitiva estas letras son documentos fraudulentos, que se utilizan para conseguir un dinero rápido.

Estas operaciones irregulares y sancionadas por el Código de Mercantil, son tan antiguas como la misma letra de cambio. En el manejo de letras en general han existido personas que las tiraban al aire y estas caían de canto.

Al principio de los años setenta, allá por la Calle Platero Pedro de Bares de la capital, había un taller de cerrajería propiedad de un gran profesional. Allí se dieron cita un puñado de excelentes profesionales, entre los que destacaban los hermanos Antonio y Florencio Ruz Castillero. Contrastaba la calidad profesional y humana de estos trabajadores, con el bullicio de letras de “Peloteo”, que se daban en torno o en las proximidades de dicho taller. El centro de gravedad de este “Peloteo”, según parece era “Manolón” el de las cabras, dueño del local que ocupaba el taller, además de otras propiedades cercanas. Este hombre sacaba las letras del bolsillo, como el que sacaba un pañuelo, y suspiraba graciosamente por buscar un “librador” para que le negociara aquella letra. Era hombre de elevada altura y buen porte tirando a bonachón. Se sentía empequeñecido ante la imposibilidad de atender las deudas que le llovían por todos los lados, especialmente del Banco de Bilbao.

Como hemos dicho “Manolon”, posiblemente en el tramo final de la vida, se quejaba continuamente de que no trabajaba nada más que para el banco, pues le cobraba unos intereses del 28%, por cualquier ampliación o negociación, apoyándose en que tenía mucha edad.

El jefe de Crédito del entonces Banco Bilbao (Oficina Central) Ubicado en la calle Morería, frente al Mercantil, realizó una operación según el banco “magistral”, pues viendo que el citado “Manolon”, era incapaz de pagar la deuda atrasada que tenía con el banco, hicieron un “peloteo” entre el banco, el arrendatario (dueño del taller) y el citado “Manolon”. La solución fue, que al bueno y llorón tratante de cabras, le facilitaron dinero "simbólico" para pagar la deuda, a costa de vender su nave, pasando ésta, al arrendatario que era bastante más joven. Todo fue una operación de papeles, pero hábilmente pasaron la deuda de un hombre viejo que no tenía perspectiva de pagarla a otro que era bastante más joven y además tenía un taller en pleno funcionamiento. El Banco, hábilmente se cobró de lo que le adeudaba el cabrero, dejando a este sin nave. Al poco tiempo murió el pobre “Manolon”, al que previamente habían dejado “pegado a la pared” y sin cabras. El patrimonio de este hombre se vino abajo nada más que pagando los enormes intereses de tantas letras de “Peloteo” como había puesto en circulación, en su época de mala racha que acompañó a su última vejez. De esta irregular práctica se aprovecharon casi todos los que visitaban dicho taller. Curiosamente el más experto en estos menesteres, era un antiguo militante de las juventudes libertarias, que dominaba el oficio de dedicarse por la zona de Platero de Bares, a dar dineros al “cordelillo”.

Indudablemente las situaciones que obligaban a estos pequeños empresarios a recurrir a la “salvadora” letra de “Peloteo”, no era otra que la falta de liquidez, como consecuencia de la falta de rentabilidad de los trabajos que tenían entre manos. Por aquellos tiempos los talleres de cerrajería, se vieron afectados de forma muy dura, por la crisis de la guerra del Yon Kipur (1973). Por esta crisis, las empresas iniciaron un recorrido a ninguna parte, en donde fueron “absorbidas” prácticamente por las empresas constructoras. Lo que significó para la gran mayoría de esta empresas trabajar al precio que les ofrecía “El jefe constructor”.

La empresa que en Córdoba, jugó de forma mas descarada con los talleres de cerrajería, fue la Famosa y Laureada Noriega S.A., esta empresa, siguiendo las directrices que un día marcó su gerente el simpático “pata cabra”, puso de forma reiterada en práctica la OPERACIÓN CUADRANTE.

