lunes, 17 de octubre de 2016

EL MONASTERIO DE SAN JERONIMO (I)




DESDE LA TORRE

Ahora que está de moda la Copa de Europa 2016, conseguida por el equipo portugués, traemos aquí el recuerdo del Monasterio de San Jerónimo, que fue fundado por un fraile portugués, de nombre Fray Vasco. En 1405, fray Lorenzo, enviado de Fray Vasco, recibió la ayuda de Inés Martínez, viuda de Diego Fernández de Córdoba, alcaide que fue de los Donceles y aguacil mayor de Córdoba, y su hijo Martín Fernández de Córdoba, vecinos en la collación de San Nicolás de la Villa, otorgan que dan a fray Lorenzo, profeso, de la Orden de San Jerónimo y con poderes de fray Vasco, prior y monje profeso de la misma Orden, los bienes necesarios para la fundación. Doña Inés entrega una huerta en la Sierra, lindando con Córdoba la Vieja, y con la antigua ciudad de MEDINA AZAHARA. Esta huerta era propiedad de doña Inés desde 1387, y que la añade a la que Martín Fernández de Córdoba, también les dona para que sirva para la manutención de los frailes.

La primera visión que yo tuve del Monasterio fue desde la Torre de San Lorenzo, cuando de pequeños subíamos con ilusión a repicar las campanas. Eran los tiempos de Pepe Parejas, de Pepe Quiles, de Pepe Bojollo, de Antonio Ruiz, y de don Pedro Muñoz Adán y don Antonio Campos, como párroco y coadjutor. Entonces había cola entre los más pequeños del barrio por subir a la torre y poder tocar las campanas.

El subir algún día a la Torre de la parroquia era como una especie de reválida que todos queríamos tener en nuestra juventud.

Las vistas que nos ofrecía la Torre y si mirabas para la izquierda, era el meandro que hacía el río Guadalquivir desde la Cerámica "La Madrileña" hasta la altura de los Peñones de San Julián. (Ambas referencias hoy desaparecidas). Más para el centro podías comprobar que el punto más alto de Córdoba, era la cúpula de la Iglesia de Santa Victoria, que fue el primer centro educativo levantado en Córdoba para atender a las mujeres. Su construcción fue realizada a mitad del siglo XVIII, por los arquitectos franceses Luis Gilber y Baltasar Drevetón. La cubierta de la Iglesia, nos recuerda a una espléndida que vimos en la bonita localidad granadina de Montefrio.

En este Colegio de Santa Victoria, estuvo de monja profesa la sobrina de José M. Gallegos Rocafull, Carmen Lapaya Gallegos, que después de andar por varios conventos de España, terminó por la zona de Valencia, con cerca de 90 años, sin memoria para recordar nada. Y ya que mencionamos a José M. Gallegos, diremos que tenemos documentos que nos acreditan que este destacado canónigo de la Catedral de Córdoba, fue expresamente invitado por la Marquesa del Mérito a un acto que ésta había organizado en el marco del Circulo de la Amistad, con la presencia de su majestad el rey Alfonso XIII. El acto era una especie de convención de los olivareros de Andalucía, y que sorpresivamente terminó con un duro e inesperado discurso del rey. Esto ocurrió en 23 de mayo de 1921.

Y siguiendo con la visión de la Torre, te recreabas en ver las palmeras que aparecían por los patios del casco antiguo y en aquellos tiempos llegamos a contabilizar unos 38 palmeras, Antonio Granados Crespo, con sus anteojos los tenía perfectamente localizadas.   

También podíamos ver a los lejos como subía airosa aquella torre de hierro, que en la Emisora EAJ-24, quisieron construir como antena.  Aquella torre metálica, en estructura de arranque en perfil U de 120, y angular de 100 en la base, terminaba a menos a los 68 metros, sobre remate en angular de 50 mm. No cabe duda de que era un elemento que rompía el paisaje, sobre todo cuando echabas la mirada Realejo para arriba. Luego y mirando hacía el Este, además de ver la Torre de la Universidad Laboral, podías observar la chimenea incansable de la fábrica de Cementos ASLAND, que por momentos cambiaba el tono del color. Y ya a modo de remate, orientábamos nuestra mirada al paisaje de la Sierra, en donde descansaba la mirada contemplando dos lugares que te causaban misterio y atracción, como eran las Ermitas y más a lo lejos, el Monasterio de San Jerónimo.

