sábado, 13 de junio de 2020

CÓRDOBA AL CALOR DEL BRASERO...



María Teresa López González (1913-2003)



AL CALOR DEL BRASERO....


A la hora de hablar de Córdoba no sabemos si escoger la Córdoba que cantaron los poetas, la Córdoba de sus Cruces y sus Patios, la Córdoba Califato del toreo, o la Córdoba que nos describa la Historia. Nosotros nos quedamos con la Córdoba  que vivimos, que palpamos en el día a día, llena de sufrimientos y alegrías. No hay mayor satisfacción que el amor reñido, el amor imposible. Este pequeño artículo se lo dedico al compañero Andrés Muñoz Fuentes que sin duda fue un gran cordobés y un enamorado de la filatelia, trabajador de Westinghouse del que don Manuel Ocaña Jiménez, gran amigo suyo solía decir: "Andrés tiene por Corazón a Córdoba, y por cerebro su Gran Pasión por Córdoba"..

El sello de correos, es el resumen corto de la historia, a veces alargado por él título, pero Córdoba es tan grande que es imposible representarla en un sello. El sello es como el aldabonazo de algo que nos quieren enseñar, pero Córdoba, es lo que está dentro. Córdoba, no es la Andalucía disfrazada de rociera.

Recuerdo aquella Córdoba, en la que el Patio era foro y ágora, asamblea reducida y pública, consejo de vecinos llenos de humanidad  y  participantes en la historia de nuestro pueblo, que se aunaban en la lucha del día a día, y que sabían descansar en la siesta, soñando con su Historia, el despertador en aquella siesta era el olor a "patata cocida" enterrada en aquella cocina de carbón, que tu madre te preparaba con todo el cariño del mundo.

Y de la mano de Pablo García Baena podemos decir: "Toda Córdoba patio, Toda Córdoba atrio de Roma, edén árabe, huerto judío y si alguien pueda llamar suyas estas rosas, será esta Córdoba de los mayos felices, de las noches largas como miradas en la fiesta. Esta si será la ciudad que soñamos los cordobeses".

Desde 1931 a esta fecha Córdoba o cualquier motivo de Córdoba, aparece en 69 emisiones de sellos de Correos y 13 de ellas dedicadas a la Mezquita-Catedral, curiosamente durante la guerra civil los dos bandos pusieron en circulación un sello de la Mezquita-Catedral ambos de 25 céntimos.

Entre los personajes referidos a Córdoba aparecen:

Ab-Al-Raman II, Ab-Al-Raman III, Almanzor, Séneca, Averroes, Maimónides, Gonzalo Fernández de Córdoba, Gonzalo Jiménez de Quesada, Sebastián de Belalcázar, Benito Daza,     Bartolomé Cárdenas Bermejo,  Julio Romero de Torres, Luís de Góngora, Juan Valera, José Gómez del Moral. Manuel Rodríguez "Manolete", Joaquín Cortés.

Entre lugares o motivos referidos a Córdoba aparecen:

La Sinagoga, La presa del pantano de Iznajar, La Facultad de Veterinaria, El Parador de Arruzafa, El Castillo de Montilla, El Castillo de Almodóvar, La Calleja de las Flores, El Puente Romano, El Cristo de los Faroles, La Denominación "Montilla-Moriles", El  Centenario "Día de Córdoba", La Fiesta de los Patios, Trajes típicos de Córdoba, La Puerta del Puente, El Cristo del Calvario de San Lorenzo, La Puerta y Arco de la Luna, Escudo de Córdoba,  y el Córdoba CF. por su ascenso a primera

Curiosidades

Del sello de la Mezquita-Catedral de 1964, se emitieron 15 millones al valor de una peseta.
En 1976 se prepararon dos sellos para el Correo Paraguayo, con motivos de Córdoba.
En 1987 se preparó un sello de la Mezquita-Catedral para Mauritania
En 1999 se preparó un sello para Dominica

Referidos al Pintor Julio Romero de Torres, en 1965, se emitieron una serie compuesta de 10 sellos, en donde aparecen los cuadros más famosos del pintor cordobés, referidos a las mujeres que pintó y estos son algunos de los nombres:

