domingo, 29 de enero de 2012

EL COBRE

El cobre junto al oro y la plata forman una trilogía llamada “LA FAMILIA DEL COBRE”. Su cualidades como excelente conductor de la electricidad, solo superado por la plata, le ha hecho un metal imprescindible para los tendidos de transporte eléctricos mundiales. Dada su maleabilidad y ductilidad se puede presentar en variadas formas y perfiles.

También es un metal que interviene en muchas aleaciones que han significado para la industria, la obtención de los polivalentes: bronces y latones.

Las propiedades del cobre se pueden utilizar una y mil veces después de reciclado, pues mantiene prácticamente intactas sus cualidades mecánicas y físicas, de ahí su buena aceptación EN LA CHATARRERIAS, y causa también de sus múltiples robos. Su aleación de antiguo con el estaño, dio lugar al BRONCE, que constituyó un periodo de nuestra civilización, que los historiadores llamaron EDAD DEL BRONCE.

El cobre también tiene una importancia fundamental en el desarrollo del cuerpo humano, pues contribuye a la formación de los glóbulos rojos y es un oligoelemento esencial para la vida, pues tiene decisiva incidencia en el mantenimiento de las venas y las arterias, el sistema inmunitario y los huesos. El cobre se encuentra de forma proporcional en nuestra alimentación habitual, de forma que en el caso de que por cualquier circunstancia, este equilibrio se perdiera, se podría decir que se padece la enfermedad de Wilson, un padecimiento hepático.

El cobre es el tercer metal más demandado en el mundo después del hierro y el aluminio, la demanda actual en el 2011, se estima en 19.9 Mt., cuando su producción no debe de llegar a las 17.4 Mt. Por tanto es un metal deficitario.

EL PRIMER COBRE

Es el que pudimos presenciar por aquellas calles cuando se intensificaban las líneas telefónicas, (1952), Se podían apreciar grupos de trabajadores que por los barrios, metían por conducciones apropiadas, cientos y cientos de hilos de cobre que tenían una envoltura en papeles de colores. Muchos trozos quedaban en la calle y nosotros nos dedicábamos a recolectarlos para formar un montoncito y venderlo en la chatarrería.

También en nuestras casas veíamos aquellas briznas de cobre que constituían el elemento de seguridad en la instalación de las casas. Cuando surgía un roce o un corta-circuito en aquellas instalaciones caseras, a base de un par de cables unipolares enrollados entre si, “saltaba la tasilla” y era que se quemaba la brizna de cobre, por ser de menor sección. Cualquiera era bueno en la casa para “arreglar la tasilla”. Este popular "fusible", hacía las veces del DIFERENCIAL, que hoy se tiene en las casas.

Ya con catorce años, y en la Universidad Laboral, nos facilitaron por primera vez hilo de cobre, para que hiciéramos como ejercicio una tabla didáctica de empalmes, según las explicaciones del profesor Sr. Peña, “empalme de fase”, “en derivación”, “empalme catalán rápido”, etc. etc., fueron los primeros contactos que tuvimos con el cobre.

Luego también pudimos comprobar como en la primera restauración de la Iglesia de San Lorenzo, 1955-56, un día los que estábamos de monaguillos, sorprendimos a dos personas mayores, que trabajaban precisamente en CENEMESA, (y que se la daban de colaboradores), como quemaban todo el cobre de la instalación eléctrica que se pretendía renovar para quitarle el recubrimiento y venderlo para su bolsillo, además de otras cosas. Lógicamente esto lo hicieron en contra del conocimiento del párroco, que los denunció y ahí se acabó la colaboración.

EN LA UNIVERSIDAD LABORAL

Una de las cosas que más nos sorprendió de la propia Universidad Laboral, es que a cualquier rincón, sala, habitáculo o algo parecido que acudías, te veías una extensión de teléfono, de aquellos negros de sobre mesa o colgados en la pared. Al poco tiempo y nosotros mismos quitábamos el imán y muchas veces todo el cobre. Allí posiblemente presencié los primeros actos de rapiña de parte de algunos que no eran los más civilizados. A los dos años de funcionamiento de la ULC, ya los directores de los Colegios, denunciaron estos estropicios.

Sin haber tanto inmigrante como ahora, todo el tendido eléctrico que alimentaba a las farolas de la zona deportiva de la piscina del RIÑON, fue desprovista de todo su cable incluso de las lámparas. También los vestuarios perdieron todo signo de instalación.

Del cobre nos pudimos acordar perfectamente en aquel examen de REVALIDA DE OFICIALIA, en la asignatura de tecnología mecánica. Aquella asignatura, no se porqué no la incluyeron a última hora en forma de abultados apuntes de máquina GESTENER, y que trataba de todo un cuestionario elaborado y que sustituía la ausencia de libro, que no lo había para dicha asignatura. Y se puede decir que se confeccionó a la “carrera” porque en aquellos tiempos se improvisaron muchas cosas, ante la reiterada oposición del Ministerio de Educación, a que las Universidades Laborales, tuvieran nivel docente, como un paso más para negarle la Capacidad de formar tribunales de exámenes. Era una forma como otra cualquiera de estar en contra del proyecto de las Universidades Laborales.

