martes, 28 de diciembre de 2010

La Calle "Nueva"



JOSÉ MELLADO “EL CANDADO”

Hace unos días falleció José Mellado Madrid, a la edad de 94 años. Trabajó toda su vida en la “FERRETERÍA EL CANDADO”; por eso a él no le importaba cuando le llamaban atender por el simpático apodo del “CANDADO”. Muchas veces Paquillo “El Rubiano”, Juan Carretero, “Miguelín”, Rafael Calvo o Manolo Blancart, entre otros amigos, así lo llamaron.

Era un gran profesional, y se tenía a sí mismo como uno de los hombres que más entendía de “tornillos” en Córdoba. Medio en broma medio en serio, nos había contado más de una vez que el edificio de los ALMACENES SÁNCHEZ fue de los primeros edificios que se hicieron en Córdoba, allá por los años treinta, sobre estructura de hierro. Se jactaba de decir que José Cuevas, el encargado de Álvarez Salas, y gran amigo suyo, le había dicho que toda la estructura iba a BASE DE ROBLONES Y TORNILLOS, y que la soldadura se puede decir que brilló por su ausencia. De aquel tiempo y por el mismo autor es la actual Cruz del Rastro. Ya en tiempos más recientes también hizo en su fragua de la calle de la Feria la Corona del Cristo de los Faroles.

Pepe “Candado” fue durante muchos años un cliente asiduo de la Sociedad de Plateros, donde diariamente se tomaba sus “medios de Peseta”. Sus dos o tres medios, como él solía decir, caían todos los días. Casi toda su vida vivió en la calle “La Banda”, en casa de los “Almogueras”, enfrente de la famosa “Sarapia”.

Cuando se jubiló no se hallaba todo lo contento que él quisiera, pero pronto se adaptó a su nueva vida. Prácticamente coincidió su jubilación con el mudarse de domicilio. Se fue a vivir cerca de la Avenida de Jesús Rescatado.

Al cambiar de domicilio el vino lo pasó a tomar en la taberna del “Llano Amarillo”, donde medio barrio de La Viñuela jugaba al dominó. A él le gustó poco este juego, prefiriendo siempre charlar y entablar conversaciones simpáticas y amables, en donde daba muestra continuamente de su buen humor y ocurrencias.

Hace poco tiempo, sentado en la puerta de ese bar, mantuve con él esta conversación en la que me dijo cosas muy sabrosas.

“A las 9 de la mañana, suena EL TIMBRE, toca LA CAMPANA, y GUTIÉRREZ coge LA LLAVE para abrir EL CANDADO”.
Con este simpático juego de palabras mostraba a las claras la cantidad de ferreterías que había en la Calle Nueva. Unas mejores que otras, pero todas se complementaban y daban vida comercial a la calle.

A LAS NUEVE DE LA MAÑANA
Estas campanadas, lógicamente, las daba el reloj de las Tendillas. Era la hora indicada para que abrieran los establecimientos que poblaban la Calle Nueva.

Este reloj fue inaugurado en Enero de 1961, mientras la mayoría de nosotros estábamos en aquella plaza presenciando todo el boato y detalles que acompañaron el acto. El water de Caballeros, estaba lleno de gente “en espera”, lo que daba idea de la enorme cantidad de cordobeses curiosos que acudieron a escuchar la voz de Matías Prats y el rasgueo de guitarra de Juan Serrano. El reloj fue promocionado por D. Crecencio Marrodan, distribuidor de la casa PHILIPS en Córdoba. Ni el guitarrista ni el gran Matías Prats cobraron nada por el evento. Solamente se le hizo un donativo de UN MILLÓN DE PESETAS, al hermano Bonifacio para sus niños de San Juan de Dios.

OTRAS COSAS…
Siguió hablando de la gente que hacía cola para jugar al dominó: “Cada vez hay más que se vienen aquí para jugar al dominó, y como observarás no todos son jubilados, sino que hay también mucha gente joven que está sin trabajo. Y es que hay mucho paro, no sé qué vamos a hacer. A este paso pronto van a dejar de pagarnos incluso la pensión. Yo tengo un vecino que hablándome del paro me ha dicho, con bastante humor negro, que hay tantos parados, tanta gente andando por las calles, que hasta el tiempo de los semáforos lo han tenido que cambiar. Y es verdad, el verde de los peatones dura bastante más”.

