sábado, 9 de enero de 2021


 

LOS MARTÍNEZ EN WESTINGHOUSE...

 

 

El apellido Martínez es un apellido español que se deriva de Martín, y está muy extendido por la Península e incluso por Hispano-América. En los últimos datos facilitados por el Instituto de Estadística en España existen 833.673 personas que llevan este apellido en primer lugar. No está muy bien determinado su origen pues uno lo citan en Galicia, otros en Castilla La Mancha, pero en realidad lo que si podemos decir es que es un apellido muy español.

 

Quiero empezar por el primero que llegué a conocer y que se puede decir que formó en fábrica, entonces Constructora Nacional, la "saga" de unos Martínez, y fue la formada por Rafael Martínez, que fuera hermano mayor de la Hermandad del Calvario de San Lorenzo y Jefe de del Servicio de Expediciones de la citada fábrica. Ellos eran de la calle Pedro Fernández, (San Andrés), vecino que fue casi de Enrique Gallego Gómez, aquel sencillo cobrador del Banco Español de Crédito que fue asesinado por el barbero de San Pablo en el año 1943.

 

Estando yo de monaguillo en  San Lorenzo, le pude ver muchas veces a Rafael Martínez, que con otro grupo de antiguos alumnos Salesianos formaban por aquellos tiempos la directiva de dicha Hermandad del Calvario. Eran los tiempos de Adalberto López, Juan Calero, Rafael Pérez, Enrique de la Cerda, Manuel Diéguez, Rafael de la Haba, y de José María Parejo entre otros.

 

Yo no le llegué a conocer en fábrica, pues yo entraría a trabajar en el año 1961, pero si llegué a conocer a sus hijos Rafael Martínez Castro, José Martínez Castro, y a su yerno Antonio Toledo Moreno, uno trabajando en Contabilidad, otro en Jornales y Antonio Toledo, en montaje de cabinas de Aparellaje, aunque bien es verdad que la mayor parte de su estancia en fábrica estaría en los Montajes al Exterior. Los tres fueron trabajadores de reconocida solvencia y eficacia. También llegó por allí el hijo de Rafael Martínez Castro, de nombre también Rafael Martínez Natera, aunque este muchacho falleció muy joven.

En el taller hubo unos doce compañeros que llevaban el apellido de Martínez y quiero citar en primer lugar a Manuel Martínez Bermúdez, amigo de juventud en San Lorenzo, y compañero en la Universidad Laboral en aquel Colegio Gran Capitán. El se colocaría en la sección de montaje de transformadores en donde dejó constancia de su formalidad y buen compañerismo. Un enamorado del campo y de la naturaleza.

 

Luego puedo citar a Martínez Aguilera, a Martínez Membrives, Martínez Ramírez, Martínez García, Martínez Morgado, Martínez Suarez, Martínez Jiménez, Martínez Millán, Martínez Tapia, Martínez Vizcaya y los Martínez Tena que eran varios hermanos, entre otros. Todos trabajadores que supieron arrimar el hombro cuando la fábrica los necesitó, y quiero destacar aquí porque le traté personalmente a Martínez Vizcaya, un portento en el manejo del "Taladro de Bandera" en donde era un hombre de un rendimiento excepcional haciendo uso de una inteligencia natural poco común. Los demás compañeros de Control de Calidad, Tornos, Chapistería, Montaje, Herramental y Carpintería, se desenvolvieron con una eficacia muy profesional.

 

Y si antes hemos hablado de la "saga" de los Martínez en relación con Rafael Martínez que fuera hermano mayor de la Hermandad del Calvario, ahora quiero citar también a la "saga" de los Martínez en relación con Delineación y Estudios, y entre ellos citaremos a Rafael Martínez Pérez, antiguo delineante proyectista de transformadores, que coincidiera en Madrid con don Manuel Ocaña Jiménez e incluso con Juan Ávalos. Luego estaba su hermano menor que era perito industrial de nombre Manuel Martínez Pérez, al que apodaban cariñosamente en Estudios de Aparellaje como "El Avelino", pero que era un gran investigador y diseñador de variantes sobre todo del interruptor MG, creando un modelo para intemperie, que fue muy importante en las ventas de la fábrica, eso si, contando siempre en este proyecto con la inestimable ayuda de José Casero Granados, uno de los mejores delineantes proyectistas que pudo haber en toda la fábrica de Westinghouse  Luego a la fábrica vinieron también otra generación de estos Martínez, como Cantos Martínez y Martínez Núñez, que también dejaron constancia de su profesionalidad y eficacia. Tengo que decir que estos "Martínez" estaban emparentados con los Laguna Martínez dueños de la "Taberna de los Perros" de San Lorenzo, lo que ocurre es que allá por los años de 1940, una rama de la familia se marchó para la Ciudad Jardín y otra se quedó viviendo en la calle el Cristo de San Lorenzo que era la casa materna de todos..

 

Siempre me acordaré de esta casa, "por el affaire" que les sucedió en su venta. Los Martínez de la "Taberna de los Perros" como hemos dicho se quedaron en el reparto que hicieron los parientes, con la casa de la calle El Cristo, y cuando ya se mudaron a vivir a la Taberna, quisieron vender esta casa, que además tenía tres patios, y una extensión que lindaba con la propia calle Montero, pero tenía además unos arcos y columnas antigua por las que Urbanismo puso en principio dificultades y reparos para su venta.

 

Yo me llegaba algunos días a la "Taberna" y le preguntaba a Pepe Laguna Martínez, ¿Que, como va la venta? y el me contestaba: ¡Ahí estamos esperando a que el Ayuntamiento decida!. Pero un día de los que le pregunté, me contestaría con mucha satisfacción. ¡¡Menos mal!!, ya nos han dado el okey para su venta. De esta forma y unas semanas después y con una cara de sonrisa total,  me diría: "Ayer ya se la vendimos a unos muchachos muy formales y jóvenes de Cádiz, y allí mismo en el despacho del Notario, nos dieron el talón de 40 millones de pesetas, que no la pagaron en el acto.

