sábado, 9 de abril de 2011

LOS AMIGOS DE PEDRAJAS

Eran un grupo de amigos que se reunían en la taberna Casa Ramón, (C/ El Avellano) y que formaron una especie de peña o coto de caza, en torno a la finca Pedrajas de D. Ramón Sanz, que estaba casado con una hermana de los Zuritos. Esta finca situada en plena sierra, se dedicaba al engorde de ganado de carne y a coto de caza. Allí propiamente no había las tan buscadas esparragueras, pero estaba rodeada de otras fincas, como Las Cuevas, La Jarosa, La Jarilla, etc. que si eran ricas y famosas por sus esparragueras amargueras. En lo que concierne al coto de caza, los más jóvenes del grupo Juan Cebrían y Antonio Trujillo, se encargaban de todos los papeles y organización.


CASA RAMON

A principios de los años sesenta Ramón García, (El padre de Pepe el del Caballo Rojo), cansado de regentar varios establecimientos de hostelería, se retiró a una tabernilla que puso en la calle el Avellano, (Barrio de Santa Rosa). Era un establecimiento muy pequeño, formado por un pequeño mostrador, una trastienda cortinada, que al parecer le servía incluso de vivienda, algunas veces. Tenía solamente un barril de Marques Panadero, del que obtenía un vino exquisito y a precios baratos el medio. Despachaba cerveza solamente en botella, y algún que otro refresco Mirinda, pero lo normal eran los medios de vino.

Por la calidad del vino se formó una gran clientela, en parte con trabajadores de las empresas próximas que entonces había por aquellos tiempos. (Central Contable de Banesto, Subestación Mengemor, Maderas Luís Aranda Martos, Pisos de Asland, etc. Pero los clientes más asiduos fundamentales fueron los vecinos de los recién inaugurados bloques que había levantado Construcciones AVA, en la esquina de la Calle Santa Rosa y otros bloques de alrededor.

Entre los clientes asiduos podemos citar:

Paco Luque “El Pela”, posiblemente el cliente más querido por el tabernero incluso por sus compañeros, que más o menos fueron:

Ángel González “El Calvi”.

Pepe Pons,

Juan Morales

Manolín Zurito

Pepe “Pilas”

Antoñin Trujillo

Pepe Rey Almoguera

Jesús Barba

El Taxista “Carrataca

Luís Hernández y su cuñado Rafael

El tio del Calvi “El Titi” (Juan Tapia)

Rafael “El Pescaero

Juanillo Ranchal

El Rafael Muñoz “El Corchao

Juan Cebrián

Antonio Álamo “El Pariente”

Rafael Gonzalez“El Pelaopos

Manolo “El Cabezón”

Antonio Cámara “El Castelar

Eloy Cantero

El “Carriles”

Paco Torronteras

Pepe Lechuga

Antonio Seco

Rafael Amil “El Sordo”

Juan Carreras

Rafael Pozo

El médico D. Rafael Ortiz, que era el que velaba por la salud de todos simplemente con mirarlos a los ojos.

Todos estos clientes habituales no tenían más remedio que permanecer en pie, pues allí no había asientos nada más que para un par de ellos. Ante la bulla de gente que se agolpaba en el mostrador y que muchas veces llegaban hasta la puerta de la calle, no tuvo más remedio el bueno de Ramón, que quedarse con el local de al lado. De esta forma “amplió” su negocio e incluso pudo habilitar una mesa para que se pudiera jugar una partida de dominó. Llamaba la atención esta mesa, pues el tablero sobre el que se jugaba al dominó, era un “tablero de ajedrez”.

Allí donde concurrían tantos clientes al mediodía o por la tarde, lógicamente se suscitaban discusiones de todas clases. Fundamentalmente se hablaba del campo, pero también se hablaba de toros y de fútbol. La discusión de toros tomaba cierto protagonismo por la presencia muchas veces de alguno de los Zuritos, especialmente Manolin, ya que ellos vivían en la misma esquina de la calle Avellano, desde que se vinieron de su casa de Santa Marina.