Más adelante le hablé de su Calle Nueva, y casi se le saltan las lágrimas: “No sé lo que ha pasado con esa calle, pero a mí me da la impresión que desde que pusieron en pie esas columnas romanas junto al Ayuntamiento se cargaron la calle. Pasas por ella y está todo desconocido, muerto y medio abandonado. Quedan sólo dos o tres establecimientos de los de mi época”.

Recuerdo que por aquellos años, los 50-60, a las tres y media esa calle Santa María de Gracia era un reguero de chavalas jóvenes y menos jóvenes que iban a trabajar al Centro. Ese desfile lo formaban las hermanas de la Rubia (Mari Carmen, Loli y Conchi), María Luisa María, Antoñita Franco, Rafi Ariza, Angelita y Fuensanta Saco, Rafi Extremera, las mellizas de Amparito, Inés Roldán, las primas de Calerito, Rafi Nogueras, Antoñita Amaro, Nieves Fernández, Isabel Agudo (la cuñada de Cerrillo), Elisa Camacho, las hermanas Cantueso, Pili Clemente, las hermanas Mesa, las hermanas Mari y Manoli Mata, Rafi Gavilán, las Hermanas Lucena, Manoli Serna, las Hermanas García Millán, Maleni Sánchez, la “Fali del Huerto”, Rafi Álvarez, Mercedes Villalba, las hermanas Pacheco, etc., etc. Todas formaban como una serpiente multicolor en donde cada una de ellas procuraba el lucimiento de sus zapatos, sus faldas de tergal, sus chaquetas, sus rebecas, sus peinados sus bolsos y hasta sus andares. Y la calle que “empleaba” a la mayoría de ellas era sin duda la Calle Nueva, posiblemente la calle más comercial de la Córdoba de entonces.

Ya dejando al amigo “Candado” queremos recordar la ingente cantidad de buenos comercios a las que acudía toda la Córdoba que necesitaba comprar algo, ya fuera con dinero o aplazado. En este segundo capítulo de compras hacían furor los famosos “VALES DE CRÉDITO”.

Se compraba a crédito en Almacenes Galo y José Hernández, un establecimiento de tejidos, prendas de vestir y toda clase de complementos. Era una tienda enorme con seis puertas de entrada a la calle. Por cada puerta te encontrabas caras de familiaridad. Se daba por ejemplo la circunstancia de que había incluso cajeras que eran hermanas de otras que habíamos visto en otros establecimientos próximos, tal era el caso de las hermanas Mesa. Una estaba allí y otra en Calzados Montilla.

Más abajo tenías la zapatería de Ciudad del Betis, luego los Almacenes Los Madrileños, que también tenían buena clientela de vales. Éste fue uno de los primeros comercios de Córdoba que tuvo un “letrero luminoso”.

Qué hablar de las tiendas de calzados. Además de las citadas Ciudad del Betis y Calzados Montilla (con dos tiendas) estaban Calzados Rivas y Calzados Mallorca. Y para tomarse una horchata, o helado estaba el simpático carrillo de “El Rubio”.

Había dos relojerías, sin duda de las más acreditadas de Córdoba, la Relojería Suiza y Relojería Mesa. Otras tiendas de mucha importancia eran los Almacenes Sánchez, los líderes en Córdoba en temas de juguetes, Zafra Polo, Marqués, León, Antonio Molina, Kalia, Checa, Martínez Rücker, Flomar, Otero Óptico, Alberto Molina, La Purísima, Muebles Redondo, Creaciones Amara, Deportes Romero y la tienda de paquetería y bordados Muñoz Morán. Esta tienda tenía en su segundo piso un taller con más de 25 jóvenes bordando y haciendo encajes. A la puerta estaba el simpático lotero Pino, siempre ataviado con su bigote y que fue de los primeros que empezó en Córdoba a vender participaciones. Gran fumador, fumaba siempre unos puritos muy pequeños. Su pregonada favorita era: ¡que tengo la “salvaora” y la otra!.

