jueves, 2 de agosto de 2012

EL RÍO DE CORDOBA


Los fenicios llamaron al río Baits, después Betis (o Baetis) desde tiempos pre-romanos hasta el periodo de al-Ándalus, dando su nombre a la provincia romana de la Bética en la que su capital fue Córdoba.

No, no tuvo nada que ver un equipo de fútbol sevillano con ese nombre. Los romanos siguieron nombrando a ese río como los fenicios e incluso le nombraron a Córdoba capital de la bética en homenaje al río. Los romanos quedaron encantados de esta maravillosa corriente de agua, por la que hicieron circular sus mercancías.

Ya en la Edad Media, atrevidos vascos negociantes en el metal hierro, transportaban con sus barcazas el mineral a la misma Córdoba, que incluso muchas veces intercambiaban por otras mercancías, que igualmente se expedían por el río.

Por aquellas épocas antiguas la mayoría de puentes que se hacían sobre las corrientes fluviales, eran puentes de madera o muy provisionales. En cambio los romanos se encontraron en Córdoba con un puente de sillares de piedra, que denotaba una solidez y belleza, solamente justificada porque suponía el acceso a esa joya de ciudad que debió de significar para ellos la ciudad de Córdoba..

El puente que luego se llamó “romano”, era el único que había en todo el curso del río desde su nacimiento hasta su desembocadura por San Lucas de Barrameda. Fue posteriormente cuando los Almohades, hicieron un puente de madera sobre el Guadalquivir para poder tener acceso a la ciudad de Sevilla.

FUE TESTIGO

El río de Córdoba, fue testigo de multitud de escenas históricas que acontecieron a una y otra orilla. Presenció el interés de los árabes en la conquista de Córdoba y posterior asentamiento como sede del Califato, porque aparte de los parajes llenos de agua de su maravillosa sierra, tenían las espaldas cubiertas con un “puente” para en caso de una huida, salir corriendo. Esa “seguridad” en aquellos tiempos, era fundamental en el arte de guerrear y para cualquier conquista. Y los árabes que no creen en el bautismo cristiano, le pusieron un nuevo nombre al río, llamándole Guadalquivir. (Gran Río).

El puente “romano” se puede considerar históricamente como el anillo de compromiso del río con Córdoba, y le permitió a éste presenciar “escenas” que se desarrollaban en el mismo puente. En primer lugar presenció como los hermanos Pompeyo, impidieron a Julio Cesar, pasar por el puente para conquistar Córdoba. (45 a C), y eso le obligó a hacer otro puente de madera para facilitar la conquista de la ciudad, cosa que lograría más tarde.  

Los romanos subían con sus barcas de mercancías hasta la orilla del río en la zona de la Finca “La barquera”, (final polígono la Torrecilla), que era su puerto habitual de entrada y salida de mercancías. Enfrente estaba el cortijo de la Reina al que se le denominaba “Por encima de las barcas”, por su situación dominante enfrente de esa zona del puerto.  

El rey Pedro I, había dado una disposición en la Edad Media, para que se establecieran en las azudas de los Molinos, un paso para las barcas, que tenía que ser no más grande que el ancho del Arco de bendiciones de la Mezquita-Catedral, es decir 6 metros.

También fue testigo de aquellas acaloradas discusiones de nuestro Alcalde, don Antonio Cruz Conde y el Obispo de Córdoba, Fray Albino, que juntos a la estatua del San Rafael, hacían números de lo que costaban los “alcantarillados” de la incipiente Barriada de Fray Albino. (Campo de la Verdad), Poco menos en aquellas fechas se consideró como una locura, crear esas infraestructuras de alcantarillado, para unas casitas “unifamiliares” y de una sola planta en su mayoría. Luego con el paso del tiempo “Las casitas adosadas”, que tanto se han prodigado por todos sitios, dieron la razón a aquel proyecto.

Hoy “Gran Río” te has quedado sorprendido del aspecto que le han dado a “tu puente”, acorde con la gran “CAJA DE CARTÓN BOCA ABAJO”, que perdiéndote el respeto a ti y a todo el entorno que os rodea, han plantado allí, como una especie de culminación del GASTO, el mal GUSTO y el permanente DERROCHE. En ese lugar donde se ubica la citada “CAJA DE CARTON INVERTIDA”, estuvo durante los años 50, un lugar al que se llamaba el “refugio” que era una forma de quitar de en medio en las fiestas y ferias, a los que estaban señalados por sus antecedentes un poco de “choricillos”..
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EL COLOR VERDIBLANCO

Muchos simpáticos oriundos de Sevilla, creerán a pie juntillas que el topónimo “Betis” y el color “verdi-blanco”, es poco menos que una ocurrencia más de ellos, como pasa casi con el Rocío.

