domingo, 4 de octubre de 2020

EL "MARGAS" PINTOR DE CÓRDOBA

 

El Margas vendedor de la Once

 

 

EL MARGAS

 

 

Mi padre fue cliente durante los años de 1930-1955 de "Casa Joaquín" taberna situada en la calle de Santa María de Gracia, a la salida de San Lorenzo. Luego esta taberna sería renombrada por la propia gente del Barrio como la taberna "Los Perros", por dos perros pequeños "peludos y chatos" que en aquellos tiempos salían andando por un tramo del mismo mostrador que se adentraba entre cortinas en lo que era la trastienda del tabernero. Aquellos perros, "chatos y peludos" cogieron cierta fama en San Lorenzo, hasta el punto de que la taberna sería rebautizada como la "Taberna de los Perros".

 

Esta no era una taberna más de las seis que muy cercanas a la Plaza de San Lorenzo existían, pues podemos decir que era algo distinta, por sus costumbres, sus maneras y por la propia tipología de sus clientes. Yo la conocí en aquellos años de 1950, cuando mi padre nos mandaba bien a por "Vino de 24", aceitunas, o alguna que otra cerveza de aquellas primeras de "Cervezas el Águila" que recuerdo venían en aquella botella de color verde y con el escudo del águila en relieve.

 

Llegar a la taberna era como un acto muy ceremonioso, en el que siempre que llegábamos allí, nos salieran aquellos pequeños perros a nuestro encuentro, perros que ni ladraban ni nada, pero eso sí formaban parte de la taberna. De las veces que pudimos ir nos había llamado la atención unos cuadritos colgados en la pared de la derecha, en los que el  autor recreaba unas escenas de "peroles en el campo", que teniendo lugar en sitios conocidos de Córdoba. nos recreaba escenas llenas de la vida de lo que acontecía siempre alrededor de un perol entre familiares o amigos. En primer lugar recreaba con toda clase de detalles por insignificantes que parecieran el paisaje, y luego hasta detalles del que echaba el vino de la "damajuana", el que avivaba la candela del perol, e incluso el que cantaba al compás de cualquiera que toca la guitarra. En esos cuadritos, con la representación del lugar en donde se celebraba, destacaba hasta el detalle de un grupo de niñas que airosas y felices saltaban a la comba, o los niños que volaban su cometa. Concretamente en esta "Taberna de los Perros", unos de los cuadros representaba una escena de cualquier perol celebrado a la orilla del Arroyo de Pedroche, en donde el pintor, se había imaginado una escena de sorpresa planteada por la presencia de improviso de "Un Toro", que hace reaccionar a todos los componentes del perol, unos corriendo hacía el  Arroyo, otros intentando disimular su presencia entre unas matas de monte bajo, y otros disputándose el coronar el primer árbol que se encuentran. Por supuesto y ante el estoico toro, solo quedan el perol ardiendo en su candela, una garrafa de vino, y posiblemente hasta la guitarra que animaba el perol.

 

Todos los cuadros de este pintor anónimo que si acaso llegamos a conocer algo de él, fue por el formidable artículo que sobre él, publicó en febrero de 1955 Ricardo Molina Tenor, bajo el seudónimo de "Eugenio Solís" y que hablaba del "Margas" un artista anónimo, y que había repartido toda su "sencilla y real obra" de pequeños cuadros de escenas de peroles, por las tabernas más clásicas y antiguas de Córdoba. No cabe duda de que Ricardo Molina Tenor, debió de hablar con él, y por ello publicó aquél excelente artículo titulado "El margas un pintor creador de paisajes".