También en la esquina de la calle Azonaicas había una tienda de peletería de alto nivel que se llamaba Ciudad de Córdoba. Esta tienda estaba regentada por dos hermanos, que además de auténticos caballeros por su indumentaria parecía que estábamos ante dos personas de cualquier “clausura”.

Había hasta una clínica de accidentes de D. Francisco Calzadilla León. También estaba la consulta del Doctor Zurita, los laboratorios de los doctores Cabrera, y Rafael Canalejo (el Alcalde de Bélmez), que se hizo famoso por el concurso de TVE “Un millón para el mejor”. También el nombre de su pueblo fue primera página en muchos periódicos y revistas de la época. Todo el mundo quiso conocer este bello pueblo industrial del Valle del Guadiato.

El Alcalde de Bélmez en TVE
También en temas de perfumería, la calle estaba perfectamente representada por Casa Hoyo, un referente en Córdoba. Allí íbamos muchos a comprar la famosa “brillantina”, que nos mandaban nuestros padres para peinarse los sábados.

En un precioso edificio que hace esquina con la calle María Cristina hubo en primer lugar una tienda de Pueyo; después se instaló allí el primer Supermercado importante de Córdoba, que se llamaba SASS, y que entregaban para promoción los primeros vales VALISPAR que se vieron por aquí, Más tarde se instaló Urende, que ha estado hasta hace bien poco. A la espalda estaba Electricidad Poveda, y por ese rincón se entraba a las oficinas del Ayuntamiento. En el año 1979, recuerdo que el Alcalde de Córdoba, Julio Anguita, que estrenaba cargo, presenció desde uno de los balcones de ese edificio la Cabalgata de Reyes Magos. Se puede decir que aquel balcón, quizás por la novedad, fue tan observado como la propia Cabalgata.

Por tener esta calle, tenía hasta su farmacia, e incluso hasta su Banco. Pero lo que más nos llamaba la atención de esa calle a todos los nenes eran sus balcones. Balcones que eran “palcos anhelados” por todos nosotros, sobre todo cuando pasaban las procesiones de Semana Santa, las Romerías, la Cabalgata de los Reyes Magos… Nos daba mucha pena ver como casi siempre estaban vacíos y nosotros siempre agolpados en la calle y aguantando, de pie, a la espera de los desfiles. Y me acuerdo de los nenes “arrancando” cera de los nazarenos después de las procesiones. La mejor herramienta para arrancarla del suelo eran las formidables cuchillas de afeitar MSA. Que servían por lo menos para diez manos por cada lado.

LOS “VALES DE CRÉDITO”
Los establecimientos de esa calle, como media Córdoba, vivían de los vales de crédito para el pago a plazos, que por aquellas fechas estaban a la orden del día.

Entre todas las personas que han dado cuentas en Córdoba podemos citar:

Al “Chico Fortuna”, cuya zona de influencia era San Lorenzo, Las Costanillas, San Juan de Letrán y La Magdalena.

Al Rubio, “El Piyayo”, como también le conocían por la Electro Mecánicas, que extendía sus clientes por las Delicias, Venta San Francisco, Olivillos de Don Félix, Olivos Borrachos y en la Fábrica de la Electro.

A Juan Rojas Morales, que tenía su zona de influencia en los Olivos Borrachos, Cenemesa, Avenida Parque y Pisos de Cañete y el barrio de la Electro..

Al amigo Paco Flores, más reciente, que se quedó con las zonas del Chico Fortuna, e incluso ampliando a las Moreras y Palmeras.

Los “vales” que daban estos “agentes” personales servían para todo, incluso muebles, electrodomésticos y joyería. Así, en los Almacenes Robles, dedicado a artículos de regalo, un gran porcentaje de sus ventas eran por este cauce.