De una forma u otra, nos dieron aquellos apuntes que hablaban de una asignatura que para la mayoría de nosotros (EGB), no habíamos oído nunca. Sin pretender achaque ninguno, la verdad es que llegó el día del examen final y ante un tribunal venido de Madrid, entramos al examen. En el aula estábamos todos los de Oficialía Mecánica, y lógicamente nos sentamos por grupos de amistad. Estaba Quirós Reyes, Manuel Serrano, Manuel Huertas, Cristóbal Sierra, Antonio Marques, Ángel Madrid, Vázquez Martín, y el que esto escribe.

La pregunta del examen era EL COBRE, su naturaleza, su obtención, aleaciones, países productores y su empleo en la industria eléctrica. La pregunta se entiende ahora, pero en aquella ocasión y posiblemente con lo poco que habíamos estructurado el estudio de la asignatura, nos pilló a todos casi en fuera de juego. Muchos sólo sabíamos que el cobre se aleaba con el “oro para la soldadura” en la platería.

En aquel examen, la desesperación se observaba con el cruce de miradas de unos con otros. Nada, allí ni había tan siquiera la previsión de “chuletas” ¿quien iba a sospechar que nos iban a preguntar aquella pregunta que ni el mismo profesor le dio nivel de importancia vital? (no éramos eléctricos) Todos aceptamos con resignación lo poco que sabíamos de aquello, y hubo alguno como Vázquez Martín, que se marchó en seguida. A mitad del examen, se levantó el “empollón” del Aula, El palentino Ibáñez Hoyos, para soltar su examen terminado, y con toda seguridad un ejercicio completísimo. Nada más levantarse, surgió detrás de él, el espigadísimo Ángel Madrid Pintor, que aprovechando que el director Padre Roses, “distraía” al presidente del tribunal, en vez de coger papel en blanco alguno, como era normal en los exámenes, COGIO EL EXAMEN TERMINADO, que acababa de soltar el tal Ibáñez Hoyos. La sonrisa nos volvió a todos, en el tiempo record de media hora copiamos todos, aquel dichoso ejercicio, en donde EL COBRE, había sido el protagonista. Desde entonces comprobé que aquello que se copia, jamás se olvida.

EL COBRE EN LA POLITICA

Perú y Chile, dos de los máximos productores de cobre del mundo andan a la gresca, algunos intelectuales peruanos se quejan de que las autoridades de su país, no han sabido hacer algo similar a lo de Chile, en beneficio de su seguridad y de su economía. Hablan incluso de que Chile, con la famosa cuota del 5%, se está rearmando con un ejército que se atreve a hacer maniobras de intimidación prácticamente en la misma frontera.

Lo increíble es que en estas maniobras no sólo estarán uniformados chilenos piloteando aviones F-16 y F-5 y helicópteros de ataque y de rescate (aparte de la infantería que saldrá de las bases de Cerro Moreno y Chuquicamata). Chile ha conseguido que el simulacro en contra de ese país insumiso respecto del derecho internacional cuente con la participación de Estados Unidos, Brasil, Francia y Argentina.

En el desierto de Atacama, que Chile obtuvo en la guerra del salitre de 1879, empiezan este viernes las maniobras que las fuerzas armadas chilenas han llamado, con la misma sutileza empleada en torturar prisioneros socialistas tras el golpe de 1973, “Salitre II”.

Este ejercicio militar es la respuesta del chauvinismo uniformado de Chile al reclamo presentado por el Perú en La Haya.

Como se ve dos países que son un emporio en la minería del cobre y del salitre, están a la gresca. Aunque el salitre, ya no sea tan fundamental en el plano económico desde que los alemanes lo consiguieron de forma sintética, sigue siendo el cobre y su explotación la base de todos estos problemas.

EL COBRE EN CENEMESA

Recuerdo que cuando entrábamos a fábrica allá por el año 1962, y se entraba por los terrenos de la Electro Mecánica, se podían ver vagones enteros cargados con “crisoles de cobre”, que muchas veces incluso se veían en el suelo alrededor de las vías. Eran unos crisoles de 350 x 200 x 40, era impresionante ver la cantidad de cobre en bruto que venía procedente de Río Tinto.

Pasando el Fichero de CENEMESA, se podía ver la puerta de comunicación con la Electro Mecánicas, por donde la mayoría de los días, salía y entraba el camión de Nicolás Callejón, que era el que transportaba casi diariamente el cobre. Yo conocía a Nicolás, de vista, pues al principio de los años 50, lo situaba muy cerca de la Calle Montero, este hombre además, era el que por aquellos tiempos repartía el carbón que la Electro Mecánicas, suministraba todos los meses, a su personal empleado. Al estar al servicio de SECEM, empezó por llevar el suministro de COBRE a la vecina CENEMESA. Lógicamente esto se intensificó cuando en el año 1955, se inauguró la nueva fábrica de transformadores grandes. Entonces este trabajo se hacía casi a diario, con toda la normalidad del mundo.

Con la inauguración de Aparellaje, en 1960, también empezó a transportar todas las pletinas de cobre que necesitaba esta nueva factoría.

