Recientemente se han celebrado las Elecciones al
Parlamento de Cataluña, y me decía un cordobés que lleva más de cuarenta años
en Barcelona, que al parecer y según decían los que se querían independizar que
lo tenían todo previsto.
Me hablaba incluso de la moneda a la que le iban a llamar
"El Catalino" y me indicaba la equivalencia que iba a tener con el
Euro y como poco a poco se iba ir igualando su valor de "paridad".
Este hombre que se confesaba que él no era de la "saga" de los que se
querían independizar, me decía muchas veces en nuestros intercambios de
comunicación que hemos mantenido, que era razonable que la gente quisiera
mejorar.
Y yo le insistía
en que a muchos de los que viven en Cataluña, la historia se la han
"recortado y moldeado" a la medida de lo que unos políticos quieren que se oiga y esa era una
de las bases en las que se apoyan para reclamar su independencia.
Yo le contestaba una y otra vez como se pueden ver las
cosas desde el resto de España, y es más le hablaba de un antiguo compañero del
que decía:
Me he esforzado por contestarle a un amigo de la
infancia, que se marchó a Cataluña allá por el final de los años 1960. Su
empresa la CORDOBESA, iba a cerrar y se quedaba sin su trabajo de ajustador. Se
colocó en Barcelona, en una empresa de CAUCHOS, (Gomas), y ya se ha jubilado.
Vive en Gavá.
Ha leído la entrada Casa de Socorro en Córdoba, porque a él, en el año 1954, y con motivo de un aterrizaje forzoso de un helicóptero americano, él como muchos, se metió cerca de los Peñones de San Julián, en la corrientes del Río Guadalquivir, y por poco si no lo cuenta. Además del susto de caer al agua, se arañó y se golpeó la cabeza y los mayores lo llevaron a la CASA DE SOCORRO.
Se llama José Martínez de la Cuesta, y vivía en el Cerro de la Golondrina, y al localizar la Casa de Socorro, se ha encontrado con los comentarios, y me ha preguntado por correo directo. ¿Que es la Diada?. porque el todavía y en la distinta forma en que ha visto su celebración está un poco confuso. El lo comprende todo pero sus cuñados están en Madrid y Jaén, y son buena gente y están preocupados.
Y yo le he dicho que Rafael Casanova, un miembro de la burguesía de Cataluña, "reorientó históricamente" el sentido de esta fiesta en provecho de los soberanistas.
Los catalanes a principios de los años 1640, decidieron
unirse en cuerpo y alma a Francia, pues querían ser diferentes. Pero su unión
con Francia duró poco tiempo pues en 1652, quisieron volver al redil de los
Austrias y entonces empezaron a decir que el rey Carlos II, era un buen rey con
Cataluña. Todo era cuestión de la
"pela" por la ·pela". Y es que los franceses les coparon las
salidas de casi todas sus exportaciones, en especial el "textil" y
eso no podía ser. Fueron 12 años los que
permanecieron con Francia, pero como hemos dicho "la realidad
económica" les hizo desistir de aquel intento.
Entonces se planteó una guerra en el seno de Cataluña, en
la que hubo dos bandos, por un lado los borbones de ascendencia francesa con un
gran ejército y de otro los denominados "Austrias" que eran los
partidarios de Carlos II, rey de España. Pero para su desgracia el rey Carlos
II, era un rey muy enfermo, murió y dejó
por heredero a Felipe V, un borbón, y aquello desencadenó casi una guerra de
intereses a nivel europeo. Eran dos bandos enfrentados y al final se impusieron
los "borbones". Esa guerra se centralizó de forma muy especial en
Barcelona, y en el bando de los catalanes lucharon españoles de todas las
provincias, que nada pudieron hacer ante el gran ejercito de los borbones.
Pero que quede bien claro que a la "burguesía
catalana" que los reyes fueran de una casa u otra, les daba igual, a ellos
lo único que les movían era sus razonamientos económicos, que casi siempre
supieron hacerlos muy bien.
Por eso y con todos los respetos la "Diada" no
es la lucha de los catalanes contra nada, ellos lo que celebran , es
precisamente "la derrota de los Austrias".
Es curioso el hecho de que ellos lucharan contra los
"borbones" cuando a esa "Casa de Borbón" le habían ellos
concedido hasta el Condado de Barcelona, que aún hoy todavía lo ostentan los
reyes de España.
En cuanto al Himno de "El Segador", nada tiene
que ver con aquella historia, sino que fue precisamente el levantamiento de
unos campesinos en contra de la "burguesía catalana" que según ellos
les oprimía.
Finalmente tengo que decir que no comparto al cien por
cien la idea de que Rafael Casanovas, fuera de Monturque, como dice mi amigo
Rafael Sanmartín otros me han dicho que era de un pueblo de Almería.
AQUELLOS RELEVOS
Pero yo no quiero pasar esta oportunidad de "recordar", para premiar sin
pago, sin efectos y sin nada, a aquellos que convivieron conmigo y merecieron
el respeto de todos, por su capacidad y entrega para trabajar en aquellos
"triples relevos" que les cambiaba la vida y alteraba su lógica
neurovegetativa. Me refiero a los
compañeros y trabajadores en general que entraban a la 6 de la mañana, razón
por la cual tenían muchas veces que levantarse a las 4.30 de la mañana, y coger
el autobús a la 5.15. En aquellos tiempos el transporte todo era autobús y
muchas veces la parada más próxima estaba a más de 20 minutos de tu casa. Todo
ello ocurría en Córdoba.