Por supuesto que eran muchos los clientes de estos vales de crédito, institucionalizados hasta en las grandes empresas. La Electro, Cenemesa o Carbonell concedían a sus trabajadores “VALES DE ROPA O ZAPATOS” para la mayoría de tiendas de Córdoba. La Constructora, “trabajaba” con los Almacenes Rodríguez Espejo, en plena plaza de las Tendillas. La Electro Mecánicas, además de trabajar con todas las tiendas más comunes, lo hizo con una tienda muy simpática que había en Córdoba, “El Metro S.A.”, con domicilio en Plaza de San Agustín y en la calle Barqueros, en donde está hoy COVAP. Se puede decir que esta última tienda durante muchos años vivió de estas ventas a plazos, para las que había que esperar reglamentaria cola.

Cualquiera diría que Córdoba estaba sumida en el crédito total. Pues en cierta forma sí. Pero también es verdad que este crédito era a “niveles domésticos”, y que difícilmente con ellos se podía alterar la estabilidad económica del país. Ha sido ahora, cuando unos cuantos “empresarios listos” han manejado sus negocios con CIENTOS DE MILES DE MILLONES DE PESETAS, que no eran suyos, solamente “avalados” por unos productos (pisos) que tenían pendientes por construir y vender. Ellos vendían y pagaban, y mientras este ciclo se verificaba, todo lo demás funcionaba.

Pero al igual que las empresas no daban vales de crédito por un importe superior al sueldo de un MES, los bancos y cajas se volvieron locos. Y mientras les pagaran daban y daban. Cuando se cortó el ciclo de ventas de pisos, se paró el pago que retroalimentaba a los créditos y todo el sistema de castillos en el aire se vino abajo. El Gobierno, para evitar males mayores, tuvo necesidad de “inyectar euros” en los bancos, para corregir sus “locuras”… que ahora lo estamos pagando los ciudadanos con los recortes sociales que se están dando… y esperemos que quede la cosa ahí.

NOMBRES PROPIOS

Ya hemos comentado que Don Francisco Calzadilla León, afamado traumatólogo, tuvo una clínica de accidentes en esta calle, pero por lo que lo hemos traído aquí es por destacar la labor que hizo durante toda su vida profesional en el Hogar y Clínica de San Rafael. En ese Hospital Infantil al que todo el mundo conocía por la “Famosa subasta de Reyes Magos”. El doctor Calzadilla, con un equipo de colaboradores entre los que destacaré a Don Gonzalo Briones Espinosa, se entregaron a paliar el dolor y el sufrimiento de los más desprotegidos.

Se pueden contar en miles los casos de niños que él atendió, bien en consulta o en el quirófano. Ni mucho menos eran niños de familias con alto poder adquisitivo, sino que eran los más desvaídos de la sociedad de aquellos tiempos. Se enfrentó con casos que desde el punto de vista médico “eran como abandonados por imposibles”. No tenían arreglo para el resto, y él, con el calor que le daban los Hermanos de San Juan de Dios sacó adelante a muchos niños de aquellos “condenados” que hoy, ya mayores, podrán ratificarlo. Pongo como ejemplo el caso del “Campanillas”, que para el que quiera observarlo por curiosidad lo puede ver en un cuadro que existe en las escaleras de dicho Hospital, en el testero de la segunda planta.

En este cuadro pintado en febrero del 1954, dos días después de una nevada intensa que cayó en Córdoba, aparecen el Hermano Gerardo, en sus brazos, el simpático Manolo, que tenía las dos piernas afectadas de “polio” El de la cama se llamaba “Yepes” y tenía un “tumor blanco de cadera”. El de las muletas es el mencionado “Campanillas”. Y el último, el que queda a la derecha con ambos pies deformados, se llamaba Esteban y era de Ciudad Real. Era un chaval formidable, pues a pesar de los 10 años que tendríamos, leía perfectamente con voz de locutor, como le decía el Hermano Bernabé. Con este compañero coincidí en la Universidad Laboral y me dio mucha alegría viéndolo en su banco de ajuste, andando casi perfectamente. El día que operaron a este compañero, simultanearon su operación con otro chiquillo al que le insertaron en sus pies los huesos que a éste le sobraban.

