domingo, 9 de diciembre de 2012

EL CAÑO DEL OLIVO




 Olivo que da nombre  al Caño del Olivo



EL CAÑO DEL OLIVO

Ahora que estamos en época de Adviento, el Olivo, es el árbol que representa la paz y nos recuerda algo nuestras raíces mediterráneas. También nos recuerda cuando íbamos con los más aventureros del barrio a coger aceitunas, de aquel entorno del Arroyo de Pedroches, que salvo raras excepciones, no eran aceitunas de buen lomo. Recordamos con cariño un Olivo  que había debajo del Puente de Hierro que eran aceitunas colosales.

El tronco del Olivo es muy retorcido y la corteza de color pardo-girsácea, se fractura al envejecer, siendo su madera de color amarillo veteado de pardo-rojizo, apreciadisima por ser de las más duras y utilizada en la fabricación de muebles de lujo. Muchos de estos muebles se fabrican en Castro del Rio y en Espejo, maravillosos pueblos de la Campiña cordobesa.

Es el Olivo planta de crecimiento lento y puede alcanzar edades considerables, como se les suponen a los ejemplares que hay en el Huerto de Getsemaní, en la misma entrada de los jardines del Alcázar de los reyes cristianos, junto a la estatua de el rey Fernando III, los que hay junto a la Arruzafa, o el protagonista de este comentario que se halla en el patio de los Naranjos de Córdoba.

El Olivo del Patio de los Naranjos, no es evidentemente un Olivo de dos troncos como los que existen en la zona de la Carraca, en Porcuna (Jaén.)

 Ni se parece en nada al Olivo Sagrado Erecteion, que recuerda al mito de Atenea.

 Tampoco es el Olivo del barrio de San Miguel, de Agüero (Huesca), que mide más de 6 metros de altura y su peana tiene un perimetro que supera los 9 metros.

Ni se asemeja al Olivo Monumental de Fuentebuena, en Chiclana de Segura (Jaén), que algún año dio 700 kg. de aceitunas.

Y como no, tampoco tiene parentesco con el Olivo del Claustro de la Catedral de Oviedo, que además de sus 9 metros de altura, la historia popular dice que procede de una estaca del Huerto de Getsemaní de una antigüedad de más de 700 años.

El Olivo del Patio de los Naranjos, según el libro de D. Manuel Nieto, La Catedral de Córdoba 1998.  tiene más de 270 años de antigüedad y aparece ya pintado en un plano de 1741, junto con 95 naranjos, 6 cipreses, 10 palmeras y 1 cinamomo.

Y hoy en día constituye, más que el testimonio de un viejo Olivo, un recuerdo “arqueológico” de la grandeza de este singular Patio de los Naranjos, solamente con su mitad del tronco por la erosión inevitable del tiempo. Este año el centenario Olivo ha dado unos 60 kg. de hermosas aceitunas. 

Quizás, quien más de cerca ha vivido este singular Olivo, ha sido la familia y los antepasados de Manolo Soriano, que habiendo nacido en la Torre de la Catedral, formó parte de la “saga de los campaneros”.  Ellos, eran los que recolectaban todos los años las aceitunas de este Olivo. En los años, cuarenta, cincuenta y sesenta del siglo XX, éste Olivo tenía el tronco aún completo, aunque ya hueco  y se le recogían todos los años, unos 200 Kg. de aceitunas. Fue a partir de los años 80, cuando el deterioro acumulado,  hizo mella en él, perdiendo la mitad del tronco por seco. Entonces fue cuando el Cabildo apercibido de esta circunstancia, se apresuró a encomendar  “la salvación de lo que quedaba de Olivo” a la empresa Santa Marta, y poco a poco, con medio tronco totalmente hueco, ha logrado sacarlo a flote. En la actualidad incluso hay plantado una estaca que ha salido a flote perfectamente.