Vaya un LAUREL.- Para
los trabajadores como Manuel Losada, Antonio Becillas, Manuel Carreras, Antonio
Ávalos, Diego López, Alfonso Muñoz, Casas Luque, José Domínguez, Blas Pérez,
Francisco Lucena, Alfonso Alfaro, José Bodoque, Fernando Vico, Manuel García
Cuevas, Antonio Álamo, Manuel García, Martínez Vizcaya, José Rodríguez, Pablo
Tena, Gómez Carrasco, Juan Arjona, Francisco Ruz, Antonio Domínguez, Baldomero
Cortés, Consuelo Simón, Antonio Varo, Martín Vázquez, Jorge Orden, Francisco
Leva, Justo Cerezo, Pilas Cervantes, Luis Gutiérrez, Domingo Babiano, Florencio
Ruz y tantos y tantos, de los que no podemos acordarnos de su nombre, supieron
dar ejemplo de puntualidad y calidad, en el día a día, de su trabajo. No destacaron por sus sueldos especiales al
estilo de los Florentino Pérez, Emilio Botín, José González, Cesar Alierta, o los Jordi Pujol, y tantos
presidentes de empresas, que unidos a los políticos y algún que otro ex- presidente del gobierno,
que viven del "cuento" y sin apenas pegar un palo al agua.
Estos
trabajadores que he citado, por
un sueldo apenas de mil euros, entregaron toda su profesión poco menos que en
forma de "SACRIFICIO", para que TODA LA ESPAÑA, que buscaba la
reconciliación y la solidaridad, se levantara en beneficio de todos.
Sin embargo, ahora hay unos políticos catalanes y no
catalanes, que sin haber trabajado a relevos, sin haber tenido que madrugar, y
por lo general sin "pegar un palo al agua", quieren cuartear España,
simplemente porque ellos ven ventaja económica en ello. Lo lamentable es que
haya españoles de otras regiones que perdiendo cualquier solidaridad con sus
"raíces" en incluso con los suyos, se han prestado al juego de estos
políticos
Menos mal, que aún hay equilibrio y sensatez en Cataluña,
y a pesar de toda la propaganda "orquestada" en torno al cuento poco
menos de "La Lechera" que le han ofrecido a los trabajadores, estos
no han entrado por donde los políticos querían. ¡`Miserables!!, todo aquel que
quiera dividir al país, pues después de cualquier división o separación, como
en los matrimonios, los más perjudicados son los niños y por supuesto los jubilados.
Esta es la España que tuvimos en aquellos años de 1950,
60, 70 y 80. Y te quedas sorprendido cuando vas por las mañanas y pasas por el
Ayuntamiento y ves como en torno a las 9.30 de la mañana, todavía hay
concejales por la calle. Eso sí, a casi todos se les ve aparecer con el móvil
pegado a la oreja, queriendo quizás, darnos a entender de que ya están
trabajando. Muchas veces hasta el Gran
Capitán que desde su caballo lo ve todo, les quiere recordar a todos estos
políticos que él no utilizó para nada el móvil. A saber la factura que con
cargo a las arcas municipales nos cuestan los móviles de estos políticos.
Y no es que nuestros políticos locales sean los
únicos, la propia televisión nos suele
mostrar muchas veces, tanto en el Senado como en el Congreso, que hay sesiones
de trabajo, en las que sólo están quien lo preside, los ujieres que ponen el
agua, y unos cuantos voluntarios para que los vean en su pueblo.
EL OTRO CATALINO
Hablando ya en serio quiero recordar aquí a Bernabé
Álvarez Jiménez, "Catalino" nombre taurino con el que se le conoció
en el mundo del toreo. "Catalino" nació en la Calle Valencia, muy
cerca del Barrio de los Toreros, en el 15 de febrero de 1885. De allí pasó a
vivir a la Calle las Parras. y posteriormente vivió en la Casa nº 157 de la
Calle Mayor de San Lorenzo, curiosamente esta casa fue la famosa
"Nevería", en donde estuvo ubicada en Córdoba la primera fábrica de
hielo que existió en nuestra ciudad. Este hombre que empezó a trabajar de "calderero" vivía con sus
padres, que se llamaban, Catalino Álvarez Gómez y Adela
Jiménez Fernández. A efectos curiosos hay que decir que fue bautizado en la
Iglesia de Santa Marina de Córdoba.
Desde niño tuvo un crecimiento muy a lo natural y en sus
juegos merodeaba por Santa Marina, San Cayetano y estuvo en un Colegio que
había en la Puerta el Campo junto a la Ronda de las Ollerías. Enseguida empezó
a trabajar en el taller de calderería de Antonio Marques, en el Campo de la
Merced. posiblemente por su fuerte complexión y estatura, no le fue difícil
encontrar el trabajo de aplanar, enderezar y conformar chapas gruesas. Su sueldo era de 2.50 pesetas al día, porque era un trabajador muy eficaz. Quizás por esta circunstacia, llegó a tener problemas su maestro o encargado, que empezó a recelear de él. Aquello se resolvió con una discusión y optó por marcharse de dicho taller, colocándose en el llamado "Depósito de la Estación" de Cercadillas, a donde permaneció hasta los 18 años.