 

Dos semanas después o cosa así, me llegaría yo por la "Taberna de los Perros" y ya la cara de Pepe Laguna Martínez, no era para nada sonriente, y al verle el rostro le exclamé: ¿Que te pasa Pepe? y el me contestó: "La casa, la dichosa casa. Es que nos hemos enterado que estos chavales jóvenes de Cádiz, pusieron un cartel de "Se Vende"  y la han vendido por 60 millones, y es una pena que en menos de dos semanas, hayamos perdido 20 millones.

 

Luego hubo otros Martínez, que empezaríamos mencionando por Jesús Martínez San Nicolás que siendo ingeniero llegado de Madrid, llegaría ocupar puestos muy relevantes incluso en la gestión y dirección de fábrica, llegando a ser Jefe de Operaciones. Era un hombre de buenas maneras, pero en aquellos tiempos "la zancadillas" a altos niveles, estaban a la orden del día y terminaron por jugársela.

 

Luego habría otro Ángel Santos Martínez, al que todo el mundo llamaban como "El Macho", porque esa era la forma en que él se dirigía a todo el mundo. Este hombre era un personaje singular. posiblemente de los más antiguos de fábrica, a él lo pusieron de encargado del archivo de administración (cuando vino de Rusia), y de ir una vez y otra a aquel archivo, llegué a entablar algunas conversaciones con él, y no cabe duda de que siempre aprendías algo nuevo. Disfrutaba contándote como fue su estancia en la "División Azul" a la que se tuvo que marchar por una pelea que tuvo con un cabo del Cuartel de Lepanto, y su teniente le diría: "Chiquillo vete a donde sea, que te la vas ganar" y por ello se marchó a la "División Azul",

 

Lo de "Macho" no con todo el mundo funcionaba bien, pues recordaba alguna anécdota que le llegó a pasar con un perito, que le espetó: "Oiga a mi no me diga usted macho, y el de forma tan sencilla como era él, le dijo: "Ah que no es usted macho", aquel perito nunca se le ocurriría decir nada de la palabra macho. Este hombre sería posiblemente de los primeros trabajadores que yo presencié que se pudo marchar jubilado allá por el año 1972, sin que ningún expediente le pillara.

 

Y otro compañero para recordar es sin duda Paco Martínez que llegando desde el taller de Carpintería, ocupó un puesto en el recién inaugurado Servicio de Tiempos de Transformadores y estoy en condiciones de decir que junto a su amigo del alma Juan Galindo, al que todo el mundo llamaba de forma cariñosa "El Tomatito" quizás por el color saludable que siempre tenía su rostro, fueran de las personas que más horas extraordinarias llegaron a echar en fábrica. Paco Martínez, disfrutaba como un cosaco porque siendo uno de los primeros que adquirió un televisor, nos daba todos los días crónicas de programas como  "Rompe Olas" y como no, de "Bonanza" en aquellos años de 1962-63. Paco Martínez, que vivía como el decía en la "Plazuela de los Gitanos", nos dejaría desgraciadamente muy pronto, muriendo bastante joven. Su talante de persona abierta dejó muchos amigos en toda la fábrica.

 

No me puede dejar atrás a un tal Martínez de Morentín, eficaz y dinámico jefe de Compras de Fábrica, que era de Pamplona, y que entre otras cosas era un enamorado de las acampadas en nuestra sierra de la que disfrutó en compañía del simpático "granadino" Ángel Díaz Espigares, todo un cachondo mental, y posiblemente el hombre más alto de fábrica después claro está de Rafael Morales Rodríguez, "Moralón".

 

En todas las fábricas llegaría la Informática rodeada de un "aura especial" que envolvía a sus  componentes, como si fueran seres de otra galaxia. Mucha bata blanca, y rotuladores y bolígrafos especiales en el bolsillo del peto izquierdo.  Pero en realidad y al principio a pesar de tanto ceremonial, en realidad si destacaban algo era por la enorme cantidad de papel continuo que se consumía que era en realidad el gran negocio de IBM.  

 

Pero este proceso de informatización cambio bastante bien para la fábrica cuando se empezó a instalar el programa "Open Access", dando la posibilidad de los ordenadores PC, y que cada técnico se elaborara sus programas y bases de datos. En todo este proceso de implantación quiero destacar la figura del compañero Martínez Arroyo, la que fue la persona que impartió cursos para que todo el mundo de fábrica pudiera conocer el alcance de esta espléndida herramienta por aquellos tiempos 1969-1978..

 

Y ya para el final he querido dejar al simpático Manuel Martínez, al que todo el mundo conocía por el simpático apodo de "Manolo Mozambo" un personaje entrañable de fábrica, de esos que se llevan bien con todo el mundo. Gran aficionado al fútbol, fue durante mucho tiempo el encargado del equipo de CENEMESA, que compitió y con éxito en los Campeonatos de Empresas que se solían organizar todos los años en el Estadio de Lepanto. Pero es que además, era un consumado montador de exteriores en el campo de los transformadores, en donde estuvo rindiendo a total satisfacción hasta su jubilación. Siempre decía que estando él al cargo del equipo de fábrica se fichó a un tal Francisco Moreno, al que apodaban "Cano" que jugaba de defensa central y terminaría siendo el Jefe de Personal de fábrica, durante un largo periodo de tiempo (1966-1990). Por otra parte se puede decir que no hubo lugar del Gofo Pérsico o de Hispano América, por citar solamente el extranjero que el no visitara en viaje misión.

 

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