jueves, 2 de febrero de 2012

HA MUERTO UN SINDICALISTA

He aprovechado la Festividad de la Candelaria, porque esa fiesta me consta que de joven le agradaba mucho. El solía ir de “Merendilla” con los amigos y familias de la Plaza del Moreno, al arroyo de Pedroches. Quiero hablar de Blas Pérez Poyato, un cordobés de la cabeza a los pies, con todos los sentimientos, alegrías y disgustos que esta ciudad nos ocasiona a los que amamos a Córdoba.

Hace unos días nos hemos enterado que Blas, ha fallecido a los 80 años. Toda su vida laboral se desarrolló en Cenemesa-Westinghouse, en la que debió de permanecer más de cuarenta años. Entró en la escuela de aprendices de dicha empresa y allí se preparó en la especialidad de soldadura, en donde consiguió cotas de un profesional de relevante prestigio.

La primera vez que le vi en fabrica, (1962), estaba soldando una caja de mecanismos del interruptor MF-15, y lo hacía con una soltura y profesionalidad que tanto a mi como a su aprendiz “El Plata”, nos llamaba la atención verle como manejaba aquellos electrodos “supercitos de 3.25”, “creando” aquellos casi mágicos cordones. Aunque no tenía estudios universitarios, era para nosotros “todo un sabio”, por los conocimientos que tenía sobre el mundo del trabajo y la propia vida. Esquematizaba como pocos sus ideas y hablaba con una voz que le salía de la serena reflexión. Era un hombre que generaba confianza.

Gran compañero y amigo leal. Era un líder natural y por ello y a petición de sus compañeros de “LAS CORTINAS” se dedicó a representarlos durante muchos años como enlace sindical (1958-1972).

“LAS CORTINAS”

Dentro de la enorme Sección de Chapistería de la que era maestro Rafael Rodríguez “El Pájaro”, se le llamaba “CORTINAS”, a la sección de soldadura, que como medida de protección, ante los fogonazos de la soldadura, estaba delimitada por unas cortinas de color azul marino. Por otra parte los trabajadores de esa sección fueron pioneros, en la lucha sindical y en la actitud de reclamar permanentemente sus derechos laborales y sindicales. (1962).

Efectivamente, antes de que surgiera la Mina de la Camocha, y que Comisiones Obreras, irrumpiera en fábrica de la mano de Manolo Rubia, y, a pesar del régimen de gobierno que hubiera en el país, la práctica sindical era ya ejercida con toda dignidad por un grupo de compañeros, que en todo momento lucharon por los trabajadores. Ya con la subida del salario mínimo a 1800 pesetas mensuales, (1963), se produjeron en fábrica importantes actos de protesta por las absorciones que en la nóminas regularizó la Empresa. Casi todos estos actos reivindicativos, tuvieron su origen en las famosas “CORTINAS”, que se convirtieron en aquellos tiempos, en el centro de gravedad de todo el movimiento reivindicativo de los trabajadores de toda la fábrica.

Los lideres naturales de aquellas reivindicaciones, con sus constantes discusiones y reclamaciones con la empresa, fueron El Jurado de Empresa de entonces, formado por los Galindo, los Caballero, los Emilio Fernández, los Díaz Muños, los Conejo Córdoba, los Paco López, y Blas Pérez Poyato, entre otros. Ya en aquellos años de 1963, se produjeron los primeros conatos de situaciones de “bajo rendimiento”, como medida de presión ante la actitud intransigente de la Empresa.

Blas Pérez Poyato, como cabeza visible y líder de aquel grupo de representantes sindicales, llamado Jurado de Empresa, supo actuar siempre CON HONRADEZ Y ENTREGA, en defensa de los intereses de todos sus compañeros. Nunca, (porque por aquellas épocas no se estilaba,) se consideró un “liberado”, sino que su puesto de trabajo, era su lugar de consulta, (en la mayoría de los casos mientras trabajaba). Fue un trabajador de absentismo CERO, hasta el punto de que para evitar que muchas veces le dieran el premio de asistencia y puntualidad, solía perder media hora “a cosa hecha” para que no le dieran ese premio, ya que no estaba muy bien visto este premio por algunos.

A él y al grupo de compañeros que durante esos tiempos ocuparon esos cargos sindicales de forma libre y voluntaria, se debieron los mayores logros que consiguieron los trabajadores en fábrica de Córdoba. (1955-1972)

-Se consiguió eliminar las horas y fiestas recuperables.

-Se redujo la jornada laboral, quedando el sábado como festivo.

-Se consiguió que el personal en baja por enfermedad, cobrara el 100% desde el primer día.

-Se revalorizaron y pusieron al día los suplementos económicos de tóxicos, penosos y peligrosos.

-Se implantó un sistema de incentivos, por el que el trabajador podía conseguir un incremento del 60% en su sueldo.

-Se acordaron ayudas mensuales para el personal que permanecía en baja por larga enfermedad, como complemento de ayuda.

-Se consiguió que las pagas extras pasaran de 15 días de salario a un mes. Igualmente se aumentó las vacaciones anuales al mes natural. (30 días)

-Se establecieron días de libre utilización por acontecimientos familiares, nacimientos, bodas, defunción de familiares, etc. etc.