Hay que hacer resaltar de toda esta simpática gente el caso del "Pelaopos", que incluso llegó como comentario al pleno del Ayuntamiento, en donde valoraron las cosas especiales de este singular cordobés, matarife, picaor, tratante y portero de museos y del mismo Ayuntamiento. Estando un día de portero mayor en la Casa Consistorial, en relevo de tarde, llegó un cordobés que llevaba mucho tiempo en Holanda, y entre ellos se entabló esta conversación: ¿Oiga Vd. no trabaja aqui nadie en el Ayuntamiento por la tarde?, a lo que "Pelaopos", contestó: ¡No, mire Vd. aquí en el Ayuntamiento no trabaja nadie por la mañana, y por la tarde no viene nadie!. El holandes, cogió carretera y manta y se marchó.


EL TABERNERO

El amigo Ramón, era un hombre que venía de vuelta de corretear el mundo de la hostelería, y debería tener más de setenta años. Su atuendo era muy normal para un hombre que vivía solo, y a veces en la propia tabernilla. Hablaba lo justo, y el movimiento de la mano cogida a su gorra, era más explicita que su propia palabra. Tenía una psicología muy especial para “calar” a los clientes, y aunque no se enfrentaba públicamente con ellos, los rechazaba, intentando confundirlos a la hora de servirles. AL QUE PEDIA UNA CERVEZA, LE PONÍA UN MEDIO Y VICEVERSA. El guisaba muy bien y cuando le parecía solía poner zorzales en “pajarilla” muy buenos, pero se los vendía al que él quería. Si alguien que no era “amigo” le pedía un zorzal, EL LE DECÍA, -NO SEÑOR NO TENGO-, ¡A COMER VAYA USTED A SU CASA!.

No solía meterse en las conversaciones de nadie, pero cuando alguna vez lo implicaban por cualquier razón, tenía muy malas reacciones cuando lo cabreaban. En una ocasión y precisamente con una discusión con Manolo Zurito, fue tal el cabreo que cogió, que no tuvo nada más que levantar la cortinilla de la trastienda, entrar en ella y salir posteriormente con su escopeta de caza en actitud de pocos amigos. Siempre le gustaba demostrar que aunque “tabernilla pequeña”, aquello era su casa y por tanto mandaba él.

Luego era leal y buen amigo para quien él quería e incluso demostró tener un buen corazón, llegando a prestar dineros a alguno de sus clientes. Cerró el negocio con ochenta y tantos años y al parecer se fue con una hija. El negocio para él fue una forma de esperar en paz la muerte.

En casa de Ramón se tomaba diariamente mucho vino, estando muy cerca de las dos arrobas diarias el consumo DE MARQUES PANADERO.


BEBEDORES

Un día en que el mismo Ramón nos explicaba “el porqué le ponía un paño húmedo encima de la bota para refrescar el vino”, salió la conversación de bebedores y menos bebedores. El solía decir que cada uno se bebía su “parte”. A esto le recordé yo a “El Coco”, (Manuel Notario Catalán), el “pescaero” de la Plaza de Sánchez Peña, y que fue gran colaborador de Pepe Reus, en el tema del Club Atco. San Lorenzo. Y se lo recordé porque según Pepe Jiménez, este simpático Coco, tenía el record de toma de MEDIOS en San Lorenzo. Según nos relató el hermano de Manolo el de las Quinielas, (tabernero de Casa Manolo), el 13 de junio de 1969, le sirvió de forma ininterrumpida TREINTA Y DOS MEDIOS DE FINO PRINCIPE. A esta afirmación, el bueno de Ramón me dijo que sus clientes no llegaban a tanto. Que solamente los “sevillanos, padre e hijo” que trabajaban en la empresa LUIS ARANDA MARTOS, le llegaban muy cerca. Allí el promedio máximo por regla general era tomarse de CUATRO A SEIS MEDIOS AL MEDIODIA Y OTRO TANTO POR LA NOCHE.