Nuestro mayores nos recordaban las habas que daban los ermitaños, a los que se acercaban al Desierto de Belén, en busca de algo de comida. También nos relataban la de parejas que iban a "meter el dedo" en el sillón que mandó construir el obispo Trevilla, aquel obispo que acusaron de "afrancesado" por el contenido de una pastoral, durante la ocupación francesa. Y como no, nos hablaban de "la calavera de la entrada" con la frase de: "Como te ves yo me vi, piensa y no peques más". También nos recordaban al Corazón de Jesús y las tormentas, y nos recordaban que en los Talleres García Rueda, de Puerta Nueva, había una réplica moldeada en escayola.

En cambio el Monasterio, resultaba más lejano y desconocido y sólo los que iban para trabajar a las fábricas de la ELECTRO MECANICAS Y CENEMESA, podían verlo en su camino diario por la antigua carretera de Palma del Río.

Allí estaba el Monasterio, estoico y desafiante al tiempo, en medio de aquellos cerros y la pendiente por donde hasta los arroyos se precipitaban a mayor velocidad de la requerida por el propio agua. Recuerdo que en una ocasión Miguel Serrano, "El artillero" nos habló del "RODADEROS DE LOS LOBOS", en donde una vez se precipitó cuando era mozuelo buscando madroños en compañía del "Laña", Ríos, Santos y Fimia, que anduvieron por allí de perol.

Allá por el año 1952, fuimos con mi madre al Economato de la Electro Mecánicas, y  fuimos andando por las vías de los Olivos Borrachos, y al cruzar a los "Olivillos de don Félix" se desencadenó una tremenda tormenta con gran aparato eléctrico y un tremendo aguacero. Era una tarde de septiembre y aquello nos sorprendió como cosa inesperada, por lo que tuvimos de refugiarnos en "Las Delicias" un Bar de carretera que había junto a las obras en construcción del Silo del Servicio Nacional del Trigo. Al igual que nosotros se refugiaron dos trabajadores municipales que estaban sembrando unas acacias a un lado y otro de la carretera. También se pusieron a resguardo un grupo de chavales ya algo mayores que jugaban a la pelota, y quiero recordar que entre ellos se encontraba Pepín Luna, que luego sería un buen profesional tornero en CENEMESA.

Los relámpagos abrían el cielo en unos colores azules y amoratados, y allá al fondo del paisaje, sin el Parque Figueroa aún, se podía ver un Monasterio de San Jerónimo, impasible y pétreo, ante la gran cantidad de chispas que debieron caer por aquella zona. Cuando terminó la lluvia y aquella tormenta, continuamos hasta la Calle Mercadillo situada junto a la "Venta de San Francisco", en donde estaba el Economato. Luego mi madre nos enseñaría el Campo de Fútbol de la Electro Mecánicas y al ver aquel campo un señor que había allí nos recordó que no hacía muchos años en el 1950, el equipo de la Electro Mecánicas venció al Real Betis Balompié por uno a cero. Y ya generalizando mi madre nos apuntó que por allí cerca estaba el campo de aterrizaje del Marqués del Mérito.

LA PRIMERA LECTURA

Un pariente mío, Gabriel González Ruiz, que era un gran profesional de la construcción y un amante de la lectura, me facilitó una historia de Córdoba de Antonio JAEN MORENTE, que al mencionar el Monasterio como un monumento importante de Córdoba, citaba a dos autores que hablaban de la Orden de los Jerónimos, y en especial del padre Sigüenza. 

El citado libro se adquirió en la "LIBRERÍA DE OCASION" propiedad de Gumersindo Martín, el marido de la jeringuera de la Plaza de San Salvador. La plaza se remodeló y cuando llegó la democracia, "LA LIBRERIA LA OCASION" se convirtió en una churrería. Pero antes de todo esto, los vecinos de esta Plaza, pudieron ver como el padre de la jeringuera, se lanzaba a la calle desde el balcón que soportaba el cartel de la librería.

Allí en aquella pequeña casa, tenía su despacho de abogado, Juan Martínez Bjorkman (1921-2000), el socialista que estaba llamado a ser el candidato a la alcaldía de Córdoba, por el PSOE, pero al final eligieron a otro candidato, que al parecer el único mérito más destacado que tenía, era el haber organizado una devota excursión a Fátima, con el Grupo de Empresa de la Caja Nacional, en aquellos Sindicatos Verticales.

El citado abogado del PSOE, fue siempre un político que al parecer tenía el defecto de "pensar" y eso no es consentido en la mayoría de los partidos.