 

Pero siguiendo con la "Taberna de los Perros", diremos que a la altura de 1959, al frente de esta taberna se pone el hijo menor de Joaquín, de nombre Pepe Laguna Martínez, que enseguida quiso cambiar la fisonomía de la taberna, eliminando el mostrador de madera que era paralelo a la calle, y coloca un mostrador de ladrillo y azulejos verdes que lo escora hacía la izquierda, intentando con ello dejar un amplio "Salón de Televisión" que era lo que se llevaba en aquellos tiempos. También eliminó el frontal en donde había tres barriles de vino de Bodegas Sánchez Aroca, y habilitó un buen patio con su palmera central y tres o cuatro cuartos. Pepe intentó con la ayuda de su madre que se encargó de la cocina, en convertir esta taberna en un establecimiento de tipo familiar, en donde pudieran acudir las familias, pero pronto se dio cuenta que en la taberna "Los Perros" solo era factible la posibilidad del juego, ya fuera el "Juego de Parchís", de Dominó, e incluso Juego de las Cartas, siendo por tanto el único activo que esta taberna tenía, adaptándose Pepe por ello a esta circunstancia. Un día de aquellos de 1966 en que me llegué a tomar café por la tarde, é me diría: "Aquí juegan y apuestan hasta los que están de pie mirando".

 

Con Pepe Laguna, tenía muy buena relación ya que por edad fue amigo de mi padre, y un día al comentarle "el cambio" que le había dado a la taberna, éste me indicó que sólo había respetado de lo antiguo, los cuadros colgados del "Margas" y una gran foto enmarcada con su cristal y todo, que recordaba un perol que se celebró en 1930 en el Puente Mocho. En dicha foto me recordó que aparecía mi padre portando en la mano un jarrillo de lata en actitud de beber vino, y también me señaló que estaba mi abuelo que fue compañero de quintas de su padre. También aparecían en la foto del perol de entre un grupo aproximado de 20 amigos el propio Pepe Laguna muy joven y con un chivo entre los brazos que sería sacrificado en el perol. Luego había un hombre al que llamaban "Culo Hueco" que siempre que estaba a tono en cualquier perol, disfrutaba pintándose la cara de una forma pudiéramos decir "muy lograda"  y me comentaría Pepe, que quien se encargaba de decorar tan bien la cara, era uno al que llamaban "Margas" y que solía asistir a aquellos peroles.

 

La curiosidad me llevó a preguntarle sobre el personaje al que llamaban "Culo Hueco"  y me aclaró que se trataba de un tal Rodrigo Rovira, vecino de la calle Abejar, que además de tener una facilidad muy señalada para "ventosear", fue compañero y amigo del "Margas" desde los tiempos en que ambos coincidieron de jóvenes en el Hospicio del Campo de la Merced.

 

No cabe duda de que el "Margas" por su pintura reflejada en su cuadros, y por su forma de ser era un tipo anónimo, pero bastante "bohemio", y por eso quizás siempre me pregunté, porque de todas las tabernas que hubo en San Lorenzo, como "Casa Armenta", "Casa Ordoñez", "Casa Miguel", "Casa Huevos Fritos", o "Casa Minguitos", no frecuentara nada más que la "Taberna los Perros", y es que esta taberna, era algo distinta a las demás por la idiosincrasia de sus clientes, que viniendo de cualquier sitio de Córdoba, era gente que les gustaba el juego y apostaban a todo, y nadie preguntaba por nadie. Además la propia taberna se adaptaba a sus necesidades y para ello tenía dos cosas fundamentales: Era una taberna que ya desde antiguo solía vender toda clase de tabaco por rara que fuera su procedencia, cosa que le agradaba mucho a los jugadores, y además tenía los cuartos para el juego identificados con los nombres de: "El Cuarto del Bisonte", del "Ganador", del "Goya", del "Celtas", etc. etc. También existía un cuarto al que llamaban "El Anticariol" porque era el lugar en donde se reunía el representante de esta pasta de dientes elaborada por los "Laboratorios Medical", y cuyo representante un tal Serrano Domínguez, que también era jugador y cliente habitual. Y como no, estaba el "Cuarto de los Músicos" en donde se reunían para beber vino y jugar, algunos  miembros de la "Banda de Música" del Cuartel de Lepanto, que entre partida y partida, solían coordinar sus actuaciones en determinadas bodas que solían orquestar, la mayoría de ellas en la terraza de la taberna de la Sociedad de Plateros de María Auxiliadora, cosa que se vino haciendo hasta mediados los años de 1960. Otro cuarto en aquellos años de 1950, estaba reservado a los "Amigos del Perol", una gente entusiasta de esta tradición tan cordobesa, y que sin duda fue el "Cuarto" que visitaría el amigo "Margas" cuando en aquellos años de 1920-30, fue cliente de esta taberna.



