viernes, 18 de noviembre de 2011

EL PAN NUESTRO DE CADA DIA

La historia del pan en la crónica escrita de la alimentación de los pueblos, corre paralela con el uso de los cereales. El pan junto al vino y al aceite, fueron posiblemente los primeros alimentos procesados en la historia de la humanidad.

Los cereales, por su textura, no pueden ser digeridos por el aparato digestivo humano. Por todo ello el hombre tuvo que recurrir a “modificarlos”, bien moliéndolos, cosiéndolos y cocinándolos, para de esta forma empezar a consumirlos como alimento. Hay indicios históricos claros de que el hombre empezó a “cocinar” los cereales antes de que apareciera en nuestras dietas de supervivencia el pan.

EL PAN EN LA BIBLIA

La primera vez que se menciona la palabra pan en la Biblia, fue en el mismo Huerto del Edén, cuando Dios maldijo al hombre por haberle desobedecido al comer del fruto del árbol del bien y del mal. Esta vez el Señor había sentenciado al hombre a trabajar para ganar el PAN DE CADA DIA, con el sudor de su frente. Esta frase o sentencia ha llegado hasta nuestros días. Pero el hombre que ha sido capaz de modificar El Clima, y La propia Naturaleza, en muchos casos ha sido capaz de cambiar el sentido de las palabras Bíblicas y ha aprendido a comerse el pan con el sudor y el trabajo de los demás.

Más adelante y para demostrar que el pan se había convertido en alimento básico de los más humildes y sencillos, tenemos como ejemplo el pasaje de Los Panes y los Peces, donde la comida se hacía fundamentalmente a base de pan.

Efectivamente este alimento el pan, se constituyó en el alimento básico de las clases más humildes y trabajadoras. La elaboración del pan posiblemente se originó en los medios rurales y del campesinado, y de allí pasó a las poblaciones en donde supieron producirlo no solo para el consumo propio sino para su venta como una forma más de intercambio y negocio.

Históricamente se estableció como una distinción social, el comer pan de un color u de otro. El color de la miga del pan, indicaba su categoría. Así el pan de Centeno con su miga oscura, era propio de las clases más humildes y desprotegidas, mientras el pan de harina, con su miga blanca, denotaba categoría y suficiencia.

LA “BURBUJA” DEL TRIGO

El trigo como base para la elaboración del pan, históricamente ha sido motivo de hambrunas y de revueltas por las subidas del mismo precio del pan. En el barrio de San Lorenzo, se produjo una revuelta que se le denominó EL MOTIN DEL PAN, y tuvo lugar en 1652. Todo fue debido al encarecimiento del precio del trigo y a la acumulación desmedida de los especuladores, que determinaba su encarecimiento. En esta revuelta debió significarse a favor de los amotinados un sencillo coadjutor de San Lorenzo, llamado Juan Palos, que además de ofrecer la Iglesia del barrio para sus asambleas, supo apaciguar pacientemente las aireadas protestas de Juan Tocino y “El tío Arrancacepas”, lideres de aquella revuelta.

El "maestro de la investigación" Juan Galán, sostiene que en los archivos de la parroquia de San Lorenzo, existen documentos que demuestran que en la actual calle Juan Palo, (antigua Calle del Guindo), vivió el citado cura Juan Palos. Por lo que no es de extrañar que dada su posible colaboración en todos aquellos incidentes (Motin del pan), poniéndose lógicamente de parte de la gente sencilla del barrio, esta gente, en su recuerdo y después de su muerte, le dedicara el nombre de esta calle (Juan Palo)

Mucho más antiguo y en la misma Republica de Roma se dieron también muchas revueltas y quejas de la población por situaciones parecidas. Efectivamente Roma que durante cincuenta años mantuvo una disputa a muerte con Cartago, fue nada más vencer Escipión el Africano a Aníbal, en la famosa batalla de Zama, (año 202 A.C), cuando se lanzó a extender su Imperio por la zona de Egipto y el Norte de África, y sus inversores de capital y especuladores, “Des-ubicaron”, sus producciones de trigo a estos últimos países conquistados, (cultivos mas baratos), con lo que los Romanos (de la Roma Itálica), se quedaron sin trigo propio cultivado y barato. Con ello se sumió al pueblo en el hambre y la escasez de trigo.

Los que mandaban en la Republica de Roma, para solucionar este enorme problema, tuvieron que pensar en una especie de SERVICIO NACIONAL DEL TRIGO, llamado, ANONNA, por el que a cada ciudadano y vecino de Roma, se le garantizaba un MODIO, equivalente a una módica cantidad de trigo a precio barato para que pudiera elaborar su pan. Fue precisamente Pompeyo, el que luego sería derrotado por Julio Cesar, el último jefe de esta especie de organismo protector (ANONNA).

Los hermanos Graco, (Tiberio y Cayo), nietos de Escipión el Africano, quisieron acabar con esta situación de debacle en la economía y el abastecimiento del trigo, que se pudo llamar muy bien la primera “BURBUJA DEL TRIGO”, Pues los especuladores de siempre retenían el grano, e incluso al obtenerlo barato en los terrenos conquistados, lo quemaban y destruían muchas veces para encarecer su precio.

Estos hermanos intentaron obligar a los agricultores romanos a que plantaran sus campos de trigo para que el pan llegara a todos los rincones de la Península Itálica.

EL PAN EN CORDOBA

Han sido muchas las clases de pan que la humanidad ha elaborado durante su historia, pues siempre estuvo en función de las cosechas y la carestía de medios. Aquí en España, durante los años 1940-1950, se comía bastante el pan de miga oscura, a base de harina de algarroba, centeno, y otras semillas.

A pesar de la escasez de harina, en Córdoba existían, bastantes hornos de pan diseminados por toda Córdoba. El Horno de mayor “capacidad de amasado” era el Horno de Barea, que diariamente amasaba 7 sacos de 100 kg. de media diaria. Todo ello controlado por las famosas cartillas de racionamiento.

La mayor época de derroche de pan en Córdoba, fue posiblemente finalizando la década de los sesenta, en donde se montó un negocio incluso con el pan duro que sobraba en las casas. Curiosamente el mayor derroche se daba en las clases populares, que compraban casi siempre las mismas teleras, en cambio la “gente de bien” siempre le decían al repartidor: “Espere Vd. que mire el que quedó ayer”. Incluso ibas por las terrazas de verano, y los camareros al recoger el servicio retiraban grandes cantidades de trozos de pan.

Durante aquellos años 1946-1955, el pan en muchas casas y familias formaba parte del menú habitual, sobre todo en casas donde los medios estaban escasos. Mucha gente solamente hacían por comida:

PAN CON ACEITE,

Efectivamente te ponía tu madre un trozo de pan y un poco de aceite para mojar, al que se le echaban unos granos de sal. En aquellos tiempos como no se había “inventado” aún el Colesterol, (pues el hambre que corría por las venas lo eliminaba), mojabas el pan en el aceite frito de pescado que solía guardar tu madre en un jarrillo de lata y disfrutabas por el sabor que le daban los “posos de harina fritos” que se untaban muchas veces a modo de manteca en el pan.

PAN CON ALGARROBAS

Muchas veces te daban un pedazo de PAN con un par de algarrobas.

PAN CON ACEITUNAS

También te daban de menú PAN con aceitunas, que muchas veces incluso estaban “zapateras”.

PAN CON SARDINAS ARENGUES

Te daban tu pan y una sardina con el papel de “estrasa”, para que la “machucaras” con el canto de la puerta. De esta forma se pelaba con facilidad, las buenas eran las de “barrica”..

PAN CON BELLOTAS

En tiempos de bellotas, tu mismo ibas a la Campiñuela, para tener bellotas que completaran tu menú muchas veces.

PAN CON PAN DE HIGO

Ya era una comida más frugal, pues te solían dar tu pastilla de “pan de higo”, incluso con su almendra, Casa Venancio, en la calle Almonas, era el establecimiento rey del “pan de higo”.