Martínez Bjorkman, desde la ondas de la Cadena Ser, criticó en aquellos coloquios que mantenía con "Curro" el que fuera concejal de cultura del Ayuntamiento, y con el secretario de ASAJA, un tal Medina Perales, la contaminación que había en el subsuelo desde el Parque Joyero, hasta los Olivos Borrachos. Al parecer una vez más, nadie le hizo caso, y la Estación de su ubicación inicial por poco la ponen en el mismo Campo de la Merced.

Igualmente criticó duramente, de que la izquierda no podía ser beligerante, ni con la cultura, ni con la ecología, por haber disimulado estos terrenos contaminados y haber tapado los importantes restos romanos que aparecieron al hacer la Estación de Autobuses.

En aquellos tiempos y sobre el tema de la contaminación le preguntamos a Enrique Bermúdez Casablanca, maestro de taller de CENEMESA, que trabajó bastante con los pequeños transformadores de distribución, y nos dijo: "En el sumidero que había en la Huerta, se vaciaban todo el PYRALENO Y EL ACEITE, de los transformadores que se reparaban en CENEMESA.

También llegaría a presenciar el político socialista, como en la farola-fuente, que había enfrente de su despacho, se quedaba prácticamente colgado el SEAT 600, del farmacéutico Fernando Valverde, eso era a mediados de los años 1950.

Como persona notable de la Plaza de San Salvador, se le vio junto a don Fernando Kindelán, jefe de la Farmacia Municipal, con motivo de aquel accidente protagonizado por un autobús de la línea  "CAÑERO-PLAZA DE JOSE ANTONIO", que al intentar girar hacia la Calle de San Pablo, se metió dentro de la Confitería San Pablo, que estaba situada entre la Relojería de Luis Castillejo y Toldos Estévez. (Ahora Compañía de Seguros).
 
LA OBRA DEL MONASTERIO

La construcción del Monasterio con los medios que existían en aquellos tiempos se hizo lenta y penosa, lo primero que se construyó en 1405, fue adaptar la casa que ya poseía la heredad con fuente y todo en el oratorio que fue incluso bendecida por el Obispo.

Durante el priorazgo de fray Alfonso de Baena, se edificó la enfermería, la cocina definitiva y se colocan las primeras piedras para la iglesia. Aquí los frailes como en periodos anteriores son ellos los que llevan el peso de la obra, y realizan labores de acarreo de materiales y escombros. Hay que tener en cuenta que el esfuerzo que debieron suponer aquellas obras fue impresionante, ya que a la montaña, o ladera le tuvieron que hacer un asiento de unos 6.700 metros cuadrados, y debió de ser impresionante "el imaginario cubo" que hubo que rebajar en la montaña para asentar el monasterio. En cálculos aproximados se pueden estimar en unos 300.000 M3 de escombros, que debió suponer unas 480.000 toneladas de peso, y todo ello acarreado con borriquillos, lo que nos habla de unos 652.000 portes y unos 60 millones de paladas aproximadamente para cargar los cerones de aquellos borriquillos.

Posiblemente toda esta tierra o escombros sirvieron para tapar aún más los restos de la ciudad palatina de Abderramán III, la singular MEDINA AZAHARA, que por aquellos tiempos no había ni idea de donde estuvo ubicada. Precisamente en aquellas lógicas excavaciones se encontraron restos romanos lo que hizo suponer a muchos eruditos que allí debió de estar la Córdoba romana erigida por el pretor Claudio Marcelo. El mismo Ambrosio de Morales que llegó a estar en el convento creía fuertemente esta teoría, por lo que fue desafortunado en su intuición.

Sería en el siglo XVII cuando Pedro Díaz de Rivas (1587-1653) ya intuyó la  situación de MEDINA AZAHARA. Pero el mérito de su confirmación definitiva se debe a don Pedro Madrazo y Kuntz (1816-1898), el que en 1853, y después de sus múltiples traducciones y lecturas de documentos árabes, llegó a situar su ubicación definitiva. A pesar de todo ello, no sería hasta 1911, en que se realizan las primeras excavaciones, y se pudo confirmar la citada ubicación. Posteriormente sería el arquitecto don Félix Hernández Giménez (1889-1975), el que a partir de 1944, emprendió de lleno las excavaciones. Hay que hacer constar que en estas excavaciones colaboró de forma importante un joven Manuel Ocaña Jiménez (1914-1990), que ya por aquellos tiempos empezó a destacar como experto en inscripciones árabes. Don Manuel Ocaña, fue trabajador de CENEMESA y también colaboró en las obras de restauración de la gran Alhambra de Granada, llevada a cabo por el arquitecto don LEOPOLDO TORRES BALBAS. (1888-1960).