Ente sus amigos se encontraban con Juan Benitez y Rafael Ordoñez, que luego serían dueños de los "Toneles" y Bar Savarin, y las Bodegas y Tabaenas de Ordoñez, Como amigos solían acudir al "Bar la Parra" de Pérez Barquero, que se hallaba cercano al Paso a Nivel de las Margaritas, e iban por allí porque a los tres les gustaban bastante los "caracoles gordos". El Paso a Nivel de las Margaritas, era una zona de Córdoba, en donde había mucha actividad de empresas y trabajadores, y se negociaba con todo. El mismo CATALINO, cuenta en una entrevista que le hacen el DIARIO CORDOBA , que viniendo un día de allí en compañía de sus amigos y al pasar por la puerta en donde estaba instalado "El Teatro Circo" , se encontraron a un señor sentado que al parecer era el empresario que había traido los caballos para la novillada que se iba a celebrar al día siguiente, al parecer todavía no tenía picador que los montara. En ese momento uno de los amigos que le acompañaban al CATALINO, le dijeron medio en broma, -Ya que sabes montar a Caballo, porqué no picas tú la novillada- El, al momento no contestó, pero seguidamente dijo: "Es que yo no soy picador" y entonces aquel hombre que era el empresario de los caballos, le espetó: "Eso no es problema". Total que el CATALINO, al día siguinete picó toda la novillada y no debió hacerlo mal, ya que el empreario le apalabró otro festejo para Andújar. Así nos relata él en la entrevista su llegada al mundo de los toros. Debía de tener unos 19 años, y adoptó el nombre de CATALINO, por ser el nombre de su padre.
El no era un gran practicante de la religión, pero a su forma tenía su fe, por eso siempre llevó tres medallas colgadas en su pecho. San Rafael, La Virgen del Pilar y el Gran Poder, que también tenía tirón entre los toreros por la influencia de los sevillanos.
Su madre y sus hermanas sufrían mucho cuando le veían bregar con aquellos toros, pero confiaban en él, porque era muy fuerte.
En una ocasión y toreando en Francia, (Burdeos), los tres toreros estaban asustados pues la corrida salió enorme, y hubo toro que tomó hasta seis varas. Pero en el más duro de la tarde, después de tomar seis varas, desmontó a su compañero y lo tiró al callejón, luego arremetio contra la barrera y destrozó un montón de tablas. La plaza en esos momentos estaba dominada por ese toro de miura, y entonces sacando fuerzas de flaqueza, le pedí a los compañeros que me lo colocaran de largo, y allí aguanté su tremenda embestida y le enterré "media vara en el morrillo". Poco a poco, la gente se percató de aquel puyazo, y la Plaza arrancó en aplausos, fue tal el aplauso, que obligaron a los tres espadas a que salieran al medio del ruedo y entre aplausos me obligaron a saludar con el castoreño en la mano. Fue una tarde inolvidable.
Fue tres veces a America y allí había gente que cuando quedaba bien le arrojaba hasta monedas de oro. Allí se ganaba mucho, y te forrabas en comparación con las corridas de aquí, decía él, en una entrevista que le hizo Rafael G. Villatoro.
Ente sus amigos se encontraban con Juan Benitez y Rafael Ordoñez, que luego serían dueños de los "Toneles" y Bar Savarin, y las Bodegas y Tabaenas de Ordoñez, Como amigos solían acudir al "Bar la Parra" de Pérez Barquero, que se hallaba cercano al Paso a Nivel de las Margaritas, e iban por allí porque a los tres les gustaban bastante los "caracoles gordos". El Paso a Nivel de las Margaritas, era una zona de Córdoba, en donde había mucha actividad de empresas y trabajadores, y se negociaba con todo. El mismo CATALINO, cuenta en una entrevista que le hacen el DIARIO CORDOBA , que viniendo un día de allí en compañía de sus amigos y al pasar por la puerta en donde estaba instalado "El Teatro Circo" , se encontraron a un señor sentado que al parecer era el empresario que había traido los caballos para la novillada que se iba a celebrar al día siguiente, al parecer todavía no tenía picador que los montara. En ese momento uno de los amigos que le acompañaban al CATALINO, le dijeron medio en broma, -Ya que sabes montar a Caballo, porqué no picas tú la novillada- El, al momento no contestó, pero seguidamente dijo: "Es que yo no soy picador" y entonces aquel hombre que era el empresario de los caballos, le espetó: "Eso no es problema". Total que el CATALINO, al día siguinete picó toda la novillada y no debió hacerlo mal, ya que el empreario le apalabró otro festejo para Andújar. Así nos relata él en la entrevista su llegada al mundo de los toros. Debía de tener unos 19 años, y adoptó el nombre de CATALINO, por ser el nombre de su padre.
El no era un gran practicante de la religión, pero a su forma tenía su fe, por eso siempre llevó tres medallas colgadas en su pecho. San Rafael, La Virgen del Pilar y el Gran Poder, que también tenía tirón entre los toreros por la influencia de los sevillanos.
Su madre y sus hermanas sufrían mucho cuando le veían bregar con aquellos toros, pero confiaban en él, porque era muy fuerte.
