martes, 1 de mayo de 2012

LA CRUZ DE MAYO


No diremos el mal tiempo, sino un tiempo de aire y lluvia ha deslucido la Fiesta de la Cruz de Mayo, que desde el principio de los años cincuenta, se encuentran en nuestras plazas y algunos rincones bellos de nuestra Ciudad.

La Cruz de Mayo antiguamente se limitaba a que los chiquillos sacaban a la calle una pequeña cruz, montada sobre un cajón o caja de cartón. Y se solía llevar entre dos chiquillos. Todo el conjunto representaba una cruz en el centro por lo general de madera, con unos cuantos adornos y un platillo petitorio. Todo sobre unos pliegos de papel de color, a modo de mantel, a los que se le hacían cortes y pliegues de adorno. Se solía pasear por las calles del barrio los primeros días del mes de mayo. Y de casa en casa se visitaba a aquellos esquilmados vecinos para que echaran algunas perras en el platillo. Al salir de la casa  “se hacía caja” y se volvía a dejar el platillo vacío, porque así daba más lástima. 

Hay que reconocer que en algunos barrios (yo recuerdo la zona de Regina), un año allá por los cincuenta, y en unas parihuelas que llamaban los lugareños “de Bartolo”, montaron una gran Cruz de Mayo, que fue todo una pequeña obra de decoración,  exorno y sentido de las flores. Todo con muy buen gusto. Se paseó por todo el barrio de San Pedro, e incluso llamó la atención de los soldados, que hacían guardia, en aquel vetusto Cuartel de la antigua Veterinaria, La Cruz iba toda adornada a base de  pericones blancos, pericones amarillos y amapolas, flores salvajes, que abundaban en el llano del Santuario de la Fuensanta, en donde por aquellas fechas 1945-1955,  simulaban como una maravillosa alfombra de colores, a orillas del arroyo que pasaba por allí. El mismo limite del arroyo, estaba plagado de los olorosos martrantos. De esta Cruz, pueden aún tener recuerdos alguno de los Lara Milla, que vivían en la Calle Encarnación Agustina, (encima del bar), pues un vecino cercano suyo que se llamaba Antonio Montero, fue uno de los que pasearon la citada cruz.

Hablando de ese arroyo que estaba plagado de flores, tenemos que decir que en la esquina con la Calle Conquistador Ordoño Álvarez, (antes de que se comunicara con el llano de la Fuensanta), existía un chatarrero, que compraba todas las botellas, las gomas de las suelas de las alpargatas y otros tipos de desechos para reciclar. Al lado había un enorme cañaveral que se inundaba permanentemente  con las avenidas de este arroyo y que desembocaba a la altura del Puente de Santa Matilde.

A mediados de los cincuenta remodelaron esta zona y desapareció este arroyo y en el llano que quedó, la Banda Municipal de Música, daba conciertos para amenizar las veladas en la Festividad de la Fuensanta.

Posteriormente la mayoría del llano, sobre todo lo que pegaba al costado del Tribunal Tutelar de Menores, fue recalificado y  un constructor llamado Luís Cano, edificó allí un edificio de pisos (edificio que hay enfrente del Santuario), y que por poco si se arruina por la enorme cantidad de agua que hubo que achicar de sus cimientos. De esto puede dar buena fe, mi amigo Antonio Camargo, que junto con José Roldán, fue de los primeros vecinos que vivieron enfrente del caimán.
  

LA CRUZ EN LAS CASAS DE VECINOS

Con independencia de la Cruz de lo chiquillos, en los patios de las casas de vecinos, se solían montar un Cruz de Mayo, que presidía el patio. En la mayoría de las casas, por su abundancia de macetas, ya existían de forma natural “el pedestal” sobre el que se colocaba esta Cruz, la cual era adornada a base de pericones blancos y amarillos. En Casa de Antonia Aguilera, ella, a principios de los años cuarenta, acostumbrada todos los años de hacer una Cruz de Mayo, en el portal de su casa. Siempre le colocaba una sábana blanca como fondo, y una artística Cruz de madera, se enseñoreaba para deleite de toda la gente de la calle.