Y siguiendo con San Jerónimo, diremos que 1470, será el obispo don PEDRO DE CORDOBA Y SOLIER, el que dona dineros para la adquisición de madera para la construcción de los andamios, con estas donaciones y con la posibilidad de "comprar enterramientos" dentro del recinto de la iglesia, sería la manera de financiar esta obra. Esta madera con toda seguridad tuvo que ser de la finca "EL NEGRETE", pues desde hace muchos años allí abunda el  castaño, que es la madera adecuada para los andamios.

Hay que reseñar que durante el periodo de fray Antón de Hinojosa, fue cuando Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, que apenas tenía 17 años, pidió ingresar en este Monasterio y sería el mismo fraile el que le convenció de que su mundo estaba en otro lugar.

LOS DOCUMENTOS

En el Archivo provincial existe documentación muy completa con todos los apuntes necesarios para justificar las propiedades que acumuló a lo largo de más de 400 años el Monasterio: Estos libros se llaman "cartularios", "tumbo" "becerro" o como se le quiera llamar.

Pero yo quiero señalar la abundante documentación que hay dispersa por distintos archivos de Córdoba, además del provincial.

ALGUNOS EJEMPLOS DE DOCUMENTOS

01.-Documento en donde se refleja la donación por parte del Alcaide de los
Donceles para la fundación del Monasterio.
1405, mayo, 10. Córdoba
AHN.- S. Jerónimo. Secc. Clero. Códice 233-B.

02.-Documentos que hablan y enumeran los distintos estatutos de la Orden de San
Jerónimo, hasta 72 estatutos.
1415.
AMC. Caja de Hierro. Mss. "De los religiosos notables y de las Constituciones
S. Jerónimo Pergamino. 46 folios.

03.-Documento en el que queda reflejado el protocolo para la elección de prior
1418. San Bartolomé de Lupiana-Guadalajara
AHN.-Códice 233-B fol.64. Procedencia. S. Jerónimo de Valparaiso. Copia.

04.-Documento que expresa la forma en que los superiores daban la profesión a los
frailes que querían profesar.
1431, diciembre, 25. San Jerónimo de Valparaiso  Fray Miguel Tatum.
AHN.- Códice 233-B. Procedencia. S. Jerónimo de Valparaiso.

05.-Uno de los muchos documentos en el que se solicita derecho de enterramiento
dentro del Monasterio, a cambio de una donación.
[1475, diciembre 22.  Córdoba].
APCO.- Oficio 14, n. 8-144

Estos documentos son una ínfima parte de los que hemos consultado, y se pueden apreciar la cantidad de testamentos que favorecen al Monasterio, y la gran cantidad de solicitudes de enterramiento. En 1480, ya había más de 100 personas con sepultura en el Monasterio.

Pero no cabe duda de que ese patrimonio, será siempre reflejo del prestigio que la Orden de San Jerónimo gozó en Córdoba. Y no cabe duda de que les tocó vivir una época, en que la nobleza, y la gente pudiente, se prestaran a donar cantidades, y propiedades, primero para la fundación del Monasterio y posteriormente para su sostenimiento.

Y es que en aquellos tiempos la idea del Cielo tenía mucha más importancia que ahora, en donde según nos dicen "LA MISERICORDIA INFINITA", lo perdona todo. Aquellas gentes, con sus donativos, rezos, misas y plegarias, querían asegurarse una especie de "PASAMANOS DIRECTO PARA SUBIR MÁS DERECHOS AL CIELO".

VISITAS IMPORTANTES

Desde la reina Isabel la Católica, pasando por otros reyes, Felipe II, Felipe IV, fueron muchos los visitantes ilustres que tuvo el monasterio. Y entre los visitantes ilustres cabe citar a Fleming (1881-1955), sería en 1948 y entre los "tramposillos" cabe citar a  ERNEST HEMINGWAY (1889-1961). Sería en la feria de 1959, en la que vino a Córdoba para ver torear a sus dos grandes amigos, los toreros y cuñados, ANTONIO ORDOÑEZ y LUIS MIGUEL DOMINGUIN, que completaban cartel con  JAIME OSTOS.