-Se consiguió un Reglamento de Régimen Interior, en donde quedaban reflejados todos estos acuerdos y puntos.

-Se acometió una valoración de Puestos de Trabajo, que como media supuso para toda la fábrica una subida económica importante. (1964)

-Se consiguieron mejoras importantes en el precio de las horas extraordinarias, horas de viaje en misión y las mismas dietas.

-Se consiguió la actualización y funcionamiento eficaz del Economato, consiguiendo incluso que el personal jubilado continuara con sus derechos como si estuvieran en activo.

-Se estableció una bolsa de navidad para los jubilados, haciéndola extensible para todo el personal de fábrica.

-Se consiguieron unos aparcamientos y accesos dignos, totalmente protegidos del sol y las inclemencias.

Fueron muchos los logros que aquellos componentes del Jurado de Empresa, consiguieron “sacar y obtener” de la Dirección de la Empresa, que en la mayoría de las veces no estaba por la labor.

Blas Pérez y su compañero Rafael Conejo, tuvieron duros enfrentamientos en reuniones con la Empresa, e incluso con la Dirección. Todavía quedará en el recuerdo de muchos, un enfrentamiento con el Director, (el todopoderoso D. Cristóbal Sánchez Mayendía,) al que llegaron a decirle en su despacho: OIGA USTED, EL PRECIO DE LAS LENTEJAS SUBE PARA TODO EL MUNDO. Y dejando al Director con la palabra en la boca, abandonaron la reunión. Aquella frase se comentó por toda la fábrica y significó una actitud de “plante y lucha” por lo que aquel grupo sindical creía justo para los trabajadores. Cogieron una plantilla de 1369 operarios y a finales del 1973, había 1763 trabajadores.

Después de tantos años de trabajo y de luchar por sus compañeros, se jubiló con el sueldo que el había generado durante sus años como soldador. Jamás se quitó su “mono de trabajo”, en sus actividades sindicales.

No es el caso de algunos otros sindicales que llegaron después, que con la vitola de que eran “los auténticos”, consiguieron salarios de jubilación de Senadores, Diputados y altos funcionarios. Mientras, la fábrica cerraba prácticamente sus puertas pasando de una plantilla de 1763 trabajadores a 345 que habrá en la actualidad.



5 comentarios:

Rafael San Martín dijo...

En esas cortinas he intentado soldar, y han intentado enseñarme, tanto él como el Conejo y el Pimpe, este último más porque era vecino mio. Criticaba a la CREA porque en la calificación de puestos de trabajo, habían puesto a los verificadores más altos que a otros profesionales, a pesar de que su hermano era verificador.
Cuando la votación de Fraga, con el eslogan aquel de la paz de Franco se quedó trabajando, y no participó. La mayor parte de los trabajadores si, nos dieron permiso para ir a votar y por lo tanto no trabajar. Fue un trabajador y no un sindicalista, como se llaman ahora. Descanse en paz.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Rafael


Que voy a contar de las "Cortinas" a nadie, que tú no conozcas.

Por persona inteligente, y porque tú también estuvistes allí, tengo poco que añadir a tú comentario.

También quiso la "historia" que tú llegaras a formar parte de aquella especie de "simpática canalla" que fue el Comité de Empresa.

Tus comentarios subliminales, tú indirectas, quedarían reflejadas en aquellas actas.

En las "cortinas" fuimos muchos los que intentamos "aprender" a soldar.

Tú escogistes al "Pimpe" que era tu vecino, y que soldaba lo mismo que "ligaba", de maravilla.

Yo escogí al "Margarito", Antonio Sánchez Torres, que era el único forofo que tenía "El Pireo" en la fábrica.

Llevas razón en lo que dices de la CREA, y en que Blas, por encima de todo fue un gran trabajador.


Saludos

Manuel Estévez dijo...

Amigo Fernández


Por correo interno me dices que si aquellas "valoraciones de puestos de trabajo" las considero justas.

Yo, te contesto por aquí, que no soy juez, para enjuiciar si una cosa es justa o no.

Pero si te digo, que el tema que alude Rafael Sanmartin Ramón, si trajo polémica, ya que el criterio de CALIDAD, se valoraba muy alto.

Por lo que el personal que tenía a su cargo dicha misión, era muy bien valorado.

Hoy, todo aquello es historia, y lo subcontratan todo, y averigua quien controla LA CALIDAD.


Saludos amigo Paco Fernández

Cecilia Pérez Aranda. dijo...

Buenas tardes Miguel, hoy de casualidad he encontrado este escrito que habla de mi padre. Blas Pérez Poyato, ocho años después, así lo recuerdo yo, todo un luchador, leal y honesto entre otros calificativos. Una vez desde niña, mientras jugaba ,con tres o cuatro corría el año 70 lo escuché decir como habían tenido que salir para Atocha corriendo de alguna reunión, por separado y muchas más historias de las que me empapé mientras jugaba.
Gracias por dedicarle un rato a mi padre.
Saludos
Cecilia Pérez Aranda.

María José Solier Pérez dijo...

Me he encontrado con este escrito sobre mi abuelo, al que recuerdo cada día, tratando de parecerme mínimamente y de poner en práctica en mi vida tantas cosas que me enseñó. Agradezco estas bonitas palabras pues me hacen sentirme (si cabe) aún más orgullosa de él.