Según los expertos, lo fundamental para la vida de cualquier Olivo es lo perfilado que esté su pie, la luz y el agua. En este  caso el tipo de suelo que tiene alrededor no es el más indicado para que se conserve en buena salud su tronco. El tronco (o lo que queda de él), tiene una descarada inclinación hacía la fuente que cualquiera se le ocurriría pensar que el olivo quiere beber poco menos que agua del “Famoso Caño del Olivo”, pero no, el Olivo lo que busca es la luz y el agua y es el efecto Fototropía, el que hace que quiera buscar el sol y su reflejo de la galería norte.

Este Olivo fue testigo excepcional de muchas cosas que pasaron en torno a la Mezquita-Catedral. Posiblemente porque ha “oído” las conversaciones de los muchos arquitectos y entendidos  que a lo largo de su vida la han visitado.

VISITANTES ILUSTRES

Nos contaban un día D. Manuel Ocaña Jiménez, en una Visita que hicimos a la Mezquita-Catedral, (cuando él nos recreaba con su saber en  el Grupo de Enpresa Cenemesa), que no había dirigente ni politico importante del mundo árabe que no hubiera visitado la Mezquita-Catedral de Córdoba, él personalmente había acompañado a bastantes Jefes de Estado.  Recordaba que en una ocasión vino un presidente alemán, que después de haber visitado las cosas más importantes de Córdoba, se le antojó saborear un  menú de “OLLA PODRIDA”,  (con el que fue obsequiado en el singular Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso.  Dicha típica comida fue preparada por el famoso Chico Medina y servida con el estilo y la elegancia que siempre tuvo Pedro Montes Polo. El Caballo Rojo, fue el encargado de la restauración.)

 Después de la comida quiso visitar la Mezquita y preguntó por la posible edad del Olivo y las antiquísimas columnas que hay en la Puerta de las Palmas. Aparte de los árabes  y otros jefes de Gobierno, también hubo personalidades de la cultura e intelectuales de todo el mundo que visitaron nuestra Mezquita. Y como no,  nuestros Jefes de Estado y monarcas, fueron visitantes de nuestro singular monumento. A todos sin lugar a dudas el Olivo del Patio de los Naranjos, les pudo contemplar en su tiempo y circunstancias.

El mismo Manolo Ocaña,  recordó que en el mismo Corán de los árabes,  está escrito: “Dios es la Luz de los cielos y de la tierra….se enciende la Luz gracias a un árbol bendito, el Olivo”.

También el Olivo, presenció varios encierros de trabajadores en la década de los setenta, recordamos uno concretamente de los trabajadores de LUIS ARANDA MARTOS,  que después de unos años de apogeo, cayó irremisiblemente como un aviso de lo que se nos venía encima. Estos encerrados tuvieron la visita de Ignacio Gallego, diputado del PCE, por Córdoba, que bebió agua en la Fuente del Cinamomo, seguramente para aclarar la garganta después de la proclama de apoyo que le echó a los trabajadores allí encerrados. Esto lo contaba Francisco Luque Obispo, en compañía del “Vinagre” en Casa de Ramón en la Calle del Avellano, en presencia de Manolo Zurito, Pepe Pons, Juan Cebrián, Antonio Pérez Trujillo y el taxista “Carrataca”.

Pero no hace falta que tuvieran que venir de fuera para dar resonancia a la visita, por eso vamos a mirar para adentro y veremos que:


JAÉN MORENTE

El Olivo del Patio de los Naranjos, con toda seguridad observó la comitiva del Bautizo de D. Antonio Jaén Morente. (político republicano). Efectivamente y con toda seguridad el día 6 de febrero de 1879, Antonio Jaén Morente, fue Bautizado en la Parroquia del Sagrario y que por razones de obra en la fachada de la Iglesia, hubieron de entrar por el Patio de los Naranjos. Los padrinos de este niño que había nacido tres días antes, con toda seguridad atravesaron el Patio de los Naranjos, desde su casa en la Calle Judíos, pasando por "El Postigo de la Leche", hasta llegar a la puerta de El Sagrario por la Mezquita. Allí el párroco D. Antonio Daroca, le puso los nombres de Antonio, Rafael, Blas, Jaén Morente.