ENTRE COPA Y COPA

Al final de los años setenta, esta tabernilla cogió cierto relieve a nivel “empresarial”, pues allí unos señores a los que se les denominaba por los “catalanes”, en el fragor de los medios, discutían y echaban sus cuentas, para quedarse con la Empresa LUIS ARANDA MARTOS, una de las firmas más importantes en Córdoba en el sector de la madera. Como indicativo de la importancia de esta empresa podemos decir que la mayoría de las Torres de Apartamentos TOTO, que por aquellas fechas poblaban TORRE DEL MAR, fueron todos equipados por esta empresa. También podemos citar que toda la Universidad Laboral, incluido todo su mobiliario, fue suministrado, por ellos.

A esta importante empresa, quizás el derroche, una mala administración, y la gran competitividad, o posiblemente el haber entrado en las “garras” de las empresas constructoras, la hicieron caer en picado. Por todo ello los “catalanes” se interesaron por ella y su viabilidad, a la que finalmente accedieron por un importe casi testimonial.

Antes de llegar a esta situación los trabajadores (unos 150) tuvieron que protagonizar protestas y manifestaciones, llegando a encerrarse en la Mezquita-Catedral. En aquel encierro tuvieron un visitante importante IGNACIO GALLEGO, político que por aquellos tiempos aún militaba en el Partido Comunista de España, y que como parlamentario por Córdoba, se interesó por los problemas de los encerrados. Al final nada, más de lo de siempre, los “catalanes” se quedaron con la empresa, pero esta duró unos pocos años más en funcionamiento, cerrando inevitablemente a principio de los ochenta. Luego la inmobiliaria Osuna, compró los terrenos e hizo varios bloques de pisos.


LOS TOROS

La cercanía del domicilio de los Zuritos, y la presencia habitual de algunos clientes aficionados a la fiesta, daba lugar a grandes discusiones en el tema de los toros. Por aquellos tiempos Gabriel de la Haba Zurito, iba formando pareja con Agustín Castellanos “El Puri” y lograron un periplo lleno de éxito por muchas plazas. En la cuadrilla de Gabriel, iba su hermano Manolo como banderillero y Rafael González “El Pelaopos”, como picador.,

Como en toda España, las actuaciones de El Cordobés, eran el centro de cualquier discusión, pero allí en casa Ramón, Paco Torronteras, introdujo su candidato que no era otro que Gabriel de la Haba Zurito. El torero, no iba por allí, pero en cambio si lo hacía su hermano Manolo Zurito y su cuñado Pepe Pons, quizás los más amigables de la familia.

Como en todos los sitios había discusiones intentando aclarar quienes eran los mejores toreros. Estaba el grupo de Zurito, estaba también un grupo del Pireo y claro está la mayoría optaba por El Cordobés.

El 27 de Mayo de 1963, se dio en la Plaza de los Tejares, posiblemente una de las mejores novilladas de su historia. En el cartel, LUIS PARRA EL JEREZANO, ZURITO Y EL PIREO, con ganado de Bernardino Jiménez. Aquello fue un éxito de público y de espectáculo. Los tres novilleros salieron a hombros e incluso el ganadero dio la vuelta al ruedo.

El empresario de la Plaza de Toros de Córdoba, quiso aprovechar “el tirón” de aquella novillada y repitió cartel, novilleros y novillos, para ello vimos como el principal escollo, fue ponerse de acuerdo en lo que iban a cobrar los novilleros. En el Bar Savarin, según contó luego el “Pelaopos”, hubo sus tiras y aflojas, pero fue finalmente y gracias a la intervención del maestro Antonio Ordoñez, (apoderado de Luís Parras el Jerezano), como se llegó a un acuerdo global, en donde los toreros, cobrarían un 20% más que en la novillada anterior.