A partir del año 1970, Nicolás Callejón dejó el transporte del COBRE, por jubilación y se hizo cargo de él, el simpático Francisco Zamorano “El Melonero” que siguió de forma continuada el transporte hasta el 1990. "EL Melonero", era de la Rambla, y tuvo su oficina de avisos en el "Bar Flor" del barrio de Edisol, a donde se le llamaba por teléfono, vivía en la Calle San Acisclo.

Francisco Zamorano “El Melonero”, por su andar por toda la fábrica, se integró plenamente con ella y sentía “las tunantadas” que mucha gente hacía, incluso dentro de la misma fábrica. Un día me crucé con él por la Avda. de Barcelona, y señalándome un camión con un transformador cargado para su reparación, me dijo: “Este según el chofer, venía para la fábrica para ser reparado, pero desde la misma fábrica le han desviado a un taller que ha hay en una zona que le llaman la “Colina” Y tenía razón el bueno del “Melonero”, en aquellos años de desorden e indisciplina, dentro del mismo servicio de “asistencia al cliente de fábrica” “desviaban algunas reparaciones” para otros talleres. Esa fue la razón por la que un ingeniero responsable de los transformadores de columnas, ordenó quitar de la circulación los “Folios” de los transformadores que fueron fabricados en fábrica, y que eran claves para cualquier reparación, pues al “folio” se le consideraba como las “tripas de transformador”.

No hace falta decir que la persona que gestionó la traída de todo el COBRE, a fábrica, fue el mayor de los Prieto Salas, quien por cálculos medios ponderados me ha dicho que tanto Nicolás como el “Melonero”, en el periodo de 1960-90, pudieron transportar perfectamente CUARENTA MILLONES DE KILOS DE COBRE, bien en cable para bobinas o en pletinas para embarrados.

En temas de cobre en fábrica es justo mencionar al ingeniero Fernández Onorato, que nada más llegar a transformadores a principios de los setenta, elaboró un programa informático para el cálculo de los cobres necesarios para las bobinas (sección del hilo). Con lo que se logró las dimensiones adecuadas para la intensidad necesaria, que le pedía la bobina. Con este programa, además de adquirir eficacia en el cálculo, ahorró muchos millones de pesetas, pues los cálculos desde antiguo, se venían haciendo con el criterio de: ECHA COBRE PARA QUE SOBRE.

Me contaba el otro día, Rafael Pilas Cervantes, que a principios de los NOVENTA, cuando ya la empresa era ABB, le llamó un día su jefe el Sr. Cantos, para que por favor su personal (Tornos y Fresas) descargara un camión de pletinas de cobre que venían de Polonia, de esta forma se evitaría que el conductor del camión tuviera que pernoctar en Córdoba. Lo sorprende no es que torneros y fresadores, descargaran un camión de cobre, lo que espantó a todos y los sorprendió aún más, es que esa pletinas que se iban a emplear para un conducto de fases aisladas para China, era un cobre que venía de Polonia, pues hasta el camionero debía ser polaco, por su forma de hablar. Lo que extrañó es que cada pletina tenía una “etiqueta conduce” que decía: FABRICA ELECTROMECANICAS CORDOBA, Barrida Electro Mecánicas, 14007.CORDOBA.

Siguiendo con el cobre en fábrica, también hay que citar al ingeniero José Manuel Corral, que gracias al horno de PVC, que diseñó y construyó, logró que todos los cobres fueran con este recubrimiento, en vez de los tradicionales encintados y las famosas cajas rellenas de “Pasta Palmieri”. Este diseño ahorró como es comprensible miles y miles de horas de encintado. Hasta el punto de que un cuadro de 12 cabinas de AT. Podía tener de encintado de embarrados unas 120 horas. Con el PVC, quizás no llegara a las 10 horas.

Había en fábrica un vigilante al que cariñosamente se le llamaba “El pistola”, porque tenía un pequeño defecto en la mano derecha. Era un hombre muy formal y respetuoso con su trabajo. A él le tocó sorprender a un trabajador al que se le estaba siguiendo por presuntos robos de cobre. En esta ocasión el sujeto como hacía siempre aprovechaba su relevo de la noche (había menos gente), para entrar como pudo al almacén y proceder a “liarse el cuerpo en pletina de cobre de 10x2 mm”. Cuando estaba en esta faena, surgió el “pistola” que lo cogió “infragante”. El apellido de este hombre era muy conocido en Córdoba, y tuvo alguna relación de casualidad con algunos nombres que “sonaron” en el crimen del solar de la Diputación. (El del paraguas).

También se dieron casos de robos organizados en Aparellaje en donde les dio por robar piezas de cobre incluso con muchas horas de mecanizado. Se tuvo noticias de que había varias personas de fábrica que “colaboraban desde dentro”, Se supo incluso en la chatarrería en que se encontraba el material, pero la falta de un permiso judicial para el registro evitó que se pudiera conseguir nada.

Luego se produjeron robos masivos de chatarra de cobre, incluso hubo gente que en plena actividad laboral (hora de trabajo), entraba a fábrica y cortaban con serruchos mangueras y el conexionado exterior de los propios transformadores que estaban pendientes de expedir. Al presenciar a una de estas personas, un vigilante corrió en su persecución con un perro, por desgracia el perro mordió al autor del robo y la fabrica fue denunciada.