Tú, Río de Córdoba, sabio en historias, fuiste testigo de la debilidad que tenían los romanos por el color blanco que para ellos significaba  LA TRANQUILIDAD, al igual que el color verde que les sabía a AIRE O NATURALEZA. Cuando llegó Julio Cesar a Córdoba, (Capital de la Bética), en clara disputa con la “saga” de los Pompeyo, y ordenó construir un puente de madera para poder acceder a la ciudad, (Zona Parque Cruz Conde), quedó maravillado de la línea verde de huertas que se extendían en la margen derecha del Río Betis, lindando junto a los viejos murallones (PAREDES GORDAS), que no eran otros que restos de murallas Iberas que delimitaban la Córdoba más antigua.

Esa dualidad del manto de agua cristalina del río BETIS y la citada franja verde de huertas que se extendía hacía el Castillo de Almodóvar, (Alhadra por los árabes), pudieron ser la primera vez que ambos colores, el BLANCO DEL RÍO y el VERDE, de las huertas, fueron considerados como una unidad de belleza y sentimiento. Por tanto el nombre del BETIS, tuvo su origen en Córdoba, y en cuanto a los colores VERDES Y BLANCO, posiblemente viene de la época de los romanos.

No obstante los “niños de papá” “en su mayoría hijos aprovechados del antiguo Régimen”, que se formaron políticamente en la sacristía de la Iglesia de San Salvador de Sevilla, fueron los que durante la época de la llamada transición, jugaron a hacer toda clase de demagogias con lo que representaban aquellos colores, hasta el punto, de que en muchos casos, actitudes políticamente mal expresadas o peor interpretadas, dieron lugar a enfrentamientos casi fraticidas con la propia bandera de España, como desgraciadamente ocurrió en muchos sitios y particularmente aquí en Córdoba, en la Plaza de las Tendillas, donde hubo hasta navajazos con heridas y sangre, con las banderas enfrentadas.

Luego nos quejaremos de que cuando suena nuestro Himno Nacional sea pitado en algunos sitios, y no debemos ignorar de que aquí en Andalucía, hay muchos políticos aún en el poder, que no tuvieron inconveniente en “maltratar la bandera de España” en detrimento de los colores verde y blanco, que representaba su opción de conquistar y permanecer en la poltrona del poder.    

FUISTE BONDADOSO

Durante toda  tu historia  has transportado agua suficiente para regar y saciar la sed de los cordobeses. Incluso tus aguas han servido de recreo para la natación y el baño de muchos ciudadanos, especialmente en aquellas épocas inolvidables de “LÓPEZ GARCÍA”, “EL MOLINO DE MARTOS”, “LAS BANDERAS”, “LOS PEÑONES SAN JULIAN” Y EL SOTO, orillado frente a la Madrileña. Eran épocas que media Córdoba disfrutaba del baño en tus aguas y formabas parte fundamental de la ciudad.

Eran casi siempre los más "osados" o los más valientes, los que atrevían a cruzarte cuando estabas "enfrascado". Es justo recordar aquí a Rafael Muñoz, "El Chico" que entre el quiosco de la Ribera y el río, pasaba media vida. También hay que recordar a Miguel Moreno, el simpático "nadador" que en el mismo Molino Martos, accedió a que le grabaran de forma dolorosa y rudimentaria y casi a fuego, un letrero en el antebrazo derecho que decía: "Viva el Atco. de Bilbao, equipo, que por aquellas épocas era el favorito de los "tiesos". 

Y como no recordar al elegante Felíx Sánchez Aguilera, gran aficionado al Molino de Martos y mejor cocinero aún. Fue pionero en la cocina del Hotel Córdoba Palace, desde su inauguración en 1956, y por edad, fue amigo de Pepe García Marín, (Caballo Rojo), al que estando aún en el Bar "San Cayetano", le dio la "formula" de su famoso "Rabo de Toro".

Por cierto es bueno comentar aquí que en el Hotel Córdoba Palace, pusieron no se porqué, en la recepción de la puerta a un moro, al menos estaba vestido como tal. Pues bien en 1957, un año después, surgió el conflicto de Sidi Ifni, y se comentó mucho un ataque despiadado de los moros a los legionarios españoles, de tal forma creció la indignación que hasta el "moro que estaba de portero", desapareció como por encanto.