LA OPERACIÓN CUADRANTE

La empresa te entregada los planos y las memorias y te decían: “AFINA EL LÁPIZ”. Con estos criterios el bueno de Paco el “Madriles”, dueño de Unión Cerrajera Cordobesa, te decía: “Este presupuesto hay que estudiarlo lo más justo posible, necesitamos hacer el trabajo”. A esa tarea nos entregábamos, revisando costes partida por partida. Se valoraban materiales, accesorios, mano de obra, imprevistos, y beneficio. Antes de darle forma definitiva al presupuesto, se le entregaba al dueño del taller, para que él, diera su opinión final. Una vez que estaban aceptados los criterios del presupuesto se pasaba a limpio, acompañándolo de la mejor presentación.

Cuando entregabas el presupuesto en Noriega, solían decirte: “FENÓMENO, pues ya contestaremos dentro de unos días. Efectivamente, a la semana siguiente o cosa así, llamaban al dueño del taller para que se personara por la oficina.

Al día siguiente cuando le preguntabas al dueño que es lo que le habían contestado, en torno al presupuesto, este te decía: “NADA, ME HAN DICHO QUE ELLOS QUIEREN QUE NOSOTROS LE HAGAMOS EL TRABAJO, PERO QUE TENEMOS QUE HACERLO AL PRECIO DEL CUADRANTE MÁS BARATO”. El dueño, el pobre “Madriles”, te decía esto con una pena que le salía del alma. Al final, las obligaciones de pago, los seguros sociales y los sueldos, le obligaban a coger un trabajo que muchas veces no cubría ni costes.

LA OPERACIÓN CUADRANTE”, una institución al parecer creada por el famoso “pata cabra”, consistía en que esta empresa, pedía cuatro o cinco presupuestos, de la obra en cuestión. Entre los elegidos había empresas serias y capaces, pero también te incluían una o dos de estas que ellos mismos llamaban “suicidas”. Y al hacer el CUADRANTE, te comparaban tu precio con el del “suicida”, hasta el punto que este era el referente como precio para la ejecución. A veces el “suicida” se diferenciaba entre un 30 ó 35% más barato que el tuyo. Este trabajo de zapa y estafa lo realizaba Noriega, con unos Jefes de Obra, que parecían “escogidos” a propósito con técnicos como “El Caples” o “El Largo”. Estos Sres. Cumpliendo con los dictados de su empresa, y quizás sin que fuera su intención, arruinaron a muchos talleres del sector.

Evidentemente, no todas las empresas eran de la misma forma de proceder, aunque en la mayoría, los talantes eran parecidos. Otra táctica de abuso en muchas empresas, era la conformación de la factura.

PLAZOS DE VENCIMIENTO

Había una empresa que era FOMENTO DE OBRAS, que después de obligarte a trabajar a 180 días, (Obra Merca-córdoba), te veías negro para que te conformaran la factura. Tú la mandabas a Origen como te decían ellos, y la entregabas en tiempo y plazo en sus oficinas. Llamabas y llamabas, preguntando por la factura y su conformación, y una voz un tanto rutinaria te contestaba: “ESTA TODAVÍA SIN CONFORMAR”. Por fatiga esperabas otra semana y te decían “HOY LA VA A REVISAR EL JEFE DE OBRA”, llamabas a los dos días y de nuevo te decían: “SE HA APRECIADO UN ERROR NUMÉRICO”, tenéis que venir a por la factura y corregirla.

Se iba a por ella, y se corregía el pequeño error. Se volvía a mandar. Entre unas cosas y otras desde que se hizo la factura solía pasar un mes más como mínimo. De esta forma en vez de pagarte a 180 días, lo hacían en la práctica a 210 días. Trabajar con esta empresa, constituía una permanente ruina en gastos de negociación. Otra empresa que a lo mejor sin querer hundió a muchos, por ruina de los gastos bancarios.