Pero es que este político republicano fue “reincidente” en el buen sentido, y parece que le debió de agradar “el paseo” por el Patio de los Naranjos, pues El día 30 de Julio de 1903, D. Antonio Jaén Morente, volvía a pasar junto al Olivo, para contraer matrimonio con Carmen Domingo Sánchis y el cura que los casó fue D. Francisco Montero Pozo, párroco de la Parroquia del Sagrario. Igual hasta se pudo echar alguna fotografía junto a la fuente y el Olivo, o la del Cinamomo.

Hablando de Jaén Morente, nunca mejor aplicada la expresión de “hijo prodigo”  si hubiera querido volver definitivamente a Córdoba, cuando después de haberse marchado, volvió en 1954. Pero ante la pregunta que le hizo Rafael Castejón,  en el sentido de porque no se quedaba definitivamente en Córdoba, el pudo decir más o menos: “Las circunstancias y lo que desgraciadamente pasó no ha sido aclarado suficientemente a las generaciones que no vieron nuestra guerra y no me encontraría libre y cómodo”.


EL HIJO PRODIGO

En el Patio de los Naranjos y muy cerca del Olivo, allá por el verano de 1946, se celebró la representación de un AUTO SACRAMENTAL, que el poeta Ricardo Molina Tenor, había escrito en 1945, dedicado al Obispo Fray Albino.

En la Hoja del Lunes de Córdoba, podemos leer la crónica de dicho evento, que coincidió con la fecha en que se celebraba la “Verbena a la Virgen de los Faroles”.

"HOJA DEL LUNES DE CÓRDOBA, 19 de Agosto 1946."

LA REPRESENTACIÓN DEL "HIJO PRODIGO"

En el Patio de los Naranjos

El maravilloso espectáculo constituyó un resonante éxito para el poeta Ricardo Molina y los intérpretes de la obra.

Junto a los muros cálidos de la Catedral cordobesa, en ese escenario único del Patio de los Naranjos, entre el verdor oscilante de las palmeras iluminadas por la luna de agosto, asistimos la noche del sábado, a la exaltación de un gran poeta Ricardo Molina, que en su auto sacramental del Hijo Pródigo, alcanza esa difícil altura donde la poesía triunfa definitivamente.

El público selecto, que tan largamente aplaudió la obra, demuestra que todavía nuestro pueblo puede alcanzar y entender las más sutiles verdades teológicas y puede vibrar conla misma fe y el mismo escalofrío que inundaba el corazón de los espectadores del siglo XVII.

El escenario por donde las simbólicas figuras se movieron, como en un divino sueño idealizado, ha sido obra de ese espíritu finamente artístico que se llama Juan Bernier y que ha plasmado de forma decorativa  toda la poesía de la obra. Bernier se lleva, después del autor, los más cálidos aplausos.

Como actrices actuaron
Meli Medina, Encarnita Ramiro, Enriqueta Velasco, Lolín Medina y Gloria Rodriguez.

Como actores actuaron:
Octavio Díaz Pinés, Juan Morales Rojas, José Priego, Salcedo Hierro, Miguel Maldonado, Manuel Aumente, Manuel Hidalgo y Rafael Roca (cantante muy aplaudido).

Escenario:
Levantado en la Puerta del Perdón de la Catedral (por dentro)

Escenografía:
Juan Bernier

Música:
De J. S. Bach. Wagner, Beethoven y Berioz, que sirve de fondo a los más emocionantes momentos de la obra, han sido seleccionadas y adaptadas por Ramón Medina.

Comentario:
Se puede observar que en dicha obra participaron un grupo de poetas, músicos e intelectuales de la Córdoba de aquellos tiempos.