Ni que decir tiene que las farolas que orillan la carretera de acceso a Fabrica, casi siempre estaban a oscuras, pues lo que se tardaba en colocar el cobre que las alimentaba, al poco tiempo “quien sea” lo arrancaba todo, con el estropicio que ello suponía. Y entonces todavía no estaban los rumanos.




sábado, 21 de enero de 2012

CAMPEON SIN MEDALLAS

Hace unos días ha fallecido en Córdoba, Francisco Moyano, “Paquito Lambretta para los amigos. Ese apodo cariñoso tengo entendido que se lo puso su amigo Inocencio Montes, “El Chencho”. Y se lo puso porque prácticamente con los primeros dineros que ganó de la joyería, se compró una moto de la citada marca. Hablar de “Paquito”, es hablar de una excelente persona y gran amigo. Por aquellos años principios de los cincuenta, daba gusto verle realizar “saltos inverosímiles” en torno al río Guadalquivir, zona del “Soto”, en donde a sus amigos de charpa, Pepe y Jesús González, Guillermo Fernández, Pedro Pareja, Manolo Serrano y otros más, les demostraba que era el más ágil, el más rápido y que se deslizaba como un delfín en aquellas peligrosas aguas del río.

Un día de 1956, Manuel Sainz Baranda, el hombre que colaboraba en la Parroquia orientando y dando clase a los jóvenes, hizo una encuesta, en donde nos preguntaba a todos, el deporte que nos gustaría practicar. La mayoría optó por el fútbol, otros muy pocos optaron por el ciclismo, (seguramente queriendo emular a Bahamontes y a Loroño, que andaban a la gresca por aquellas fechas.) Pero hubo uno, que fue “Paquito”, que dijo claramente que quería practicar la natación.

Manuel Sainz, el hombre alto y "sabio" del “Dodge Dart,” como le llamábamos, (con mucho respeto), le dijo: “Muchacho, en Córdoba, lo tienes muy difícil el poder practicar la natación. Todo puede cambiar si cuando inauguren la Universidad Laboral, que están a punto de hacerlo, allí se pueda practicar y competir en dicho deporte en sus instalaciones."

Pero no, en la Universidad Laboral, vinieron aires nuevos de deportes. Llegó el balonmano, el atletismo, el baloncesto, la gimnasia, y el fútbol como deporte mayoritario. La natación en aquellos años 1956-61, no apareció como deporte en las prácticas deportivas.

Además Paquito Lambretta, no acudió ni tan siquiera a la Universidad, sino que como la mayoría de los chavales de aquella época, optó por la “platería”, en donde casi todos al ser aprendices del “blanquimento”, cobraban 25 pesetas a la semana. Al menos el nadador “frustrado” optó por el camino del oro como profesión. Con el tiempo y después de ser aprendiz aventajado de Pablo Cosano, llegó a ser encargado del importante taller de Gavilán, en la c/ Batalla de los Cueros.

Atrás quedaban aquellas exhibiciones que hacía en el arte de nadar delante de todos nosotros, como aquella que hizo cruzando el río muy joven aprovechando que unos soldados americanos, se habían perdido con su helicóptero y fueron a caer junto a los Peñones de San Julián. Aquello fue una noticia para toda Córdoba, y en especial para toda la chavalería que acudimos a la orilla de río al ver el espectáculo tan gratuito. Pero allí se montaron otros “retos” como fue el que ganó Paquito, en disputa con un tal Guillen, de Santiago (C/ El Viento), que compitieron en ver quien llegaba antes a la orilla de la “Madrileña”, como se le llamaba a la orilla del Campo de la Verdad. En realidad ese era el recorrido que hacía la “Barca del Fútbol”, que transportaba todos los domingos a esta orilla a todos los aficionados del Campo de la Verdad, que venían al fútbol del Arcángel.

A partir de ahí se dedicó a trabajar con el “oro” y dejó abandonada la natación, ya que ni incluso en la Universidad Laboral por aquellos tiempos, había perspectivas de practicar en competiciones de natación.

LA NATACION EN CORDOBA

La llegada de la Universidad Laboral a Córdoba, significó la posibilidad de practicar deportes que hasta ahora, solo se habían practicado de forma testimonial en los Jardines de la Victoria. (Mario, Carlos Pérez, Quiqui, Anchustegui; Luque, etc.), Efectivamente en las pistas de deportes de la Universidad, se podían ver prácticas de Atletismo, en todas sus especialidades, la gimnasia, el balonmano, el baloncesto, y el fútbol en plan mayoritario, pero la natación no. (1956-61). Allí si se puede decir que lo que te garantizaban era que salías aprendiendo a nadar. Para ello, de forma inicial y cuando solo tenias doce años, te hacían que te metieras en el estanque del patio central y te solían advertir: “Procurad practicar a manteneros a flote, porque dentro de tres semanas, pasareis a la “pileta de 25 metros”, con profundidad reglamentaria, y ahí es necesario saber nadar o mantenerse”. Por la cuenta que nos traía de una forma u otra casi todos superaban la prueba. Ya en la pileta de 25 metros, te indicaban la “teórica” de nadar, pero sin aire de competir. Cuando ya superabas el aprobado, podías bañarte en la piscina grande, llamada “Piscina del Riñón”.