Francisca Pellicer, Amalia Fernández Heredia, Ana López, María Palou, "Pastora Imperio". Encarnación López, "Musidora· Dolores Castro, Pepita Suárez Parias y María Teresa López

Ana López,, la "Cara Sucia" o "La pelá", sería la primera modelo del pintor. Ella, es una de las prostitutas que se calienta en el brasero que aparece en el cuadro "Vividoras" del Amor" Más tarde posaría para el cuadro "Carmen" y "Musa Gitana", esta modelo fue de las pocas que cobró. En el cuadro de "Musa Gitana" pintor y modelo adquirieron gran notoriedad y la modelo terminó abandonando la profesión de la calle y puso un negocio propio, A raíz de su éxito, Ana que tenía un cuerpo escultural, empezó a coger kilos, y se escapaba de lo que era una modelo a pintar. Ella junto a Amalia "La Gitana" fueron dos de las personas que formaron el cortejo fúnebre del pintor.

Amalia Fernández "La Gitana", era una joven que se dedicaba a la recogida de cartones, trapos, y suelas para reciclar. De noche actuaba en algunos tablaos improvisados de flamenco. Con apenas 19 años, y en las puertas del Circulo de Labradores, el pintor quedó prendado de  de su cara y figura Julio Romero de Torres, y fue su modelo en los cuadros "Las Niñas de la Ribera", "Poema a Córdoba" "Mal de Amores" y "La Saeta", etc. etc. Fue la modelo que más veces posó.  Por estos cuadros si llegó a cobrar fue a peseta por cada uno, pero eso no le impidió morir pobre como siempre  había sido. Murió en 1976, en su domicilio de siempre en la Plaza de la Alhóndiga.

Pastora Imperio, la esposa del célebre torero el Gallo, también fue modelo del pintor en varios cuadros, eso significó que gente importante quisiera posar para el pintor. En su estudio de la Calle Pelayo de Madrid, lo llamaban "Refugio de Pecadoras".

Encarnación López, "La Argentinita" era una famosa bailaora y que le fue presentada por uno de los hermanos Álvarez Quintero, amigos de sus tertulias bohemias de Madrid, también terminó siendo modelo del pintor o le dedicó algún cuadro.

Más tarde pintó a la actriz francesa Jeane Roques, a la que el pintor la vio en la representación teatral "El Día de Musidora",  La actriz vino a España para unos tres meses, pero lo cierto es que sed quedó por lo menos cinco años. Julio Romero, la pintó de forma sensual, recostada y semidesnuda, y con una mirada de vampiresa. El cuadro lo denominó "Musidora".

Dolores Castro Ruíz, "Dora la Cordobesita", fue una belleza cordobesa que aunque nació en la calle Valderrama, vivió en el Barrio cordobés de San Agustín en donde vivió su familia materna (Antiguo Bar Andaluz). Al pintor se la presentaron con motivo de su actuación en el Teatro Romea de Madrid en 1919. Y le dedicó varios cuadros, que le sirvieron a la artista para triunfar y coger gran renombre, En 1927, "Dora la Cordobesita" se casó con el torero "Chicuelo" y se retiró por completo de la escena. Su boda se celebró ante la Virgen de los Dolores. Murió en 1965, al calor de sus abundantes hijos.

Pepita Suárez Parias, nació en Córdoba en 1912 y falleció en el 2000. Muy joven con apenas 15 años, su belleza cautivó a un pintor que ya estaba bastante enfermo. Tuvieron que intervenir terceras personas ante la madre de la joven para que ésta accediera a ser modelo. Ella aparece como modelo en el cuadro "La Copla", "La Niña de las Uvas" y quizás el cuadro que mayor  representó al estilo de Julio Romero fue "Viva El Pelo", en donde la modelo aparece de perfil luciendo un precioso moño, con una manzana en las manos. Esta muchacha modelo fue una gran madre de familia, ya que tuvo ocho hijos y treinta nietos. Murió siempre a la espera de algún reconocimiento.