Es curioso este HERMINGWAY, que estuvo en España formando parte de la Brigada XV, aquella que salieron huyendo como conejos, y que en 1959, aceptara una invitación según diría él a la Revista LIFE: "Vine a Córdoba a ver torear a mis amigos y Pepe Mérito, me invitó a pernoctar tres días en su monasterio". De pronto al Premio Nobel se le debió olvidar que el tal Pepe Mérito, el señor LÓPEZ DE CARRIZOSA, fue una de las personas que le gestionó a Franco el avión que por 118.000 libras de alquiler le llevaría de Canarias a Marruecos, en donde se pondría al frente del Alzamiento Nacional, que empezó en África en 1936. Pero al margen de eso, este impresentable se dedicó a tirar por tierra a Manolete, cuando afirmó que: "Manolete era un torero de trucos baratos".

Este vivales según las memorias de destacados socialistas, poco apareció por los frentes de batalla, formó parte del Batallón Abraham Lincoln y que erróneamente se le llamó Brigada y casi todos sus componentes eran simpatizantes o miembros del partido comunista. Su instrucción militar fue muy pobre pues estuvo a cargo de Robert Hale y Oliver Law que no eran ni militares. Sólo al final cuando se hizo cargo de ella Steve Nelson, fue cuando adquirió alguna seriedad para el combate. Lo que si recogen bastante autores es que en la Batalla de Gandesa, corrieron para atrás más de la cuenta. El nunca estuvo en el frente de verdad, y cuando estaba en Madrid, el célebre Bar Casa Chicote, era su "trinchera" o cuando no, el Hotel Rialto.

Este personaje como corresponsal de guerra no destacó nada y en general la Brigada XV, tampoco se lució, a éste hombre lo que le dio fama fue su novela: "POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS" título que secuestró de un autor clásico del siglo XVII. En esta novela recrea escenas de la batalla en el frente de Segovia y pone nombre a personajes propios y vivos que actuaron en la misma. Pero eso sí, quizás se le olvidó en la novela, el recrear la huida o la espantada, que dieron muchos políticos y dirigentes del Frente Popular, cuando huyeron por todos los medios posibles, dejando abandonados, a miles de combatientes en las Bolsas de Mérida y el frente de Alicante.

Y para rematar su presencia en España y con la anuencia de Antonio Ordoñez y Luis Miguel Dominguín, (cobardes compañeros), llegó a escribir que Manolete fue un torero de "trucos baratos".     

La actitud y las frases de este vividor indispusieron a los buenos aficionados al toreo, en donde se encontraban los más acreditados críticos y los propios toreros, pero sería LA VOZ DE GRANADA, emisora de Radio, la que el día 2 de febrero de 1961, organizó un programa de conexión nacional en donde se hizo un desagravio al torero cordobés. A los pocos meses en julio de ese mismo año, el Premio Nobel se suicidaba en Idaho Estados Unidos. 

EL MONASTERIO LUGAR DE CONFIANZA

En aquellos años 1450-1469, las enormes disputas entre los aspirantes al trono, los Alonso de Aguilar y el conde de Cabra, su primo. En estos enfrentamientos hasta hubo quien incendió el Palacio del Obispo, don PEDRO DE CORDOBA Y SOLIER, que tuvo que refugiarse en el Monasterio de San Jerónimo.

Sería la reina Isabel la Católica la que erigió este Monasterio, como lugar de mediación y confianza en aquellos conflictos de los políticos de la época que no eran otros que los partidarios de Alonso de Aguilar y su pariente el Conde de Cabra.

El Monasterio fue elegido "como banco depositario" para recolectar fondos, plata, y otras cosas de valor, para financiar la guerra de Granada.

Los políticos de aquella época como por ejemplo los Alonso de Aguilar, cambiaban de bando según les interesaba. Y es que esa máxima se ha dado siempre en política, y me trae a la memoria a los Salinas, apellido ilustre en Córdoba, que supieron destacar en la monarquía de Alfonso XIII, la dictadura de Primo de Rivera, la segunda República, la dictadura de Franco, y la nueva democracia. Y como no, en la misma Iglesia.

El caso más reciente que tenemos es el de José Miguel Salinas, el que fuera vicepresidente de la Junta de Andalucía por el PSOE, éste hombre mientras su partido proclamara a los cuatro vientos la "EDUCACIÓN LIBRE Y PÚBLICA" él se entretenía de ser él precursor, siendo dueño o patrono del Colegio BRITANICO, el Colegio más caro de Córdoba, en donde el tener un hijo costaba al mes "EL SUELDO MENSUAL QUE COBRA UN OBRERO". 