TAMBIÉN LOS GRANDES HACEN PELOTEO

Finalmente contaremos la anécdota que el otro día me recordó “El Madriles”, Se estaba trabajando con una de las empresas más importantes de Córdoba, era el año 1982, y se estaba construyendo toda la margen derecha de la Avenida de Carlos III. Eran Bloques y Bloques.

La empresa en cuestión ubicaba sus oficinas centrales en la Calle Cruz Conde. Un día me dice el dueño del taller: “Manolo hay que hacer la factura definitiva de la “OBRA LUCAS VALDEZ”. Esta obra recopilaba toda la cerrajería de una serie de bloques que se encontraban en dicha calle. Hecha la factura, me dice el dueño que llame a la empresa (había cambiado de Razón Social), para ver la domiciliación correcta de la letra. Nada más hacer la llamada, un señor con la voz un tanto grave me contesta: “UN MOMENTO QUE LE PONGO CON ADMINISTRACIÓN”, al conectar con el empleado de Administración este me dice: “¿DE CUANTO ES EL IMPORTE?”, yo le contesté: DOS MILLONES Y MEDIO DE PESETAS”, entonces el me dijo: “ME HA DICHO EL JEFE QUE HAGAN VDS. LA LETRA POR CINCO MILLONES DE PESETAS”, perdón, le dije, yo no estoy autorizado a hacer eso. Entonces, este hombre un poco contrariado, me dijo: “PÓNGAME VD. CON PACO LOSADA”. Se puso al teléfono Paco, y al poco rato me dijo. “VAMOS A HACER LA LETRA POR CINCO MILLONES, ES QUE HAN COMPRADO UNA FINCA POR UN PUEBLO DE LA SIERRA Y NECESITAN LIQUIDEZ”. No hace falta decir que este fue un ejemplo de letra de “Peloteo”.

Factura 0123/82
Obra: Lucas Valdez
Banco Bilbao, Oficina Ronda de los Tejares




martes, 2 de febrero de 2010

"EL PATRON ORO"

EL PATRON ORO”

A mediados de los años 50, todas las aspiraciones de cualquier muchacho de Córdoba, que salía de la escuela era lógicamente colocarse de platero.

Los plateros en Córdoba de siempre vivieron bien y ellos eran el referente que dinamizaba en nuestra ciudad, el consumo y la ostentación. Las primeras motos siempre eran de ellos. Igual pasaba con las escopetas de caza. Con ellos empezó la costumbre de la casa de campo y del chalet.

En aquellos tiempos esta Industria “sumergida”, como siempre se le llamó, representaba para Córdoba casi el 40% del empleo de la capital. Barrios como los de Santa Marina, San Lorenzo, La Magdalena, San Pedro, Santiago, El Alcázar Viejo, La Huerta la Reina, Las Margaritas, etc, estaban llenos de talleres, los cuales se podían distinguir por la iluminación de la “barra fluorescente”, alumbrado casi habitual en todos los talleres y la emisiones de radio oyendo seriales como “Ama Rosa”. La materia prima que se empleaba en la mayoría de los talleres, era el Oro, el Platino, el Paladio, las perlas y las piedras preciosas. Con el valor añadido de esta materia prima, estaban más que justificadas las pingues ganancias que se daban en este sector. La organización de esta Industria “sumergida”, estaba ordenada de forma escalonada, es decir arriba el gran mayorista, en el segundo peldaño el gran fabricante, debajo otro fabricante menor y así sucesivamente hasta llegar al platero que solamente tenía un banco de trabajo en su propia casa. Lógicamente las ganancias estaban en proporción al peldaño que se ocupara.

Con trece años y poco antes de entrar en la Universidad, estuve trabajando un mes o cosa así, en un taller que había en la plaza de la Magdalena, (Casa Galo), allí trabajaban unas catorce personas, más los grabadores, engastadores y pulidoras, que trabajaban en otras dependencias. Mi sueldo semanal era de 35 pesetas.