El cuadro se hizo como recordatorio de una especie de “mini” Congreso de traumatología que se celebró en la “Sala de los Pequeños”, y donde el Doctor Calzadilla, a un grupo de médicos y estudiantes de medicina, les explicó todo el proceso de tremendas operaciones que había sufrido el “Campanillas”. Entre otras cosas quiero recordar lo que más o menos dijo:

“Este niño vino hace dos años de un pueblo del Valle de los Pedroches. Venía con una parálisis generalizada. Para subir las cuerdas del toldo de la terraza tenía que ayudarse con la boca, porque en la cabeza era donde únicamente tenía sensibilidad. Después de cuatro operaciones, y con la ayuda del equipo médico de que disponemos (recuerdo que allí estaba muy joven Don Gonzalo Briones Espinosa) hemos conseguido que este chico pueda valerse por sí solo e incluso andar con muletas.

Como recuerdo, se pintó en Córdoba este cuadro en el que son protagonistas los niños, y cómo no, el Hermano Gerardo, ALMA, NORTE, y figura destacada de aquel Hospital, por sus conocimientos y entrega total y absoluta por la salud de los niños. Según decía él en muchas ocasiones era su forma de “hacer Iglesia”

Yo doy fe de aquello, porque pude comprobar allí mismo los tremendos casos que se resolvían. Había niños con las dos piernas escayoladas. Niños con escayolas desde la cintura, y hasta niños escayolados hasta el cuello. Aquello era de apariencia digna de toda lástima, y que sólo con el optimismo y el primor que los Hermanos ponían en el cuidado a los niños se conseguían tímidas sonrisas en sus pequeños rostros. Como contraste, también estaba en la Calle Nueva", aquel practicante que según los que lo conocieron en Córdoba, vivía en el edificio en el que finalmente estuvo Urende. Al parecer se llamaba Narbona. En aquellos tiempos la meningitis hacía de las suyas en las clases populares, por la escasez de penicilina. Pues bien, dicho individuo tuvo la maldad de hacer trampas con este antibiótico: inyectaba cualquier solución de tipo "inocua" y se quedaba con la penicilina, que luego la vendía al estraperlo. Al menos, fue condenado a unos doce años de cárcel

De San Juan de Dios solamente solemos acordarnos del Hermano Bonifacio, porque era el Intendente. Pero allí había una comunidad y un montón de voluntarios que hacían posible la ingente labor DE AYUDAR AL PRÓJIMO. A mí personalmente no se me puede olvidar el Padre Vici, al hermano Gabriel, el Padre José, el Hermano Tomás, el Hermano Bernabé, el Hermano Antonio, el Hermano Domingo… A Miguel el de la Cocina, a las mellizas de “la Nevería” que lavaban las vendas…y al mencionado Hermano Gerardo, el hombre que realizó miles y miles de curas a niños enfermos, y asistió a interminables operaciones de quirófano. Era también el responsable de todos los postoperatorios, y siempre estaba allí al pie del cañón. Después de estar muchos años bregando con la salud de los niños se cansó de vivir, según decía, “DE FORMA CÓMODA”. Se marchó a las misiones, allá por Ruanda.
El Hermano Gerardo.
Es lamentable que la ciudad de Córdoba sea tan “dadivosa” con aquellos que tuvieron como único mérito especial el ser políticos (del color que sea) o enchufados de los mismos. Homenajeados por la sociedad con tanta frecuencia, hasta con calles y públicos homenajes.

En cambio Don Francisco Calzadilla, sus ayudantes y los Hermanos de San Juan de Dios son prácticamente ignorados, quizás porque “huelen algo a Iglesia”, quizás porque nunca esperaron nada a cambio.


20 comentarios:

ben dijo...