AMBROSIO DE MORALES (1513-1591)

En el Monasterio de San Jerónimo ingresó AMBROSIO DE MORALES, personaje importante de la historia y la cultura de Córdoba. Este ingreso sería en 1533, y a éste hombre se debe una estupenda descripción de la Mezquita-Catedral, edificio al que profesó una dedicación importante. A pesar de que se equivocara a la hora de situar la ciudad de MEDINA AZAHARA, fue un gran historiador. Se cuenta de él que una vez que ingresó en el citado Monasterio y para evitar "malas tentaciones" se hizo amputar sus partes con la puerta de un pesado arcón. Aquello fue considerado como un hecho no razonable y fue expulsado de la comunidad.

LA DESAMORTIZACION

Las distintas desamortizaciones culminaron en España con la llamada de Mendizábal de 1835, por la que los frailes tuvieron que abandonar el Monasterio, y entonces, La Hacienda pública, entre unos intentos y otros de buscarle una utilidad, ya fuera como "lazareto" o "manicomio", como pretendían El Ayuntamiento o la Diputación, ninguna cuajó. Llegamos al año de 1861, en que el perito RAFAEL DE LUQUE FUENTES, maestro de obras de la Real Academia de San Fernando, emite un informe de la situación calamitosa y abandonada del edificio.

El Ministerio de Hacienda deseoso de "vender" el Monasterio, y cansado de las dudas del Ayuntamiento y la citada Diputación para hacerse con el edificio, decide su venta en pública subasta. De un precio de salida inicial de 52.874 escudos, se pasó hasta una tercera subasta a 37.011 ducados, que también resultó fracasada. Sería en una cuarta subasta llevada a cabo el 27 de mayo de 1871, cuando por 72.701 pesetas, se adjudicó el Monasterio a doña JOSEFA NUÑEZ del PRADO y VIRNEZ de Segovia, marquesa viuda de GUADALCAZAR. Ya en una anterior subasta su marido había adquirido la huerta que rodeaba el entorno.

En realidad estos nuevos dueños no se preocuparon mucho del Monasterio, pues en una visita realizada al mismo en 1901, por Rafael Ramírez de Arellano, el Padre Pueyo, J. Aparicio, párroco de San Andrés, el arquitecto Adolfo Castiñeyra, el pintor J. Casares, el arcipreste de la Catedral don Manuel Torres y Torres, y Mateo Inurria que ya portaba una cámara fotográfica. Esta comisión publicó un informe en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, en donde vinieron a señala el lamentable estado en que se encontraba este singular edificio de Córdoba.

En 1912, el Monasterio fue adquirido por JOSÉ MARÍA LÓPEZ DE CARRIZOSA Y GARVEY, Marqués del Mérito, que se había casado con la cordobesa CARMEN MARTEL Y ARTEAGA, hija de los Condes de Torres Cabrera, y ellos fueron los que poco a poco fueron restaurando el Monasterio, sobre todo dada la gran iniciativa cultural de la esposa.

 EL MONASTERIO Y LOS CORDOBESES

En aquel año de 1962, en CENEMESA y en la División de APARELLAJE, habían llegado un amplio grupo de técnicos a los que se llamó "LOS SEVILLANOS" pues en su mayoría eran todos de Sevilla. Como hemos dicho eran gente que valía técnicamente mucho y por esa razón gozaban de un nivel de sueldos muy por encima del resto del personal técnico. Además gozaban de unas prerrogativas muy especiales, ya que incluso además de un buen sueldo concertado, gozaban de una serie de permisos por asuntos particulares sin límite alguno, en contraste con cualquier empleado normal de fábrica, que de no ser justificado el permiso se lo descontaban del sueldo.

Quien no recuerda a Evaristo Acevedo, a Martínez Reyes, a Ortiz Calderón, a Rafael Roelas, a Rodríguez López, a Manuel Rodríguez, a Juan Amorós, a Manuel Rubia, a Gabriel Álamo. Ellos ocupaban un lugar en las oficinas de privilegio, pues desde unas amplias cristaleras, podían observar perfectamente la Sierra y el Monasterio de San Jerónimo.

La fábrica de APARELLAJE, empezó a funcionar y los "sevillanos" vieron como los pocos técnicos que había aquí iban aprendiendo poco a poco. Esto les hizo precipitarse en pedir nuevos aumentos de sueldo. El valedor de éste personal fue el ingeniero FELIPE RONDA AGRA, al que le pusieron el apodo de "el niño bobo". Este ingeniero, descendiente del escultor Zuloaga. Profesionalmente era un ingeniero con mucha aureola, y estaba al frente del departamento de fabricación de la citada fábrica de Aparellaje.