En una ocasión y toreando en Francia, (Burdeos), los tres toreros estaban asustados pues la corrida salió enorme, y hubo toro que tomó hasta seis varas. Pero en el más duro de la tarde, después de tomar seis varas, desmontó a su compañero y lo tiró al callejón, luego arremetio contra la barrera y destrozó un montón de tablas. La plaza en esos momentos estaba dominada por ese toro de miura, y entonces sacando fuerzas de flaqueza, le pedí a los compañeros que me lo colocaran de largo, y allí aguanté su tremenda embestida y le enterré "media vara en el morrillo". Poco a poco, la gente se percató de aquel puyazo, y la Plaza arrancó en aplausos, fue tal el aplauso, que obligaron a los tres espadas a que salieran al medio del ruedo y entre aplausos me obligaron a saludar con el castoreño en la mano. Fue una tarde inolvidable.
Fue tres veces a America y allí había gente que cuando quedaba bien le arrojaba hasta monedas de oro. Allí se ganaba mucho, y te forrabas en comparación con las corridas de aquí, decía él, en una entrevista que le hizo Rafael G. Villatoro.
Habló siempre muy bien de sus toreros, y en especial de Joselito, al que consideraba como un gran maestro. También decía de Manolete, que era el torero más capaz que había conocido, pues sabía sacarle partido a todos los toros, por lo que era genial.
Cuando ya empezó a ganar algunos dinerillos como picador,
se compró la Casa de la Calle Muñices, en la que moriría con 74 años en el año 1958. Se tuvo que retirar de los toros en 1940, porque debido a su fuerte complexión, su peso y
posiblemente la brega con el caballo, le habían dejado muy tocado de
facultades para andar. Cuando apenas debería tener 60 años, un día acompañé a Carlos el lotero de la Calle Muñices, que se llegaba para entregarle un número de loteria que solía jugar de fijo, no pude evitar verlo en el dintel del patio de su casa apoyado en dos muletas.solamente tenía unos 60 años, te llegabas por su casa y te recibía en el
patio manejando ya unas muletas y moviéndose con una gran . dificultad.
A la madre de sus hijas la conoció cuando esta vivía en
la Calle Roelas nº 4, se llamaba Antonia Fuentes Navarro y debió morir muy joven. No hay datos de su casamiento, con la madre de sus hijas. Si encontramos datos de que en 1912, se casó en la Iglesia de San Rafael, con Elisa Ruiz Lopera, que vivía en la Plaza de San Lorenzo. nº 146.
En esta casa de la Plaza de San Lorenzo, nº 146, nacieron todos los hermanos José, Isabel, Carmen, Pedro, Rafaela y Antonia, todos hijos del cantero Pedro Pareja, el hombre que perfiló las columnas y los capiteles, que reproducían las piezas romanas que aparecieron en aquel hallazgo arqueológico que dirigió don Felix Hernández y que está en la esquina del Ayuntamiento de Córdoba.. Las columnas y los capiteles, fueron modelados por el singular "Morita" y Pedro Pareja, con su hermano Enrique, los rotularon a golpes de cincel.
Poco duró su boda con la citada Elisa Ruiz Lopera, pues falleció en el 1913, y su entierro se celebró en la Iglesia de San Lorenzo. Quizás por el recuerdo hacia su mujer o por que le interesaba la casa nº 146, para inversión, el CATALINO, compraría esta casa en 1920.
Un heredero suyo, vendió esta casa en 1988, por 1,600,000 pesetas, a Carmen Pareja, que aunque desde 1965, estaba trabajando como emigrante en Suiza, nunca perdió su ilusión de volver a Córdoba, después de su jubilación y vivir en su casa. Este proyecto se truncó al quedar viuda y entonces decidió quedarse a vivir con sus hijas y nietos, en la Suiza en la que habían nacido todos. De esta forma "la familia permanecía unida". Por ello decidió vender la casa, y después de muchos tiras y aflojas, y gente interesada por ella, la compró don Juan Novo González, que de cura secularizado se metió a constructor y a especular en este negocio de las viviendas..
Finalmente la casa se derribó y en su lugar se levantaron como "dos casas adosadas de dos plantas, que fueron compradas por Diego González Torronteras, heredero del Horno de Jesús Nazareno, y que se casó con la "Hija del Titi", Alfredo Ruíz, fotógrafo frontero al Cine Palacio del Cine, y cliente asisuo a la Taberna "EL SEIS" de la que el simpático Chumilla el Barbero, era el gerente espiritual de dicho establecimiento, por algo su hermano era el Coadjutor de la Iglesia de San Miguel.
En esta Taberna del SEIS, se juntaban los amigos que circulaban por el centro, fundamentalmente los sábados, e incluso había clientes que tenían "derecho vaso propio" y es que antes en aquellos tiempos los "Medios" se despachaban en vasos de ulo gordo, porque al decir de muchos "clásicos" el vino se palpaba mejor. Hubo algunos que quiesieron empezara llamarles "cubetas", pero aquello no le gustó a la Academia del bar y se difuminó. Aquel Bar tenía la proximidad enfrente del Bolero, en donde las faldas de aquellas chicas concitaban toda la atención. Los pocos turistas que venían a Córdoba, se pasaban por allí para ver el espectáculo de aquellas piernas maravillosas, por debajo de aquellas faldas.
Gracias a la labor de eredicción del amigo Juan Galán, podemos decir que "CATALINO", se intentó casar otra vez en 1912, con Elisa Ruiz Lopera, en la Iglesia de San Rafael, y que también en el año 1913, se produjo su pronto fallecimiento, celebrándose el entierro en la Iglesia de San Lorenzo. Tanto a la boda en San Rafael, como al entierro, asistieron sus hijas Adelaida y Carmen Álverez Fuentes, que ya tenían 9 y 7 años respectivamente. De la madre de estas muchachas no hemos podido encontrar evidencia de que llegara a vivir bajo el mismo techo que Bernabé Álvarez "CATALINO".