PAN CON MANTECA

Resultaba un menú bastante nutriente, pero muy empalagoso, casi siempre era manteca colorada, hasta que llegó la mantequilla americana que daban en CARITAS.

EL PAN DE BIENA

También por esa época 1950-1955 sacaron el pan de “BIENA” que vino a significar como una distinción “clasista” en el consumo del pan. Aquel brillo-barniz, que le consiguieron a ese tipo de pan, lo ansiaban los “clientes” para ellos. Ese pan se consumía mucho en la zona del centro y sobre todo en las casas con ascensor. También se puso de moda el consumo de ese pan en la Ciudad Jardín. Aquel barrio era la “avanzadilla” de los que querían “escapar” de las casas de vecinos. El pan de telera, incluso su nombre, resultaba algo “burdo”, ya para muchos de ellos. Y por eso les vino bien el pan de “BIENA”, con su brillo reluciente.

LOS PALILLOS DE PAN

No sabemos como pudo ser en otros sitios, pero al menos aquí en Córdoba, estos “palillos de pan”, surgieron por idea de Manuel Morte González, panadero dueño del Horno del mismo nombre en San Lorenzo, y que sustituyó históricamente a aquel Horno de Remesal.

Manolo Morte y Diego Serrano (horno de Jesús Nazareno), eran considerados por aquellos tiempos “como hombres fuertes”: Después de la desdichada guerra, se reunían en el patio de la Sociedad de Plateros, un grupo de ellos, y allí acudían incluso algunas autoridades, para tener sus reuniones y tertulias. Todo el ir y el venir de esta gente era muchas veces en coches de caballos, pues también en aquellas tertulias formó parte algunas veces Antonio Cañero.

En el año 1946, se trataba de engrandecer la llamada “Batalla de Flores” que se celebraba en Córdoba, y este tipo de empresarios y amigos participaron en aquella cabalgata, montados en sus coches de caballos. Todo el mundo echaba flores y confeti e incluso a instancias de Manolo Morte, decidieron echar cosa comestible: “Palillos de Pan”. Por primera vez en Córdoba, se echaron miles y miles de palillos, con el total regocijo de la gente. Este ambiente de aceptación hizo que el industrial Manuel Morte, dedicara expresamente a su hermano Enrique, a fabricar estos “palillos de pan”, que empezaron a venderse primero sin liar y luego a liar comercialmente y te los ofrecían en la tabernas en sustitución del pan en las escasas tapas que suministraban. Fue al final de los años 50 y principios de los 60 cuando “los palillos”, tuvieron una enorme demanda, pues todo el mundo en aquellos años se echó a las terrazas de los bares con sus familias al consumo de tapas. Efectivamente la subida del salario mínimo a 1800 pesetas, embarcó a la gente en un tren de confianza y consumo que se dejó notar fundamentalmente en toda la hostelería y terrazas de verano. De la clásica tapa, se pasó a las raciones y pollos enteros, y había que haber visto aquel Sector Sur, lleno de bares por todos sitios y consumiendo toda clase de comidas.

Ante esta demanda del “mercado”, se industrializó prácticamente el tema de los “palillos de pan” y ello pudo dar buena fe, Francisco Medina Córdoba, el simpático “Cojo” de San Lorenzo, que fue sin lugar a dudas una de la personas que más palillos lió en Córdoba.

Un día, pocos meses antes de morirse y estando aún en su cabina de la ONCE, (frente al Bar Bolondro), me decía: “Creo que habré liado durante mis ochos años de trabajo en el Horno de Morte, más de CUARENTA MILLONES DE PALILLOS.

A raíz de la idea de este empresario del sector, ya empezaron otros panaderos, a fabricar y liar “palillos de pan”, destacándose en este menester el Horno de Santa Elvira de la Calle Abejar. El palillo a nivel individual te costaba una “gorda” (10 céntimos de peseta)

EL CHUSCO

Eran unos bollos de pan normal que se hacían de forma tradicional para la tropa (ejército), y que según parece el nombre se debe a que un soldado natural de Barbate (Cádiz), que perteneció al Cuartel de la Reina, y que por haber trabajado en la pesca, dijo al recibir el primer bollo de pan: “Esto más que pan, se parece a un “falso besugo”, que en mi pueblo mi abuelo le llamaba “Chusco”, el pan de un día para otro por sistema, se parecía al sabor del “falso besugo”. “

EL MINGUITO

Era un pan de miga normal, de unos 200 gramos de peso, y mi vecina (Felisa Rodríguez Teruel), que en el Horno de Morte (antiguo Horno Remesal), había un simpático oficial de mesa, que le apodaban “El Mingo”. A este hombre le pidieron el 28 de diciembre de 1922, que preparara una buena cantidad de “bollitos de pan”, para los niños del Colegio Salesiano, que iban a celebrar al día siguiente EL DÍA DEL NIÑO SALESIANO, con diversos actos a primera hora de la mañana y finalizando la jornada con un perol en el CAÑÍTO BAZAN.

Al bueno de “Mingo” le encargaron que hiciera estos “bollitos especiales”, fueron tantos que hasta le dio una forma simpática, “doblándole las puntas” como si quisieran encontrarse. Se hicieron unas seiscientas unidades de este simpático “bollito” y cuando los llevaron al Colegio, el que los entregó dijo más o menos: “Ahí tienen ustedes los “Minguitos”. (en clara alusión al que los había hecho)

Este simpático panadero era de la familia de los Cabello, que, aunque vivían en San Lorenzo, eran oriundos del barrio de Santiago. Descendientes en parentesco de ese panadero, fueron los hermanos Manolo, Paco y Rafael Cabello Luque, a los que se le llamaba en San Lorenzo los “Minguitos”. Paco, tuvo el bar de los Califas en la Judería, Rafael, era un buen guitarrista, además de representante de la Solera María del Valle y el Vermut Martini, y Manolo, tenía en San Lorenzo la taberna “Casa Minguitos”. Allí también se fundó al principio de los 50, la “Peña de los Minguitos”, siendo Ignacio Nocete, Francisco Posadas, Los Hermanos Medina, José M. Cordobés, Antonio Llamas, Rafael Navarro, Antonio Varo, etc. etc. sus primeros fundadores.

Esta simpática Peña, colaboró mucho con el barrio y puso varias veces UNA BERBENA en plena Plaza de San Rafael que fue todo un éxito. En una de ellas, Emilia Camacho, ganó un concurso para bebedores de cerveza, en donde se bebió la friolera de SEIS LITROS. Nada más terminar el concurso, aquella grande y pesada mujer, tuvo que salir corriendo para el baño de casa Socorro (sacristana de San Rafael), allí en el baño, echó hasta las papillas como suele decirse.

LOS HORNOS

Los Hornos que había en Córdoba por el año 1950, eran aproximadamente:

El Horno de Vargas, en el campo de la Verdad, El Horno de Liébana en la calle Morales, El Horno Laguna, calle Mucho Trigo, El Horno San Basilio en Alcázar Viejo, El Horno Barea en la Plaza de la Corredera, El Horno de la Catalana, en San Pablo, El Horno Doña Pepa, en Santa María de Gracia, El Horno Bellido, en la calle Alfaros, El Horno San Luís, Zona de la Ribera, El Horno Veinticuatro, Zona Muro la Misericordia, El Horno de Cárdenas, en la Fuenseca, El Horno de la Palma, calle la Palma, El Horno del Cristo, calle del Cristo, El Horno de Blanco, calle ancha la Magdalena, El Horno San Antonio, calle San Acisclo, El Horno la Madera, calle Tejón y Marín, El Horno de la Niñas, calle Montero, El Horno de Moyano, calle Cruz Verde, El Horno de Frías, calle Siete Revueltas, El Horno de Arenas, calle Costanillas, El Horno de los Remedios, calle Luís Valenzuela, El Horno de las Pavas, calle Tomás Conde, El Horno de Morte, calle Maria Auxiliadora, El Horno de Jesús, calle Jesús Nazareno

ALGUNOS PERSONAJES

En este trabajo de panaderos se hicieron famosos algunos nombres, bien por su simpatía o por su popularidad.