Muy emotivo lo que dices de los hermanos de San Juan de Dios.
La calle Nueva,con sus preciosos
edificios Modernistas,de ladrillo
e hierro,como tú bien dices,fue muy
importante comercialmente,nada que
ver con la de hoy día,de luces ama
rillas de carretera.LLegando estas
fechas era un hervidero de chicos
con sus padres acercandose a los
Sánchez,para contemplar los jugue
tes.
Como el sr. "candado",había muy bue
nos comerciantes,en aquellos tiem
pos,que te ayudaban,te aconsejaban
y rara vez te engañaban en una compra,por la sencilla razón,que eran vecinos,conocidos,vamos gen
te de toda la vida,buena y caba
les.
También de las Margaritas,muy temprano,salían chicos y chicas
para trabajar al centro,caminaban
muy deprisa hablando,para quitarse
el frío de los jardines de los "pa
tos".Porque en los años 60 hacía
mucho,pero que mucho frío,más que
ahora,con toda la crisis,al menos
ahora hay un bar calentito,para po
der jugar al dominó.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Ben


Gracias por tu comentario siempre de la "Categoría Popular" de tus "amadas" Margaritas.

Yo, he procurado citar lo que fue aquella "serpiente de una variedad exquisita", que suponían aquellas muchachas cuando iban a trabajar.

Eran tiempos de amores y de gran ilusión en la chica que más te gustaba.

Hoy, desgraciadamente todo es más automático y sincronizado.

Saludos amigo Ben.

Paco Muñoz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Paco Muñoz dijo...

(La eliminación anterior es por reparar errores ortográficos mañaneros)

Felicidades Manuel.

Es imposible atender adecuadamente la gran cantidad de datos que expones, por lo que hay que digerirlos pausadamente.

Coincidir contigo en mantener afortunadamente en la memoria muchos de esos establecimientos citados, de entre los que destaco, como llamativos, Hoyo, por el intenso olor que había hasta la acera, con columnas de hierro forjado que hasta hace poco -algunos años- estuvieron. La venta a granel de perfumes o "colonias" como se llamaba antes. El gracioso chiste del que entró a trabajar en Hoyo, y al rato salió a la acera pidiendo ¡Una mi...da por favor!

En el supermercado que citas, y que efectivamente fue el primero de Córdoba, había trabajando una chiquilla del Sector Sur guapísima, que nos traía detrás a unos cuantos.

El puesto de la horchata era muy significativo. Y sobre todo los Almacenes Sánchez por estas fechas de los Reyes, que eran un inmenso escaparate de juguetes. No quiero dejar de lado otra tienda que se llamaba León, y era del padre y tío de mi amigo Leandro, también tenían otra en Cruz Conde.

La importancia de esa calle era el mercado de la Corredera, que significaba el paso obligado por ella de mucha gente. Las grandes superficies y la desaparición del mercado significaron su muerte comercial.

Una crónica muy amena de la calle Claudio Marcelo, que será la calle Nueva siempre, para muchos. Ah, y una gran manifestación, de la que existen fotografías, creo que en el diecinueve del siglo pasado, antes de destrozar el monumento a Barroso.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Paco


Gracias por tu comentario. No, no he tenido afortunadamente problemas de salud, ni me ocupa mucho tiempo mi colaboración "a la investigación" en vez de que me ANULEN el SEIS DOBLE, busco la forma de enterarme de las cosas de Córdoba.

Efectivamente cuando la Plaza de la Corredera, por las razones que sea, DEJO DE SER SANTO Y SEÑA, de todas las Córdobas posibles, se alteró el "modus vivendis" de la Calle Nueva.

Curiosamente el otro día en la Taberna del Gallo (Mª Cristina), me estuvieron platicando cosas de tu abuelo "Carreras el Barbero", que daba vida a toda aquella zona.


Saludos

ben dijo...

Manuel,trato de recordar eso de los
vales de crédito,pero no sé cómo
iba ese asunto,técnicamente hablan
do.Puede ser que mi padre odiaba to
lo lo que sonara a no comprar con dinero en efectivo,que yo nunca lo ví comprar,ni referirse a esos va
les.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Ben


Por la categoria Humana que intuyo en ti, merece la pena que te busque una foto de aquellos VALISPAR.

Te prometo que te los enviaré.


Saludos

ben dijo...

Gracias Manuel.Aprovecho para desearte un Feliz AÑO 2011

Manuel Estévez dijo...