También hay que mencionar aquí al "Patineta", que siendo minusválido, nadaba como los ángeles y disfrutaba en acompañar a nado a la barca en su travesía de ida y venida. Su gran amigo "el corneta", revolucionó la técnica de sacar brillo al bronce y los metales, cuando un año en que preparaban el quinario del Cristo de la Caridad (San Francisco), (1950), en vez de utilizar el "clásico sidol," utilizó una mezcla de vinagre y pimiento molido, con lo que logró una pócima milagrosa para sacar el mejor brillo, en cobres y superficies plateadas.

Siguiendo contigo, tú eres un río de avenidas cíclicas cada cinco años y extraordinarias cada cincuenta. Todavía recordamos aquella avenida del año 1963, en donde transportabas un caudal de 748 M3/s, y tu crecida conmocionó a toda Córdoba. Y si no que se lo digan a los gatos que huyendo de tu agua, se refugiaban en los álamos de la alameda de la Ribera. Todavía tenemos en la mente a uno de los hermanos Langa, (plataneros), que con su moto Peugeot, nos llevó a contemplarte en la curva que haces en las “Barrancas”, junto a los “Cortes de los alcaparrones”.  

También hay que recordar a “Pecho Paja”, “El Comandante”, “El Tormenta” y sobre todos a Agustín Uceda Muriel, (Sanchis para los amigos), que por una soldada que les daba el “maero” se lanzaban en el torbellino que hacías en la curva del Molino Martos, para rescatar “troncos de madera”.

Ya como hemos dicho antes a los romanos le llamó la atención el caudal que muchas veces la caprichosa lluvia te “encargaba” de transportar. Hasta tal punto que tu afluencia de caudal, hacía que los inviernos fueran tiempos de PAZ, pues las guerras solamente  se celebraran en la época estival, que era cuando menos aguas transportabas. Después de estudiar tus avenidas cíclicas, después de calcular tus avenidas extraordinarias, nos sale para ti un caudal medio de 214M3/s. y eso durante muchos años, es mucha agua. Utilizando un ABACO de cálculo, podemos estimar que el puente romano ha visto pasar mejor que nadie el agua que transportabas desde que los hermanos Pompeyo, defendían el Puente Romano (14 a AC.), hasta ahora. El agua transportada por tu generosidad hubiera sido suficiente para “llenar” 30.000 veces el Pantano del Tranco de Beas. 

LA RUEDA DE LA ABOLAFIA

En estos tiempos que tanto se lucha contra los ruidos, se comenta sin base documental, que la rueda de la Abolafía que subía el agua para regar la huerta del Alcázar, fue mandada “parar” varias veces porque a la reina Isabel la Católica, le molestaba el ruido en su descanso. Quizás sea más correcto decir que por aquellas fechas apareció el venero que riega toda la zona del Alcázar de los Reyes Cristianos y por ello ya no hubo necesidad de que dicha Albolafia, trabajara para subir el agua. Y por ruidos, hay que decir que luego se dedicaron esas instalaciones a Molienda, (Molino), que también representaba producir sus ruidos.

TE SIENTES RARO

Córdoba la ciudad y aún más sus autoridades viven de espaldas a ti totalmente, eres la única corriente de agua, que no tienes ni un remo ni barca que echarte a tu superficie. Da sana envidia, cuando se ve en Europa esas corrientes fluviales, llenas de vida, de barcas de recreo y de actividad lúdica alrededor de esa corriente de agua.

Añorando por todo la antigua barca, tenemos que decir que los encargados de ella, eran Tomás “El Pringues” que vivía en la Ribera, muy cerca de las escalerillas  y los hermanos “Molinero, que vivían en el Barrio chico. Aunque el dueño de la Barca era Antonio “El Gordo”.

Y al menos aquella barca la utilizaban las mujeres que le llevaban la comida a los trabajadores de la Sagrada Familia, esposas, madres y hermanos, utilizaban todos los días esta barca, sobre todo cuando se estaban terminando las calles que daban a la "Madrileña".

Otro que utilizaba todos los días este “medio de transporte” era Manuel Santos Iglesias, que después de comprar la mejor “docena de huevos” de la granja Añon, cruzaba todos los días, para llevárselos a la “querida” de su jefe (El químico de la Porcelana), que vivía en el “Barrio Chico”.

Que raro se ve el Río sin que nadie se bañe, que raro se ve el Río sin que nadie saque arena, que raro se ve el Río sin que nadie pesque ni tan siquiera en plan deportivo. Que raro se ve el Río sin que se vea ni tan siquiera una barca o un remo. Que raro se ve el Río, con un avión que habrá costado una fortuna, en el lugar en donde estaba El Soto, que fue en donde la mayoría aprendimos a nadar. Que raro está el Río, con esa pasarela llena de oxido que han hecho a la altura de la Cruz del Rastro. Que raro está el Río, sintiéndose observado con esa Caja de Cartón invertida, al que le han puesto el nombre de observatorio. Allí lo que da la impresión es que de un momento a otro de esa Caja, va a salir un MANZIGER ZETA.