Uno de los tres cuadros pintados por "Margas"

 

Siempre que iba yo por la taberna, Pepe me hablaba todo lo que sabía sobre el "Margas", de esta forma un día de aquellos posteriores al golpe de Estado del 23-F, año de 1981, me comentó que día atrás se llegaron por la taberna a beber vino, como habían hecho otras veces, Ricardo Molina Tenor, Pablo García Baena, y Miguel Arjona, que al parecer venían de la Iglesia de San Lorenzo, de tratar algunos temas relacionados con unos candelabros del paso del Cristo de Ánimas, y sería Ricardo Molina Tenor, el que al contemplar los pequeños cuadros pintados por el "Margas", comentó que la obra de este sencillo pintor que utilizaba el apodo de "El Margas" era muy extensa y estaba repartida por la mayoría de las tabernas antiguas de Córdoba e incluso por la Provincia. Y por lo visto Ricardo Molina, a este propósito recordó un artículo que publicó en el "DIARIO CÓRDOBA", a mitad de los años de 1950, en que hablaba ampliamente del "Margas". Pero nadie recordaba realmente el nombre de este pintor, ya que todo el mundo le conocía como "El Margas".

 

Con aquél artículo de Ricardo Molina, empecé a repasar los artículos de autor del "DIARIO CÓRDOBA", uno a uno, por si alguien alguna vez había citado al tal "Margas", pero de forma lamentable entre más de 3.500 artículos que me repasé entre 1940 y 1974, (Gracias al Trabajo de Ildefonso López García-Sotoca), solo encontré el artículo de Ricardo Molina, y que lo encabezaba con una foto en la que indicaba que este pobre pintor anónimo terminaría vendiendo cupones de la ONCE.

 

Pero como ya he dicho, y con ser un artículo esplendido, lamentaba que en ningún momento aportaba datos biográficos de "Margas", como su nombre, lugar de nacimiento y algún dato más familiar.  No cabe duda de que incluso llegaría a contactar con él.

 

Otra persona que me ayudó en cuanto a la dimensión de la obra de "Margas" fue el singular Paco Lopera, este simpático y afable personaje de la Corredera, que antes de morirse le había dado algunos veranos por acudir por la mañana a Iglesia de San Lorenzo, en donde y junto a Pepe Bojollo, montaba animadas tertulias, siempre referidas a cosas de Córdoba, y la verdad que disfrutabas mucho escuchando a estas dos personas. Un día le pregunté a Paco Lopera por el "Margas" y el me dijo que le llegó a conocer personalmente pues había sido un cliente de su taberna en la Corredera, sobre todo cuando él era joven y llegó a pintarle a su padre unos murales en la pared, colgando además un par de cuadros. Luego me comentó que además de cuadros y como era un personaje también algo "bohemio" a su manera, se atrevió incluso con componer algunas estrofas poéticas en cierta propaganda para su amigo de Bodegas Manolo Salinas en la Corredera de los años de 1920.

 

Y que decía así:

 

BODEGAS MANOLO EL DE SALINAS

Corredera nº 3. Córdoba

 

SUCURSAL

 

San Álvaro. 2 (Antigua Casa de Camilo)

 

            Amigo lector: Si eres cordobés o amigo y partidario de lo bueno y de lo divino, aguanta este verso si te gusta el vino.