En esta casa de la Plaza de San Lorenzo, nº 146, nacieron todos los hermanos José, Isabel, Carmen, Pedro, Rafaela y Antonia, todos hijos del cantero Pedro Pareja, el hombre que perfiló las columnas y los capiteles, que reproducían las piezas romanas que aparecieron en aquel hallazgo arqueológico que dirigió don Felix Hernández y que está en la esquina del Ayuntamiento de Córdoba.. Las columnas y los capiteles, fueron modelados por el singular "Morita" y Pedro Pareja, con su hermano Enrique, los rotularon a golpes de cincel.
Poco duró su boda con la citada Elisa Ruiz Lopera, pues falleció en el 1913, y su entierro se celebró en la Iglesia de San Lorenzo. Quizás por el recuerdo hacia su mujer o por que le interesaba la casa nº 146, para inversión, el CATALINO, compraría esta casa en 1920.
Un heredero suyo, vendió esta casa en 1988, por 1,600,000 pesetas, a Carmen Pareja, que aunque desde 1965, estaba trabajando como emigrante en Suiza, nunca perdió su ilusión de volver a Córdoba, después de su jubilación y vivir en su casa. Este proyecto se truncó al quedar viuda y entonces decidió quedarse a vivir con sus hijas y nietos, en la Suiza en la que habían nacido todos. De esta forma "la familia permanecía unida". Por ello decidió vender la casa, y después de muchos tiras y aflojas, y gente interesada por ella, la compró don Juan Novo González, que de cura secularizado se metió a constructor y a especular en este negocio de las viviendas..
Finalmente la casa se derribó y en su lugar se levantaron como "dos casas adosadas de dos plantas, que fueron compradas por Diego González Torronteras, heredero del Horno de Jesús Nazareno, y que se casó con la "Hija del Titi", Alfredo Ruíz, fotógrafo frontero al Cine Palacio del Cine, y cliente asisuo a la Taberna "EL SEIS" de la que el simpático Chumilla el Barbero, era el gerente espiritual de dicho establecimiento, por algo su hermano era el Coadjutor de la Iglesia de San Miguel.
En esta Taberna del SEIS, se juntaban los amigos que circulaban por el centro, fundamentalmente los sábados, e incluso había clientes que tenían "derecho vaso propio" y es que antes en aquellos tiempos los "Medios" se despachaban en vasos de ulo gordo, porque al decir de muchos "clásicos" el vino se palpaba mejor. Hubo algunos que quiesieron empezara llamarles "cubetas", pero aquello no le gustó a la Academia del bar y se difuminó. Aquel Bar tenía la proximidad enfrente del Bolero, en donde las faldas de aquellas chicas concitaban toda la atención. Los pocos turistas que venían a Córdoba, se pasaban por allí para ver el espectáculo de aquellas piernas maravillosas, por debajo de aquellas faldas.
Gracias a la labor de eredicción del amigo Juan Galán, podemos decir que "CATALINO", se intentó casar otra vez en 1912, con Elisa Ruiz Lopera, en la Iglesia de San Rafael, y que también en el año 1913, se produjo su pronto fallecimiento, celebrándose el entierro en la Iglesia de San Lorenzo. Tanto a la boda en San Rafael, como al entierro, asistieron sus hijas Adelaida y Carmen Álverez Fuentes, que ya tenían 9 y 7 años respectivamente. De la madre de estas muchachas no hemos podido encontrar evidencia de que llegara a vivir bajo el mismo techo que Bernabé Álvarez "CATALINO".
EL OTRO CATALINO
En el taller de calderería, el uso continuado del mazo y el martillo para el aplanado de chapas, le ayudó a tener una constitución muy fuerte, hasta el punto de ser fuera de lo normal. Luego su gran estatura, fue la que hizo que sus propios compañeros de taller le hicieran ver que tenía un tipo de "picador" y es que por aquellos tiempos ya se oía la frase de: "Eres más grande que el sombrero de un picador".
En 1929, un cronista taurino escribía, "El picador
CATALINO, toreó a caballo como no lo vi hacer en toda la temporada, porque
"sacaba la vara" y nunca se echaba encima del toro para aliviarse. Y
es que para picar bien hay que sacar palo, que para eso es la suerte del
varilarguero, y acometer al toro las veces que sea necesario.
Como hemos citado anteriormente, adoptó el nombre de CATALINO, porque era el nombre de su padre, una excelente persona de Ciudad Real, que recién casado se afincó en la calle Valencia muy cerca de la calle los Moriscos, de alli pasaría a lla Calle Parras, Guindo, Jesus de Nazareno e incluso vivió en la Calle Mayor de San Lorenzo, acompañado de su hijo.
POR CULPA DE LOS TOROS
Mientras este hombre iba y creciendo en sus juegos y
travesuras de niño, cayó como un mazazo sobre Córdoba, el crimen que cometió un
tal "Cintas Verdes" a decir de los comentarios que había por Córdoba.