Amigo Ben


Espero que hayas recibido la foto de Mario Moreno "Cantinflas" junto al Mausoleo de Manolete.

Feliz año 2011.


Saludos

ben dijo...

Manuel,a día de hoy no me ha llegado ninguna foto.Paco,tiene mi correo,se lo puedes pedir.

Anónimo dijo...

Manuel,ya he recibido la fotografía
muchas gracias.

ben dijo...

el anónimo,soy yo,ben,perdona.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Ben


Esa foto debió de ser en Junio de 1964, que fue cuando vino a España
para asistir al Festival de Cine de San Sebastían. (05-06-1964).

Manuel Benitez el Cordobés, le puso a su disposición el Mercedes con el que vino a Córdoba.


Saludos

Eladio Osuna dijo...

Me ha traído este post tuyo un sinfin de recuerdos y lo difícil es seleccionar algunos sin ser pesado.
Una de las tiendas de las calle Nueva era la de los Martínez. Era una tienda pequeña de tejidos donde mi tío Eladio -no Osuna que éste se dedicaba a las bebidas- sino Ortega -hermano de mi madre-, compraba los encargos de sus clientela fundamentalmente de la Huerta de la Reina. Recuerdo a mi tio con su gran libro de tapas de cuero negro y en el interior las fichas de la clientela llena de cuadrículas. El sistema era fácil: le pedían a mi tio sábanas, o rebecas, o camisas o "saquitos" etc. etc. y él se las llevaba. Después cada semana le iban pagando una pequeña cantidad que iba a la cuadrícula. Supongo que ello llevaría el correspondiente interés más el descuento que le harían a él. Un anticipo de lo que hoy son las tarjetas de crédito. Mi tio visitaba a la clientela por las mañanas en itinerarios más o menos fijos, y por las tardes hacía las compras por esa zona. La mayoria de las tarde tomaba café con mis padres en Ivory. Yo alguna veces coincidia con ellos y les acompañaba en esa tienda -con sucursal en el callejón de enfrente, regentada por un hijo Veterinario que prefirió las telas a la carrera- tambien a la tienda de Molina y alguna más. Me fascinaba ese tejemaneje y ese amor que ponía mi tío en envolver los pedidos en paquetes perfectamente hechos. De eso vivió y sacó a su familia hasta su muerte.
Y de la Campana recuerdo aquellas visitas en busca de una puñetera alcayata de tamaño determinado. La de veces que aquellos empleados entraban y salían hasta dar con el tamaño justo. Precisamente por estas fechas y cuando teían 10 años, me trajeron los Reyes Magos un sencillo equipo de carpintería infantil. El equipo me marcó de por vida y me coinvirtió en un bricolador empedernido hasta nuestros días. Así que cuando desapareció La Campana, fue una muy sensible pérdida. Pero era inevitable: aquel sistema de mostrador y aquella legión de atentos dependiente para encontrarte la alcayata de turno era económicamente insostenible.
En fin, recuerdos. Gracias por removerlos

Manuel Estévez dijo...

Amigo Eladio

Tu comnetario si que hace recordar
aquellos libros de cuentas, de los que iban casa por casa y vecino a vecino.

En San Lorenzo había dos o tres familias que se dedicaban a ese trabajo.

Por un lado estaban los PANO, de la Nevería de la C/ Mª Auxiliadora eran hermanos y cuñados los que se dedicaban a ello.

Por otro lado "El Calichi" dueño del famoso patio de la C/ Montero que con la ayuda de su familia se dedicó en cuerpo y alma al LIBRO, como se le llamaba a esta forma de dar cuentas.

También los "Laguna", los de la Peña de la Pimienta (Margarita) ella era la dueña del libro, en el que trabajaban varias personas.

Obviamente este procedimiento era distinto al de las cuentas con vales mensuales.

Tambien hubo un cartero que gano muchos dineros vendiendo oros (medallas, pulseras, sorijas, y todo lo que le encargaban. El supo simultanear la entrega de cartas con la venta y cobranza.

Montó un gran negocio de Muebles y siguió especulando con locales y pisos. Todo el local del Bingo de La Avda. Barcelona, es propiedad de él. Ya se ha retirado de los negocios.