Este acto se celebró con motivo de la verbena dela Virgen de los Faroles que por aquellos tiempos se celebraba con mucho esplendor. (17/08/1946). Por cierto que el cuadro de la Virgen de los Faroles, fue pintado en 1928, por Julio Romero de Torres, por encargo del Ayuntamiento, que quiso reponer el que se había quemado por el fuego. En la documentación escrita aparece que una mujer mejicana le sirvió de modelo para el rostro.

No compartía esta opinión José Martínez Castro, (El cuñado de Antonio Toledo), que en una conversación que le escuchamos en la Caseta de Feria de Cenemesa, (1973), después de la actuación de Dolores Vargas  la “Terremoto” decía en la barra del bar, en compañía de Pepin Luna, Antonio Fuentes y Francisco Carrasco Heredia: “Mi padre y muchos de la Peña el Cucharón, sostienen que la mujer que sirvió de modelo al pintor fue “Rafalita” vecina nuestra de la Calle Cidros.”  Una mujer bellisima, a la que apodaban “Juanita Reina”.


SAN RAFAEL VUELVE A PATIO DE LOS NARANJOS

La imagen del Arcángel de Córdoba, volvió al Patio de los Naranjos a reencontrarse con unos cultos en la Mezquita-Catedral de Córdoba, fueron muchos los cordobeses que llenaron el Patio de los Naranjos, tanto para ver la entrada como la salida del Custodio de la Mezquita. Allí junto el Olivo, se pasaron algunos cofrades del Prendimiento, de la Borriquita, del Caído, de las Angustias, del Cristo de Gracia, etc. etc. pudiéramos decir que allí celebraron una especie de “Cabildo general” en temas de Córdoba, por lo que toda su conversación apenas tuvo desperdicio..

Recordaron en comentarios, que parece ser que en 1939, mayo, estuvieron en la Catedral, unas dos semanas, la imagen de San Rafael, junto a las Reliquias de los Santos Mártires y Nuestra Sra. de la Fuensanta.  El Olivo, daba la sensación que escuchaba y guardaba prudente silencio. De pronto un cofrade del Caído, muy cercano a Manolo Acá, comentó algo sobre la apertura de la segunda  PUERTA DEL PILAR, para que entraran los pasos de Semana Santa:

“Es necesario dijo, que las Hermandades puedan entrar con facilidad en la Catedral, ante esta afirmación el Olivo, guardó prudente silencio y puso en boca de otro tertuliano lo que a él le hubiera gustado decir: “Tenemos que hablar claro a la hora de decir ABRIR la puerta del Pilar, es más correcto decir REABRIR, la puerta del Pilar, que ya de antiguo, estuvo abierta para que entrarán los pasos de Semana Santa”.

Eso sí, dijo otro, ahora de lo que se trata es de quitar la Celosía que tapa el arco, colocarla en un sitio digno (recaen sobre ella derechos de autor de D. Rafael Lahoz), y habilitar una puerta que haga juego con el entorno.

Y es que estos cuatro arcos de poniente del Muro Norte, fueron “tapados” con unas bellas celosías de módulos ensambladas en madera de caoba, diseño de D. Rafael Lahoz Arderiús, y que fueron construidas en el taller de la Maderera Industrial, en la Calle Doña Berenguela. Este  trabajo se desarrolló entre 1972 y 1974.

Otro tertuliano, que había hecho una tesis sobre las obras de fábrica de la Catedral, miró al Olivo, y dijo: “Por unas razones u otras este Muro Norte, de la Mezquita, siempre ha sido noticia. Ya en 1463, y a consecuencia de los “empujes” que de sur a norte, sufría todo el edificio, se vino abajo el mencionado Muro Norte, y hubo que restaurarlo. En aquella época estaba de Obispo D. Gonzalo de Illescas, un obispo que pertenecía a la orden de los Jerónimos de tanta actualidad por aquellas épocas en Córdoba.