Aquella novillada constituyó otro éxito y aunque todos los toreros se lucieron, fue Manolo Cano El Pireo, el que desde el centro de la plaza dibujó “Quizás los mejores carteles” que se han podido dar en una novillada en esta Plaza.

Esta discusión se llevó como no a casa Ramón y allí se encendió la discusión entre Paco Torronteras y Antonio Sánchez Torres “El Margarito”, gran apasionado al toreo que realizaba “El Divino Sordo”. Al final y como siempre nadie se ponía de acuerdo, allí también se personó un día para discutir sobre el tema José Casado “Pepe el Loco”, para apoyar el bando del torero de las Margaritas. Pero Torronteras y los próximos del barrio, eran incondicionales de Zurito. Para colmo de todo este ambiente, un día Pepe Rey, se personó allí con Manuel Benítez “El Cordobés”, que llegaron montados en un Land Rover que conducía el formidable “cantaor” Luís Chofles Miranda, y con esta presencia, se complicaron aún más las discusiones.

Al final los toros se fueron diluyendo, Paco Torronteras pasó a trabajar con el Cordobés y ya no había otro torero que no fuera ese. El grupo de las Margaritass, con el “Divino Sordo”, ganó el pleito de la discusión y al final se acabaron prácticamente los toros.


COGER CARACOLES

En esta taberna también los había grandes aficionados a la “rebusca” de caracoles gordos, quizás en ese arte el más incansable fuera Paco Luque “El Pela”, que disfrutaba cada vez que iba con Luís Hernández, junto a la finca la Torrecilla, allí en aquella zona de naranjos y melocotones, junto al río, cogieron durante bastante tiempo, cantidades de campeonato. Solamente el fumigado, acabó con toda la semilla lamentablemente. Era levantar las hojas del suelo y coger caracoles a pelotes.


PACO LUQUE “El pela”

El desaparecido Paco Luque “El Pela”, era un enamorado en coger todo lo que daba el campo. Cogía Paludú de palo, naranjas, caracoles, alcauciles, madroños, garbanzos, espárragos, almendras, higos chumbos, aceitunas. Todo lo que daba el campo le encantaba y también de vez en cuando le gustaba remojarlo con su vasito de vino, en compañía de su gran amigo “El Chaparro”. Al final de sus días y ya algo delicado, también solía coger jazmines. Los transformadores de la “Mengemor” son testigos de esta recolección.

El mencionado “Pela” era cliente asiduo de Casa Ramón, y era un personaje clásico de las aficiones de Córdoba. Amaba a Córdoba y a su sierra con locura, y entre sus grandes debilidades estaba el Cante del Caracol y el Atlético de Bilbao. En bastantes nochebuenas disfruté de su compañía en donde nos obsequiaba con su bellisima esposa (Antoñita), de unos "dúos" inolvidables como "NOCHES DE MI RIVERA", esta canción interpretada con cariño y amor, a Córdoba, hacía que las personas mayores, y a todos se nos pusiera el "vello de punta". A la tía Carmen, la tía Encarni, La tía Rafalita, y la a propia abuela Luisa Gutierrez Gómez (belleza del barrio de San Lorenzo1925), se les saltaban las lágrimas, al comprobar como "la vida en el ambiente de los recuerdos se les iba inexorablemente".

El "Pela" en el tema de los toros era partidario del Cordobés, al que disfrutó de verlo muchas veces y gozó de la amistad del hermano del Pipo que vivía en la calle Ocaña. Este gran cordobés "El Pela", quiso ser fiel a su Córdoba, y cuando le tocó la hora de morirse, quiso que sus hijos le enterraran a los pies del Corazón de Jesús de las Ermitas.