La única competición de natación que observamos en la Universidad fue la que se “simuló” en la Película “HOLA MUCHACHO”, que con la dirección de Ana Mariscal y fotografía de su marido Valentín Javier, se rodó en las instalaciones de la Universidad al final de los años cincuenta.

Al no practicarse la natación de competición en la Universidad Laboral, excusamos decir en Córdoba, en donde se iba a practicar, sin instalaciones.

Estando un día en Casa Manolo, y charlando en amigable tertulia en 1972, sobre las medallas conquistadas por Mark Spitz, en la olimpiada de Múnich, el amigo Paco, nos decía. “Pero si nosotros a parte de no tener piscinas, no teníamos ni bañador”, como vamos a ganar nunca medallas. No hay que ver nada más que los lugares de baño que tenemos en Córdoba.

LA ALBERCA CECILIA (1948-1960)

Por aquí abajo del Realejo, iban casi todos los chavales y un poco mayores a bañarse a la “Alberca Cecilia”, que estaba ubicada en el número 4-6-8, de la calle Anqueda. Era un huerto que era propiedad de Carbonell, por sus reservas de agua, pero que en su tiempo se le llamó en el barrio el “Huerto del Señorito”, y todo fue porque el dueño de dicho huerto enviudó y quedó sólo, y la gente del barrio animó a la criada que tenía de siempre diciéndole: “Cásate con el señorito”. Y finalmente se casó.

Después de varios arriendos el huerto fue a parar a Cecilia Rejano, que se interesó por él, ante la recomendación de un médico para así poder curar la enfermedad de su marido. Pagó por el traspaso (incluidos muebles), 2445.-Pesetas, y le pusieron una renta de 100.-Pesetas mensuales.

A esta pequeña piscina-alberca, solíamos acudir casi todos los domingos por las mañanas y allí Paquito, se ejercitaba en dar más largos que ninguno de nosotros. Incluso sus saltos, aunque no había plataforma, eran espectaculares. Un día, hasta Rafael López “El Grajo” que andaba por allí, premió con sus aplausos esas cabriolas que hacía en el aire antes de caer en la fría agua. Con esto Paco, nos demostraba a todos, que en temas de agua, natación y saltos, era un portento. Pero se dedicó a la platería….

JORGE NEGRETE en las Costanillas

Ana Aguilar Rejano, nos contaba, que en el mes de septiembre de 1948, vino a Córdoba, Jorge Negrete, acompañado de su grupo de mariachis. Paraban todos en el Hotel Regina y procuraron, trípode en mano retratarse con la Plaza de los Tejares de fondo. Estaba reciente la muerte de Manolete, y este hombre como un mexicano más, se sentía atraído por el torero cordobés y sus recuerdos. Pero, ni por taparse con sus sombreros de mariachis, se les hizo soportable el calor que notaron en Córdoba. Quizás por ello el “solo” de trompeta, “Rodolfo”, a petición de Jorge Negrete, buscó una piscina en Córdoba, para pasarlo bien los tres días que iban a permanecer en nuestra ciudad. El botones del Hotel, llamado “Sandrini el Cojo”, les acompañó a la piscina de los Mialdea, (Ciudad Jardín), pero ésta no fue de su agrado. Ellos querían un sitio más natural e intimo. Entonces, el citado “Sandrini” que vivía en la calle Anqueda, muy cerca de Rafael López “El Grajo”, les invitó a que visitara la “Alberca de Cecilia”. El tal “Rodolfo”, al verla, rodeada de parras, higueras y algunos árboles frutales, quedó encantado y hablando con Cecilia, se la “alquiló” durante tres días exclusivamente para ellos, al precio de unas doscientas pesetas diarias. Según nos comentó Ana Aguilar, Jorge Negrete, no fue a la Alberca, nada más que el primer día.

Terminó el “alquiler especial”, cuando Jorge Negrete, hizo su presentación para todo el publico de Córdoba, en la Plaza de los jardines de Colón. Fue por la mañana y aquello fue poco menos que apoteósico. Allí disfrutaron sobre todo el sexo femenino y hubo muchos “enterados” que se pasaron al intentar “ejercitar el rabo”. Huyendo de los municipales, hubo más de uno que cayó a los estanques de los niños que vomitaban agua por la boca y allí en realidad “no se podía nadar”.

HUERTA DE DON MARCOS O MECA

Amelia de Paz, brillante erudita de los temas de D. Luís de Góngora, pronunció una ponencia en el Congreso, que sobre el poeta cordobés se celebró en el mes de Noviembre pasado en Córdoba. El titulo de la singular ponencia fue: “LAS CUENTAS DE D. LUÍS DE GONGORA 1619”. Ya en esta ponencia y en relación con sus cuentas, Amelia de Paz, menciona la mítica Huerta de D. Marcos.

D. Marcos, fue un canónigo cordobés que vivió en 1275, y ya poseía la Huerta en propiedad. En 1305, y en su testamento D. Marcos, ordena a su sobrina Dª. Elvira que haga donación de la Huerta al Cabildo. Con el paso del tiempo dicha Huerta, iría pasando de un arrendatario a otro, hasta que llegó a la época de Góngora., que al parecer la tuvo en arriendo hasta 1615, en que pasó a los Saavedra. Debió ser una zona maravillosa para el descanso y la inspiración, pues hay quien afirma, que allí parece ser que Góngora, escribió su famosa obra literaria POLIFEMO Y GALATEA. Testigo inmutable de este acontecimiento, LAS CUEVAS, que hay a la derecha del mismo Puente de Hierro.