Antonio Bermúdez, “El Gitano”, Pepe González, “El Sordo”, Enrique Morte, “El Mellao”, “El Charro”, con su perra “caneli”, correteando toda la Viñuela, Juan “El Trompeta”, Rafael “El Teleras” Domingo “Pocas luces”, Rogelio “El trueque”, Dámaso “El labios”, Eduardo “Panza burra”, Antonio “El Miracielos” Rafael “El Poleas” “El niño Aurelio”, “El Farina”, Antonio Sánchez “El Torta”, Manuel Lara “El Saltarín”, “El Sopla”, y Pepe “Carapato”.etc.

LAS CONDICIONES LABORALES

Los panaderos eran muy especiales para sus normas de trabajo, ellos cobraban su sueldo diariamente DIA TRABAJADO- DIA COBRADO, por aquellos 1948-1950, los panaderos cobraban unas VEINTE PESETAS DIARIAS, y medio kilo de pan en forma de una telera o similar. Luego tenían un plus especial por todo lo que se amasara de más sobre la base de 120 kg. por persona de los que componían la cuadrilla de panaderos.

El que ejercía el mando de la plantilla del horno, era bien o el MAESTRO PALA, o el MAESTRO DE AMASADO, la elección de uno u otro muchas veces era por razones de antigüedad.

Los demás cargos eran OFICIAL DE PESO O PESADOR, oficiales de MESA O DE TORNO, que hacían el pan.

Luego existían UN AYUDANTE O DOS, que su misión era RAYAR LOS PANES O LAS TELERAS, y llevarlos a la “GLORIA”, que era la cámara de fermentación cuyo tiempo duraba unos quince minutos.

Los ayudantes le daban la vuelta a la “TABLA DEL PAN”, y en la nueva postura estaba otros 15 minutos.

Finalmente y después de este proceso fundamental de fermentación, se introducía el pan en el horno durante 10 minutos.

El absentismo ocasional era muy normal entre los panaderos y entonces se llamaba a personas que siendo del oficio, no tenían puesto fijo y estaban nada más que para las sustituciones. En aquellos tiempos no había móviles ni teléfonos, por lo que normalmente iba una persona con bicicleta o andando y a altas horas de la noche, LLAMABAN NORMALMENTE A LA VENTANA, y le decían ¿QUIERES HACER UNA SUSTITUCION?, el que ya estaba incluso acostado contestaba si o no. En la mayoría de los casos era si.

Cuando a primeros de los años SESENTA se puso el salario mínimo en 1800 pesetas mensuales, pasaron los panaderos a cobrar por meses y aparecieron los anticipos semanales.

Cuando había averías de luz o restricciones se ACOMODOBA LA JORNADA, a la disponibilidad de la luz. El objetivo era el PAN DE CADA DIA.

Por unas razones u otras esta profesión tan útil para la sociedad ha sido la más “ESCUETA EN EL PROGRESO DE ESTOS CIUDADANOS”, el panadero de aquellos tiempos, nacía pobre, vivía pobre y se moría pobre. Era el oficio en que menos se podía progresar, siendo tan fundamental como el PAN.

LA FALLIDA INDUSTRIALIZACION DEL PAN

Por aquellos años de principio de los 50, Rodríguez Hnos. según parece en sus fábricas “acumulaban más harina que vendían”, por lo que intentaron dar una salida a dicho exceso de harina, montando un tren de fabricación de PAN EN SERIE, en sus instalaciones de la Calle de Dª. Berenguela. Allí montaron máquinas y entrenaron personal para sacar adelante una superproducción que suponía BAJAR LOS COSTES y producir gran cantidad de pan. El bueno de Antonio Luque, conocido panadero, estuvo implicado en todo aquel proyecto, y fue contratado a un buen sueldo incluso desconocido para ese sector. Se hicieron pruebas y más pruebas, y se logró la fermentación y sabor adecuado y el pan se consiguió a ritmo industrial.

Ante lo que suponía aquello de cara a los hornos que tendrían que desaparecer, el gobernador que había en aquellos tiempos en Córdoba, les dijo a los Hermanos Rodríguez que si estaba locos o algo por el estilo. Negándose por tanto a que aquella industria del pan prosperase. Años más tarde se le concedió a PAN ARENAS, aquella posibilidad y este si acabó prácticamente con el sector. Incluso se llegó a monopolizar muchas cosas en el aspecto de precios.

Luego ya el pan que viene de fuera “semielaborado” como si fueran estatuas de OLOT, nos viene en su mayoría de Cataluña, hasta que cualquier día venga el pan sintético de China. De verdad que se echa de menos aquel pan que crujía y que se fabricaba en nuestros desaparecidos hornos.

LA VAQUILLA Y EL PAN CON MIMA

Aquel año de 1958, la peña de los 14 Pollitos, puso una caseta en la feria de Mayo (Vista Alegre), era la segunda caseta detrás de los “HABILODOS”, que eran gente entrañable y todos a cual más alto. La caseta, no fue puesta por todos los “pollitos” sino que fue al 50%, de miembros de la peña. Terminada la Feria y en reunión celebrada en la Calle Anqueda, (domicilio del secretario Pepe Alcalá), acordaron entre otras cosas, darme veinte duros por haber estado a cargo del GARRAFON Y EL EMBUDO, durante la feria, y luego dar las gracias a todos los que colaboraron en el montaje y desmontaje de la caseta. (de forma especial al fontanero Juan de Dios), También recordaron con alegría el momento en que la famosa estrella del trapecio Pinito del Oro, se acercó a su Caseta para tomar con algunos amigos (Paraban en el Hotel Córdoba Palace), un aperitivo en donde corrió el FINO GARVEY. Como dato diremos que el precio de esta botella de fino de Jerez, costaba 35 pesetas.

Reunidos, “El Francés”, “El Fati”, Pepe Cámara, José Alcalá, Francisco Martínez, José Laguna, José Mena, Antonio Blanco, Fernando, el cuñado de José Cámara y hasta Joaquín Ruiz Baena, decidieron por unanimidad que aquello tenían que celebrarlo de alguna forma, y máxime cuando les habían regalado algunas cajas de ese vino tan maravilloso que era MORILES 47 DE BODEGAS ARAGON Y COMPAÑÍA., bodegas que patrocinó el mostrador y costeó la portada de la caseta.

Manolo Polonio, persona muy ligada a esta peña, como a todo lo que significaba San Agustín y más aún “La Beatilla”, les propuso que se diera una especie de fiesta campera en los Salesianos, al fin y al cabo la mayoría de los PEÑISTAS, habían sido antiguos alumnos del citado Colegio. El contaba como siempre con la aportación de su cuñado, el simpático y gran cordobés Ángel Román, el cual les facilitó una becerra-cabra para correrla en una pequeña fiesta taurina. Hablaron con D. Manuel Notario, sacerdote salesiano, que por conocerlos a todos, les dijo: “Aquí el único que entiende de toros es don Evaristo, pero aquí no está”. No importa, le dijo Manolo Polonio, nosotros la organizaremos en el Colegio, para que también disfruten los “chavales jóvenes”.

Al margen de que el Colegio cedería la mitad del patio central de entonces, José Laguna, el intendente de la peña, pidió a Joaquín Ruiz Baena, que obtuviera de Alfonso Urbano Laguna, (dueño de la tienda de comestibles de la Reja de D. Gómez), que al igual que lo quería “ligar” para una de sus sobrinas (hija de su hermano Manolo), le facilitara algún embutido para hacer unos bocadillos para la gente del Colegio que asistiera a la becerrada.

Después de muchos tiras y afloja, el singular Joaquín, consiguió 5 latas de a Kilo, de MINA, de la marca “LUNCH”, que los navarros inventores de tantas cosas, nos hicieron comer como EMBUTIDO. El pan para los bocadillos, lo consiguió “El Teleras”, del horno de “Los Remedios”, con la promesa de José Laguna, de pagarlos. (No se sabe si al final los pagó), Fueron más de cien bocadillos los que se prepararon.