Siguiendo con el "Pela", tenemos que decir que cuando la gente veía los partidos de fútbol de las Televisiones, el casi siempre recordaba, el comparativo de cuando subido en un vagón parado en el apeadero de Cercadillas, el y muchos más presenciaban los lances del partido que se jugaba en el Estadio América. Siempre recordaba la anécdota de aquel partido en que jugaban la Electro Mecánicas y el San Lorenzo, y cuando “El Chato Efrén”, intentaba eludir al gigante de “Patricio” por la banda izquierda, sorprendentemente EL TREN EMPEZÓ A ANDAR, y todos los aficionados ante el temor de caerse al suelo, se perdieron la jugada. No cayeron al suelo de milagro. Curiosamente también coincidió en lo alto de aquel vagón presenciando el partido. Juan Blanco Pedraz, el hijo de la “madrileña” encantadora mujer de los Olivos Borrachos.


LOS ESPARRAGUEROS

Por aquellos años sesenta y setenta la temporada de espárragos llevaba todos los domingos a mucha gente al campo, para buscar espárragos, esto incluso se dejaba notar en los almacenes de herramientas de la Electro y La Cenemesa, pues el “consumo de guantes” de protección aumentaba de forma exagerada con la llegada de "los esparragos".

En aquella taberna de Casa Ramón entraban grandes aficionados al campo y como era normal por aquellos tiempos, la afición a “coger espárragos”, era todos los domingos como una auténtica competición. La verdad es que en Córdoba, siempre hubo grandes aficionados e incluso profesionales en la recogida de espárragos.

Desde antiguo y especialmente desde la Edad Media, existen documentos que regulaban los permisos para la recogida de espárragos, por nuestros campos.

A modo de ejemplo mostramos el siguiente:

“En el campo lo que no es producto del trabajo del hombre, pertenece al común de todos los ciudadanos” Fue poco más o menos la “resolución” de una sentencia dada en el año 1478, por los Reyes Católicos.

En todos los barrios de Córdoba, había sus campeones y lo demostraban domingo tras domingo, con los manojos que solían coger. Algunos más "fulleros, aprovechaban el cruce con el Castillo de Almodóvar, y allí, en las afueras del pueblo de Almodóvar “compraban el manojo” a los vecinos del pueblo que se los ofrecían al borde de la carretera. Luego llegaban a las tabernas y los lucían como cogidos por ellos. Igual pasaba, con los conejos, las perdices y los zorzales.

Como es habitual, todos llegaban a sus tabernas y enseñaban su “manojo”, y se recreaban con él, pero nunca te indicaban donde los habían cogido. Lo más que te decían era: “En el campo a la derecha” por toda contestación.

Entre los más hábiles en el arte de coger espárragos de los que entraban en Casa Ramón, y posiblemente incluso de Córdoba, era el camionero de CAMPSA, Jesús Barba, éste hombre era un superclase “En el manejo del campo”. Efectivamente se presentaba siempre con unos manojos inconmensurables, de todos los lugares que se pateaba de nuestra Sierra buscando espárragos. Un día se presentó allí en aquella tabernilla, Bernardo Romero Calzado, que iba con Rafael Parras Bermejo, (Ambos de Westinghouse) y que también traían un manojo respetable. Lógicamente se planteó una discusión entre los tres y aquello era una gozada, ya que los tres eran unas auténticas figuras en el arte de buscar espárragos.

Bernardo Romero, “un niño grande”, que se conocía las colas del pantano de Obejo como nadie. Nada más de llegar, se perdía y aparecía a las dos horas con un manojo difícil de llevar entre las dos manos. Igual le pasaba al bueno de Rafael Parras, este más conocedor de la zona de Guarromán y Las Cuevas. Jesús Barba, el “travieso” conocía todos los sitios de espárragos y cada domingo elegía uno nuevo para su colección. A mi me llevó una vez al Cerro de la Chimorra, en donde cogió espárragos para llenar un baño…No dejaba ni las puntas.

