En el año 1963, coincidí con un antiguo compañero Antonio Cañero Roduela, que me lo encontré visitando el patio de mi casa, (C/ Roelas 22), que ese año habíamos presentado al concurso de patios que organizaba el Ayuntamiento de Córdoba.
Recordamos con simpatía aquel primer curso de
Han pasado los años y con motivo de la página Web de
Seguimos la conversación y le pregunté por su pariente Francisco Cañero, y me dijo que había muerto a principios del año pasado, a los 92 años. Al hablar de su tío Paco, se refirió en los siguientes términos.: “Mi pariente, me dijo, que desde que se marchó en el año 1963, no volvió nunca a España, a pesar de que su esposa, si ha vuelto unas cuatro veces. El como le costó tanto tiempo y penas adaptarse a la lejanía de Córdoba, tenía mucho miedo a volver, ya que pensaba que si volvía a pisar su Córdoba, “NO HUBIERA TENIDO VALOR PARA ABANDONARLA OTRA VEZ”. Testigo de toda esta conversación con mi tío Paco, eran sus lágrimas.
Al decirme esto, el vello se me puso de punta. Al pensar en la distancia, la separación y la angustia que acompañó al bueno de Paco Cañero durante toda su vida en la lejana Australia. Ese su “Exilio de trabajo” tan lejano, lo padecieron muchos cordobeses por los años sesenta, terminó diciéndome. Ten en cuenta me dijo, que nada más que para venir a España, el pasaje supera más de los 3.000 euros.”
Sin habernos recuperado del relato, me pidió que le hablara de Córdoba, de sus gentes y de los patios. Y yo para alegrarle el ánimo le quise hablar de los patios de una calle simplemente, porque sus patios resumen maravillosamente cualquier homenaje que se le quiera hacer a Córdoba, y a sus gentes en el mes de Mayo.
Al quererle relatar a mi antiguo compañero el “australiano” el ambiente de patios que se respiraba en Córdoba, he procurado hablarle de forma muy general de esta eclosión que ha experimentado Córdoba en mayo del 2010, pero para citarle detalles me he querido centrar solamente en
En los años que llevo viendo patios ningunos me han impresionado tanto como los patios de la calle de las Parras, esta calle para que tu te sitúes, le decía a mi amigo el “australiano”, es paralela a la calle Ocaña, calle, que está junto a la famosa taberna de las Beatillas, y que a decir de las hemerotecas fue visitada por el Poeta García Lorca, en
En la misma calle Ocaña, vivió en su juventud Rafael García Repullo “El Tinte” que jugó en el San Lorenzo, Córdoba y Atlético de Madrid. Viviendo en Madrid, venía todos los años a “veranear” Al sol de su Córdoba y se reencontraba en San Lorenzo, con sus amigos de la infancia, especialmente con Vicente Soler y Manolo Crezo. En una de estas estancias en Córdoba, y ya mayor, la aprovechó para casarse en
El “Tinte”, a mediados de los sesenta se vino a vivir a Córdoba, en donde lo colocaron de ordenanza en
El 12 de enero del 2000, falleció el “Tinte”. Había nacido en la calle Zarco, una de las calles mas antiguas de Córdoba. Posteriormente vivió en la calle Ocaña y de allí la casa familiar se trasladó a la calle Badanas, a espaldas de las Bodegas Campos. Hoy esa casa está incluida en el restaurante.
También, paralela a
D. Alfonso, hombre liberal y demócrata, tuvo siempre muy a gala, que D. Antonio Jaén Morente, (El Republicano), lo eligiera entre el grupo de amigos por los que demostró un especial interés, en contactar con ellos, en su visita de vuelta a Córdoba, desde el exilio, allá por el 1954. Esa lista la confeccionó D. Antonio Jaén, y se la remitió al gobernador D. Victoriano Barquero y Barquero, a su requerimiento.