Por cierto que la citada MINA “LUNCH”, en los primeros establecimientos de Córdoba en donde se vendió, fue en el supermercado SAAS, de la Calle Nueva, esquina con Maria Cristina, y en el desaparecido Autoservicio Pío Gómez, de la calle Barroso.

Empezó el festejo taurino y todo estaba perfectamente organizado. El personal del ruedo lo formaron: Manolo Polonio, que hizo de picador, subido en el mulo-cansado, que para la ocasión le había prestado el singular “Pechete”. Paco Aguayo, el de las “pilas” como jefe de “trasteo” y un hijo del “Niño Dios,” como torero de la vaquilla. Pero la verdad es que fue D. Manuel Notario, con su sotana hasta los tobillos, el que más veces se correteo “la plaza” delante de aquella endemoniada fiera.

En el Palco de “autoridades”, estaban Antonio Blanco, Miguel “El fati”, José Cámara, José Mena, José Alcalá, y Francisco Martínez, .todos con sus esposas. También estuvo D. Ángel Román y Don Diego Camino, como invitados de honor. En la parte reservada a los “periodistas” estaban D. Joaquín Ruiz Baena, que hablaba por la megafonía, y el amigo Juan Montiel Salinas, como enviado de la revista CORDOBA EN MAYO. Como fotógrafo estuvo Alfredo Ruiz de Dios. En su papel de matarifes, estuvieron por allí “Paquirri” (Francisco Sánchez) y un tal Blancas, ambos empleados del Matadero Municipal. Las banderillas y elementos de la lidia, los facilitó el mencionado Blancas.

La vaquilla, fue toreada y corrida por multitud de aficionados que ante el “jolgorio” de la gente, se reían y disfrutaban, máxime cuando además se estaban comiendo un bocadillo de MINA. Pero solamente se paró en plan serio, cuando un hijo del “Niño Dios” Rafael Saco Bejarano, dio unos formidables pases a aquella vaquilla, con sabor a torería de clase, al final hasta la pobre vaquilla terminó cansada de tanto correr detrás del cura D. Manuel Notario Vicente.

Se le pusieron como se pudo unas banderillas, pero al animal nadie se atrevió a matarla, y solamente se pudo amarrar para llevarla al matadero, de allí pasó a la jurisdicción del Hermano Bonifacio, que no pudo asistir al festejo porque según un parte facultativo, tenía un cólico de “caracoles”.

Aquello fue un festival para recordar, primero por el bocadillo de PAN CON MINA, y segundo por aquella fiesta que se formó en torno a una vaquilla, que fue simpática hasta para orinarse en medio de la plaza.

José Laguna, Manuel Polonio y Ángel Román, quedaron satisfechos de aquella aportación al hambre y a la fiesta de los toros. Los tres grandes amigos de D. Manuel Notario (salesiano), agradecieron la colaboración del Colegio. Hay QUE tener en cuenta que este entrañable salesiano, fue el director de la simpática “La clase del Pozanco”, que por aquellos tiempos 1938-1946, dependió de los salesianos.

Después de esta fiesta campera 1958, D. Manuel Notario Vicente, se marchó a Argentina, para coincidir con su hermano que por entonces estaba allí. Aunque vino por Córdoba, varias veces, murió en Argentina, hará aproximadamente 10 años.

sábado, 12 de noviembre de 2011

ANTONIO FUENTES PARRAS

El día 9 de Mayo del 2011, murió Antonio Fuentes Parras, un auténtico gigante en el sentir y en el ser hombre de bien. Trabajó en Cenemesa, durante casi cuarenta años, y sus mejores “clientes” fueron las clases pasivas. Fueron cientos y cientos los cálculos de salarios de calificación que tuvo que hacer, y siempre fué claro y honrado con los mayores de la fábrica. Si se hubiera celebrado una hipotética votación entre todo el personal pasivo en el sentido de la calidad humana de este hombre, sin lugar a dudas, Antonio Fuentes, hubiera ganado por mayoría.

Con su educada preparación, su estilo en el vestir,y su cálida sencillez, se ganó en el día a día, la veneración y el respeto de tantos jubilados y beneficiarios pasivos, como hubo en Cenemesa.

Ellos, jubilados, viudas o simplemente beneficiarios, llegaban a su despacho y salían llenos de atenciones, soluciones con amor y comprensión en sus problemas. Así era Antonio Fuentes, y ni las avalanchas políticas que sufrió la fábrica en los años de la transición lo pudieron cambiar. Antonio Fuentes, fue un hombre que siempre se escondió en su eficacia, sus discreción y en el amor por los pasivos de su empresa.

También a él le tocó bregar también con los enfermos y los accidentados. Hombre de pocas palabras pero de muchas convicciones cristianas, le dolían los problemas de todos y a todos intentaba acudir. Hizo gala siempre de un gran sentido de la lealtad y la caballerosidad, por lo que sus jefes, se aprovecharon muchas veces de sus méritos explotándolos en provecho propio.

Muchas veces tuvimos la oportunidad de presenciar como llegaba gente a su despacho, sobre todo jubilados, que le preguntaban de todo. Ellos encontraban en él, un aliado de confianza para sus vidas. Igualmente les ocurría a las viudas, que cuando fallecía el jubilado, acudían a él, a que les tratara como si fuera UN HIJO MÁS.

LA BOLSA DE NAVIDAD

La bolsa de navidad para los jubilados, fue una idea suya, con la que intentó ayudar y estimular a sus jubilados como decía el. Afortunadamente, su idea cuajó, y todos los años a principio de los setenta, a los jubilados y viudas de jubilados, se les llevaba una BOLSA DE NAVIDAD, a sus domicilios. Lo de menos era su contenido, lo demás fue el amor que puso el amigo Fuentes, en que aquello prosperara. Tal fue el eco que tomó aquello, que el propio director de fábrica D. Mateo González Robledo, un director tremendamente social, lo hizo extensible a toda la plantilla de fábrica durante tres o cuatro años. Los sindicatos y los políticos, con sus luchas “reivindicativas”, acabaron con aquel estilo de agradar la NAVIDAD.

LA TERREMOTO

Dolores Vargas La “Terremoto”, actuó en la caseta de fábrica al final de los años sesenta, fue una caseta como todas montada por el Grupo de Empresa, pero como siempre con Antonio Fuentes, a cargo de las contrataciones e instalación de la propia caseta. Bien es verdad que recibió buena ayuda de Francisco Carrasco y Pepín Luna, que a la postre se hizo cargo del Bar, pero todo exigía, cautela en los precios y sentido de la organización. Un hombre tan honrado como Fuentes, tuvo que sufrir mucho en aquel mundo de “pandereta”. Aquella caseta fue un éxito rotundo y una famosa locutora de televisión, que hizo de presentadora, adjudicó el éxito a los de siempre, en una actuación cara al público.

LOLA FLORES

A principio de los años setenta, Antonio Fuentes, era el responsable de llevar a buen puerto, una vez más los proyectos del Grupo de Empresa, a él le encargaron que trajera a Lola Flores, para amenizar unas jornadas de disfrute y diversión. El trabajó mucho en ello, pues llevó personalmente todas las gestiones de contratar a la “Diva”. La actuación de Lola Flores, como colofón de una serie de actuaciones, se celebró en el MARAVILLOSO PATIO PORTICADO, junto al Convento del Carmen.

Allí, Antonio Fuentes, sufrió lo suyo, pues para empezar Lola Flores, se le presentó en un Mini Chops, un tanto estravagante, y además de la mediación de Juan Morales Rojas, montó un "guiri gay" entre bastidores con "El pescailla", (su marido), para no recordar. Mientras, los espectadores, esperaban la ansiada actuación de la "FARAONA". El bueno de Fuentes, tuvo que sufrir “in situ” todo este follón, incluso con amenza de plante. Con casi lágrimas en los ojos, Antonio Fuentes, temió que todo su trabajo se viniera abajo. Al final los buenos oficios de Francisco Carrasco, Pepito Martinez y el poeta Morales Rojas, hicieron posible, aunque con retraso, que aquella mujer actuara. Una vez más Fuentes, a su manera, con paciencia y educada cordura, logró poner sensatez en aquella alocada disputa, logrando por fin que la FARAONA, saliera al escenario. Logicamente la actuación fue todo un éxito. Las palmas y las ovaciones, atronaron en aquel maravilloso patio, pero como siempre el éxito se lo adjudicaron al director y al jefe de personal, pero las lágrimas y el trabajo fueron de Antonio Fuentes.