María Teresa López, fue una mujer argentina de nacimiento, pero de padres españoles que habían emigrado a Argentina y de vuelta a Córdoba, se instalaron en el Barrio de San Pedro, cerca de la casa del pintor. Había nacido en el 1913,  y Julio Romero de Torres, que en opinión de Mercedes Valverde, que lo ha estudiado muy bien, era un auténtico don Juan, y se enamoraba con mucha frecuencia. Con esta mujer lo intentó todo, pero según parece sólo consiguió pintarla, posiblemente en el cuadro más famoso del pintor "La Chiquita Piconera". A esta mujer que murió en el Sanatorio de los Morales en el año 2003, el haber posado para el pintor le complicó y mucho su vida particular.  Incluso el que fuera su marido le exigió la prueba de su virginidad. Quizás por todo esto, el matrimonio sólo le duró un par de años. Tras éste fracaso en su vida particular decidió vivir sola acompañada siempre del recuerdo de "su gloria" y la amargura producto de las muchas murmuraciones que tuvo que escuchar. Los últimos años de su vida los pasó en una residencia de Palma del Río. Está enterrada en el Cementerio de El Carpio (Córdoba), junto a su padre Inocencio Jerónimo López Sánchez, y por debajo de la bovedilla de su madre Teresa González.

Mercedes Valverde, la erudita en la vida y el personaje de Julio Romero de Torres, deja entrever que era un hombre al estilo de "don Juan" y que le atraían todas las mujeres. En sus estancias en Madrid, alternó con todo el mundo incluso en fiestas castizas y de abolengo. Y siempre fue un hombre admirado por las mujeres. Después de muerto, fueron muchas las que se "adjudicaban" el hecho de "haber sido modelos" del pintor, y también otras muchas, no tuvieron inconveniente en reconocer su ilusión por haber podido  "posar" para el pintor. En ese simpática "creencia" de haber sido modelo del pintor estuvo la "Cantinera del Cuartel de la Reina", esposa de Luis del Río, que con el tiempo serían los mozos de la  taberna de Pérez Barquero, del Jardín del Alpargate.

Era tal la fama y el atractivo que el pintor representaba para las mujeres, que mi madre me llegó a contar que el día de su entierro el 10 de mayo de 1930, (ella tenía 23 años),  el trayecto que va desde Puerta Nueva al Cementerio, eran como unos improvisados palcos, en donde cientos y cientos de mujeres de todas las edades, acudieron para contemplar el cortejo fúnebre del célebre pintor. Daba la impresión de que la mayoría de mujeres jóvenes y menos jóvenes de San Agustín, Santa Marina y San Lorenzo y los alrededores, se habían dado cita a un lado y a otro de la carretera que conduce al Cementerio de San Rafael.

En aquellos tiempos el recorrido entre Puerta Nueva y el Cementerio de San Rafael, se consideraba el "trayecto final" y los clientes de "Casa Chaleco", o los trabajadores de Matadero Municipal, de la Fundición García Márquez y Casas, Talleres de Amador Naz, Almacén de Pieles de la Torre y los propios vecinos de la "Casa del Tercio" jamás vieron algo igual.  Quizás si nos remontamos a la Historia de Córdoba, y en el año 1862, cuando entró por Puerta Nueva, la Reina Isabel II, pudiera darse otra muchedumbre y expectación igual. No había medios de comunicación como ahora, pero a la hora de pasar el cortejo, los "palcos" estaban llenos a rebosar.

Hasta que el Concilio Vaticano II, modificó la ceremonias del enterramiento del cadáver, el cura, los sacristanes y los monaguillos, llegaban hasta la misma Capilla del Cementerio y allí el capellán del Cementerio revestido con un sobrepelliz  "daba fe" de que se enterraba a la persona que acompañaban sus familiares.  Y a pesar de que hemos dicho que no había apenas medios de comunicación, al llegar el entierro al "Puentecito de San Rafael", los sacristanes empezaban a cantar a "capela" el "gori gori", e inmediatamente el campanillo del Cementerio empezaba a doblar. Este entierro lo realizó la parroquia de San Francisco, que dispuso de 3 curas,  10 sacristanes y 3 monaguillos. Fue la Funeraria Católica Moreno de la Calle Pompeyos, la que dispuso el coche fúnebre con cuatro caballos.