Un día estando en
LOS PATIOS
Acompañado de mi esposa decidí visitar los patios de la mencionada calle Las Parras. Nada más entrar y hacia la derecha, (Por
Que colección de objetos y recuerdos, de típica y rancia antigüedad. Como la máquina de escribir tipo “Royal” que nos recordaba aquellos tiempos de la academia “Underwoodd”. Clásica tienda de máquinas de escribir que hubo en la acera del Instituto Góngora, y que estaba regentada por aquella mujer tan pionera en el arte del maquillaje y del teñido del cabello. Su color plata del pelo y los ojos “retocados”, eran un adelanto considerable en el tiempo de la moderna cosmética.
Esta mujer era la hija de D. Lorenzo Gollonett, alto empleado del Ayuntamiento, y que por cierto fue el Jefe del Servicio de Bomberos durante
También había una máquina de coser antigua, que nos recordaba aquellos tiempos de Manuel García Plaza, aquella tienda que vendía accesorios de maquinaria agrícola, bicicletas y máquinas de coser Alfa. Esta razón comercial, confeccionaba todos los años los mejores almanaques de “paisajes” que se daban en Córdoba. El establecimiento estaba ubicado en la esquina de la antigua Plaza de Toros de los Tejares, y su apoderado era D. Manuel Pérez Casas, famoso antiguo alumno salesiano, cordobés clásico en donde los hubiera, amante del teatro y un activo miembro del cuadro de actores del citado colegio Salesiano. Este gran cordobés, fue también Hermano Mayor de
El siguiente patio nos gustó por su amplitud y sus galerías atiborradas de geranios y gitanillas muy especiales. Su pozo en un lado del patio, daba sentido a una casa de vecinos que ahora se asemejaba a un patio cualquiera del palacio de Viana. Allí en esa casa, vivió una persona a las que yo tuve un público reconocimiento, pues fue familiar mío. Manuel Estévez Milla.
D. Manuel Estévez, nació en
En el siguiente patio a mano izquierda se conjuga la belleza con la serenidad claustral. Nada más entrar, el pozo central te avisa de que ese es el lugar ideal para poder admirar ese esplendor de la naturaleza, expresado en maravillosas macetas, con plantas y flores de todos los tipos. El frescor y la brisa del patio, sus galerías…Da la sensación que de un momento a otro, el canto gregoriano va a irrumpir en ese equilibrio del Mayo cordobés. Más belleza y más sosiego es imposible, solamente la poesía del que un día fue su inquilino afortunado D. Pablo García Baena, nos puede desgranar las notas sublimes de esa melodía escondida que se quiere asomar por esas barandas y galerías de claustro eterno. Pablo García Baena, formó parte del grupo Cántico, también fue uno de los refundadores de
Por sus patios y por todos estos personajes,
4 comentarios:
Muy humano como siempre tu escrito
Manuel.
En los años 60 fuimos muchos los que por diferentes motivos nos fuimos de Córdoba,pero en general por abrir fronteras,la mayoría económicas.
El amor a nuestra ciudad,siempre es
tuvo con nosotros.En micaso,también
se lo inculqué a mis hijos,catala
nes de nacimiento y formación. Ahora lo hago con mis nietos.Todos aman a Córdoba y les encanta venir y disfrutar de esta tierra.
Saludos.
Amigo Ben
He cambiado el Titulo de la entrada poniéndole LA CALLE LAS PARRAS, con especial detalle a personas como tú que teneis un sensibilidad de amor a Córdoba muy bonito.
Simplemente con que personas como tú lean esta entrada, merece la
pena.
Saludos Ben.
Paseando por la plaza y saliendo
hacia el arco que da a la plaza del
Socorro,Me he acordado,Manuel,del
mesón que había que fue famoso por
sus tapitas,vinos y cante.Regentaba
el mesón una familia,que si mal no
recuerdo emigraron a Australia.
Saludos.
Amigo Ben
Eres una persona que en tus entradas simepre dejas entrever una gran amor a Córdoba.
Yo, pongo quizás estas sosas letras precisamente para esas personas.
AMAR A CORDOBA, es fundamental para mi. Y tu eres una persona que atesoras muchos recuerdos y amor a Córdoba.
Saludos Ben
Viva las Margaritas
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