MEDICINA DE EMPRESA

Hablar de D. Gonzalo Briones y D. Manuel Ruza, es hablar del servicio médico, es hablar de las personas que velaban por la salud y la prevención de los accidentes en fábrica, estos dos grandes profesionales, formaron un gran equipo, con la colaboración de Rafael Rodríguez, Manuel de la Haba y José Arévalo. En ese botiquín tutelado administrativamente por Antonio Fuentes, nos condujo siempre por el camino de la prevención y el buen servicio asistencial. Fuentes, logró que este conjunto de profesionales y su botiquín, fuera como nuestro pequeño ambulatorio, en donde los “enfermos”, pasábamos consulta con un médico sumamente familiar y que no solo nos recetaban, sino que nos aconsejaban y nos brindaban una terapia que nos era reconfortante. Esta medida de proximidad, evitó mucho absentismo para la fábrica, e hizo que la medicina de familia fuera, próxima, amigable y solidaria. En el tema de los accidentes, D. Gonzalo, fue un campeón que hizo de la prevención de accidentes su meta, logrando así una mayor calidad humana de los trabajadores.

Ahora visto todo esto en la distancia, parece fácil, pero tuvo que ser la buena gestión, sapiencia y buena disposición de Antonio Fuentes, la que propició que el equipo médico de aquella fábrica, fuera ejemplar en todos los sentidos. Allí los trabajadores de Cenemesa acudían al medico y salían como si hubieran estado hablando con un amigo, que les aconsejaba, les orientaba y les ofrecía la terapia adecuada a su problema.

LA ESCUELA DE APRENDICES

También en la Escuela de Aprendices, se pudo apreciar la labor de Antonio Fuentes, como coordinador de ella y como profesor. Su refinada educación le hizo tratar a los aprendices como si fueran sus hijos. También organizó en fabrica ingente cantidad de cursos de especialización para el personal. En todo proyecto formación estaba Antonio Fuentes.

WAGON -LITS

Como responsable de contratar los viajes y alojamientos del personal desplazado a los viajes en misión, su relación con la oficina de WAGON-LITS, fueron intensos y reiterativos. Pero su estilo y educación, siempre selló aquella relación con una elegancia intachable. De este comportamiento, lo puede certificar la singular “PILUCA”, que lo recordará siempre como un caballero, en el trato y en todos los sentido.

ENCUADERNACION

En los pocos ratos que le dejaba la fábrica, se dedicaba a lo que era su pasión LA ENCUADERNACION, se puede decir que todos los cuadernillos, revistas monitor, tebeos, etc. que vendía todos los meses el incansable Andrés Galán Castilla, los encuadernaba él, con la ayuda de Rafael Toro y Miguel García. Usaban como taller aquella casa que aún existe en la Ribera, al lado de Carburadores Morga. Esta encuadernación sacaba de quicio a bueno de Rafael Baquero Doctor, pues él quería vender sus libros encuadernados de Editorial Planeta, y la competencia era la competencia.

CORDOBAPEDIA

Es lamentable que CORDOBAPEDIA, al hablar de la fábrica de CENEMESA, mencione solamente a unos directivos y a unos políticos, que a la vista de donde fue a parar la fábrica, bien poco dice a favor de unos y de otros. En cambio, personas como Antonio Fuentes, y el mismo servicio Médico de CENEMESA, que tan importantes y decisivos fueron en todo momento lamentablemente son ignorados por completo.

EL RECIBIMIENTO

Los que tuvieron la suerte de tenerte por compañero, saben de tus cualidades y de tus firmes creencias. Te proclamabas hombre de fe rotunda y esa misma fe era la que te movía, a ser un hombre que te distes a los demás. Por eso estamos seguros de que cuando llegaras a ESE SITIO EN QUE TU TANTO CREISTES, con toda seguridad, acudirán para recibirte, una gran mayoría de TODOS TUS JUBILADOS, y en especial, con toda seguridad saldra tu fiel y leal, Vicente Rojo Fragero, compañero tuyo durante tantos años de trabajo. También aparecerán por allí Rafael Araujo Hidalgo, Manuel Losada Wic, Baldomero Cortés Bodoque, Manuel Flamill, Manuel Ocaña, Ignacio Guisado, Baltasar Trillo, Luis Aguilar "El piruli", acompañado de D. Gonzalo Briones, todos ellos a modo de una comisión de recibimiento, para dartle la bienvenida, al hombre que confundió su honradez con su caballerosidad. Siempre fue tremendamente leal a sus jubilados.

jueves, 3 de noviembre de 2011

LOS ZAPATEROS Y EL MANDIL


Desde la Edad Media siempre existieron en los barrios populares de Córdoba, el oficio de Zapatero, en sus distintas categorías de “Zapatero de obra prima”, “Zapatero de correa”, “Zapatero remendón” y “Zapatero tachuelero”. Estos oficios se ejercitaban la mayoría del tiempo sentados en una silla de anea, provista de un cojín y con una mesa a la altura de las rodillas, a modo de banco de trabajo, en donde se situaban las herramientas y “el tajo” momentáneo. Los zapateros contaron con organizaciones de oficio para proteger sus intereses. La primera protección que tuvo el zapatero fue el Mandil.

El Mandil era una prenda de protección que utilizaban, colgándosela del cuello y anudada a la cintura mediante dos cintas hacia atrás. Normalmente era de un material de textura fuerte y en muchos casos hasta de cierto tipo de piel. Este Mandil, era el que recibía todas las manchas de los tintes, los rasguños de las herramientas, y toda la suciedad. El Mandil se solía renovar cuando ya estaba prácticamente inutilizable. Cuando terminaba la jornada esta prenda la colgaban ritualmente en un clavo o alcayata prevista en la pared. Normalmente las paredes de las zapaterías, salvo honrosas excepciones, estaban llenas de “tías buenas” publicadas en toda clase de revistas, periódicos, almanaques, o incluso postales, que estaban pegadas ordenadamente en la pared.

También el Mandil, se utilizó para identificar a la masonería, y más popularmente para señalar de forma jocosa y despectiva a los jugadores de dominó que su puntuación quedaba “En blanco”, llamándoles ZAPATEROS. No obstante el Mandil, donde ha tenido sentido y significado ha sido como elemento de protección de los zapateros, los herreros, los caldereros, los marmolistas, los lapidarios, los guitarreros, y también los radiólogos, sobre todo al principio de los Rayos X.

Los zapateros desde sus portales “controlaban” la vida de los barrios al igual que lo hacían los barberos. Su opinión era muy tomada en cuenta pues solía ser una voz muy “refrenada”, quizás por tantas horas sentado en su mesita de faena. En el año 1473, cuando se dio en Córdoba, la famosa revuelta en contra de los conversos, el que se llevó todo el protagonismo de la historia, fue el famoso herrero de San Lorenzo. Sin embargo hay motivos lógicos para pensar que en aquella revuelta muy generalizada en la zona de la AJERQUIA, también tuvieron algo que decir el zapatero de Santiago, Juan Rodríguez, el zapatero de San Andrés. Pero Rodríguez, el zapatero de San Pedro, Antón García y el zapatero de San Lorenzo, Cristóbal Ruiz, ya que los zapateros, eran normalmente como líderes en los barrios. No se hubiera concebido a estas personas sin participar en aquella revuelta.

En Inglaterra se denominaba “CORDOBESES”, a los zapateros, A esta reflexión llegaban, influenciados por la reputación de que gozaba Córdoba, en los trabajos de las pieles.

Y es que el gremio de los zapateros fue muy fuerte y además desde casi siempre tuvieron sus propias ordenanzas para organizarse. Para dar una idea de la abundancia de estos profesionales hemos entresacado de una guía de profesiones y oficios de finales del siglo XIX. (1852), la siguiente relación.