Saludos

Paquitofernandez dijo...

Buscando información Sobre el hospital de San Juan de Dios en los años 50 me he encontrado con este maravilloso artículo en el que se habla de Francisco Calzadilla y el hermano Gerardo.Estoy escribiendo una novela en la que el principal personaje(mi padre) estuvo allí ingresado durante dos años. Fue cuidado por los frailes y sobre todo por el hermano Gerardo. Fue Operado por Calzadilla. Busco Fotografías de esos año, personas que estuvieron ingresadas allí y que ahora tendrán 70 o 75 años. Gracias a todos

Manuel Estévez dijo...

Amigo Paco Fernández:


Yo soy una de las personas que estuvo allí en el año 1954, de enero al mes de abril del mismo año. Fue precisamente el año que nevó en Córdoba, y que demuestra que una foto que hay de la Plaza del Cristo de los Faroles, y que su autor es Ladys, está equivocada, pues pone fecha de 1953, para la nevada.

Aquello fue calidad, humanidad, eficacia y todo lo que se diga es poco,
en torno a D. Francisco Calzadilla y D. Gonzalo Briones, se formaron allí unos hermanos que además de ser ejemplares en el plano humano, eran unos "figuras" en el tema sanitario.

El hermano Bonifacio, un "mosntruo" por sus cualidades, dignas de cualquier premio Nóbel, Pero en justicia, el Hogar y Clinica de San Rafael, de aquellos años, no solamente era él, sino que había muchos hermanos y seglares que trabajaban duro y en plan totalmente anónimo,
aquello era una labor de un equipo muy integrado en la causa humana, y que tenía:

En el plano médico a D. Francisco Calzadilla, como cabeza visible.
En el plano logístico o intendencia al Hermano Bonifacio y al padre Vici
En el plano asistencial sanitario, el Hermano Gerardo y Gabriel.
En el plano de educadores, asistentes, y para bregar con los pequeños, los Hermanos, Domingo, Antonio, José y Bernabé, aquello era entrega y dedicación total.

Luego había dos seglares, Marcelino y Sánchez, que eran unas excelentes personas y muy trabajadoras.

El capellán era un cura vasco llamado D. Victor, que por aquellos tiempos lo trajo Fray Albino, a Córdoba, para potenciar el movimiento HOAC y además estaba de consiliario con un grupo de jóvenes en la Ermita de San Juan de Letrán, que para darles ocupación fabricaban escobas.

De aquella época a la de ahora, la Iglesia "la elevaron a la 2ª planta" ya que lo que era planta baja, forma parte hoy del consultorio.

Allí te puedes llegar y preguntar por el capellán y le dice tu proyecto y ellos disponen de una gran colección de fotos.

Todo lo que se diga de bueno del Hogar y Clinica de San Rafael, al menos de la época en que yo estuve, es quedarse cortos.

Si deseas más cosas concretas y anécdotas, prefiero que lo hagas en mi correo directo, te atenderé con mucho gusto en lo que pueda.


Saludos







Paquitofernandez dijo...

Perdón por no haber contestado antes. Estoy inmerso en algunos capítulos del libro posteriores a la fecha en las que mi padre paso por el hospital.

Al recibir la contestación a mi petición de ayuda y al ver tu contestación este se puso muy contento. A mi padre le gustaría hablar contigo personalmente y me ha pedido que te lo diga. Él no se defiende con esto de la informática así que te mando mi e-mail para que si te apetece intercambiéis teléfonos. jffljose@hotmail.com el teléfono de mi padre es 627960436. un saludo y gracias de antemano.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Paquito Fernández:


No tendré en ningún inconveniente en comunicarme con tu padre, pues decir las cosas que acontecían en San Juan de Dios, en aquella, época es una gran satisfacción y más si las compartimos juntos. Me limito a contar lo que vi y viví.


Saludos.

davidmarquez dijo...

Felicidades por el artículo. Mi abuelo fue propietario de Modas Márquez (junto a la Campana) y mi padre conocía muchas anécdotas de las citadas en el texto.