El mismo río ha abandonado la naturalidad que tuvo y se ha adentrado en un total de dejadez y abandono, plantas que arrastra de cada riada se están comiendo el cauce del Río. ¿Donde está el recodo que hacía el Río a la altura del Molino Martos,? ¿donde están de presentables aquellas escalerillas de la Ribera, por donde bajaba la gente para acceder a la barca.? Donde están los tan mencionados PLANES DE PREVENCIÓN DE ACCIDENTES, cuando la capa de oxido o materia parecida que cubre a la pasarela, puede ser motivo de que cualquiera que se roce con ello, coja hasta el mismo Tétanos.

Volver a la naturalidad a este Río, es que se pudiera pescar e incluso vender el pescado de bogas y barbos como se vendían en las afueras de la Plaza del pescado, o como Lola lo vendía en el Barrio Chico. Volver a la naturalidad, es que la gente pudiera bañarse como en los años cincuenta, desahogo que le vendría muy bien a esta ciudad con la calima que nos acompaña durante el verano.

No sabemos aún porque han prohibido sacar tus “arenas doradas” como decía Góngora, cuando tu históricamente has dado toda la arena que puso en pie “El Silo”, “La teniente Coronel Noreña”, “El Hospital”, “La Universidad Laboral”, “El Reina Sofía”, por mencionar edificios emblemáticos de Córdoba. Eran cientos y cientos de borriquillos, que por la Cuesta de la Pólvora, te saludaban todos los días de camino que iban a recoger su “arena dorada”. El mismo Puente de Santa Matilde, se quedó pequeño para el número de camiones que más modernamente pasaban diariamente a por tus arenas. “El Bola”, “Los Gaña”, “Los Lesmes”, Los Jaén”, etc. etc. dan testimonio de esta acividad.

EL AVION

Tu mejor que nadie, fuiste testigo de cómo aquel helicóptero, con tres americanos, hubo de aterrizar casi de forma forzosa en los Peñones de San Julián, allá por finales de los años 1950. Aquello fue todo un acontecimiento para Córdoba, especialmente para la chiquillería.
 
Quizás por ello y confundiendo algo la noticia, cualquier político del Ayuntamiento asesorado por no se quien elemento cultural tan de moda en esto de los políticos, le daría la broma de que por esa zona se desarrolló la “Batalla Aérea de los Peñones de San Julián”, y por eso han colocado a modo de recuerdo un avión que con toda seguridad ESTARÁ ENTRE LAS DEUDAS, aún. Menos mal que se fueron los pilotos y hasta las azafatas, solamente ha quedado un fotógrafo que para emular a “Robert Capa”, le llamaron para que sacara fotos de la colocación del avión. Según se ha comentado en Casa Bartolo, este fotógrafo fue un recomendado a dedo del Sr. Valderas, y que por ello Rosa Aguilar, no tuvo más remedio que colocarlo, después de aquel evento en Urbanismo. Dicen quienes lo conocen, que no echa ni una foto, pero que apela a su derecho de “Plantilla”, para que le abonen todos los meses, los CUATRO MIL EUROS, que le pusieron de sueldo de entrada. No sabe Braulio, que al parecer así se llama este hombre, que con el Estatuto de los Trabajadores, se perdieron todos los derechos de “Plantilla”.  

8 comentarios:

Laurentino dijo...

Felicidades por esta entrada tan interesante de nuestro río, ese gran maltratado por politiquillos de medio pelo. Si Augusto o Alhaken levantaran la cabaza.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Laurentino:


Llevas razón en lo que dices, pero es realmente lamentable como se está la zona de las escalerillas.

El Río Betis o Guadalquivir, se merece que al menos de vez en cuando UNA BARCA aparezca en su horizonte.

Gracias

Rafael San Martín dijo...

Me encanta la Historia contada como una acumulación de anécdotas.
Me voy a tomar la licencia al haber nombrado a Góngora, el modificar un poco sus versos diciendo:
Oh, excelso rio.
Oh, puentes coronados de honor y gallardía.
Y una vez dicho eso preguntar.
¿ Escribiría eso el poeta cuando llegara a la Cruz del Rastro paseando y viera esa enorme pasarela de hierro oxidado?

Creo que no.
La Bruja Avería se confabuló con la princesa roja , o Rosa, para contruir esa maldad.
Mi felicitación para quien se toma el trabajo de contar la historia de nuestra localidad, aunque no se lo agradezcamos.