ZAPATEROS DE PORTAL, que existían en Córdoba censados a finales del siglo XIX.
Antonio Alcaide Muñoz ............... Enmedio 8
Francisco Álvarez Rodriguez ........San Francisco 138
José Arroyo Casares .................... Gutiérrez de los Ríos 66
Francisco Baro y Valle ..................Cardenal González 44
Doroteo Barranco y Raya ..............Enmedio 13
Rafael Barrios Mayuet................... Cardenal González 79
Antonio Belmonte Carmona ......... Lineros 62
Juan Bello Triguero .......................San Basilio 28
Mariano Benítez Bermejo .............. Martín López 3
Juan Borrego Juárez. .....................Plazuela de la Iglesia 11
Francisco Cabrera Romero ............Duque de Fernán .Núñez S/N
Rafael Carmona del Castillo ...........Alfonso X II 62
Antonio del Castillo González ........Plazuela de la Almagra. 1
Rafael Castillo Jiménez.................. Cardenal González 23
José Castro Herencia .....................Costanillas 48
José Castro Lorenzo ......................Madera alta 7
José Castro Núñez .........................Gutiérrez de los Ríos 41
Manuel Conde Pérez ......................Plazuela de San Pedro 4
Rafael Crespo Pérez .......................Arroyo del Buen Suceso 9
Miguel Díaz Dios ............................Concepción 36
Francisco Diaz Rullo ......................Mesón del Sol 7
Antonio Diéguez Uceda .................Cardenal González 2
Antonio Gómez Caballero ..............Mayor de Santa Marina 7
Manuel González Gavilán .............. Montero 18
Juan Gutiérrez Amaro ....................San Basilio 39
Rafael Heredia Alcaide ...................Alfonso XII 12
Francisco Herencia Moreno ........... Alfonso X II 35
Antonio Fierra López ......................Madera alta 4
Manuel Herrera Rodríguez ..............Juan Rufo 12
Francisco Jiménez Castillo ...............Dormitorio 11
Manuel León León Llamas ...............Tejares 15
Enrique Lobato Huertas .................. Cardenal González 61
José López Sufra ..............................Encarnación Agustina 8-12.
José Lucena Cruz .............................Enmedio 11
Francisco Luque Merino ..................Plazuela de San Miguel 1
Antonio Luque Navarro ...................Cardenal González 95
Benito Llórente Castro .....................Madera alta 2
Rafael Martínez Gutiérrez ................Agustín Moreno 140
José Martínez Moreno..................... Portillo 2
Juan Martínez Muñoz ......................San Basilio 31
Ángel Martínez Trapero................... Enmedio 15
José de Mesas Gutiérrez ...................Puerta de Almodóvar 30
Rafael Molina Suárez ........................Plazuela de la Paja 3
Marcial Montes García .....................Puerta del Rincón 89
Andrés Moreno Labrador ................Cardenal González 128
José Muñoz Moreno ........................ Moriscos 22
Manuel Muñoz Moreno ....................Montero 2
Juan pedro Navarro ........................Plazuela de la Iglesia 8
Leandro Nevado ..............................Puerta de Almodóvar 34
Manuel Ocaña .................................Santa María de Gracia 94
José Ojeda Serrano ......................... Montero 40
Antonio Omite Leiva .......................Plazuela de San Juan de Letran 46
Francisco Oportos Lunes................. Agustín Moreno 133
Lorenzo Ortega y Repiso.................. Costanillas 49
Manuel Palou Fernández ..................Puerta del Perdón 12
Manuel Peña Barrilero .....................Moriscos 14
Eduardo Pérez y González ................Frailes 50
Donoso de Pino y Torres ..................Plazuela de los Carrillos 25
Antonio Ponce Medina .....................Dormitorio 2
Carlos Quiles Flores ..........................Moriscos sin número
Manuel Quiñones Castillo .................Portillo 10
Ángel de los Ríos Navajas .................Dormitorio sin número
Joaquín Rodríguez y Rodríguez ........ Plaza Mayor 57
Francisco Roldan Pérez .....................Mayor de Santa Marina 10
Antonio Ruiz Domico ........................Plazuela de la Magdalena 9
José Ruiz Miranda .............................Pérez de Castro 22
Manuel Ruiz y Ruiz ...........................Mesón del Sol 9
Ramón Ruiz y Voc ............................Plazuela de San Juan de Letran s/n
Manuel Salgado Olmedo ...................Lucano sin número
Francisco Sánchez ...........................Plazuela del Tejar 9
Juan Sánchez Suárez ........................Mayor de San Lorenzo 188
Rafael Soto Córdoba .........................Arroyo de San Andrés 20
Rafael Suárez Moyano ......................Plazuela de Pineda 4
Francisco Torres ..............................Cardenal González 72
Rafael Uceda Diéguez ........................Agustín Moreno 149
Francisco Urbano Muñoz ................. Fernández Ruano 21
José Vázquez ................................... Poyo sin número
Rafael Vázquez Rubio .......................Plazuela de la Paja 9
Nicolás Villar Mancilla...................... Cardenal González 45
Zacarías de la Virgen Expósito.......... Mayor de San Lorenzo 154

LA CRISIS DE
LOS ZAPATEROS

La aparición del caucho y la fabricación en serie del Calzado, determinó entre otras cosas, que decayera sensiblemente el número de zapateros tradicionales. En los años cincuenta apareció por Córdoba, una tienda de calzado que enseguida se hizo famosa, se trataba de CALZADOS SEGARRA, era un calzado concebido con sentido práctico y pudiéramos decir algo a lo bruto, pero de una eficacia y robustez incuestionable. Esa tienda se instaló en la Calle Cruz Conde, y durante mucho tiempo fue visita obligada para los cordobeses. Con tiendas como estas donde el precio del calzado se hizo más popular y asequible, se acabó con muchos “portales” de la profesión de zapatero. No obstante en aquellos años cincuenta, aún perduraban algunos portalillos clásicos. Por ejemplo en la Plaza de la Corredera, antes de que fuera demolida, existía prácticamente en cada arco de los soportales, un zapatero, que muchas veces ya más que negocio eran lugares habituales de tertulia.

EL “COJO” DEL JARDIN

A mediados del siglo XX, por nuestros barrios populares como hemos dicho, todavía quedaban algunos portales de zapateros, así podemos citar que en los años 1950, teníamos un zapatero en el JARDIN DEL ALPARGATE, llamado Francisco Morales Muñoz, este hombre venía del campo de las minas. Nació en el 1888, en Cerro Muriano y de joven trabajó en las Minas de Cobre de esa localidad. Cuando contaba 24 años, formando parte de una cuadrilla de 5 hombres y cuando transitaban para acceder al pozo San Rafael, fueron sorprendidos por una enorme explosión al parecer motivada por el cigarrillo de uno de los del grupo, que de forma descuidada pasó por la Santa Bárbara y provocó la explosión. Murieron sus cuatro compañeros y él salió proyectado hacia el interior del pozo, quedando cogido en unos salientes de viga y que al quedar suspendido por la pierna, ésta por el peso del cuerpo, quedó prácticamente amputada en el acto. Desnudo totalmente como quedó después de la explosión, lo recuperaron y fue trasladado al hospital de Agudos en donde le atendieron. Salió del hospital con una pierna menos y su muleta.

CABRERO Y AGUADOR

Fue indemnizado con 1500 pesetas, con lo que compró una “piara de cabras” y se dedicó a pastorearlas por el campo de Cerro Muriano, muy cerca de donde dicen que se obtuvo la foto de Robert Capa (“La muerte del Miliciano”). Con 28 años conoció a Francisca Contreras, con la que se casó y tuvo nueve hijos. Ya casado se colocó en la Azucarera de Villarrubia, (Córdoba), con el encargo de “aguador”. A pesar de que andaba con una muleta, caminaba con el cántaro al hombro con cierta soltura. Dada su enorme dificultad en la pierna, optó por aprender el oficio de zapatero, para lo que empezó “enderezando puntillas” en la Corredera, más adelante logró aprender bastante bien el oficio y cuando nació su segundo hijo Manolo, ya estaba trabajando de zapatero, en el Jardín del Alpargate, muy cerca de su casa.. Era un hombre bebedor cuando hacía falta, alegre y de apariencia optimista. En su taller se reunía mucha gente joven que lo tenía al corriente de todo. Por su portal, pasaron “El Mora”, “El Sorna”, “El Negro”, “El Cuevas”, “El Tarugo”, “El Tormenta” y como no, los “Gatos”.

