jueves, 16 de junio de 2011

LOS -ERES- DE CÓRDOBA

Ahora que estan de actualidad en Andalucia los famosos ERES, por presuntas irregularidades sacadas a relucir por los medios de información y confirmados todos posteriormente por las acciones fiscales, tenemos que decir que estos expedientes tuvieron su comienzo en Córdoba, allá por los años de 1978. Bueno será que expliquemos como empezaron a fraguarse esos expedientes de regulación de empleo, que ahora se vuelven tan temidos y que el más osado y escandaloso de los últimos que aparecen en este estado de desgobierno. No es otro que el que quiere llevar a cabo Movistar (Telefónica) después de un ejercicio en el que ha ganado una suculenta millonada. (Diez Mil Millones de euros) Simplemente con el importe del beneficio consolidado que ha declarado la citada compañía (Telefónica), se podían costear 500.000 puestos de trabajo con sus cotizaciones a la Seguridad Social durante un año.

UNO DE LOS PRIMEROS –ERES-

Para relatar el siguiente comentario quiero que nos situemos en aquellos tiempos (1976-1987). La fábrica Westinghouse de Córdoba estaba sumida en una profunda crisis. La convulsión económica provocada por la guerra del Yom-Kippur (1973) vino a España con más retraso, pero de forma un tanto más virulenta.

Graves problemas económicos y sociales, falta de pedidos en el sector de Bienes de Equipo y una plantilla sobredimensionada hacían casi imposible una marcha eficaz de la empresa. Cada División, Servicio o Departamento funcionaba en muchos aspectos como si fueran un compartimento estanco e independiente de la dirección. Debido a la tensa situación social y política que se vivía en la empresa, muchos jefes optaban por “nadar y guardar la ropa”. Para ello buscaban relacionarse con los políticos de turno (Comité de Empresa) y otros incluso con los americanos de “Madrid”. Todo antes que arrimar el hombro junto con su director, para intentar sacar a flote a la empresa.

Los americanos llegaron por este tiempo a las oficinas centrales de Madrid. Y desde allí, con sus computadoras, pretendían arreglar los excedentes de plantilla que afectaban a la fábrica de Córdoba. Pero el desconocimiento total que tenían de nuestra Reglamentación Laboral les hizo coger unos enfados monumentales.

Ellos desde sus criterios empresasiales de talante netamente liberal pensaron que la falta circunstancial de pedidos, se resolvía con una rebaja de la plantilla, al igual que habitualmente se hacía en su país. España, en aquellos momentos, que no era una democracia al estilo Europeo, tenía quizás algo positivo, una reglamentación laboral, que NO PERMITIA EL DESPIDO LIBRE. Paradógicamente la dictadura que sirvió para que los americanos progresaran en nuestro país, fue también un obstáculo para sus pretensiones de reducción de plantillas.

Era el año 1978, y la patata caliente de la crisis pasó a la dirección de la empresa en Córdoba y a los sindicatos. La fábrica quería adaptar su plantilla a la cartera de pedidos, y eso significaba prescindir al menos del 33% de la plantilla.

EL EXCESO DE PLANTILLA

Por aquellos tiempos el exceso de plantilla y estructural de cualquier empresa, había que justificarlo a las autoridades laborales, con un informe técnico avalado por un consulting de prestigio y debidamente homologado, Westinghouse, en primera instancia, recurrió a SOFEMASA. Este Consulting, hizo el informe que la fabrica (Casa central de Madrid), le “había pedido” y contó en todo momento con el asesoramiento, de José M. Retenaga, aventajado ingeniero de fábrica de Córdoba, que fue quien en realidad dimensionó la plantilla necesaria para cada Departamento y Servicio. De resultas de aquel informe, se diagnosticó una plantilla excesiva y mal equilibrada, sobraba un 40% de mano de obra indirecta y un 25% de mano de obra directa.