Este "Puentecito de San Rafael", el de la copla que cantara Antoñita Moreno en 1950, lanzó a la fama a este pequeño puente de la llamada carretera de Madrid, que era uno más de los que había en el trayecto de la carretera de Córdoba a Alcolea. Con el mismo tipo de barandillas y además pintadas del mismo color  rojo y blanco. Uno había también en la Choza del Cojo, otro en la Gasolinera de San Carlos, otro en el arroyo de Rabanales, otro en la Gasolinera las Cigüeñas, y otro a la entrada de Alcolea. Alguno, más que puente en realidad eran como simples “pasos de cuneta”. "El Puentecito de San Rafael", llegó a tener incluso gente que lo tuvieron como vivienda. De los últimos inquilinos fue una familia que pertenecía a la saga de "Los salpullíos".

Por este puente pasaba el agua del Arroyo que bajaba por la margen izquierda de la actual Avda. de la  Viñuela. Por la otra margen, una fila de álamos blancos y una sucesión de chozos y viviendas provisionales delimitaban la Huerta Tras-La Puerta, y contemplaban como el arroyo saliendo de la Viñuela, pasaba junto a la fuente que había enfrente del Cementerio de San Rafael, para unos setenta metros más abajo buscar el “Puentecito de San Rafael” y cruzando  la carretera, se adentraba en las huertas de la Fuensanta y reaparecía por la antigua fábrica del Gas, camino del llano del Santuario de la Fuensanta, en busca del arroyo de Pedroches por el cañaveral de Porras. En la carretera, la ubicación del "Puentecito" era a la altura en donde estaba el almacén de pieles de Manuel de la Torre, más o menos en donde está actualmente la Oficina de la Caja Rural.

En 1948, y con la obra del Campo de Fútbol de Lepanto, los Arroyos de las Piedras y el Hormiguita, que se juntaban para pasar por detrás del Cuartel de Lepanto, y luego bajar por la margen izquierda de lo que hoy es la Avenida de la Viñuela, fue canalizado y a pesar de provocar varias inundaciones del Barrio de San Lorenzo (años 1950, 51, 52), dejó de pasar por la Viñuela, y ya en la acera de enfrente se quedarían solos aquella fila de álamos blancos que daban sombra a un número de ocho o nueve chozos, que eran la linde de la "Huerta Tras la Puerta". Al no bajar el Arroyo por la Viñuela ya no pasaría por el "Puentecito de San Rafael". En la década de los años 1970, y con la remodelación de los accesos al Polígono de la Fuensanta, desapareció el "Puentecito" y todo aquel entorno.

Don Fernando Fernández, dueño del "Bar Chaleco", suegro de Pedrosa, el que fuera jugador del Córdoba, la misma Doña Blanca, el lapidario Medina y el célebre Manuel Camuñas el portero del Cementerio, fueron testigos excepcionales de todos estos acontecimientos.

Por cierto de aquellas fechas a estas, han desaparecido prácticamente todos los edificios y talleres que había en la acera de la izquierda. Incluso, claro está, el antiguo Fielato  y la "Casa El Tercio", en la que haciendo esquina con la "Ronda de la Manca", vivían 104 vecinos en una "democracia de patio". y en la que ejercía el poder era la madre de Ángel, a la que se le conocía como "La Coja" que con su pierna de palo, era tremendamente respetada. En la pared de esta casa con la carretera de Madrid, había una Capilla empotrada en la pared, (Que perteneció a la Antigua Ermita de San Sebastián), en la que estaba la imagen de un crucificado al que llamaban el Cristo de los Caminantes, y un San Sebastián que al desaparecer esta Capilla, pasó a la Capilla del Cementerio. Un incendio que ocurrió en esta Capilla del Cementerio, hizo desaparecer el retablo y la mayoría de las imágenes.