LA BOFETADA

Fue para él muy desagradable el presenciar como su gran amigo el sastre “Bimbela”, era “abofeteado” de forma reiterada, por el sargento Basildo. Ángel “Bimbela” de profesión sastre, con más chiquillos y hambre que trabajo, era una persona sencilla y muy amable, pero tenía la “costumbre” de empeñar para poder comer muchas veces, hasta los cortes de tela que le enviaban los novios para que les hiciera el traje de boda. Aquel día estando tomándose una copa en compañía del “Gato padre”, (En Ogallas), llegó uno de sus hijos y le dijo “Papá, papá, ahí ha llegado el yerno de “Lola la Pecosa”, que ha preguntado por su traje de novio pues al parecer la boda es este sábado”. En ese momento “Bimbela” acordándose de que el corte de traje estaba en la Casa del Empeño, maldijo su suerte y mirando para el cielo se cagó en (…..) Era su forma de desahogar el cabreo y la desesperación que le había supuesto la noticia de su hijo. En ese momento y al oír la blasfemia, se acercó el citado sargento, que estaba en la taberna y abofeteó al pobre sastre que estaba como perdido y desesperado. Nadie dijo nada.

LA CALLE EMBARRADA

Si desagradable fue el rato que pasó con las “bofetadas” del dichoso sargento, el también las pasó canutas un día de 1953. Era el mes de marzo y yo fui con mi madre al "Calerin de Eloy" (Hoy Avda. Rabanales), a comprar cal para blanquear la fachada de mi casa. Por aquellos años en pleno periodo de lluvias estaba todo el camino de tierra de esa calle hecho un autentico fangal. Era una masa de barro de una profundidad de cerca de cuarenta centímetros, que se amasaba y amasaba, con el paso continuo de carros y vehículos. Sólo se podía andar por los laterales, que ni siquiera se podían llamar aceras.

Mi madre y yo, volvíamos con la cal que un hombre medio-tuerto, nos había puesto en la cubeta, recuerdo que nos cobró SEIS GORDAS. Se paró mi madre a charlar con su pariente Gabriel González, albañil, que con Juan Chofles, de peón, estaban “ampliando el depósito de agua” que tradicionalmente hubo en esa parte posterior del cuartel. Al poco rato observamos en la puerta de una taberna que se llamaba “CASA BERNARDO”, una especie de tumulto, con bastantes personas alrededor. Allí pudimos ver a varios militares, vecinos de las casas próximas que rodeaban a un hombre con una muleta de unos 64 años, que prácticamente estaba enterrado en el barro.

CASI UNA OPERACIÓN MILITAR

El hombre de la muleta con 64 años, era el padre de Rafael Morales Contreras, “Faeles”, (gran amigo nuestro), que le relató a mis hermanos mayores lo que le pasó a su padre, y es que como muchas tardes acudió a jugar a las cartas a la taberna del citado Bernardo, y al salir serían las siete de la tarde, venían tres vacas pajunas desbocadas desde la fuente del Jardín del Alpargate, con lo que todo el mundo procuró ponerse a “cubierto”.El zapatero, con su pata de menos y su muleta, sin saber como, se metió más de lleno en el barro, quedando prácticamente apresado en aquel suelo y sin fuerzas posibles para poder salir de allí sólo. Tuvieron que ser los Cabos Primeros, Caramel, Briceño y Almansa, que a las informales órdenes del teniente Clemente, sacaron a aquel hombre de allí. Los albañiles le dieron un trapo, agua y lo necesario para adecentarse. Lo único que se le ocurrió decir al simpático zapatero fue: “La ventaja de ser cojo, es que no tienes que limpiarte nada más que una pata”.

Un día con dos copas de más se apostó con el “Sorna” de que se quitaba los calzoncillos sólo por un pernil y lo lograba con relativa facilidad, además era muy bromista y dicharachero. Disfrutaba con la candela de la Navidad, y que siempre procuraba que se hiciera en su casa. Para ello mandaba a sus hijos a por leña a la huerta de los Porras. Junto a la candela y con una copita de más, disfrutaba y bullía alrededor del fuego, dando saltos con su muleta. Murió en el año 1961, pocos días antes de la boda de su hijo Arturo.

CURTIDOS HUERTAS

Por Aquellos años principios de los 1950, se instaló un negocio de curtidos en Santa María de Gracia, para atender el abastecimiento de los zapateros. El nombre del negocio fue CURTIDOS HUERTAS, eran varios hermanos que disfrutaba con su buen negocio. Allí en un principio acudían muchos zapateros, a comprar suelas, cortes, y toda clase de material. No sabemos si el negocio fue un éxito o no, pero lo cierto y verdad es que los dueños tenían unas motos que para aquellos tiempos era todo un lujo. Y en casa de Gamboa, pavoneaban de invitar y ser esplendidos con todo el mundo. Empezaron a vender de fiado y eso, unido quizás a su ritmo de vida, a la caída del sector y a una mala administración determinó que a los 6 años prácticamente el negocio se hundiera.

EL ZAPATERO MEDICO

Un vecino mío llamado José Montero, al pasar de los cincuenta años, empezó a notar en las plantas de los pies, un dolor muscular en la zona plantar situada más atrás de los dedos. Al principio creyó que era cosa de podólogo y fue a San Andrés, para que lo vieran. El podólogo le dijo que eso eran problemas derivados del “pie cabo”.y que era cosa del traumatólogo. Fue al médico de cabecera para que le diera un volante para el especialista y el médico le dijo: “Aquí tienes el volante para el traumatólogo, pero no obstante llégate antes al zapatero de San Pablo, y cuéntale tu problema. Así lo hizo, y desde que habló con el zapatero, (Enrique), éste le solucionó el problema y hasta hoy. Después de más de diez años, los dolores del plantar desaparecieron como por ensueño. Este zapatero, ya jubilado fue un “zapatero médico”, y eso se lo pusieron las mujeres que trabajaban en los laboratorios BESOY.

EL COJO “TORTOLA”

Al zapatero Antonio López, “El tórtola”, otras veces y dada su evidente cojera, le llamaban “El Cojo”, era un gran aficionado a toda la cacería de pájaros, especialmente la paloma, la tórtola y la codorniz Tenía el taller lleno de jaulas, y eran muchos los amigos que le visitaban, (además de encargarle trabajos), para hablar de toda clase de artes de las redes, que era su afición favorita. Para practicar esta afición acudía más allá de los Peñones de San Julián, en la Zona del Soto del Arenal, y también a la Alameda del Obispo. El no pegaba tiros y los casqueros de las orillas de los ríos, era el sitio ideal para colocar su chozo y la red.
Tenía su taller ubicado en la Plaza de San Rafael, en casa de “La Repulla”, (Josefa Repullo García), que era como decir “la alcaldesa” de esa zona del barrio. Era buen maestro en el tema de la zapatería y hasta el cuerpo lo tenía idóneo para la profesión que había elegido, ya que además de que no tenía excesiva altura, era bastante gordo.

Cuando iba de cacería y lo mirabas por detrás, lo único que veías era un hombre encorvado por la postura del oficio, y el resto todo era culo y zurrón. Tenía varios amigos fijos que lo visitaban todos los días, como Rafael el “Coco”, que aún estaba más encorvado que él, Enrique “El lombrica”, siempre tieso de tabaco y Pedro “El pella”, que atendía a este apodo porque tenía la facilidad de ventosear prácticamente cada vez que quería, y alguna vez que otra se le escapaba alguna “pella”.