RAFAEL LUQUE

El orfebre, el artista de la Cruz, era siempre Rafael Luque, (el platero), hijo de Rafalito el “sastre”. Rafael Luque, el marido de la “Lola” Gordillo, era un artista desde su época en el Colegio de los Salesianos. Todo lo que tenía de alto, lo tenía de hombre sabio y capaz para todo. Enseñó y fue maestro de muchos plateros, pero siempre fue muy sencillo, hasta el punto que se dio la circunstancia, de que todos sus “aprendices”, le aventajaron en sacarle rentabilidad al oficio. Mientras él se limitó siempre a vivir de forma modesta, desarrollándose desde San Lorenzo, pasando por la Calle Isabel II, hasta viajar por otros barrios populares, muchos de sus aprendices como los Cosano, Los Córdoba, o los Muñoz, vivieron y disfrutaron el apogeo de los años 60 y 70, desde sus casas confortables del barrio del Brillante.

Aparte de su familia y sus amistades, quizás una de sus máximas satisfacciones, fue que su hijo Rafael Luque Gordillo, jugara de portero en el  Córdoba, con el simpático sobrenombre de “Iríbar”, luego otro hijo también le salió pelotero y por ello disfrutó mucho. Este amigo Rafael Luque, amaba a Córdoba y como tal se dio a sus amigos, que en prueba de su aceptación y reconocimiento incluso le nombraron candidato a las elecciones políticas de un partido de trabajadores. El hombre que hacía como nadie aquellas cruces de madera, y dejaba su arte en todo lo que tocaba, vivió toda su vida en plan austero y sencillo hasta su muerte.

TABERNA "HUEVOS FRITOS"

En una ocasión en el patio de la Taberna de "Huevos Fritos", se decoró una Cruz, de forma original con avellanas cordobesas. Con toda seguridad estas avellanas eran de la finca de la familia Espinar el fontanero. Eran los tiempos que frecuentaban esta Taberna, los componentes de la Peña el Octavo, con los hermanos Santos, a la cabeza, la Peña los Minguitos y la Peña los Nueve amigos, con el amigo Rafael Navarro, y sus amigos Ignacio Nocete, Rafael Muñiz, Álvaro Baena, Paquito Espino, Pepe “El Gordo” y el amigo Tórtola. El  promotor de esta Cruz, fue un grupo de amigos, formados por el desaparecido Lorenzo Jiménez, Rafael Estévez  y el singular Rafael Salcedo, “El Quirro”.
 
Por Santa Marina, San Juan de Palomares, San Lorenzo y las Costanillas, era habitual encontrar patios, en los que los vecinos tuvieran estas costumbres de adornar la Cruz. En la calle Roelas, Felisa Rodríguez Teruel, en su macetero que tenía todo el año en el patio de su casa, llegado el mes de Mayo, entronizaba en él la Cruz, a lo que el resto de vecinos le dedicaban su fiesta. En estos menesteres colaboraban todos los vecinos pero en especial, Rafaela Recio, María Sánchez y Carmela Roldán, (la jeringuera de la calle Montero), que eran muy entusiastas con estas fiestas.

También a la hora de hablar de cruces en los patios, tenemos que citar a la Peña de Los Emires, unida tan entrañablemente a las tradiciones cordobesas, que todos los años, en el patio de su Peña, en la Calle el Queso, de San Lorenzo, ponen una monumental Cruz, que es la admiración de todos sus visitantes, por sus artísticas “peanas”, obra casi siempre del miembro de la peña, al que apodan cariñosamente como “El Trompo”. Este simpático peñista, deja constantemente reflejado su amor a Córdoba, en esas originales “peanas” que son una maravilla. En esta Cruz, durante muchos años, han intervenido la “saga de los Genaros”, la “saga de los Acaiñas”, la saga de los Espejo” y el singular Evaristo, antiguo taxista, y hombre que desde que vivía en la “Casa de los Carros”, de la Calle El Cristo, estuvo siempre ligado a esta singular Peña.

Igualmente merece la pena recordar la Cruces de Mayo que se montaban en el patio de la Sociedad de Plateros, de la Calle María Auxiliadora. Allí Rafael Gaitán “El Pesca”, demostró todo su arte en el toque de guitarra y en el baile. El carnicero Juan Ramón, gran guitarrista, también disfrutó de estos ambientes festivos. No se puede olvidar a todo este conjunto de personas que se esforzaron en adornar y festejar la Cruz de Mayo de la Sociedad Plateros y muy especialmente a Manolo Montoro, un rapsoda singular que se pasó toda su vida cantando a Córdoba y sus tradiciones.