Lo primero que hice fue hacer mandados y llevar recados a los talleres colaboradores. Al final de mes me mandaron que fuera a una agencia que había frente a la Plaza de Toros (Junto al Bar Toledo) a recoger las nóminas del taller. Me entregaron un sobre en donde supuestamente iban dichas nóminas. A mi me pareció muy ligero para llevar las “papelillas” de los doce “que trabajaban ya con cierto nivel.” La curiosidad propia de la edad, me hizo abrir el sobre y pude comprobar que solamente traía 4 nóminas.

Al llegar al taller coincidí con José González Calero, que aunque también trabajaba en el taller, debió salir para ir a algún mandado, y nada más verle le pregunté. ¿González cuantas nóminas me tienen que dar?. El me contestó, muy pocas, pues dados de alta no están nada más que el Jefe, su hermano, su cuñado y un sobrino. Los demás estamos “sumergidos”.

No creas que este problema, es sólo de este taller. En Córdoba hay bastantes talleres en las mismas circunstancias. No son todos los que tienen el negocio en regla.

Este detalle me descentró y pude comprobar que la platería era un mundo que no me apetecía. Luego también me enteré de que las pocas nóminas que circulaban en este sector, eran nóminas hechas en “serie”, y “arregladas” a los niveles mínimos…Nunca reflejaban las cantidades realmente cobradas…

Era domingo (Marzo de 1957), había estado jugando al fútbol con algunos amigos del barrio en el Colegio Salesiano. Y cuando nos marchábamos vimos a un muchacho que llevaba el carro de las carteleras del Cine Osio. El muchacho no era otro que Rafael Gómez Sánchez, el famoso empresario de Córdoba, y pudimos ver que la película que anunciaba era “Mundo de Noche”, película en la que salía el ídolo de la juventud de aquellos tiempos, el Jugador brasileño “Pele”.

“El Patrón Oro”

Era el año 1960, mes de Noviembre, Universidad Laboral, jueves por la tarde y en la asignatura de Geografía Económica, que nos daba el padre Bellfor, nos explicó asuntos como:

“En el fondo de los océanos y si sabe protegerlos tiene la humanidad, alimentación garantizada para muchos siglos …

Y también nos habló del “Patrón Oro”, y nos dijo que era un sistema monetario bajo el cual el valor de la moneda de un país es legalmente definido como una cantidad fija de oro. La moneda en circulación está constituida por piezas de oro, o por billetes de banco (papel moneda) que las autoridades monetarias están obligadas a convertir, si así se las demanda, por una cantidad determinada de oro…También nos habló del Debe y el Haber, del Activo y del Pasivo. Nos vino a decir en una palabra que en Economía, todo debe estar con su contrapartida…

-Todos podemos recordar la frase de los billetes que decía: “El Banco de España pagará al portador… “

También enfatizó en que la capacidad económica de los Estados se sustentaba en los impuestos que se supone debieran pagar los ciudadanos.

Las monedas más importantes sujetas a este patrón de cambio fueron el dólar y la libra esterlina. La mayoría de los países abandonaron este sistema en los años treinta, el último país en abandonarlo fue Suiza.

España como país no tuvo más remedio que abandonar dicho sistema después de la guerra.

Como síntesis final de aquella clase, el Padre Bellfor vino a decir que las contrapartidas “Trabajo-Impuesto”, es la Base de los ingresos de los estados. De sus presupuestos.

Efectivamente los gobiernos, todos los gobiernos sean del corte que sean, necesitan de los impuestos.

-Con la descripción que me hizo José González Calero*, del mundo de la platería, pude comprobar que la bastantes de estas empresas, no colaboraban a que se cumplieran el “Patrón Oro”, y por tanto no contribuían para nada en el mantenimiento del Estado o gobierno. Curiosamente en este sector donde hay trabajadores que no pagan nada, se da el caso paradójico de que se sienten los más demócratas del mundo.