Un amigo de Antonio Castelló, relató que el artista Antonio Bernal, había presentado una magnifica maqueta, representando a San Juan de Ávila, en su actitud de “Maestro de la Iglesia” para decorar su capilla en la Mezquita-Catedral. Algunos comentaron que el tal artista Bernal, además de buen escultor, también se recreaba por las cruces de Mayo “bailando las sevillanas”, con el estilo propio de un artista.

También habló Laguna, del agua del “Caño del Olivo” y le recordó un guía que había por allí cerca,  que para agua, la que inundó el Patio de los Naranjos el miércoles 12/10/2005, que cayeron sobre Córdoba cerca de 90 litros por metro cuadrado. Fue sobre las 3 de la tarde cuando el “Patio de los Naranjos”, se convirtió en una auténtica piscina de 0.40 centímetros de altura. Parece ser que la precipitación sorprendió a los registros de desagüe “taponados”, por la ojarasca ya que eso no se recuerda que hubiera ocurrido nunca.


EL TOQUE “DOBLE DE CEPA”

El Olivo de la catedral también debió oír muchos de los llamados toques de “Doble de cepa” que se daban con la segunda campana de la Torre de la Catedral.

En tiempos de Pedro I, apodado el Cruel, se desarrolló en Córdoba la conocida batalla del Campo de la Verdad, en España había una lucha entre dos hermanos de padre, Don Pedro el sucesor de Alfonso XI y don Enrique de Trastamara, un hijo bastardo del rey, que ya había sido legitimado como rey en Burgos. Córdoba, cansada tanto del mal gobierno como de la crueldad de Don Pedro, y de los asesinatos que había realizado a la nobleza cordobesa, se posiciona claramente de parte de Don Enrique. Ahí fue en donde empezó pudiéramos decir la nobleza de Córdoba.

La Batalla del  Campo de la Verdad tuvo lugar en la extensión que ocupa ese simpático barrio de Córdoba, a la bajada del Puente, incluso el Castillo de la Calahorra, llegó a ser tomado por partidarios del rey D. Pedro. En aquella batalla las mujeres instaban a sus maridos que combatieran de forma tenaz a sus sitiadores que en gran número y fuerzas aventajaban a los cordobeses.

D. Alonso Fernández de Córdoba, fue el encargado de aglutinar a las fuerzas para defender la ciudad incluso contó con los piconeros de San Lorenzo, como muestra de que la mayoría de la gente popular estaba involucrada en aquella defensa de la ciudad. D. Alonso, no era bien visto por los Sres. De Córdoba, por lo que se dudaba de su lealtad, fue ante su señora madre que le había preguntado en torno a su lealtad, cuando el le dijo: “MADRE,  AL CAMPO VAMOS A LUCHAR Y ALLÍ SE VERA LA VERDAD”. Parece ser que estas palabras se las pronunció a su madre muy cerca de la que es hoy la puerta llamada “EL POSTIGO DE LA LECHE”.

Durante el fragor de la batalla las cuatro campanas mayores de la Catedral estuvieron tocando rogativa y durante varios días y noches, estuvieron doblando por los que tan gloriosamente habían muerto en aquella feroz batalla. Entonces fue cuando el Obispo y el Cabildo de la Catedral, ofreció que a modo de recuerdo y reconocimiento, la segunda campana, denominada de Cepa, doblaría en lo sucesivo cada vez que un familiar directo de alguno de aquellos combatientes, muriera en recuerdo a la entrega y decisión que tuvieron al encarar aquella batalla. En un principio estos derechos afectaban solamente a los descendientes varones, pero en Diciembre de 1504, se modificó este beneficio haciéndolo extensivo a las hembras.

Uno de los últimos personajes  de Córdoba que gozó de ese privilegio fue  Fernando Fernández de Córdova y Martel, había nacido el 24 de abril de 1898 y vivió en un lugar tan cordobés como la casa de Góngora, en la Calle Cabezas y que fue hermano mayor de la Hermandad de los Dolores hasta 1987.