Manuel Estévez dijo...

Amigo San Martín


El tema del río lo llevamos en sufrimiento los cordobeses mucho tiempo.

Dicen que lo quieren dejar natural, pero lo que lo han dejado es en el mayor abandono del mundo.

El otro día me dijo "El cabezón", personaje clásico de San Lorenzo.

"Lo que pasa en Córdoba, es que estamos "gobernados" por gente que jamás se bañó en el Guadalquivir.
porque no son de aquí."

Una de las personas que primero vi yo tirarse desde las "Torvas" del Molino Martos, fue Manuel Millán.
persona muy conocida nuestra.

En cuanto a la pasarela oxidada, hasta el mismísimo herrero de San
Lorenzo, que participó en los sucesos de la Cruz del Rastro, se moría de pena.

Saludos

Anónimo dijo...

Yo,Manuel,siento no estar de acuerdo contigo y soy de los que aman a nuestro río.Me he bañado
en él en mchos lugares,cada día
del verano,durante muchos años.
Me gusta toda la reforma que han hecho en el puente y qe ha dado lu
gar a un paseo encantador,sobre todo de noche.El puente oxidado,
es lo mejor que se ha podido poner,
porque no se come el entorno,es prudente,sólo decirte qe paseo
mucho por la parte de Miraflores
y cuando miro desde ese lugar la
Mezquita,el puente no estorba mi
mirada,porque no contamina ni el paisaje ni la poca luz externa,
osea contaminación lúmnica cero.
Hubiese sido horrible un puente
de aquellos enormes con tensores
y otros artilgios que no sostienen
nada,qe se dejan ver mucho,pero
que se carga el entorno,tan bonito
como es el del puente oxidado.En
mi caso el río está como yo lo he
concido de pequeño,adaptado a los tiempos.Espero que se qede así por
mucho tiempo y qe no se le ocurran
poner bares,ni cosas por el estilo.
Saludos.
"ben"

Manuel Estévez dijo...

Amigo Ben


No se la edad que tu tienes, pero a los de mi época, echamos mucho de menos EL MEANDRO QUE HACIA EL RIO EN EL MOLINO DE MARTOS, que era el eje del verano en Córdoba.

En cuanto al Puente Oxidado, te ha quitado la magnifica postal que se apreciaba del Puente Romano, desde el mismo Molino de Martos.

Acaso te agradan como están las escalerillas de la Ribera.

Mirando desde el San Rafael del Puente Romano, se ve una especie de CAJA DE CARTON, que no se que pinta en ese conjunto de postal que se daba antes.

El mundo es mundo, porque cada uno piensa lo que quiere. Pero ahí está Sevilla, que supo integrar el río, NUESTRO RíO, en su ciudad y creo que le va MEJOR QUE A NOSOTROS.

Saludos.

ben dijo...

Manuel,soy nacido en el 45, seremos casi de la misma quinta.
La playa que se formó en el meandro
del molino de Martos,la disfruté mu
cho.Buenos partidos de fútbol hicimos en ella al atardecer,re
cuerdo que intervenía un señor del
molino muy "cachas" él,que no me acuerdo cómo se llamaba.Precísa
mente esa buena arena se la llevaron en unos burritos,para la
construccón y se acabó la playa,una
clásica cacicada de aquellos tiem
pos.Se cargaron el entorno,entonces
no había sensibilidad a esas cosas.
LLevas la razón en cuanto a la falta de limpieza de algunas partes
del río,caso de la escalerillas de
las barcas.Manuel nuestro río no
tiene en su paso por nuestra ciu
dad el mismo parecido que en Sevilla,por lo que nunca hay que aspirar a comparar ni igualar.Hay
pocas zonas profundas,sería un de
rroche de dinero intentar cambiar
su fisonomia.Yo,particularmente lo
prefiero así,eso sí un poco más
limpio en sus márgenes.
De lo que dices de la caja,no esta
ría mal que las orillas del río fue
ran lugar de exposiciones de escul
turas y cualquier otra obra de arte
vanguardista.
Saludos.
"ben"

Manuel Estévez dijo...

Amigo Ben


El meandro del Molino Martos, es todo arena, puede que haya 4 o 5 metros de grosor.

Luego por arena no sera.

Es lamentable de que puede ser el único río de España, en el que no se ve por ningún lado UNA BARCA O UN REMO. En cambio vemos en su orilla UN AVION. A saber lo que ha podido costar.

El río fue navegable en época de los Fenicios, Romanos y Árabes, lo que pasa que ahora se ha prohibido hasta el sacar arena.

Los ríos con sus aluviones, reponen sus mantos de arena.


Saludos