Los americanos tomaron buena nota de este informe y ordenaron la elaboración de una lista con la plantilla supuestamente sobrante, y dejaron a criterio de los respectivos jefes, dicha selección. Al no haber criterios objetivos de selección, aquello fue un “auténtico kaos”, lleno de injusticias y barbaridades. Afortunadamente todavía no estaba en vigor el Estatuto de los Trabajadores, y por tanto la antigua reglamentación no permitía para nada ningún ERE con carácter definitivo de despido.

Más adelante la Junta de Andalucia, a petición especialmente de la UGT, se implicó más en el tema de la fábrica y se intentó otra posibilidad de ERE definitivo, para lo que se volvió a realizar “otro estudio” de exceso de plantilla. En esta ocasión lo realizó un consulting sevillano BLR, que al parecer tenía relación con algún consejero de la misma Junta. Si en la primera ocasión Sofemasa, puso los impresos y el Sr. Retenaga, puso los números de plantilla, en esta ocasión fue todavía más irregular. Fue en una reunión de comida en el restaurante Ciros (Puerta de Gallegos), en donde los señores de BLR, ponían los “números” que El Sr. Santos, saboreando una copa de coñac Lepanto, traía de Madrid. Ambos informes se pudieron considerar como “una farsa”, ya que en todo momento, Sofemasa y BLR, lo único que hicieron es “ubicar” en los distintos Departamentos y Servicios, la plantilla que la fábrica les decía, una vez descontados el 33% que se consideraba excedente, y añadir su firma colegiada.

Despues de muchas discusiones y aprovechando que todavía no había aparecido el ESTATUTO DE LOS TRABAJADORES, los representantes sindicales y la empresa, lograron consensuar un expediente con 317 productores de una plantilla de 1763. De esta forma se inauguraba posiblemente en Córdoba el primer ERE.

Este expediente de suspensiones temporales significó un antes y un después, en el camino irremisible de los ERES. Fueron muchas las negociaciones, que se dieron entre la empresa y los representantes sindicales, llegando finalmente como hemos dicho a confecionar una lista de 317 productores, que supuestamente “sobraban” en la organización de la empresa. En apoyo de este expediente (ERE), intervino hasta el diputado por Córdoba en el Parlamento, por el PCE, D. Ignacio Gallego

Este primer ERE, que se produjo en Westinghouse, y posiblemente como hemos dicho en Cordoba, tuvo el carácter de suspensión temporal durante DIEZ Y OCHO MESES. Nunca ninguna suspensión fue aceptada por ningún trabajador, y menos si era por un periodo de 18 meses. Quizás por ello la fabrica y de acuerdo con los representantes sindicales de la Empresa, estableció una indemninzación compensatoria, que osciló según categorias y antigüedad, entre TRESCIENTAS Y QUINIENTAS MIL PESETAS, por trabajador incluido en el expediente.

En la práctica estas personas aparte de la indemnización, se iban cobrando más durante el tiempo de suspensión, por una serie de garantias que la fábrica acordó.

LOS PRIMEROS “TUNANTES” DE LOS ERES

Algunos lideres sindicales y politicos, que se hallaban en excedencia por ocupar puestos de interes institucional (concejales de Ayuntamiento, etc.) al enterarse de que daban indemnizaciones por ir en el expediente, EN 24 HORAS, se incorporararon a fábrica, (de forma ficticia), para ser incluidos de forma voluntaria en el expediente y tener derecho a la indemnización. Aparentemente esto era una descarada inmoralidad, pero la fábrica a sabiendas de ello lo consentíó, le interesaba llevarse bien con los politicos. Podemos decir que aquí aparecieron los primeros “tunantes” de los ERES.

Además de estas situaciones irregulares hubo algunos politicos de determinados partidos, que ocupando un puesto en el Parlamento nacional (Diputado o Senador), y en situación de clara excedencia, siguieron cobrando la nómina mensual de fábrica con toda normalidad, como si tal cosa, con la complicidad manifiesta del jefe de personal. De una forma u otra, estas fueron “corruptelas” que ya se dieron en Córdoba, en su fábrica de Westinghouse.