 

MARGAS

 

Un artista del pincel

que,  siendo un desconocido

con éxito merecido

 

pintadas en la taberna

de manolo el de salinas

verse pueden sus creaciones

que no son cualquier pamplina

 

y este pintor que promete

quiere y respeta a salinas

porque sabe que sus vinos

son la base que le inspira

 

 

Sin ser una cosa que me quitara el sueño, si me tomé cierto interés por aclarar el nombre y algún dato familiar de este "Margas". Y así durante aquellos años de 1964.1990, yo como he dicho, iba algunas tardes a tomar café a la "Taberna Los Perros" y de paso me paraba para ver jugar aquellas partidas que de forma continuada había todos los días. Pero siempre había un rato para hablar con Pepe el tabernero, de la pequeña historia de la taberna. Sería un día preguntando que si volvió a ver al tal "Margas" y al decirme él que no, intervino entonces un tal Miguel Muñoz Moreno, que llegaría trabajar de aprendiz de zapatero con Manolo Trujillo Jiménez, el hombre que para Calzados Salcines, (Esquina Alfonso XIII), le hacía los "Botines" al político don Antonio Jaén Morente, y que terminó teniendo su taller en la calle El Trueque nº 2, en donde al parecer habían oído que llegó a nacer el tal "Margas".

 

Lamentablemente todas las personas que nos podían aportar el posible nombre de este anónimo pintor, ya se nos fueron. Entonces nos dedicamos a buscar a personas que por aquellos años respondieran o bien al apellido "Margas" o que este fuera un simple apodo, y nos tropezamos con algunas simpáticas sorpresas. En primer lugar a un cochero de Barrionuevo que se apodaba "El Margas", que según parece llevaba dos pavos sin acreditar También a otros que tenían este apellido y que habían formado alguna trifulca callejera. Pero el que quizás más nos encajó con la posible figura de este pintor, fue la de un aficionado a los toros, que fue varias veces amonestado por la Guardia Civil, por saltar de espontáneo a la plaza de toros en plena festejo, por lo que sería detenido por "Capitalista".

 

Por esto de los toros, acudí a Rafael Sánchez, esa "Enciclopedia taurina y de tantas cosas de Córdoba", el que me insinuó a un tal Villén, que en tiempos hacía la suerte cómica de la "Tina". Y a partir de ahí, empecé a buscar y por Villén no encontraba nada. Entonces opté por Guillén, y eso ya me dio mejor resultado, encontrando a un tal Francisco Guillén Castro, que solía actuar como torero cómico. Así en la prensa de aquellos años de 1910-20, se ve citado con frecuencia, en compañía de Manuel Chacón "El Bola", Justo Romero "El Cirineo", Ruperto Sánchez "El Gamba", Rafael Redondo "Rafaelete", y Eduardo Álvarez "El Bogotá", dicha información aparece dispersa en los periódicos, "Córdoba", "La Voz" y ."El Defensor" de Córdoba". que de forma muy sucinta nos relatan sus actuaciones durante los veranos de 1918 y 1919, eran festejos que tenían lugar en el llamado "Teatro Circo", ubicado en donde posteriormente se levantaría el "Teatro Duque de Rivas". Eran festejos que se celebraban en la noche de los sábados, y que se denominaron las clásicas "Nocturnas", era ganado preferentemente pequeños novillos e incluso se alternaba con alguna becerra. Por lo que se puede apreciar en estas historias el "Margas" fue el clásico "capitalista" del toreo, pues afición tenía, pues incluso llegaría a saltar varias veces a los ruedos como espontáneo, siendo detenido por los municipales por ello. En algunos festejos la crónica dice que incluso llegó a poner algunos pares de banderillas, y alternando el torear al alimón, con dar incluso algunos lances al novillo, pero fundamentalmente lo que fue lo suyo en el toreo, sería hacer la suerte de la "Tinaja" que popularmente se le llamaba de la "Tina.

 

Luego el amigo Rafael Sánchez, me diría que en el "Bar El Perol" de la calle "El Niño Perdido" llegaría a ver un mural pintado por "Margas", y haciendo las investigaciones oportunas pudimos comprobar que dicho mural fue pintado allá por el año 1919, cuando ese establecimiento era un despacho de bebidas de "Los Gabrieles"  y que dicho mural en la pared sería pintado por "Margas" al no querer ser menos que el cordobés Enrique Guijo, que decoró la "Taberna los Gabrieles" famosa en Madrid..