Todos estos "Sevillanos" procedían de una fábrica situada en la zona de San Jerónimo de Sevilla, junto a la antigua Estación de Córdoba. En dicha fábrica se llegó a fabricar la "popular" Moto GUZZI HISPANIA.

Pero el director de fábrica un tal Cristóbal Mayendía, les contestó poco menos que nada a aquellas peticiones de SUBIDA DE SUELDO, y poco menos les vino a decir "Que ya tenían bastante con ocupar la zona más privilegiada de fábrica, desde donde podían observar con toda tranquilidad la Sierra de Córdoba y el Monasterio de San Jerónimo".

Al final los "sevillanos" optaron por marcharse después de permanecer largos días sentados desde sus mesas, y mirando en actitud de brazos caídos, hacia el Monasterio de San Jerónimo.

Sólo quedó un tal Manuel Ortiz Calderón, que aparte de ser un buen técnico, sólo se preocupó, de hacer cuadrantes para repartir las horas extras.

EL MONASTERIO LUGAR AÑORADO.   

Viniendo un día en el autobús de fábrica me decía Rafael Ruiz Lucena, que en Córdoba cualquier ciudadano, que a lo lejos contemple nuestra maravillosa Sierra, se quedará prendado de dos lugares que destacaban sobre los demás. En primer lugar La ERMITAS, lugar idílico por su entorno, su historia, y los maravillosos parajes que las rodean. ¡Quien no ha soñado tener una casa por aquellos lares!

Finalmente podemos observar el Monasterio de San Jerónimo, algo más alejado, pero siempre próximo. Allí da la sensación de que el tiempo se enaltece de su antigüedad y del valor de la piedra y de los tiempos acontecidos. No hay cordobés que se precie, que no haya soñado alguna vez de un perol por estos alrededores, en donde el paisaje te ofrece el heliotropo silvestre, el cantueso, el tomillo, la jara y también se prodiga la esparraguera. Allí podemos ver igualmente los arboles soñados de nuestra infancia, como eran el algarrobo y el almezo y puedes ver a arroyuelos que confunden sus aguas entre piedras, hoyos y los vuelos de zorzales y de perdices.

EL MONASTERIO Y LOS ESPARRAGUEROS

En una ocasión y después de tomar café en el Bar los Almendros, en donde nos atendió como siempre el singular Rafael Peña Hidalgo, el hombre que más planos pudo manejar en toda la CENEMESA. Empezamos a bajar por la finca el HORNILLO, no sin antes echarle un vistazo al imponente campo de los almendros en flor que por allí abundan. Poco a poco, fuimos disfrutando de las esparragueras que nos salían al paso. El primero que iba bajando por aquella empinada pendiente, era JESUS BARBA, con diferencia el más hábil de todos nosotros, después iba ÁNGEL GONZALEZ "EL CALVI", luego LUIS HERNANDEZ y su cuñado, y más a la cola y como siempre, PACO LUQUE "EL PELA" con el resto de los que íbamos en aquella excursión de espárragos. Por laderas abajo de San Jerónimo, un paisaje, bello y singular, en donde el almezo, la retama y las abundantes esparragueras, rivalizaban entre sí, para embellecer el recorrido del Arroyo "EL MESONERO", uno de los arroyos que con toda seguridad, en tiempos antiguos, debieron alimentar, con las aguas del BEJARANO Y LA FUENTE DEL ELEFANTE, la ciudad palatina de MEDINA AZAHARA.

Era normal que cada vez que ibas por el campo con JESUS BARBA, de pronto lo sintieras dar gritos de "¡VENIROS PARA ACA! QUE AHÍ HAY MUCHA GENTE", y esa era la táctica que empleaba para engañar a los que por las LADERAS DE SAN JERONIMO, subían para coger espárragos, su objetivo era desviarlos del sitio en que nosotros estábamos buscando. Nunca podré olvidar que en una de aquellas ocasiones, fue el grupo de Victoriano Lozano, que con sus amigos, Paco Ponferrada, Juan Pozo, Paco Osuna y Pepe Aguilar, pretendían llegar hasta donde estábamos nosotros. Aquellas voces de Jesús Barba, los desvió.