SE LE COGE SABOR A LOS ERES

Con este expediente la fabrica Westinghouse, probó el bocado de los famosos ERES, que luego prodigaría en versión de REDUCCIÓN DE JORNADA A TODA LA PLANTILLA (unos tres expedientes) y en SUSPENSIONES TEMPORALES, (periodos de 6 meses, unos cuatro expedientes), posiblemente la persona que adquirió el “doctorado” en diligenciar este tipo de expedientes, no fue otro que Juan Arjona Vázquez, gran profesional, y excelente persona, que quizás por su sequedad y rigor en su trabajo no llegó a mostrar a todo el mundo su enorme corazón. Entre Arjona por parte de Fábrica y Antonio Bracero, por la Oficina del desempleo, lograron hacer auténticas “filigranas”, en pro de la supervivencia de la fábrica. El tal Antonio Bracero, se volcó totalmente con la fábrica para facilitar los expededientes.

Fue tal la cantidad de expedientes y la cantidad de personas que iban incluidas en aquellas listas que solo el celo y la profesionalidad de estas dos personas citadas anteriormente, hizo que todo se resolviera de forma bastante positiva. Hay que destacar igualmente que la Junta de Andalucia, en todo momento, fue “muy bondadosa” con esta empresa para beneficio de sus trabajadores. Incluso llegado un momento, puso los “contadores del paro consumido varias veces a cero”. Para que no dificultara los expedientes.

Hubo momentos, despues de aquellas “Absurdos devaneos, en las ideas de los helicóteros”, que la Junta de Andalucia, a petición interesada de la UGT, de fábrica, (especialmente por el grupo de Germán Toledo), luchó por la continuidad de la fabrica como tal. Aún quedan testigos orales de aquellos encuentros a tres bandas que tenían lugar en las oficinas de Sevilla de Electricidad, entre: Sevillana, Westinghouse y Junta de Andalucia, para que determinados pedidos de transformadores, quedaran en la fábrica de Córdoba. También hay constancia de que durante los ultimos años (1987-89), era practicamente la Junta la que mediante un talón mensual aportaba dinero para las nóminas. Este talón era recogido por el Sr. Moreno del Rosal, que se desplazaba todos los días 28 del mes, a Sevilla a la Consejeria de Economia, a por dicho talón. Testigo presencial y oral de este hecho es el chófer “Pepillo”, (José Fernández Morales,) que era el que llevaba al citado Sr. Moreno a Sevilla. Este testigo aún debe trabajar en ABB.

EL SUFRIMIENTO DE LOS ERES

Fueron tantos los expedientes (ERES), que practicamente les tocó a casi toda la plantilla, dejando muchas preocupaciones y sufrimientos, en todos sus componenentes. Fueron tiempos muy dificiles sobre todo a la hora de elaborar las listas del personal “teóricamente sobrante”. En este apartado quizás a la fábrica le faltó bastante sensibilidad para tratar a sus trabajadores, pues aunque la fábrica sabia que tenían que volver del expediente a los seis meses, para ella en muchos aspectos, era como si ya fueran bajas definitivas, haciendo desaparecer en muchos casos hasta sus puestos de trabajo. Hasta tal punto esto era así, que cuando muchos trabajadores volvían, tenían que quedarse practicamente “en los pasillos”, pues no tenían ni mesa, ni lugar de trabajo, con lo que eso suponía, en orden a sufrimiento, ansiedad y preocupación. Ante este panorama, fueron muchos los trabajadores que en vez de estorbar y sin trabajo concreto, (Quizás los mayores), optaban por darse de baja por enfermedad, por lo que la fábrica de Córdoba llegó a unos niveles de absentismo de escándalo. Estas situaciones analizadas por los servicios médicos de fábrica, coincidían en afirmar que muchas personas empezaron a padecer problemas cardiovasculares, cuadros de ansiedad, depresión e incluso bastantes casos con el sindrome del colón irritable.