LA CRUCES EN LA PLAZUELAS  

No cabe duda de que fueron los hermanos Valverde Lujan, unos de los primeros que se atrevieron a sacar la Cruz de Mayo, a una plaza pública. Fue a principios de los años cincuenta, cuando estos hermanos grandes artistas y vecinos de la Calle Tafures, se les ocurrió montar en dicha plaza una espléndida y artística Cruz de Mayo. Fue tal la impresión que esos “monumentos” despertaron en Córdoba, que desde primera hora tuvieron “admiradores” de fuera. Tal fue el caso de uno de los primeros directores americanos que tuvo la Cenemesa, como el Sr. Mister Evans, colaboró mucho en el montaje de esta Cruz.

AÑO 1955-LA CRUZ DE SAN LORENZO    

En el año 1955, llegó a la Parroquia de San Lorenzo, al entonces cura D. Juan Novo González, lo convencieron para que pusiera una Cruz en mitad de la Plazuela. A los que esto le planteaban, él le contestó a la hermana de Pepe Bojollo, que él no sabía nada de cruces, pues acababa de venir hacía poco tiempo de Reinosa (Santander).

El entonces dinámico cura, debió pensar el asunto y después de consultar con quien el creyó oportuno, convocó a todos los grupos activos de la parroquia, representados por los Hombres de Acción Católica, HOAC, a los Jóvenes de Acción Católica, a gente de las hermandades y a algunos miembros de la Peñas del Barrio. Al final el día 12 de abril de 1955, se acordó por todos el poner una Cruz de Mayo, en mitad de la Plazuela de San Lorenzo.

Con toda seguridad debió de consultar a D. Juan Font del Riego, protector suyo y canónigo de la Catedral de Córdoba, y hombre que por tener una carrera técnica, (era ingeniero), le ilustraría en como planificar un trabajo bien hecho. Lo cierto y real, es que creó una serie de grupos de trabajo perfectamente coordinados.

Lo primero que hizo fue formar un grupo de colaboradores directos entre gente que colaboraba habitualmente con la Parroquia, así podemos citar a José Romero, Rafael Cantueso, Miguel Rey, Rafael Jiménez y Enrique Parejas.

Creo un grupo artístico, formado por Antonio Laguna, Ángel Parejas e Isidoro Álvarez, que serían los responsables de la ornamentación. Ellos fueron los encargados de distribuir las macetas (más de dos mil) y adornar la plaza. El espléndido pedestal y la maravillosa Cruz, de claveles y sus remates en manzanilla, fue obra personal de Antonio Laguna.

El grupo de logística o recolección de macetas lo encabezó  personalmente el propio cura, y se dotó para ello de todos los monaguillos y chiquillería del barrio. El se presentó prácticamente casa por casa y todo el mundo le entregaba lo mejor de sus macetas. Era ilusión común en el barrio, el llevar a cabo aquel proyecto de poner una Cruz de Mayo, que le daría relieve y proyección. Hasta las monjas de Jesús Nazareno, dejaron sus patios casi vacíos de macetas para que lucieran en la Cruz de mayo.. Como dato curioso fue el que protagonizó la simpática Obdulia, (la dueña del Horno de la Cruz,) que ante la insistencia de las vecinas de que no dejara sus mejores macetas, ella contestó: “Bueno si se estropean, con sembrar otras tengo bastante, lo bonito es que la Plaza de San Lorenzo, tenga más macetas que el paraíso”. Esto mostraba a las claras la ilusión de colaborar que hubo en el barrio.

Para hacerse una idea de la cantidad de macetas que hubo tenemos que decir que en la pared de la derecha según se mira la Iglesia, es decir la pared en donde estaba el almacén de “Pepe el Tuerto”, había colgadas la friolera de 720 macetas, que se las regaba todas el sacristán Pepe Bojollo. (entonces con 27 años). En la pared de la izquierda, desde Casa de Minguitos hasta el almacén de comestibles de Casa la Hermosa”, había 938 macetas. Y adornando la Plaza a pie de suelo, el pilón de la fuente y el pedestal de la Cruz, había unas 420 macetas. En el riego de estas macetas colaboró también Antonio Díaz,  Fernando Mesa y otros más de forma entusiasta.