En la conversación entre los tres pudimos oír hablar de sitios ideales para la cogida de los espárragos. Difíciles y con arañazos, en la zona de la Ribera alta y la Ribera baja. (por culpa de los acebuches), Cómodos en la zona del Carrascal, en las Alisné y en los Baldíos. En estos últimos parajes era un monstruo Victoriano Lozano Amaro, el hombre de los bastones, que se ha correteado muchas veces esta zona de nuestra Sierra, con sus amigos Rafael Pozo y Paco Ponferrada.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno como he disfrutando leyéndote
Manuel.
Como ya sabes mi niñez es de las
Margaritas,por lo que el mundo de
la sierra y sus productos,nos encan
taba a los chicos de mi barrio.los
espárrogos,hinojos sabrosos para
tortillas y los guisos de cereales;
los higos chumbos deliciosos en
verano;los piñones,avellanas..En
fin todo lo que daba la sierra.
De los toreros que indicas,el Zurito jugaba a veces al fútbol
cuando con su mercedes se acerca
ba al cañito Bazán,donde un grupo
de chicos haciamos un partidillo,
en las explanadas.
Por supuesto que con el Pireo,tenía
muchos más lazos,porque eramos muy
amigos de niños,siempre estabamos juntos,era sordo sólo de un oido,su
padre que tenía una tienda de ultra
marinos y un bar se gastó unos dine
ros con él para que pudiera torear,
al final consiguió ser un buen torero,frio y serio nada que ver
con el toreo practicado por "el cordobés".
Sigue escribiendo estas cronicas
costumbristas,de nuestra amada Cór
doba,Manuel,para el disfrute de los
cordobeses.
Saludos

Manuel Estévez dijo...

Amigo Ben


De las Margaritas, tengo los mejores recuerdos, y sobre todo de mi amigo Antonio Sánchez Torres, al que de forma simpática se le puso en fábrica el apodo de "El Margarito". Por su amor a Córdoba, y su gran afición al Pireo.

Esa piña de amigos que entraban en Casa Ramon, era gente que todos le tenían un amor especial a nuestra querida y amada Córdoba, por lo que he querido mencionarlos.

Gracias amigo Ben

Laurentino dijo...

Interesantísima esa sentencia de los Reyes Católicos que no conocía. ¿Se refiere sólo a Córdoba?.

La verdad es que eso de permitirse un cierto aprovechamiento comunal de los campos(sobre todo en montes no cultivados), aunque la propiedad fuese privada, choca con la mentalidad de hoy de esta es mi parcelita-hago lo que quiero-construyo-ya me la legalizarán.

Aunque yo que creo que parte de esa realidad, que duró al menos hasta las desamortizaciones en el siglo XIX de los terrenos comunales de los pueblos y villas, aún permanece en el subconsciente de la gente, y a lo mejor es el origen de expresiones como "no poner puertas al campo" o "el campo es de todos".

Un abrazo.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Laurentino


Viene a cuento tu comentario de lo "comunal". Has de saber que de aquel grupo de "Amigos de Pedrajas", había dos, concretamente "El Pela" y su amigo "El Chaparro", que amaban la recoleción de cualquier "cosa" del campo.

Durante mucho tiempo con solo decir que estaban "parados" se creían con derecho a todo y la verdad es que les fue bien.

Saludos

Vértice dijo...

Sr. Estévez, no me canso de leer su magnifico blog, debe de tener una memoria prodigiosa.
Un Saludo y espero la próxima.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Vertice


Muchas gracias por tu comentario, debes saber que lo único que quiero es que cosas y hechos que pasaron en cualquier rincón de Córdoba, sean
conocidos por los cordobeses.

Es una forma de amar a Córdoba.


Saludos

Anónimo dijo...

Leyendo el blog me parece estar recordando las historias que mi padre me contaba de Córdoba cuando yo era muy joven. Por cierto, mi abuelo era Luis Aranda Martos, el de la fábrica de puertas de madera.
Muchas gracias por estos momentos de añoranzas.

Un saludo.