El toque de “DOBLE DE CEPA”, oficialmente en ningún documento se ha visto suprimido. Bien por ignorancia de los “beneficiados”, o por omisión de los que lo tenían que realizar, la verdad es que en la actualidad no se lleva a cabo. Teníamos que remontarnos a finales de los sesenta (Siglo XX), para dejar de escucharlo. Ahora de forma esporádica surge alguna familia con ese antiguo derecho que lo pide y se lleva a cabo.


Mereció “EL DOBLE DE CEPA”

Antonio Herrera Aranda, fue a la primera persona a la que yo escuché mencionar esa calle de “Doble de Cepa”, que estaba muy próxima a la Calle Espíritu Santo, (su calle). En el Campo de la Verdad. Fue un día en el Barrio de Cañero, en el Bar de la “Peña de la Galga”, en donde solía ir con su hermano Manolo, (muy buena persona y gran jugador de dominó). Antonio Herrera, había nacido en Pueblo Nuevo, y vino de joven aquí a Córdoba. Uno de sus primeros trabajos que realizó fue la de “recadero” en la tienda del Tulipán Negro, en donde coincidió con la bellísima Manola Gómez Gutierrez, de la que él llegó a decir que con 17 años, era un tipo de mujer singular por su belleza y tipo.

A la sombra de D. Manuel Jaén La Calle, entró a trabajar en CENEMESA, en donde pronto promocionó por su enorme capacidad para el trabajo. Por aquellos años principio de los años 1950, se asentó en el puesto de segundo de a bordo de aquel incipiente Departamento de Personal que comandaba D. Manuel Jaén Lacalle. Allí en aquella oficina se encontraban Agustín Bravo, Rafael Araujo, Vicente Rojo, Antonio Fuentes, Francisco Moreno, como personas iniciales de aquel servicio. Luego de forma esporádica llegó Angel Roldán, más tarde Juan Arjona,  Alfonso Jiménez, Miguel García, Rafael de Toro, etc. etc.

(Eran tiempos en que los chavales de los Salesianos, íbamos a pedir para el Domund al Patio de los Naranjos y la Mezquita, allí estaban los Arias, los Priego, los Jeremías, los Montoro, y algunos más. Era una época, en que el alumbrado interior era muy escaso y sólo teníamos acceso a la parte de Almanzor.)


Con toda seguridad no le sonó “EL DOBLE DE CEPA”, el día de su muerte acaecida en el 29/11/2007.  Antonio Herrera, lo único que consiguió después de tantos años trabajando y muchas veces para los demás, fue el poder disfrutar de una pequeña casa de campo de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que después de mucho luchas consiguió en arrendamiento anual para poder disfrutar de un par de Olivos  y poder sembrar sus ajos y habas que se lo cuidaba el simpático “Jaramago” jardinero de CENEMESA.


ESTUVO ENTRE NOSOTROS

Angelo Roncalli, el que luego sería nombrado Papa Juan XXIII, el Papa del Concilio Vaticano II, pasó por el Patio de los Naranjos, y posiblemente le llamó la atención la grandeza de la Fuente de Santa María, con sus caños de agua y el Olivo, como árbol de la Esperanza. Él, que venía de los paises áridos del Norte de Africa (Africa francesa), de despedirse de las comunidades cristianas, ante su despedida como Nuncio del Vaticano en Paris, quiso al pasar por Córdoba, visitar su Mezquita-Catedral, aquello fue en Abril de 1950, y hay quien dice que el coche se le averió nada más pisar Córdoba.