También entre sus amigos a la cacería se conocía a varios médicos, a los que tenía como clientes y de vez en cuando les mandaba “sus pajaritos”. A él le gustaba el tabaco y el buen vino, y tenía en su taller una especie de armario ventorrillo. Al estar tantas horas sentado encima de la silla, y a partir de los 50 años, empezó a padecer bastante de las hemorroides (Almorranas) y sufría mucho de este padecimiento pues incluso decía que algunas veces llegó a sangrar.

Juan Martínez Cerrillo, que tenía su taller de escultor e imaginero enfrente, le visitaba a menudo, comentándole cosas de esta enfermedad, que él también padecía. Cerrillo, siempre supo reconocer en este hombre de aspecto un tanto “elemental”, que se manejaba muy bien con el cuero hasta el punto de que incluso le hizo unas botas a “Alfonso el droguero”. Gustaba hablar con él de cueros, máxime cuando en aquellos tiempos el propio artista (Martínez Cerrillo), empezó la técnica del repujado.(1958).. Todo el mundo disfrutaba de las ocurrencias y chistes que a este hombre se le ocurrían.

UNA BOMBA HA MATADO AL “TORTOLA”

En aquellos bombardeos que cayeron en 1936, en torno a la Iglesia de San Rafael, uno de ellos pilló a este joven zapatero, y el propio “Chocolatero”, (sacristán del convento de Santa María de Gracia,) al verle caído en el suelo, cundió la mala noticia de que a “Antonio el Cojo”, le había caído una bomba en lo alto y lo había matado. Esto se propagó por todo el barrio, dada la popularidad del zapatero. Afortunadamente todo quedó en un poco de “metralla”, que según él se le alojó en la pierna mala. Testigo de todos estos episodios, fue Juan de Dios Muñiz, pescadero de toda la vida y que siendo vecino de la Calle el Cristo, jugaba en compañía de Pepín Sánchez, en los “marmolillos” de piedra que antaño había en la puerta de la Iglesia de San Rafael.

MUY ENAMORADO

El “Tórtola”, a pesar de la bomba, era un hombre muy enamorado y aunque tenía a la mujer muy cerca, siempre que le visitaba una clienta, le gustaba mirarla y admirarla, lógicamente con respeto, pero cuando se marchaba la clienta, siempre emitía una opinión de admiración de todas. Tenía una hija que se casó con José Izquierdo, gran aficionado al boxeo, en donde combatió con el apodo de “Pecho Paja” y deleitó a mucha gente en las veladas de combates que se celebraban en el cine Iris de Verano, (Calle Abejar), con Jack Terri, León Morrugares, y otros contendientes. Luego más tarde en el Córdoba Cinema, de verano, recuerdo que mantuvo un sonado combate con un panadero del Horno de San Pedro, (Repartidor), y otro con el famoso Díaz Maldonado, “El Mangui”, de las Costanillas, en los que la gente vibró de emoción. En cuanto al enamoramiento, Antonio "El Cojo", y al "Coco", siempre les gustó tener chavalas jóvenes a su alrededor.

LA “MAROMA” DE CERVANTES

Como remate simpático de este zapatero, tenemos que decir que debido a su excesivo peso, y como la postura de tantas horas sentado a la mesa, le dificultara el levantarse, ya había hablado con el ingenioso “El bizco Cervantes” para que le pusiera una especie de maroma, cogida con una argolla al techo, de esta forma podía agarrarse a ella para levantarse. La maroma fue idea de Jaime Cervantes, que como todos los hermanos de este apellido, tenían un gran ingenio como el padre. Al final la maroma no se pudo colocar, pues al final de los setenta vendieron la casa para obrarla y el zapatero se tuvo que marchar. La casa estuvo unos cuantos años sin obrar pero finalmente JUANITO, (Juan Antonio Ruiz Pérez), el que tenía aquel almacén de comestibles “DE APUNTAR EN LIBRETA”, en la misma esquina con el CINE IRIS. Por cierto en aquella sala de cine se proyectó la película HELGA, que hizo furor.

EL TOCINO FRESCO

Un día en Casa de Matías, (Tienda de Comestibles), de la Calle Roelas, y al salir el tema de las “Dichosas Almorranas”, refirió Carmela, que su vecino el zapatero “El Tórtola”, se había curado las famosas hemorroides, untándose con un pedazo de TOCINO FRESCO, dos veces al día durante varias semanas. Esto lo hizo “El Cojo”, siguiendo los consejos de su gran amigo Francisco Morrugares “El Coco”, que por viejo y sabio le merecía “más confianza” que otros amigos, incluso médicos.

MAYONESA MUSA

Por cierto que esta Carmela, fue empleada de Moreno S.A., y se llamaba realmente Carmen Ruiz Repullo, fue una trabajadora ejemplar de Moreno S.A. en donde estuvo más de 45 años. Ella fue la DESCUBRIDORA PRACTICA DE LA MAYONESA MUSA, porque si bien, en la idea, y en la formula final hubo personas como José Ávarez (padrino de boda de Pepe del Caballo Rojo), que al casarse con una cubana, trajo esa idea de Cuba para Córdoba, y el gran empresario que fue Don Baldomero Moreno Espino, la puso en experimentación en su fábrica de Córdoba, para ello contó siempre con la colaboración de su empleada de confianza, Carmela Ruiz Repullo, que fue la que de forma real, con la "práctica" del pobrar y el pobrar, hasta dar con el sabor y la texturas final. configuró la agradable y maravillosa Mayonesa Musa. Luego como hemos dicho los químicos y técnicos, elevaron estas experiencias a nivel de FORMULA, y así quedó registrada LA MAYONESA MUSA, que se vende por todo el mundo, y de alguna forma da prestigio a Córdoba.

CARMELA RUIZ REPULLO (+)

Nació en la Plaza de San Rafael, en donde vivió la mayor parte de su vida. Cordobesa de pura cepa. No debiera pasar esta mujer a la historia por ser simplemente familia del “Tinte” ella debe de pasar a la memoria de los cordobeses, como una mujer que trabajó durante 45 años en Almacenes María Auxiliadora, (Moreno S.A.), y también porque fue la DESCUBRIDORA REAL de la MAYONESA MUSA, siendo además, una gran compañera de trabajo, una gran vecina, y que supo llenar siempre su entorno de una gran solidaridad y una exquisita humanidad. Viviendo en la Calle el Cristo, ya sola y mayor, se marchó a Sevilla, al calor de sus sobrinos. Allí murió en el 2007. Lo único que testó fue que la enterraran en su amada Córdoba.

EL DOMINO Y ZAPATERO

Rafael Misa Rodríguez (+), fue posiblemente uno de los mejores jugadores de dominó que han existido en Córdoba, no hacía falta que lo dijera él, sino que todos los que le rodeaban estaban de acuerdo en este liderazgo, y eso es ya difícil en esta vida y más aún en este juego.

El solía decir que: “Cuando en el dominó se cogen fichas malas, aunque sepas jugarlas, inevitablemente tienes que perder. Lo que hay es que jugarlas de tal forma, de que pierdas las menos decenas posibles, y por supuesto, hay que evitar que UN CIERRE, te sorprenda, pues entonces te haces merecedor hasta de un MANDIL”

El Sr. Zapatero, en esta última partida que le ha tocado jugar, ha cogido evidentemente unas fichas muy malas (léase, economía, crisis financiera, hipotecas, crisis del ladrillo, etc.), pero el con estas fichas tan malas, ha pretendido ganar un partido que siempre lo tuvo perdido, no siendo sensato y consecuente con la realidad de la partida. El con sus fantasías de líder a lo OBAMA. se había imaginado que la partida de dominó la jugaba en un salón digno de cualquier CÚPULA DE BARCELÓ, de tal forma que cuando se produjo el CIERRE A BLANCAS, no solamente le costó un Mandil, sino que da la impresión que la citada cúpula también se le cayó encima. De una manera u otra su formación política lo ha retirado del próximo campeonato que se celebrará a partir del 20 N.
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