He querido destacar a Jesús Barba, conductor de CAMPSA, que durante muchos años demostró a sus amigos de PEDRAJAS, y en CASA RAMON, que era un auténtico campeón cogiendo espárragos, zorzales, pajaritos, y cualquier cosa que diera el campo. Al igual que para los peñistas se inventaron el trofeo "El  POTRO DE ORO", para este hombre tendría que haber creado  un "ESPARRAGO DE ORO".

En otra ocasión llegamos al Monasterio por la parte de atrás y pudimos observar que una parte del muro de contención que daba al Patio de la Iglesia, tenía una enorme brecha, nos acercamos y pudimos ver que los estragos de la lluvia habían provocado el desprendimiento de una enorme piedra, que a cálculos debía de pesar unos 26.000 kg. La cerca fue arreglada y en aquella reparación intervino la Junta de Andalucía, previa gestión del marido de la marquesa, don Henri, que fue acompañado por el eficaz chofer Antonio Mata Mena, sobrino de Juan Barasona.

EL MARQUÉS DEL MÉRITO

Don JOSÉ LÓPEZ DE CARRIZOSA Y GARVEY, y su esposa MARÍA DEL CARMEN MARTEL Y ARTEAGA, casados en 1891, compran un palacio en las esquina del Gran Capitán en 1899, con una visión o buena información de que dicho inmueble de unos 2.500 m2, se iba a quedar en un lugar privilegiado cuando se comunicara el Gran Capitán con la Ronda de los Tejares. En los años 1930, este Palacio fue adquirido por la administración para convertirlo en gobierno civil. Allí y delante de ese Palacio el 15 de noviembre de 1923, se pondría la Tribuna para acoger a las personalidades que vinieron a Córdoba a inaugurar el monumento al Gran Capitán.

Aunque los marqueses del Mérito poseían casa en Jerez y Madrid, casi todos sus hijos nacen en este palacio de Córdoba. JOSÉ LUIS LÓPEZ DE CARRIZOSA Y GARVEY, muere en 1927, en Jerez en donde es enterrado. Su esposa MARIA DEL CARMEN MARTEL Y ARTEAGA, muere en 1937, igualmente en Jerez y allí es enterrada. Por lo que su hijo JOSE Mª. (1895-1963), hereda el título de marqués, el negocio de las bodegas y el propio Monasterio. Uno de los vinos más famosos y más antiguos de esta Bodega "EL AMONTILLADO FINO" (1876).  



MAS CHORIZO QUE ARROZ


En el Colegio Salesiano, fue en la época en que llegó D. Jesús Amable Vicente, septiembre 1952, y se quiso premiar a los alumnos del Colegio de los gratuitos, que salían en el Cuadro de Honor y para ello les dieron UN PEROL, de esta forma atendían  a la  invitación de la familia de los Jiménez Ortiz, (cooperadores salesianos), dueños de la finca la Gorgoja de Villarrubia (Córdoba).

Recuerdo que aunque el perol fue a la citada finca, para todos en el Colegio el comentario fue de que iban al Monasterio de San Jerónimo, quizás por la proximidad de la finca a esa zona de las afueras de Córdoba.

Aunque en un principio estaban invitados los alumnos de todas las clases, a última hora y por meter a algunos “invitados especiales”, nos dejaron atrás a varios de la clase primera. En aquel perol yo había puesto mucha ilusión pues nos brindaba una oportunidad de oro, para además de ir al campo, poder hartarnos de comer. De aquel perol disfrutaron,  Joaquín Pérez “Joaquinito”, Urbano Milla “El Cheles”, Antonio Benítez, José Estévez, Antonio Pérez, José Arjona, José Sánchez y Bernardo Palacios. En representación de los mayores. El autocar se completó con el resto de alumnos de las clases inferiores.

Aquel día, yo desde mi casa, no hacía nada más que lamentarme ante mi madre, de la oportunidad, que sin saber por qué, había perdido. Así que estuve todo el día pendiente de la vuelta del pequeño autocar que los había llevado hasta la citada finca. Sobre las seis de la tarde y ya de vuelta, paró el autocar cerca del Colegio, (Junto a la Casa del taxista Rafaelito “El Largo”), y empezaron a bajar los "camperos" sonrientes y satisfechos de haberse hartado de comer. Nada más ver a mi hermano Pepe, mayor que yo, le pregunté: ¿Qué Pepe, como ha estado el perol? Y él, por toda contestación me dijo: “¡¡Manolo!!, MAS CHORIZO QUE ARROZ”,  aquella contestación fue el resumen perfecto a lo que yo ansiaba conocer.  En aquellos tiempos, el comer más chorizo que arroz era todo un lujo.