Se trataba de un vecino soltero de la Calle Humosa,
llamado José Cintavelde Pujazón, que había cometido el asesinato de 4 personas,
dos adultos y dos niños. El crimen había tenido lugar en una Finca llamada
"El Jardinito" que se hallaba en el paraje de Santo Domingo de Scala
Coeli. Era Feria el 27 de mayo de 1890, y como colofón de la Feria, se
celebraba una grandiosa corrida de toros, en la que toreaban
"Espartero", "Lagartijo" y "Guerrita" y al
parecer éste ex-guardia municipal, se había jactado con sus amigos de Taberna
que él iba a los toros. Un día antes de la corrida visitó a la "casera"
de la Finca, con la que al parecer algún tiempo tuvo ciertas relaciones
sentimentales, y ésta ante la pregunta de cómo iban las cosas, le refirió que
no iban mal del todo, pues su marido había ido a Córdoba a vender varios
animales. Con esta noticia se volvió para Córdoba y empezó a cavilar y a darle
vueltas a la cabeza, pensando la manera de obtener el dinero que necesitaba
para pagar la entrada de los toros, que por "chulería suya" había
dicho en el Bar que ya tenía.
En la mañana de la corrida se acercó otra vez a la Finca
y entabló conversación con la "casera" y apelando a su papel de
antiguo novio o amante, le pidió el dinero que su marido había cobrado, cosa a
la que ella lógicamente se negó. Empezó una discusión un tanto acalorada y en
ese momento hirió muy gravemente a esta mujer sin dejar de amenazarla para que
le diera el dinero. Llegaron dos niños pequeños y en su locura y enajenación
los mató, según él para que no hubiera testigos. Con la mujer moribunda la
obligó mediante otra amenaza y por fin la pobre mujer para que no la rematara más,
le dijo el lugar en donde estaba el dinero. En ese momento se complicó para él
la cosa y apareció por allí el hombre que esquilaba las ovejas y también lo
mató.
Este criminal de 28 años sería ejecutado en un patíbulo
que se montó en la Puerta de Sevilla, siendo históricamente el último ejecutado
en Córdoba sobre un patíbulo. De éste hombre se publicaron algunas cosas en el
sentido de que se había vuelto muy religioso, y de que antes de la ejecución le
dieron como "gracia" el elegir su comida. Sobre la primera tenemos
que decir que lo único que hizo fue regularizar su situación casándose con su
novia Mª Teresa Molinero y Galloso, una chica de Santa Marina, con la que tenía
una hija. Para convencerlo para su casamiento intervino muy decisivamente la Hermandad
de la Caridad de la parroquia de San Francisco, que siempre solían asistir a
los reos en sus últimos momentos. El hecho de que se casara es para que a su
hija le quedará alguna legalidad que hasta entonces no tenía. Por cierto su
familia (la de la hija), logró en los juzgados "modificar el
apellido", dejándolo simplemente en Cintas, en vez de Cintavelde.
La comentada boda se celebró en la cárcel (antiguo
Alcázar de los Reyes cristianos), el día 14 de febrero de 1891, y fue realizada
por el cura de San Lorenzo. En cuanto a la comida especial el día de su
ejecución que tuvo lugar el día 6 de junio a las 8.45 de la mañana,
efectivamente y según una vecina de la Calle Humosa, le pusieron "carne al
jerez, una tortilla de jamón, gazpacho blanco, y un melocotón. También pidió un
café sólo. Al parecer eso de la comida era una prerrogativa que poseían los
condenados a muerte.
Después de ejecutado fue llevado a hombros al Cementerio
de la salud por miembros de la Hermandad de la Caridad de la parroquia de San Francisco,
entre ellos el catedrático de dibujo Sr. Abadía.
Hemos relatado todo lo que ocurrió en éste crimen y que
al parecer tenía como fondo la tremenda afición que despertaban los toros en
Córdoba.
EL CATALINO PRÓXIMO
En este ambiente creció el amigo "CATALINO" y
también fue decisivo que un familiar suyo trabajara en el taller de pintura de
José Serrano de la Calle Alfaros. Este taller más tarde sería comprado por un
familiar de los Zuritos que se ubicarían en la esquina de la Calle Adarve con
la Puerta del Rincón. La amistad de ese hermano de su madre con el picador
Zurito, su corpulencia y los consejos de su amigo, hizo que el se aficionara a
este trabajo. Todo esto se lo comentaba Baldomero Álvarez, portero de Hogar y
Clínica de San Rafael, a Carmen Pérez Gómez "La Garrota", mujer de
Antonio Gutiérrez Gómez, aficionado a los toros y que tuvo amistad personal con
el "CATALINO".
Efectivamente aunque Antonio Gutiérrez Gómez,
"Antoñito" como le decía la gente, vivía en la Mayor de San Lorenzo, y era un gran aficionado a los toros, era la familia de su hermana
la que mantuvo una fluida relación con las hijas del CATALINO. Fueron muchas
las veces que se visitaron las casas mutuamente.
El propio "Antoñito" nos contaba en la Sociedad
de Plateros, días después del entierro de Bernabé Álvarez Jiménez,
"CATALINO", que durante algún tiempo siempre que volvía del Parque de
Intendencia, al igual que hacía con su hermanas, le solía llevar un "chusco" de pan
recién hecho a Carmen la hija soltera del torero, detalle que ella agradecía de
buenas maneras. Era cuando en el horno de Intendencia (junto a la iglesia de la
Trinidad), se hacía pan para todos los soldados de Córdoba, y los panaderos
después de su jornada solían traer algunos "chuscos" que les correspondían
a diario para su casa. Otro de los beneficiados con ese "chusco" era
Rafaelito del Bar el 89, en donde "Antoñito" era muy querido y
apreciado.