Quien se encargó de coordinar a las muchachas vestidas de gitanas y las aleccionó para el baile, fue Rafi Álvarez, que enseguida formó un grupo de lindas gitanas, con Maria Luisa Maria, Mari Carmen de la Rubia, Matilde Ordoñez, Magdalena García, Carmen Casana, etc. etc. Incluso en el momento estelar de festejar el premio de la Cruz, ante las autoridades, se pudo contar con Blanquita Álvarez, la encantadora bailaora de la Lagunilla (Santa Marina), (que con el tiempo sería bailaora profesional y la dueña del famoso Corral de la Morería de Madrid,), Esta Blanquita, formó pareja de baile con Manuel fernández Márquez. (joyero)..

Para el grupo de “postulantas” se puso al frente a la singular y encantadora Lolita Granados Crespo, que con un grupo de bellas muchachas, se empeñó en no dejar a nadie sin su pequeño “trozo de cinta” en la solapa, y se puede decir que aquella operación fue todo un éxito, pues llegó a recogerse un baño grande de aquellos de zinc, lleno de monedas de aquella época. Hay que recordar que en aquella época en la cruces no existía ni ambigú ni mostrador alguno para vender nada.

Hasta el tema de los clavos, estuvo coordinado. Yo iba a por ellos a la Ferretería Gutiérrez, en donde José Zambrano, su encargado, me daba los paquetes de a "ciento" por medias docenas. Estos clavos en su mayoría los clavaron algunos miembros de la HOAC, que eran fundamentalmente del Jardín del Alpargate. (Jesús Espinosa, El hijo de Lola Aljama, y algún que otro "Gato", etc. etc.)

En la Cruz, todo funcionó de forma coordinada, y hasta se editó una especie de Revista, Festiva de Mayo, en donde se anunciaban algunos industriales del barrio o relacionados con el. En esta Revista se anunció entre otros, Pescados “Alfonso Lupión”, Ebanistería “Ángel Serrano”, Francisco Posadas “Posaitas” Calzados “Nocete”, Solera María del Valle, Manuel Jiménez Torres, Bodegas Ordoñez, Panadería Manuel Mortes, Drogueria Alfonso Romero, etc. etc. En este modelo de Revista u otra por el estilo, posiblemente fue en donde se “inspiró” Juan Montiel Salinas, el intrépido periodista del DIARIO CORDOBA, para crear su revista de CORDOBA EN MAYO, en 1956.

PRIMER PREMIO

El primer premio de la Cruz de San Lorenzo, fue el UNICO PREMIO POSIBLE, para tanta belleza contenida en aquella Plaza. D. Buenaventura Villa y Ruiz de Bustamante, Concejal de Ferias y Festejos, gran admirador del barrio, se le oyó decir: “Más flores y más bellas que estas solamente es posible en sueños”.

Fue tal la espectacularidad de la Cruz, que llegó a salir hasta en el NODO, y marcó UN ANTES Y DESPUES el Concurso de las Cruces de Mayo. El mismo Ayuntamiento, quiso reconocerpúblicamente la belleza de la Plaza, al presentarse el mismo alcalde, D. Antonio Cruz Conde, con una serie de autoridades, entre ellas el ministro de Obras Públicas, D. Fernando Suárez de Tangil, que poco tiempo antes había inaugurado el Puente Nuevo y la Avda. del Conde de Vallellano. A las autoridades en medio de la Plaza se les ofreció un ágape servido por Casa Manolo “El de las Quinielas”..

El barrio de San Lorenzo, que en 1651, pasó a la historia, al protagonizar el MOTIN DEL HAMBRE, en aquellos tiempos, trescientos años después, (1955), protagonizaba con el respaldo de sus autoridades, lo que sería EL COMIENZO CON BUEN PIE, del  popular Concurso de Cruces del Mayo Cordobés.

Ya en los años siguientes se siguió poniendo la maravillosa Cruz de la Calle Tafures, una que pusieron en la preciosa Calle del Amparo, y otras en la Plaza de la Beatilla, Calle Valdelagrana, Plaza de Aguayos, Vizconde de Miranda, etc. etc. El Concurso de Cruces afortunadamente estaba en marcha.

9 comentarios:

La Cocinera Políglota dijo...

Una vez más, querido Manuel, sólo puedo elogiar el magnífico trabajo que realizas en cada una de las entradas de tu blog.

Agradecemos que compartas tus amplios conocimientos y recuerdos con tus lectores.

Un abrazo.

Toñi

Manuel Estévez dijo...

Estimada Toñi


Gracias por tu entrada, como te he recordado tu querido padre mi amigo y maestro Manuel Flamil Cañete, era un gran enamorado de las cosas que tenían "sabor a tradicción". Además que tenía una sensibilidad especial para todo ello.