Pero yo no quiero traer aquí la Huerta de D. Marcos, ni por asuntos de propiedad, arriendos u obras literarias, sino como testigo de cosas que pasaron allí por aquellos entornos en los años principios de los cincuenta (Siglo XX).

Íbamos, unos seis amigos, todos entre los 13 y 14 años, se trataba de bañarnos en una especie de piletas, que a la altura de la Huerta de D. Marcos, había practicadas en el arroyo de Pedroches. (La Palma), En ellas, que se comportaban como unos pequeños estanques, encontramos hasta una profundidad que casi nos “tapaba”. Allí decidimos bañarnos, en coincidencia con otros muchachos que había al parecer del Zumbacón, al principio tuvimos ciertas reservas, (cosa de los nenes), pues todavía flotaba por Córdoba, el recuerdo de la Triquinosis que en 1954, acabó con bastantes personas en dicho barrio. Efectivamente según me ha facilitado Patricio Hidalgo. (El hecho de la "Triquinosis" ocurrió en diciembre de 1953, y los afectados fueron muriendo progresivamente incluso ya adentrados en enero de 1954. Eran vecinos de la calle Villaharta (detrás del Hospital Militar), y murieron padre, madre, cuatro hijos y una hermana de la madre. Se trataba de la familia Almenara López.)

Como en todo se suscitó la competición y un tal Jerónimo Obrero, desafió a Paquito Lambretta para ver quien permanecía más tiempo debajo del agua. Un hombre que estaba con otro pescando bogas en el arroyo con un trasmallo, prestó su reloj para cronometrar la inmersión. No cabe duda, de que ganó “Paquito Lambretta”, con lo que demostró que era un superdotado en todo lo relacionado con el agua. También el Viejo Puente de Hierro, posiblemente con un crujido de la dilatación de su estructura, daba la sensación que aplaudía aquella juvenil competición. (1957). No obstante Paquito se dedicó a la platería…Fue potencialmente un campeón que siempre estuvo cerca del Oro, pero nunca pudo llegar a campeón.

viernes, 13 de enero de 2012

DESDE LA TORRE


El singular Alfonso Gómez, ha escrito una trilogía de libros en los que quiere reflejar la gente de Córdoba, que protagonizó, las fiestas y las noches de nuestra ciudad, “callada y sola”, que transcurría desde “El Realejo para arriba”. Eran las personas que formaron parte de aquellas fiestas, aquellas juergas, y que disfrutaron de las buenas compañías en aquellas salas de fiestas y de diversión, que proliferaron en la Córdoba nocturna de aquellos días. Mientras, la mayoría de los “currantes de a pie” sometidos a horarios e incluso a relevos, no tenían más remedio que estar entregados al descanso reparador.

En estos libros abundan los BRONCES ETERNOS. Con el máximo respeto quiero justificar a los profesionales de aquellos locales, que no tenían más remedio que trabajar a esas horas de la noche. También sería justo incluir en la disculpa a aquellos que después de cumplir con sus obligaciones, dedicaban un rato a echar una canita al aire. Desde luego aquí no puedo incluir a los que solamente se dedicaban a vivir “su vida” sin pegar un palo al agua.

EL BRONCE

La primera noción de lo que era el BRONCE, lo tuvimos cuando por primera vez subimos a la torre de San Lorenzo, (1952), y los mayores nos explicaban de que las campanas eran de BRONCE.. Para nosotros aquello era una agradable sorpresa, ver aquellas campanas que daban vueltas y vueltas y cada vez sonaban mejor. Todavía recordará Pepe Quíles, a aquella campana que le pusieron “La Quila”, por lo bien que la volteaba. También hay que recordar a Pepe Moyano “El pollo”, a Pedro Pareja, “Perico”, a Paco Serrano, “El gafas”, a Miguel Serrano “El artillero”, a Evaristo Zamorano, a Antonio Granados “El largo” y tantos y tantos más, que por aquellos tiempos se ilusionaban con el hecho de subir simplemente a la torre para tocar las campanas.

Desde la altura casi mágica de la torre, se disfrutaba al contemplar el esplendor del Corazón de Jesúss de las Ermitas, iluminado de noche, y no digamos, cuando en las tardes de verano, se podían apreciar a muchas jóvenes que intentaban ponerse morenas al sol de sus azoteas, como era la moda por aquellas fechas. (1952)

Muchas veces se sorprendía en una azotea, a alguna mujer algo mayor, con su delantal “meando de pie” como si tal cosa, en una cubeta del cuarto de pilas.. Las azoteas en general estaban al descubierto y se comentó mucho por el barrio un “romance” que se fraguo entre uno que estuvo en la torre y otra que estaba en su azotea. El galán de este romance fue un tipo apodado “El Chato del peluquín”.