Pero si la empresa se mostraba así, algunos jefes no se les quedaban atrás. Pues al confecionar las tan “temidas relaciones” ellos eran los encargados de completar “las listas”, trabajo en el que desmotraban una total dejadez y falta de sensibilidad en este delicado asunto, pues muchas veces les reclamabas por ejemplo diez productores y ellos te decían, ahí llevas treinta, por si te hacen falta más. No es que todos los jefes fueran así, pero hubo tres o cuatro de ellos relacionados con fabricación (talleres), que actuaron de esta forma, tan irresponsable, tratando a los trabajadores como si fueran un simple “tornillo” más de cualquier máquina. Por otra parte es justo denunciar el “corporativismo” que existía en la fábrica, pues tanto los ingenieros, como los peritos, se protegían unos a otros, de tal manera, que en las relaciones no fue nunca ningún ingeniero, y si acaso solamente un par de peritos, pero ya por razones de edad.

En todo este desorden afortunadamente el Comité de Empresa, puso un poco de lógica y sensatez, y obligó a la empresa a que se aplicaran para confecionar las listas, “criterios objetivos de selección”. Estos criterios objetivos, equivalían a considerar datos como: Cargas familiares, antigüedad en la plantilla, antigüedad en la categoria y edad.

No obstante lo anterior, los sindicatos en sus largas discusiones para confecionar las listas, defendían obviamente a sus afiliados, y al que no pertenecía a ningún sindicato que lo partiera un rayo. Estas personas que nadie las defendía eran siempre “carnaza” de un expediente y otro.

LA ANÉCDOTA DEL PRIMER EXPEDIENTE

Todo este movimiento de expedientes de suspensiones y reducciones de jornada, ocurría en un ambiente sindical y laboral, con asambleas un día si y otro también. Es bueno traer aquí la anécdota que con motivo del primer expediente (los 317 indemnizados). Dos dias antes de la marcha de estos productores con su talón de la indemnización en la mano, Diego Sánchez Villarejo, miembro del Comité de empresa y muy proximo al PCE, decía en una asamblea: “Compañeros al Capital no hay que darle tregua, hay que combatirlo, con la unidad de todos los trabajadores”. Pues bien a este simpático compañero sindical hubo que haberlo visto aconsejar a un pariente (incluido en el expediente) y que salía con el talón en los siguientes términos: “Antonio, ahí en el fichero, hay un Sr. Del Banco Andalucia, que es el que te da el CATORCE POR CIENTO, aprovecha la oportunidad y no seas tonto”. La anécdota está en que contracta el mensaje que este hombre dio a la asamblea dias antes, y la recomendación que le dio a su pariente. Y es que todos de alguna forma jugamos a capitalistas, cuando nos llega la oportunidad.

Por lo demás tenemos que decir que el único ERE “pecaminoso” realizado en fábrica (prejubilaciones), lo realizó la empresa ABB, que como hemos dicho ya en varias ocasiones, supuso para muchos de sus afectados una pérdida real del 25-30% de sus emolumentos. Tuvieron que ser los “suecos”, los empresarios del país más socialdemócrata de Europa, los que se atrevieron a echar por primera vez gente a la calle. (1993). Lo que los americanos con el Sr. Iglesias a la cabeza no pudieron hacer nunca, lo hicieron ellos, gracias también hay que decirlo a los acuerdos que lograron firmar con el compañero Miguel Peláez Sánchez, representante de los trabajadores, hoy convertido en próspero empresario en el sector de Residencias para la tercera Edad, curiosamente, ninguno de los jubilados de aquel expediente, debe reunir paga suficiente para entrar en una de sus residencias.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Resulta curioso,lo que dices, sobre
el interés por incorporarse de al
gunos consejales y sindicalistas
al trabajo,para cobrar las 300.000
pesetas del ERE.
Desde luego leyéndote se entiende
la pérdida de industrias en Córdo
ba.
Saludos.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Ben


Gracias por tus comentarios, pero
era necesario que esa corrupción se conociera. Porque de aquelos barros estos lodos.


Saludos

Sofía dijo...

La verdad que quería decir que me pareció muy interesante leer todo esto (llegue de casualidad ya que necesito encontrar departamento temporario en Argentina, y estaba pensando en Cordoba como posibilidad)
En fin todo esto da mucho para reflexionar.
Gracias por compartirlo
saludos!