 El futuro Papa, había oido de uno de sus acompañante el Jesuita padre Tellechea Idigoras, de que en Córdoba, había una Taberna que ponía como nadie “La japuta en adobo”, y eso era en clara referencia a Casa de Pepe el de la Judería.  Allí con la poca discreción que pudo mantener, le reservaron un cuarto para que pudiera saborear este exquisito manjar de pescado que por aquellos tiempos ya tenía fama casi mundial. Hoy, en dicha sala, los actuales dueños del restaurante, tienen todos los motivos y recuerdos de aquella visita. También en el interior de la Mezquita-Catedral, existe una placa que recuerda dicha visita. En un principio, sólo existía la placa que fue realizada por los hermanos García Rueda, pero poco antes de morirse los tres hermanos ((2004), añadieron a dicha placa un  bajo relieve con la  cabeza del Cardenal Angelo Roncalli. Quien conocía bien todo el asunto de este viaje, era el singular compañero de CENEMESA, Rafael Araujo Hidalgo, alma y mantenedor de la Peña los Almanzores, en “Casa de Pepe el Rubio”, el bar ubicado en la Casa en donde nació Antonio Jaén Morente.

La  “saga” de los Araujo,  los hermanos Rivas Gómez,  los Bravo Casana  y el Barbero Camargo, estaban “umbilicados” con la Puerta de Almodóvar y conocían todas las historias importantes que recreaban su singular barrio,  y por esta razón tuvieron que oír muchas veces el toque del “DOBLE DE CEPA”.  Igualmente les pasaría a la “Taberna Casa Manolin”, en la esquina de la Calle Tejón y Marín, en donde solían parar los plateros que a diario iban al “dorador” Antonio Luque, de la Calle Fernández Ruano.  También cerca de allí, en aquella Plaza del Indiano, vivía otro personaje singular de esta Córdoba de nuestros amores. Blás Pérez Poyato, que nos aseguraba que había escuchado muchas veces el famoso toque del “DOBLE DE CEPA”.

LA ACEITUNERA

La “Aceitunera”, fue una colombiana que cantó en el año 1982, Antonio de Patrocinio, (el compadre de Paco Losada “El Madriles”).  Fue en un gran festival flamenco organizado por la Peña Flamenca del Campo de la Verdad y celebrado en el patio verde del Colegio Salesianos. Allí actúo de FORMA SUBLIME, el colosal Camarón de la Isla y luego le acompañaron otros grandes artistas. La ACEITUNERA, es una colombiana en la que Antonio de Patrocinio, recrea el amor que sentía por una mujer,  decorado con el fruto del  Olivo,  en el ambiente de su Barrio del Campo de la Verdad.  

Aún recuerdo que comentándole dicho festival a Manolo Flamil Cañete, este me opinó sobre el cante de Camarón: “Los demás cantaores ponen en escena su arte y su maestría, pero Camarón cada vez que canta, es como el torrente de un río nuevo que va abriendo surcos inéditos e inesperados”.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Del olivo a la campana.
Me ha hecho recordar un disco de Fosforito, que se titula : " A mi tierra,Córdoba", en el que canta unas alegrías de Córdoba en las que la letra dice: Córdoba mora y antes romana, presume ahora de su campana.
Puede ser que se refiera a esa segunda campana.
Saludos cordiales.

Manuel Estévez dijo...

Estimado Anónimo.

El Cante de Fosforito, A mi Córdoba
no son unas alegrías. Son una Soleá

"No preguntes por saber que el
tiempo te lo dirá

Que no hay cosa más bonita
que saber sin preguntar".

Esa amigo Rafael es una trayectoria
que representa muy bien al pueblo
cordobés.

La Soleá de Córdoba, es el "Cante hablao" y con discreción.

Juanero el "Feo" y "Media oreja"
fueron de los más puros en este tipo de cante.

Actualmente además de Fosforito, esta Lavado, que lo dice muy bien.

Que bien tiene que sonar una buena guitarra en el silencio del Patio de los Naranjos.

Saludos


































Rafael San Martin dijo...

Escribes cosas históricas muy interesantes, y no sé que acogida tendrán.
Pero eso no deben de preocuparte, porque Cervantes escribió mucho y tal vez bién , y para que se lo publicaran tenía que acudir al patrocinio de algún duque o algo parecido.
Pasaba muchas necesidades, así que si estimas que tus relatos no son bién acogidos no te preocupes, porque la vida es así.
Saludos cordiales.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Rafael


Simplemente conque tu lo leas, ya merece la pena escribirlo.