-Contrastan estos comportamientos muchas veces de “estafa permanente”, a la Hacienda, a la Seguridad Social, en definitiva al Presupuesto del Estado, con el trabajo de muchos compañeros que he podido observar durante mis años de trabajo en Westhinghouse. Podría citar infinidad de ellos, pero me voy a limitar a un solo ejemplo.

-Manuel Losada Wic, llamado cariñosamente el “Calabazo”. Este formidable compañero, lleno de calidad humana y solidaridad, fue un gran profesional toda su vida. Quizás su único defecto, al decir de algunos, era su amor al Real Madrid. Por su máquina de punzonar (Wiedeman) y durante sus años de trabajo (30), pudo manipular más de un millón de chapas de todos los espesores, tamaños y pesos, a las que le realizó alrededor de 35 ó 40 millones de agujeros de todos los diámetros.

Este honrado trabajador tenía unas cualidades innatas para este tipo de máquina. Su cabeza era prodigiosa para “mentalizar” las coordenadas, lenguaje de trabajo de esta máquina. El, era capaz de rendir el doble que cualquier operario normal.

A pesar de que el ciclo de fabricación estaba ordenado por el sistema ORMIG, eran muchas las veces que acudían a él, determinados mandos responsables de la fabricación para que de forma voluntaria “aumentara”, su ritmo de trabajo, a fin de evitar el “cuello” de botella que algunas veces se producía en esta máquina.

El lo hacía esto con mucha naturalidad y sentido de la solidaridad, evitando con ello que las secciones que esperaban sus “chapas”, no tuvieran puntos muertos de paro.

Era un trabajador que durante toda su jornada de trabajo, se pegaba a su máquina, y se convertía en la práctica en un elemento más de ella, pero con corazón… Jamás tuvo absentismo, y realizó muchas horas extraordinarias. Cuando terminaba la jornada acababa agotado tanto mental como físicamente.

Pues bien este ciudadano que desgraciadamente murió relativamente joven, COTIZÓ Y PAGÓ IMPUESTOS, por todo su trabajo. Por todos sus ingresos. Fue cumplidor con el “Patrón Oro”. En muchas Centrales Eléctricas y Subestaciones de España y del extranjero, hay muchos Centros de Transformación, Cuadros de Control, Cuadros de intemperie, Conductos de Fases Aisladas, etc. que llevan todos sus aparatos montados en los perforados que este hombre realizó.

Con independencia de las críticas a los sectores sumergidos también hemos de pedir a los que nos gobiernan, que miren por esos presupuestos que tanto les cuesta a los trabajadores contribuir durante toda su vida laboral.

Los políticos debieran evitar el cachondeo que supone tantos partidos televisados semanalmente, pues aunque sean televisiones privadas las que lo emitan, tal como esta este mercado constituido, será siempre el Gobierno el que al final lo pague todo, bien con subvenciones o con paquetes de propaganda institucional.

Antes cuando semanalmente se televisaba un partido, no se necesitaban tantos “Valdanos” de turno para comentarlos. El gobierno tiene que tomar conciencia de que a los trabajadores que pagan impuestos les cuesta mucho trabajo hacerlo y tienen que mirar hasta por un simple euro. El dinero de los impuestos, no es patrimonio de ningún gobernante.

(*)

José González Calero, vive actualmente en el Barrio de Edisol y me contó el otro día muchas cosas del sector de la platería, en el que ha trabajado desde que tenía 15 años. (Hoy tiene 68), El trabajó unos quince años en el famoso taller de Galo, luego trabajó para Hijos de Hermanos Paris, primero fabricándole y luego como Gerente de un taller que montaron en Córdoba. No hace falta decir que conoce este sector por los cuatro costados. Me dijo entre otras cosas que hubo algún tiempo en que el que tenía la suerte de estar dado de alta, su nómina no reflejaba ni la quinta parte de lo que ganaba realmente.

M. Estévez