Había que darle un BRONCE de recuerdo al desgraciadamente desaparecido en plena juventud, Antonio Granados, que con lo hábil que fue para todos los juegos, y posteriormente para la fotografía digital, eso no quita que por aquellas fechas (1954) aún creyera que las Espadañas de la Iglesia de el Carmen de Puerta Nueva y el de la Iglesia del Asilo, eran ambas la mitad de una torre partida en diagonal, al menos así le parecía a él y a muchos chavales.

Desde lo alto de la Torre y cerca del BRONCE de las campanas, se podía apreciar el lugar más alto de Córdoba, como era la cúpula de Santa Victoria, que superaba a los demás edificios y monumentos.
A lo lejos se divisaba la Torre de la Catedral, como referencia a lo lejos de la Singular Mezquita-Catedral. Esta torre con el Arcángel San Rafael coronándola, fue un proyecto final de Hernán Ruiz III, que lo terminó en 1598. El BRONCE de sus campanas le da un toque especial a este cuerpo maravilloso de torre. Su actitud de elegancia erguida, quiere en cierto modo ser espejo de esas 1161 columnas de la Mezquita, que o bien sujetan los arcos de las 19 naves, o las más pequeñas que decoran las cúpulas, el Mihrab, e incluso la fachada. Las columnas más bellas son sin duda las columnas de la ampliación de Alhaken II. En la Iglesia de San José y Espíritu Santo, (Campo de la Verdad), hay columnas que pertenecieron al reformado crucero de la Catedral.

También hay que recordar a Ángel Moya, que en una de las pocas veces que subió a la torre de San Lorenzo, además que repicar con las campanas de BRONCE, tuvo la curiosidad de "contar” que desde la altura de la torre, se divisaban hasta 28 palmeras, que sobresalían de sus jardines, patios o huertos.

Quizás por el BRONCE de las campanas, en un día tormentoso de la festividad de los difuntos, en que estábamos “doblando” (como se estilaba por aquellas épocas), y a consecuencia de un enorme relámpago, se nos llenó toda la torre de una luz cegadora que nos acojonó a todos y luego el trueno casi nos remató. Con la tormenta encima, optamos todos huir de la torre escaleras de caracol abajo. Atrás se quedó el BRONCE de las campanas, pues no se ni como pudimos llegar abajo. José Montoro “El Chache”, continuó corriendo hasta la calle de los frailes, que era en donde estaba su casa.

LA ANTENA de 62 metros.

También hay que recordar a Antonio Morales Arquillo, “El Pulga”, (buen pelotero) y uno de los chavales más espabilados en la recolección de chatarra que había en el barrio. Esta labor la realizaba junto con “El Búfalo”, y su hermano Manolo. Un día a mediados de los cincuenta, subieron a la torre y se llevaron una soberana sorpresa, cuando divisaron a la altura del centro, aquella torre de hierro (chatarra), que sobresalía por encima de los edificios. Se trataba del intento de antena que quiso instalar la Emisora EAJ-24, Radio Córdoba, Esta torre estaba instalada en el patio que había en la primera planta de aquella casa de la calle Alfonso XIII, propiedad de un tal Bermudo.

Efectivamente desde el portal se subía un tramo de escalones y se accedía a la planta primera, en donde a la derecha, estaban las dependencias de la emisora y a la izquierda había un pequeño patio, en donde se había instalado tan aparatosa antena, a base de angulares de 100 y 70 mm, todos ellos ensamblados con roblones. La antena por su trazado de pie a cabeza, era una mala réplica de la torre Eiffel francesa.
Fue llegar la antena a la Calle Alfonso XIII, en donde estaba la emisora de radio, y terminar aquellos programas infantiles de RADIO CHUPETE, que se celebraban en la tarde de los jueves, y que eran patrocinados por caramelos HISPANIA, de la Avda. de Cervantes. A este programa fuimos más de una vez, llenando aquel salón de actos, forrado de paneles de corcho, en donde actuaron Loli Camacho, Trini Fernández, y Lola Trujillo, tres jóvenes del barrio (San Lorenzo-San Rafael-San Agustín). Recuerdo que no ganaron el concurso pues se lo llevó una muchacha de la calle de los Moriscos, que se llamaba “Clarita” por lo que tuvieron que conformarse con el BRONCE.

Debió suponer un gran esfuerzo el introducir dicha antena (hierro a hierro), y subirlos por aquel estrecho portal y aquellas escaleras. El trabajo de ensamble y formación de la torre a base de roblones, debió suponer una obra importante para aquellas fechas por los escasos medios de que se disponía. La antena, tenía la misión de recibir la señal de un poste que había situado en la Sierra. Da la impresión de que dada la polémica que plantean en la actualidad las antenas, aquella no tuviera todas las garantias de "salubridad" necesarias.. En su parte superior estaba coronada por unas cosas indicativas de seguridad. En realidad esa altura de 62 metros, estaban justificados, porque estaba rodeada de edificios de importante altura. Estuvo allí montada y como unos 30 años, fecha en la que se decidió desmontarla, sobre todo al abandonar la Emisora aquellas instalaciones.

Por allí pasaron varias empresas para “ofertar” el desmontaje. (cortado con soplete). Una de ellas fue Unión Cerrajera Cordobesa, con Paco Losada, al frente, que dieron un precio de 68.-Pesetas Kilo desmontado, más el hierro de chatarra resultante. Finalmente la desmontó Industria LEGAJI establecida en las Quemadas. Excuso decir el trabajo que conllevaría el desmontar tanta cantidad de angulares de 100-70 mm. y sacarlos a la calle hasta el camión de carga.