Es la forma que tengo de "pagar la peseta de matricula".

Que debía, desde que en el curso 1950-51, ingresé por primera vez en las Escuelas de Hermanos López Dieguez, de Córdoba, de recuerdo feliz.

El director, sin lugar a dudas un gran hombre, al ver que mi madre llevaba lo justo, "atrasó" el pago para otra fecha.


Saludos

Alfonso J.R dijo...

Amigo Manolo: He visto que has citado la caseta de Cenemesa del año 73 y que actuó La Terremoto. Apelo a tu buenísima memoria para que comentes algo de los actos festivos que, por aquellos años, la Westing organizó.
Uno de ellos fue en la Plaza de Capuchinos, en donde se montó un tablao y actuaron(que yo recuerde),
Matilde Coral, Merche Esmeralda, Pansequito y algunos más. Lo presentó Morales Rojas, y eso debió ser por el 72/73.
Luego se celebró otro acto en
un edificio histórico por Puerta Nueva y actuaron Lola Flores y Pajares. También en el Conservatorio hubo otra actuación interviniendo un famoso bailarín cordobés (era Luis de Córdoba?)y algunas alumnas aventajadas de la danza.
Sé que se celebraron esos tres eventos, pero ya no recuerdo si fue todo en el mismo año 72/73 o bien en años distintos. Debió ser, pienso yo, con motivo del pase de Cenemesa a Westingouse. Sin embargo, sí recuerdo que el Departamento de Personal y sobre todo Paco Moreno contrataron todo
esto con el apoderado de artistas
Pulpón, que residía en Sevilla, y que aquello supuso "una pasta" para la Westing.
También se celebró otro acto en el Palacio del Cine, pero ya no recuerdo qué se representó allí.
A ver si tú nos aportas algo más.
Saludos

Manuel Estévez dijo...

Amigo Alfonso:


No te puedo ayudar mucho pues yo no participaba con frecuencia de los eventos del Grupo de Empresa, si recuerdo éste de la Terremoto, pues
yo tenía buena amistad con Pepin Luna que se quedó con el Bar. Esta
actuación de la Terremoto, la presentó con toda solemnidad una presentadora famosa y rubia de televisión española.

Luego también recuerdo la famosa actuación de Lola Flores, en el patio porticado de Puerta Nueva (hoy pertenece a la Facultad de Derecho) y estaba yo recién llegado a personal y oí las lamentos de Fuentes, en el espectáculo que esta mujer dio antes de actuar y que a Morales Rojas, le costó la misma vida convencerla.

Casi todos los actos que mencionas debieron producirse antes del 72/73
y yo participaba poco en estas actividades.


Saludos


Alfonso J.R dijo...

La presentadora a la que te refieres fue Marisol Gonzalez, una que estuvo casada o pareja con Fernando Gayo (no Federico) y a la que se le reservó desde Personal habitación en el Palace.
Lo que yo no recuerdo es el incidente que Fuentes menciona entre
Lola Flores y Morales Rojas.
Yo recuerdo que Lola, al final del espectáculo dió las gracias y como no sabía pronunciar el nombre en inglés dijo leyendo el letrero de fondo: Gracias, Ues-tin-go-u-se.

Manuel Estévez dijo...

Amigo Alfonso:


Al parecer la "faraona" había estado de fiesta con unos amigos en incluso había estado jugando a las cartas en el Mercantil, por lo que se debió presentar al "incómoda". Fue mucho lo que le insistió Morales Rojas, en el sentido de que por favor saliera al escenario, cosa que ella no quería hacer. Al final todo se arregló y aquello fue una buena velada. Estos datos me los ha confirmado Francisco Carrasco Heredia, que es de los pocos miembros de aquella directiva del Grupo, que aún vive.


Saludos