Siguiendo con el "CATALINO", diremos que la relación entre
ambas familias, era muy fuerte e interesante. El torero más allá de sus hijas,
no tuvo descendencia, pues su hija casada Adela no tuvo hijos, quizás por ello y después de ser junto a su
marido, el carnicero Manuel Moreno Rodríguez, padrinos de boda de la hermana de
"Antoñito", también fueron los padrinos del bautizo de la mayoría de
sus hijos.
El picador se quedó con la gana de tener un nieto y
quizás por ello le hubiera gustado que este matrimonio, que tuvo muchos, le
hubiera entregado uno para que ellos lo criaran. Pero eso no pudo ser, al final
las hijas del torero criaron a una tal Carmeli, que era hija de un sobrino del
picador. Carmeli sería la que heredó todo lo que había en la casa de la Calle
Muñices.
Para terminar con el entorno familiar del
"CATALINO", diremos que Carmen, la que fue su heredera y que ellos
criaron como si fuera hija suya, terminaría casándose con Gregorio, el apuesto
viudo de la mujer que murió al hundirse en 1958, una casa en la zona de la
Viñuela, propiedad de los mayorista de
carbón vegetal, Bollero Vázquez.
El "CATALINO" era un hombre muy casero y en su
casa era en donde se encontraba más a gusto. No obstante le gustaba visitar los
bares de la zona de la Calle la Plata, en especial el Bar Imperio, también frecuentaba el Bar de Paco Cerezo, y el 6 de la Calle Duque de
Hornachuelos, en donde tenía vaso y todo para su vino. A partir de su
inauguración en 1936, con cierta regularidad y siempre que podía visitaba la
Taberna El Gallo, que por aquellos años, despuntó como Taberna clásica de
Córdoba y en donde solían acudir muchos empleados del Ayuntamiento.
Por cierto, la Taberna el Gallo, aunque mantiene su sabor
y portada clásica, ya no es lo que era, pues al intentar obrar el edificio
posterior, en donde la Taberna tenía una gran amplitud de "cuartos" y
reservados, utilizando incluso la segunda planta, al aparecer en el solar
capiteles, columnas y restos romanos, se quedó el solar "empantanado"
y sólo da cobijo a gatos, ratas y otro tipo de animales.
Como ya hemos dicho anteriormente en el asunto de los
"amores" a este hombre le asignaban algunas aventuras, que nunca se
demostraron. De un hombre joven, viudo y con dineros, se podía esperar todo. Hemo escudriñado todos los padrones municipales, y hemos podido comprobar que de la Calle Valencia, pasó por la Calle Gindo, Calle Jesús Nazareno, Calle Mayor de San Lorenzo y Calle Muñices, en donde murió.
También se ha podido verificar que sus dos hijas Adelaida y Carmen Álvarez Fuentes que nacieron
en el año 1903 y 1905 respectivamente, en los primeros años de su vida aparecen viviendo con su abuelos paternos, una y la otra con sus abuelos maternos. Nunca se vió a la madre de ellas viviendo con el picador. Posiblemente fue madre soltera, pero lo cierto es que en los "padrones" aparece el CATALINO, como viudo.
Yo tuve la suerte de hacer el SERVICIO MILITAR en el Parque y Talleres de Automovilismo, aquello fue una "mili" maravillosa, pues fuimos tratados como personas normales y allí la normalidad era muy estimada, No encontramos con un Coronel don Carlos Sánchez Ferragut, que era el jefe de la Base, que tenía inteligencia por toneladas.. En sus visitas diarias a los Talleres, de la persona que más se "fiaaba" , era de Rafael de la Virgen, que era el maestro de Tornos y mecanizado, quizás fuera por su eficacia y rotundidad a la hora de fijar una plazo de terminación de cualquier OT.. Allí en aquella Base y en el Departamento de Control de Vehiculos, aunque había a su cargo un teniente que casi estaba loco, por debajo de él, había un funcionario que era muy eficaz y responsable, se trataba de José Alcaide, que simultaneaba aquel trabajo de mañana, con el de sacristán por la tarde en la Iglesia de San Andrés. Este hombre de voz solemne, "cantaba mejor que hablaba" pero sabía muchas cosas del barrio. Un dia de aquellos sacamos la conversación conocida en Córdoba, del "AMOR QUE HUYE" y el nos contó muchas cosas, porque su relación de la parroquia conocía a todo el mundo. Hablando de Maria de los Ángeles López de Alvear, nos dijo que era una señora de una clase impecable. Hija del dueño de la Banca Pedro López,, muy joven se casó con el Conde de Cañete de la Torres, y se fueron a vivir a la Calle Blanco Belmonte, en la casa a donde ahora precisamente existe un convento de monjas. Este matrimonio, duró escasamente 6 años, por lo que ella volvió a vivir a su casa materna enfrente de la Iglesia de San Andrés. Que se sepa, dijo el sacristán, a esta mujer no se le conocieron más relaciones. Quizás y la persona que más interés demostró por ella fue el picador de torosw CATALINO, que aprovechando una vuelta de su gira por México, trajo un MANTON DE MANILA, y que por medio de Rogelio Sánchez, que hacía de sacristán se lo hizo llegar a la señora, expresándole bonito interés por ella, pero la dama no aceptó dicho regalo. No cabe duda de que el CATALINO, siempre estuvo enamorado del "AMOR QUE HUYE".