 

Ya con el nombre casi "localizado" yo recordaba que Paco Leiva Campoy, quien fuera compañero en Westinghouse, y vecino de la calle San Basilio, un día al comentarle de que yo tenía una prima de mi madre Rafaela Recio Trujillo, que vivía en San Basilio en el patio de las "escaleras", Paco Leiva, me diría que casi enfrente de esa casa llegó a vivir el simpático "Margas" y que era una persona conocida de antiguo, hasta que a mediados de los años de 1966 se mudara a los pisos aquellos del Sector Sur y que se denominaron de las "13.000 pesetas".

 

Más recientemente y en el año de 2018, una de las veces que fui a la Residencia de Jesús Nazareno, hablé con Pepita López Muñoz, la hija de Rafael Muñoz el "Pisto", que tenía su taberna de antiguo en la calle Enmedio y ella me diría que su padre conoció muy bien al "Margas" y que incluso en su taberna tenía una foto con él allá por los años de 1940.

 

También Antonio "El Vela" aquel simpático camarero del "Ochenta y nueve" que solía venir casi todos los día a jugar su partida de dominó a San Lorenzo, y un día a él que se le escapaban pocas cosas antiguas de Córdoba, le pregunté por el "Margas" y él me diría: Que el tal "Margas" fue un gran amigo del pintor de la calle Abejar "Navajitas" y según su hijo, muchas veces le ayudó a resolver problemas de tipo económico. "Navajitas" por su trabajo, estaba muy bien relacionado con familias importantes de Córdoba, y por ello le compraría bastantes cuadros al "Margas". Pero el "Margas" era un pintor algo bohemio que pintaba lo que el creía, y no era muy amigo de pintar saliéndose del estilo de sus paisajes, que era lo que a el le gustaba.

 

Ya con el nombre casi logrado, y su lugar de nacimiento, tuvimos personas como Ángel Ogallas, Miguel Bellido y Lucía Copado, que nos confirmaban haber visto cuadros de "Margas" en la taberna de Ogallas en el Jardín del Alpargate, La Paz de Santa María de Gracia, en Casa Adriano, y en el Mesón de los Toros 

 

Pero teníamos que confrontar con la ONCE, si este Francisco Guillén Castro, el tal "Margas"  que nació el 4 de octubre de 1889, llegó a pertenecer a dicha Organización de ciegos, cosa que pudimos comprobar. También comprobamos que fue hijo de Antonio Guillén Peralbo y de Ana Castro Torres, que enseguida se quedará viuda y quizás por ello "Margas" y su hermano ingresaron en el Hospicio del Campo de la Merced,

 

Pronto de la calle el Trueque se marchará a vivir a la Calle Isabel II, luego a la calle Cementerio de la Magdalena y posteriormente a la calle Alcántara y cuando se casó se marcharía al Alcázar Viejo Ya teníamos el dato de su pertenencia a la ONCE, luego en Archivo Municipal encontramos el resto. Fue en el "Padrón" de 1934, en donde nos aparece con la profesión de "Pintor". Además pudimos comprobar que cargado ya de hijos, tuvo dificultades para pagar los alquileres atrasados de su vivienda en calle San Basilio nº 53, y que fue apoyado por don Emiliano Santa Cruz, dueño de la "Finca el Maestre Escuela" que a cambio de unos cuadros le pagó su deuda que tenía de su vivienda para evitar el desahucio. Pudimos ver el nombre de su esposa, Belén  Martínez Ruiz de 30 años, y a esa edad aún jóvenes con los hijos: Rafaela, Antonio, Francisco, José Manuel y Fuensanta, y que cuando dieron los pisos de las "13.000 pesetas" se marchó a vivir al Sector Sur a la calle Marbella nº 20 bajo izquierda, que fue en donde se murió en 17 de julio de 1973. Su esposa ya había fallecido el 1 de septiembre de 1968.

 

Al poder identificar el nombre el nombre de este pintor, hemos colaborado a recordar algo de "La Córdoba que se nos fue"