No lo he mencionado entre los que visitaron dicha Cruz (1955), ya
que él la visitó en 1958, en la compañía de Fdo. García Noci, y él simpático Pepito "Guitarra".

A él personalmente le gustaban mucho más las Cruces sin tanto ambigú ni mostrador. Eso me lo dijo delante de la Cruz de la Plaza de las Tendillas (2002),
de camino que iba a recoger sus medicamentos a la farmacia del dependiente del pelo blanco como él decía.


Saludos

rafael san martin ramon dijo...

El titulo "Luchemos por Córdoba"debe tener un contenido mas amplio. Hasta ahora se relatan cosas del pasado con cierto sabor nostálgico, cosa que no está mal, pero que no nos deben impedir el decir cosas que tal vez molesten, y por eso voy a decir unas cuantas cosas.
Hace unos días he leído en la prensa que van a cerrar una empresa en Córdoba dedicada al vidrio con aproximadamente 16 trabajadores, a pesar de que daba beneficios. Dos preguntas me he hecho:
1ª. No es razonable. ¿Por que se van?
2ª ¿Que industria queda en Córdoba?
Estas preguntas me han llevado a una conclusión. ¿ Que futuro hay para los cordobeses?. Lo que me conduce a hacer dos preguntas.
¿Puede ser que no haya empresarios?
¿Los sindicalistas asustan a los empresarios?
Intentaré responder a las dos preguntas con hechos reales de los que he sido testigo.
La empresa americana Westinghouse propuso que en Córdoba se fabricara todo el material pequeño con destino al mercado mundial. Los responsables de la División afectada se asustaron y aquello se desestimó. Contestado el primer punto.
En esa fabrica de Córdoba se fabricaban elementos para las centrales nucleares. Los sindicalistas llevaban letreros que decían "No, a las nucleares". Posteriormente he trabajado en el cultivo del tabaco. El responsable en su despacho tenía un letrero enorme que decía " Gracias por fumar".Son dos formas de actuar diferentes.
El empresario no debe asustarse, por lo que debe ser comprendido, y al sindicalista hay que decirle que si no hay trabajo él está de más.
Saludos cordiales.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Rafael San Martin


Gracias como siempre por tu entrada, tan explícita y clara.

No pretenderas que yo desde este rincón, diga las cosas que gente que COBRA PARA ELLO NO DICEN, ni tan siquiera mencionan.

UNO EL DIARIO CORDOBA, que desde que está "en las buenas manos en las que está" No hace nada más que embaucar a los cordobeses.

En segundo lugar están los que se dicen politicos y sindicales, que callan sospechosamente.

Y hay hasta cátedras de empresas familiares o no, y también callan.

Ante esos silencios, yo me limito a recordar libremente las cosas con las que disfruto.


Saludos

Anónimo dijo...

Yo disfruto también, leyendo estas cosas.
Saludos cordiales.

Manuel Estévez dijo...

Amigo San Martin


Me alegra que disfrutes leyendo o comentando estas cosas.

Me consta, por tu preparación y por los puestos que ocupastes en aquella fábrica de Westinghouse.

Pero tú sabes que "la canalla" con la que tu coincidistes, en aquel Comité de Empresa, más que la propia fábrica o los trabajadores por lo que luchababan era por los intereses DE SU PARTIDO.

Asi se explica en parte que se desmontara todo el tejido laboral.

Hoy por ejemplo a cierta PRENSA, más que Córdoba por ejemplo, lo que les interesa son los propios intereses de su PARTIDO.


Saludos

Anónimo dijo...

"ben".
Muy interesante la entrada y los
comentarios.Manuel y como tú,al
final me quedo con los recuerdos
vividos,son más limpios.
Córdoba esta hoy preciosa y hay
que disfrutarla en los patios.
Saludos.

Anónimo dijo...

Querido Estevez, mandame si lo consideras oportuno tu email, y te enviaré una novela que he presentado a un concurso, en la que vivirás el pasado. Mi correo es rafaelsanmartin@ya.com.
Saludos cordiales.

Manuel Estévez dijo...

Amigo San Martin


Claro que te mando mi correo, para mi supone un orgullo contactar con tu agradable conversación.

Eres una persona muy preparada, pero además me consta que AMAS A CORDOBA, y eso para mi es suficiente.

Tú no eres de esos, que por hacer destacar su "EGO", fueron capaces de hundir hasta su propia fábrica.


Saludos