También se ha podido verificar que sus dos hijas Adelaida y Carmen Álvarez Fuentes que nacieron
en el año 1903 y 1905 respectivamente, en los primeros años de su vida aparecen viviendo con su abuelos paternos, una y la otra con sus abuelos maternos. Nunca se vió a la madre de ellas viviendo con el picador. Posiblemente fue madre soltera, pero lo cierto es que en los "padrones" aparece el CATALINO, como viudo.
Yo tuve la suerte de hacer el SERVICIO MILITAR en el Parque y Talleres de Automovilismo, aquello fue una "mili" maravillosa, pues fuimos tratados como personas normales y allí la normalidad era muy estimada, No encontramos con un Coronel don Carlos Sánchez Ferragut, que era el jefe de la Base, que tenía inteligencia por toneladas.. En sus visitas diarias a los Talleres, de la persona que más se "fiaaba" , era de Rafael de la Virgen, que era el maestro de Tornos y mecanizado, quizás fuera por su eficacia y rotundidad a la hora de fijar una plazo de terminación de cualquier OT.. Allí en aquella Base y en el Departamento de Control de Vehiculos, aunque había a su cargo un teniente que casi estaba loco, por debajo de él, había un funcionario que era muy eficaz y responsable, se trataba de José Alcaide, que simultaneaba aquel trabajo de mañana, con el de sacristán por la tarde en la Iglesia de San Andrés. Este hombre de voz solemne, "cantaba mejor que hablaba" pero sabía muchas cosas del barrio. Un dia de aquellos sacamos la conversación conocida en Córdoba, del "AMOR QUE HUYE" y el nos contó muchas cosas, porque su relación de la parroquia conocía a todo el mundo. Hablando de Maria de los Ángeles López de Alvear, nos dijo que era una señora de una clase impecable. Hija del dueño de la Banca Pedro López,, muy joven se casó con el Conde de Cañete de la Torres, y se fueron a vivir a la Calle Blanco Belmonte, en la casa a donde ahora precisamente existe un convento de monjas. Este matrimonio, duró escasamente 6 años, por lo que ella volvió a vivir a su casa materna enfrente de la Iglesia de San Andrés. Que se sepa, dijo el sacristán, a esta mujer no se le conocieron más relaciones. Quizás y la persona que más interés demostró por ella fue el picador de torosw CATALINO, que aprovechando una vuelta de su gira por México, trajo un MANTON DE MANILA, y que por medio de Rogelio Sánchez, que hacía de sacristán se lo hizo llegar a la señora, expresándole bonito interés por ella, pero la dama no aceptó dicho regalo. No cabe duda de que el CATALINO, siempre estuvo enamorado del "AMOR QUE HUYE".
La verdad que esta mujer, por su elegancia, su estilo y su pelo gris plateado, causaba sensación cuando pasaba en dirección para la Iglesia de María Auxiliadora, montada en su elegante coche de caballos, que lo único que sobraba en él, era la cara tan estúpida que tenía el cochero.
CATALINO EL TORERO
Supo mirar siempre por los dineros que ganó en el mundo
del toro con todas sus alternativas, y de la mano de José Luis de Córdoba,
podemos decir:
"Treinta y seis años ejerció Bernabé Álvarez Jiménez
de picador de toros, empezó con 18 años, alternando la profesión de calderero
con la de picador suplente de la Plaza de toros de Córdoba. Luego ya y con más
edad llegaría a ser profesional con dedicación plena. Estuvo con Machaquito, Paco
Madrid, Juan Belmonte, José Gómez "Gallito", José Flores Camará,
Ignacio Sánchez Mejias, Marcial Lalanda, "Maera" "Algabeño"
"Niño de la Palma", Antonio Márquez y Manuel Rodríguez
"Manolete". Estando con él se retiró en 1940, a los 55 años.
Como se puede apreciar toreo con todas las figuras de su
época, y fue también un hombre de records, ya que en la temporada en que nació
Manolete, picó 106 corridas, y el año 1919, las corridas toreadas fueron 111
tardes.
No se escapó de cogidas importantes, pero
afortunadamente no fue muy castigado por los toros, Fue "CATALINO"
nada más y nada menos, que un picador de toros. En México le llegaron a decir
el "Sanguijuela" y no en el mal sentido, sino que al toro y desde su
caballo al que montaba con mucho garbo, le sabía "tirar el palo",
logrando siempre "heridas limpias" por las que el toro al perder
sangre le evitaba "la congestión", sirviendo su picado como
"vasodilatador" del toro.
Cuando volvía de México, solía venir cargado de dineros y
joyas para sus hijas. En tierras americanas se ganaba casi el doble que en
España. De las 2.50 pesetas que ganaba al día como calderero, pasó a ganar 69
pesetas, por las primeras corridas en plan de suplente. Luego ya logró cobrar de acuerdo al escalafón. También visitó las plazas
de toros de Lima, con Juan Belmonte.
Se jactaba de que el dinero ganado por los toros supo invertirlo muy bien y llegó a juntar un conjunto de casas de vecinos que le rentaban buenas mensualidades. También tuvo unas tierras de labranza que terminó por arrendarlas, pues él no servía para el campo. Cuando ya apenas no podía andar solía acudir a charlar con el que en aquellos tiempos era el delegado de la compañía de Seguros la Alianza Española, que tenía la delegación al principio de la Calle Muñices.
Está enterrado en el panteón de la familia del Cementerio de San Rafael, junto a sus padres, y su hija Adela.