EL "DIARIO" EMPAREDADO

En la casa de Alfonso XIII, en donde estaba ubicada la emisora, EAJ-24 Radio Córdoba, era propiedad como hemos dicho de un tal Bermudo. Por el año 1969, y en cualquier obra de ampliación o remodelación dieron con una estancia “emparedada” en donde encontraron una colección casi completa del DIARIO CORDOBA, desde sus comienzos en 1854, a poco antes de la guerra de 1936. Estaban perfectamente encuadernados y sólo faltaban algunos ejemplares. La aparición de esa colección hizo acudir a muchos intelectuales, curiosos, e incluso miembros de la Real Academia de Córdoba, para contemplar aquello que era “una joya”. Al menos así lo consideró D. Federico Algarra, (dueño de la emisora) que le dio a dicha colección un trato exquisito y de importancia.

Al fallecimiento de D. Federico y con el traslado de la Emisora a la calle García Lovera, sus descendientes, donaron dicha colección a la Universidad de Córdoba, que llevaba ya varios años en funcionamiento.
Se ha especulado mucho con el origen de dicha colección (su propietario), pero la más razonable es la que insinúa que pudo pertenecer a un miembro de la saga de los Lovera, que por otra parte eran los dueños del periódico

A pesar de que aquel salón de actos estaba “aislado” con paneles finos de corcho, tenemos que decir que muchas veces sobresalía al patio de la “antena”, las voces de Rafael López, Paco Vargas, Josefina Quirós, Paco Robles, Pepe Anta, y otros locutores que allí hacían de las suyas con el micro. Sobre todo en aquellas SUBASTAS DEL HERMANO BONIFACIO, por Reyes Magos.

Hubo muchas personas que sin ser locutores, en aquellas fechas (1954) , merecieron el BRONCE de los campeones y que trabajaron en la administración tanto de la emisora como de la compañía de Seguros Covadonga, que también era de D. Federico. Me refiero a Manuel Jiménez, Pepe Bustos y Jiménez Monterde. entre otros. Ellos eran los que atendían a los clientes que solicitaban discos dedicados, así se explica que casi todos los días y en la sesión de discos dedicados, de la sobremesa, se oyera: A CONTINUACIÓN ESCUCHEN USTEDES UNAS JOTAS ARAGONESAS DEDICADAS POR D. RICARDO SOLANAS, para todos los radios oyentes. O estas otras jotas que dedicaba todos los días un tal, CAMPOS SERRANO DE CABRA. Igualmente para todos los radio oyentes.

Al hablar de BRONCES tenemos que hablar de las muchas fundiciones o seudo-fundiciones que había en Córdoba, de este metal y latón. En la calle Pedro Verdugo, estaba la de los hermanos Peña, laboriosos personajes. El cojo, era un gran profesional y mejor persona, y su otro hermano, siendo también gran persona, era un poco “más raro”. Un año quiso salir en la procesión del Cristo del Calvario, y su empeño fue hacerlo “en todos los sitios”, es decir de costalero, con vara y con cirio. Quizás el mejor BRONCE que salió de este taller, por su terminación y belleza, fueron las hermanas de los Peñas, que eran una mujeres bellísimas.

Muy cerca de allí y en el arroyo de San Lorenzo, en lo que fue un Antiguo Cine de verano, se ubicaban varias industrias. Estaban los mecánicos Camacho y Serrano, Carpintería Gordillo y la fundición de Bronce, de Caparros-Arrizabalaga. El dueño de esta fundición (Caparros,) fue El “Ángel Nieto” de Córdoba, en las carreras de motos. Siempre que había competiciones en el “Circuito de la Victoria, el se enfrentaba a todo el mundo, especialmente a los hermanos Carlitos y Demetrio del Val, que por aquellos tiempos (1950), eran los ídolos de la motos en España. Pero en esta fundición ocurrían otras cosas más simpáticas. Los miembros del taller habían tenido la santa paciencia, de coger uno a uno, a una docena de ratones y ponerle en los lomos una simulación de la camiseta del Atlético de Madrid, con sus números de equipo. Cuando llegaba la hora de la comida, unas simples palmas de Fernando, (entrenador), era suficiente para que todos los ratones acudieron a su encuentro para comer. El gato ya familiarizado miraba como un espectador más.

Entre el resto de abundantes fundiciones que había en Córdoba, vale la pena comentar la anécdota que ocurrió en el Campo de Fútbol de Lepanto. Fue con motivo del campeonato de fútbol de empresas que se celebraba en dicho Estadio. Un día jugaba La Cordobesa en contra del equipo de Perfecto Sillero, y el partido estaba muy igualado. Cerca del final el delantero de la Cordobesa, el popular “Lucas” (encargado del cine Coliseo San Andrés), fallaba un gol cantado delante de la puerta que daba al barrio de Cañero, y fue tal el cabreo que le proporcionó su fallo, que optó por darse un cabezazo contra el suelo abriéndose la frente. Este detalle de amor propio quedó para siempre como UN BRONCE, en el recuerdo del desaparecido Campo de Lepanto.